Título 42, una disposición del gobierno estadounidense que desde marzo de 2020 se ha utilizado para “expulsar” de Estados Unidos a millones de inmigrantes solicitantes de asilo, estaba programado para expirar en la medianoche del 20 de diciembre. Pero el 19 de diciembre, el Tribunal Supremo emitió un fallo temporal que impedía al gobierno de Biden ponerle fin. Una semana después, el 27 de diciembre, el Tribunal anunció que el Título 42 seguiría en vigor al menos durante los primeros meses de 20231. Mientras tanto, decenas de miles de migrantes de muchos países se habían acercado a la frontera entre México y Estados Unidos, en previsión del posible fin del Título 42.

Migrantes solicitantes de asilo esperan en Ciudad Juárez, México para cruzar a El Paso, Texas en Estados Unidos. Foto: AP/Christian Chavez
El régimen fascista de Trump y Pence comenzó a utilizar el Título 42 del código de salud pública de Estados Unidos, bajo el falso pretexto de “proteger” a Estados Unidos de la propagación del COVID-19, como un medio para impedir que un gran número de inmigrantes y refugiados entren a Estados Unidos y soliciten asilo en su frontera sur. Cuando se presentaba a las elecciones presidenciales, Biden prometió que “el primer día, eliminaría la decisión del presidente Trump de limitar el asilo”... Pero Biden no solo mantuvo en vigor el Título 42, sino que su administración ha “expulsado” (forzados a salir de Estados Unidos sin audiencia) a más de dos millones de migrantes, superando con creces el número de expulsados bajo Trump. Esto ha negado a millones de migrantes el derecho a solicitar asilo y obtener una audiencia sobre su petición, un derecho supuestamente garantizado por la ley internacional y estadounidense. La extensión del Título 42 por parte del Tribunal Supremo significa que el gobierno puede seguir “expulsando” —sin ninguna audiencia legal— a los migrantes que solicitan asilo en la frontera sur de Estados Unidos.
Los gobernantes de Estados Unidos, tanto los demócratas como los republicanos fascistas, temen que el fin del Título 42 pueda resultar en un número aún mayor de migrantes y refugiados desesperados cruzando la frontera entre Estados Unidos y México, y desencadenar una grave crisis política, las semillas de la cual ya se evidencian en la frontera. Las maniobras de los dos sectores opuestos de la clase dominante estadounidense indican que este sistema NO tiene una respuesta a la “crisis de la inmigración”, ninguna respuesta que realmente redunde en los intereses de la humanidad.

Alejandro Mayorkas, jefe del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) de la administración Biden, ha hecho hincapié en que aunque el Título 42 se expire, el DHS utilizará otras medidas legales como la “expulsión acelerada” para “repatriar rápidamente a los individuos que no tienen una base legal para permanecer en Estados Unidos”. En resumen, la administración Biden pretende continuar con las deportaciones y expulsiones masivas con o sin el Título 42.
Pero si se levanta el Título 42, es posible que comience un nuevo movimiento masivo de migrantes hacia la frontera. Es muy probable que los republicanos-fascistas aprovechen esto para crear una gran crisis política para la administración Biden y para avivar aún más el cruel sentimiento anti-inmigrante que ha atenazado a decenas de millones de personas en Estados Unidos — y para intensificar aún más su agenda fascista en general. Podría ser muy probable que lo que este país hace en la sombra y en secreto pase a primer plano, mientras los fascistas y los demócratas luchan por sacar ventaja. Para citar Algo terrible, o algo verdaderamente emancipador: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia, Una base necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución, de Bob Avakian, tal situación “[p]uede hacer que haya más receptividad en la población a cuestionar —en un sentido real puede obligar a la gente a cuestionar— la manera en que han sido las cosas, y si tienen que seguir siendo así. Y es mucho más probable que esto ocurra si las fuerzas revolucionarias están en la sociedad entre las personas arrojando una luz sobre la realidad más profunda de lo que está ocurriendo, y por qué, y explicando que SÍ QUE EXISTE una alternativa a vivir así”.
En esa situación, las fuerzas de la revolución deben estar audazmente en la sociedad “arrojando esa luz” sobre POR QUÉ tenemos esta situación demencial, la solución revolucionaria a la misma, y lo que debe hacerse ahora para acelerar esa revolución — y esgrimiendo la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, sobre esta cuestión.