
Bajo la política oficial de Texas se colocan cadenas de 300 metros de largo de barricadas flotantes en el Río Grande / Río Bravo, boyas envueltas con alambre de espino, julio de 2023. Foto: AP
Durante el primer fin de semana de julio, cuatro inmigrantes murieron en el Río Grande / Río Bravo, el río que forma la frontera entre Texas y México. Uno de los muertos era una niña de corta edad. A otras dos personas, flotando e inconscientes pero aún con vida, las sacaron del río y las pusieron bajo custodia de la Patrulla Fronteriza.
Hasta el momento no se ha identificado a ninguno de los fallecidos. Se supone que todos eran inmigrantes de México o de algún país del sur.
Pero sabemos algo sobre cómo murieron. Se ahogaron tratando de cruzar un río que se ha transformado en una trampa mortal acuática: lleno de barricadas flotantes y forrado con alambre de púas y navajas.
Piense en la esperanza y el alivio que debieron de sentir, al ver su destino y que sólo les separaban 100 metros de agua, las personas que se encontraron flotando en el Río Grande. Luego piense en el terror que debieron sentir cuando de repente se dieron cuenta de que sus esperanzas se habían transformado en una pesadilla inimaginable: la piel desgarrada por el alambre de navajas, sus cuerpos arrastrados por la corriente del río.
El fascismo sádico es la política oficial del estado de Texas

Guardias Nacionales se enfrentan a un migrante que acaba de cruzar el Río Grande / Río Bravo hacia la frontera de Texas, julio de 2023. La política oficial de Texas es empujar a los niños y bebés de vuelta al río si llegan al lado estadounidense. Foto: AP
Los detalles y la escala de la brutalidad de la política oficial de Texas fueron filtrados recientemente por un policía de Texas que dio el soplo, diciendo: “Creo que hemos sobrepasado una línea hacia lo inhumano”.
La política oficial de Texas es empujar a los niños y bebés de vuelta al río si llegan al lado estadounidense. La política oficial de Texas ordena negar agua a las personas deshidratadas aunque el calor supera los 100 grados F, 38 grados C. La política oficial de Texas coloca cadenas de barricadas flotantes de 300 metros de largo en el Río Grande. Cada cadena tiene una red que se extiende hasta el lecho del río, para evitar que la gente nade debajo de ella. Envuelve las boyas fluviales en alambre de navajas y coloca alambre de navajas para impedir que los rescatadores potenciales lleguen a las personas en peligro.
Todo esto forma parte de la “Operación Estrella Solitaria”, un ataque sistemático de represión, militarización, detenciones masivas y encarcelamiento a lo largo de la frontera y hasta 160 kilómetros al norte de la misma. Estrella Solitaria ha movilizado tropas de la Guardia Nacional, policía estatal, el Departamento de “Seguridad Pública” de Texas (DPS), departamentos del sheriff del condado, guardias de pesca y caza, y al menos una milicia fascista cristiana fuertemente armada, para aterrorizar y detener a personas empobrecidas que llevan todo lo que poseen a sus espaldas.
Hasta julio de 2022, al menos 30 personas han muerto directamente bajo esta política.

Guardias patrullan mientras los trabajadores siguen colocando boyas y alambre de navajas como barrera fronteriza, julio de 2023. Foto: AP
Unidad fundamental... divisiones agudas
El Departamento de Justicia de Biden anunció el 21 de julio que está “listo para demandar” al gobierno del estado de Texas si no elimina las barreras en el Río Grande. El gobernador fascista cristiano de Texas, Greg Abbott, básicamente dijo “jódete Biden”, y argumentó que Texas tiene la “autoridad soberana” sobre la frontera del estado con México. La batalla política y legal entre los gobernantes se intensifica.
Lo irónico es que, mientras Biden finge defender los derechos de los inmigrantes y se opone a las políticas fascistas más escandalosas, está superando a Trump en el cierre de la frontera, en destripar el proceso de asilo y en las deportaciones y expulsiones masivas.
Pero no es que “no haya diferencia” entre ellos. De hecho, los fascistas republicanos y los demócratas tienen conflictos agudos y profundos sobre cuán violentamente, cuán abiertamente reaccionario y cuán omnicomprensivamente deberían construir, presentar y ejecutar sus políticas de inmigración.
Esto refleja una gran contradicción para el imperialismo: en una época de destrucción del medio ambiente, sequías, inundaciones y olas de calor cada vez más intensas, los imperialistas de Europa y Estados Unidos no tienen otra respuesta para las migraciones masivas nacidas de la creciente desesperación excepto la de bloquear estas oleadas de inmigrantes. Pero hay una gran y seria lucha sobre cómo debe hacerse esto.
Lo que se ve en Texas es la solución fascista, una solución que se basa cada vez más en lo que es más o menos aumentar las posibilidades de que se muera uno si se atreve a intentar inmigrar. Los fascistas están cultivando y respondiendo a una base social xenófoba (que odia a los “extranjeros”), y la crueldad por sí misma les viene muy bien a esos racistas.
Lo que los demócratas ofrecen es una versión de la represión que no es tan descaradamente sádica y en la que hacen más hincapié en colaborar con los regímenes represivos para mantener alejados a los inmigrantes en primer lugar. Los asesinatos se cometen fuera de la vista y se permite la entrada de un porcentaje muy pequeño de desesperados como un bálsamo para las conciencias liberales, pero en general las puertas de la sociedad responsable del sufrimiento cada vez más inimaginable de cientos de millones de personas siguen cerradas a cal y canto.
El hecho de que las soluciones de los demócratas y los fascistas sean esencialmente las mismas para los millones de desesperados que se ven obligados a abandonar sus países no disminuye el conflicto entre las dos fuerzas de la clase dominante. Tampoco disminuye la división entre la base social fascista, que se deleita en la crueldad y la exige, y la “gente decente” a la que todo esto le repugna. Incluso cuando esas personas decentes se resisten de modo inadmisible a hacer frente plenamente a la realidad y echar la culpa al sistema.
Bob Avakian responde a la gente que se queja de que los inmigrantes cruzan la frontera. (Video en inglés, lea el texto de este corto en español aquí).
Se confrontan dos futuros: algo terrible o algo verdaderamente emancipador
Este conflicto está llegando a un punto crítico. Cualquier cosa que hagan los demócratas acerca de la frontera o de cualquier otra cosa, los fascistas las consideran ilegítimos. Estos fascistas se están preparando para una guerra civil, si no pueden tomar el poder “pacíficamente”.
Nosotros, los revcom, estamos decididos a arrancar de este enfrentamiento un futuro fundamentalmente diferente y emancipador. Este sistema de capitalismo-imperialismo no tiene otra solución a su “problema de inmigración” que la violencia: más muros y látigos; más centros de detención y deportaciones; más alambre de navajas, y más cuerpos flotando en el Río Grande / Río Bravo.
Este sistema debe ser derrocado por una revolución real. Su maquinaria de represión debe ser desmantelada y todo el sistema debe ser reemplazado por uno que se base en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.
Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte
De la autoría de
Bob Avakian
Adoptada por el Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
Pasaje de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte: Artículo II. Sección 3. H. Inmigrantes, ciudadanía y asilo
Necesitamos y exigimos: una forma completamente nueva de vivir, un sistema fundamentalmente diferente habla de lo que sería posible en esta sociedad socialista. Sobre la base de la construcción de una economía fundamentalmente diferente, basada en poner los recursos colectivos de la sociedad “para satisfacer las necesidades fundamentales y servir a los intereses más elevados”, el nuevo poder estatal trabajaría para “eliminar la discriminación, la desigualdad y la opresión en todas sus formas”. Una política concreta sería que “Los inmigrantes, desde todas partes del mundo, que tengan un deseo sincero de contribuir a las metas de la nueva república socialista serán bienvenidos en esta república.”.
A menos que aprovechemos las aperturas reales que están haciendo más posible la revolución —y podemos y debemos—, el tipo de cosas que vemos ahora mismo en la frontera de Texas, e incluso peores, pueden ser pronto el futuro de todo Estados Unidos.
No hay tiempo que perder.