Mientras sigamos viviendo bajo el dominio de este sistema del capitalismo-imperialismo, defenderemos a las personas contra los ataques a su vida y a los derechos que se supone que garantiza la Constitución de los Estados Unidos. Pero necesitamos un sistema completamente diferente, con una Constitución completamente diferente —la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte—, que proporcionará derechos mucho más amplios para las personas, incluido el derecho básico a tener el papel fundamentalmente determinante en una nueva sociedad y gobierno cuyo propósito y objetivo es eliminar toda explotación y opresión, en todas partes.
Ahora que los fascistas abiertos van a ocupar posiciones de dominio en las tres ramas del gobierno, el citado punto de orientación de Necesitamos y Exigimos cobra una importancia aún mayor. Al igual que lo siguiente, del discurso de Bob Avakian Algo terrible, o algo verdaderamente emancipador: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia:
Esto señala otra dimensión importante de trabajar para la revolución — y oponerse a los fascistas como parte de hacer eso: es necesario poner al descubierto agudamente y oponérsele —y luchar para superar política y prácticamente— la realidad de que para los supremacistas blancos y los fascistas en general, la II Enmienda, el “derecho de portar armas”, ha sido defendida regularmente y ha contado con el aval de la ley y los tribunales, y con el apoyo de la policía y otras instituciones del estado; mientras que para el pueblo negro, otros oprimidos y, en general, aquellos que se oponen a la opresión y la injusticia de este sistema, se ha dado una activa oposición y supresión al “derecho de portar armas”, incluso en defensa propia.
Esto se pone gráficamente en claro en el libro de Carol Anderson que se centra en la II Enmienda — The Second: Race and Guns in a Fatally Unequal America [La Segunda Enmienda: raza y armas en un Estados Unidos fatalmente desigual]. Este libro contiene (¡aún más!) denuncias contundentes a la violencia depravada que ha sufrido el pueblo negro a lo largo de la historia de Estados Unidos, y comenta que el “derecho de portar armas” nunca se ha aplicado al pueblo negro, pero que ha existido el perverso “derecho de matar” a los negros, por parte de los de arriba y los blancos racistas en general. ¡No se puede permitir que esto continúe!
Y es necesario librar una decidida lucha no solo en torno a lo que representa “la II Enmienda”, sino también en torno a las múltiples formas en que el enfoque de los derechos supuestamente garantizados para las personas se aplica de una manera muy desigual, de modo que los oprimidos, y aquellos que actúan contra las relaciones opresivas de este sistema, se topan constantemente con ataques, “límites” o la privación y supresión directa de sus derechos. Al librar esta lucha, es importante reconocer y, en la medida de lo posible, aprovechar esta contradicción: en realidad, bajo este sistema del capitalismo-imperialismo, los derechos y libertades se determinan, y se limitan, de acuerdo con lo que sirve a los intereses de este sistema y a su clase dominante; pero, constantemente se nos dice que, bajo este sistema, existe “libertad y justicia para todos”, y los gobernantes de este sistema, o al menos algunos de ellos, sienten que es importante mantener este mito. Una vez más, en la medida de lo posible, hay que aprovechar esta contradicción, librando la lucha para derrotar los intentos de los ejecutores de este sistema de violar lo que se supone que son derechos básicos, en sus acciones para suprimir a las personas que se levantan en contra de este sistema y su profunda injusticia.
Pero, en lo más fundamental, hay que librar esta lucha con plena conciencia, una comprensión con fundamentación científica, de la naturaleza esencial de este sistema, con la orientación y el objetivo de trabajar hacia el derrocamiento de este sistema y hacia el desmantelamiento de sus relaciones e instituciones de cruel explotación, y opresión y represión empapadas de sangre.