Introducción: En sus mensajes en las redes sociales este año, el líder revolucionario Bob Avakian (BA) ha insistido en el tema de que no se trata de un año electoral “normal”, y ha abordado lo que esto significa para los oprimidos y aquellos que odian la opresión. Anteriormente este año, BA dijo:
[A]lgunas personas estarían encantadas de deshacerse de todo el sufrimiento terrible e innecesario el que este sistema causa en realidad — pero simplemente creen que la revolución de la que hablo nunca podría ocurrir.
Pues la verdad es: sí podría ocurrir — y no sólo en un lugar y un tiempo lejanos sino aquí mismo y en estos mismos tiempos en que estamos viviendo.
La razón básica por la que esta revolución es posible ahora se debe a que aquellos que han gobernado en Estados Unidos durante tanto tiempo están amarga y profundamente divididos entre sí, mientras se está desgarrando el país en su conjunto debido a las divisiones que ya no se pueden tapar, y ya no es posible mantener la articulación de las cosas de la manera en que han estado articuladas durante generaciones. (De REVOLUCIÓN #8, @BobAvakianOfficial)
Piensen en algunas de las locuras que han ocurrido desde que se escribió esto: desde el atentado contra un candidato presidencial hasta el presidente en funciones del otro partido que fue obligado a renunciar a la nominación que parecía haber ganado.
BA inmediatamente dice en este posteo que:
Es muy probable que todo llegue a un desenlace y todo esté en el aire en el presente año, 2024, siendo las elecciones presidenciales de este año un eje agudo de las riñas entre los dos partidos de la clase dominante imperantes —los demócratas y los republicanos— una lucha que muy probablemente se zafe de todos los límites de la “forma habitual” en que ejercen el poder sobre el pueblo y mantienen en marcha el funcionamiento de todo su sistema mortífero.
Los republicanos fascistas se están preparando activamente para esta lucha. Están movilizando a sus fanáticos partidarios para que rompan todas las reglas que necesiten romper por cualquier medio que necesiten para romperlas.
Pero los demócratas están actuando como si ésta fuera una elección normal en la que sus partidarios sólo tienen que asegurarse de votar. Esta semana, en algunos de sus despachos más recientes que estamos reimprimiendo, Bob Avakian explica a fondo cómo los discursos de los Obama y otros en la convención alejaron conscientemente a la gente de comprender el carácter FASCISTA de lo que está pasando. Los demócratas trabajaron para ocultar esta realidad crucial por dos razones. Una, tal admisión podría poner en tela de juicio ante millones de personas qué clase de sistema es éste, de todos modos, donde una cosa así puede darse. Y dos, si las masas de personas opuestas al fascismo sí se tomaran las calles para oponerle resistencia, eso podría salirse completamente de control de los demócratas, y la GENTE podría comenzar a buscar y luchar activamente por soluciones no simplemente liberales o incluso “radicales”, sino soluciones revolucionarias y emancipadoras a esta locura.
Como deja en claro la serie que iniciamos hace dos semanas “Los ataques fascistas a las elecciones y la necesidad de que se prepare activamente para el embate venidero” (vea AQUÍ la Primera parte), esta lucha no solo se avecina —ya está aquí, de maneras embrionarias pero muy intensas. A esta serie la acompañan pasajes sumamente pertinentes del discurso de 2021 de Bob Avakian ALGO TERRIBLE, O ALGO VERDADERAMENTE EMANCIPADOR: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia, el que aborda algo de lo que esto implica.
Segunda parte: Suprimir el voto
Los republi-fascistas han lanzado una amplia gama de medidas para suprimir el voto de los negros1, latinos e indígenas, así como de los estudiantes y otros grupos que tienden a votar por los demócratas. Y esto se ha intensificado en las últimas semanas. Algunos ejemplos:
- En Georgia, dos nuevas leyes permiten que cualquiera “impugne” el empadronamiento de cualquier otra persona. Luego, le toca al votante “impugnado” volver a restablecer su derecho a votar, o a perderlo. Una “red secreta de cristianos ultrarricos” (fascistas cristianos) conocida como Ziklag y otros están utilizando software informático para peinar minuciosamente las listas de votantes del estado y cuestionar a cientos de miles de personas por cualquier pequeña discrepancia (como usar “Jr.” en un formulario y omitirlo en otro). “Esto ha afectado desproporcionadamente ... a los votantes negros”.
- Ziklag planea invertir al menos 800.000 dólares “en eliminar a más de un millón de votantes de los padrones electorales” en el condado de Maricopa, en Arizona, y en el condado de Fulton, en Georgia, ambos con grandes poblaciones no blancas2. En Alabama, hace poco el secretario de estado eliminó a más de 3.000 votantes de los padrones, algunos de ellos ciudadanos naturalizados.
- Florida, Kansas, Tennessee, Missouri y Alabama han aprobado leyes para restringir fuertemente las campañas de empadronamiento de votantes organizadas por grupos cívicos y políticos e iglesias negras. Estas leyes amenazan a estos grupos con multas masivas si entregan un formulario de empadronamiento con un error (como un número de calle equivocado). Como dijo un organizador de la Universidad de Florida, “hay que decirle a cada voluntario que, si comete un error, puede haber una multa de $50.000”.
- En Florida, antes de la nueva ley, estos grupos empadronaban hasta 63.000 votantes en un año. ¡El primer año después de la entrada en vigor de la nueva ley, empadronaron a 5.583!
- El fiscal general fascista cristiano de Texas, Ken Paxton, ha demandado a los gobiernos de los condados de Harris y Bexar para impedir que envíen por correo los formularios de empadronamiento de votantes a los habitantes del condado que aún no se han empadronado. Estos dos condados (donde se encuentran Houston y San Antonio, las dos ciudades más grandes del estado) son de mayoría o pluralidad de latinos. De hecho, uno de cada cinco latinos de Texas vive en el condado de Harris. El condado Harris ya ha aplazado la implementación de su empadronamiento de votantes como resultado de esta y otras amenazas.
A los ojos de estos fascistas, alentar a ciertas personas a empadronarse para votar es actividad criminal, y estas demandas forman parte de una serie más amplia de medidas para suprimir el voto de los latinos. Los republi-fascistas también han tanteado la idea de colgar carteles en los vecindarios latinos con la advertencia de que es ilegal votar si no son ciudadanos, y de examinar minuciosamente los padrones de votantes en busca de “nombres étnicos” para cuestionar su derecho a votar. Una funcionaria electoral rural de Georgia que preguntó a los miembros de su personal si algunos de ellos hablaban español fue acusada de “reclutar a inmigrantes indocumentados para votar”3.
Las medidas así envían un mensaje claro a todos los latinos, incluidos aquellos que nacieron en Estados Unidos, a los ciudadanos naturalizados y a los inmigrantes legalmente documentados, de que votar podría ser peligroso, podría acarrear hostigamiento por parte de la policía o de los vigilantes justicieros, y podría atraer la atención hacia miembros de la familia que están tratando de legalizar su estatus. Se trata de una intimidación flagrante.
Paxton y otros republi-fascistas afirman que simplemente tratan de impedir que los no ciudadanos se empadronen. Votar ya es un delito mayor, y que podría conllevar la deportación, para los inmigrantes no ciudadanos, y además es extremadamente raro: literalmente, de hecho se dan unas pocas docenas de casos a nivel nacional4.
Pero esto es más que simplemente suprimir el voto de los latinos. Y es más que simplemente crear “pruebas” para afirmar que “las elecciones fueron robadas” si Trump pierde. Este esfuerzo está vinculado con toda la campaña fascista de alarmismo sobre los “inmigrantes ilegales” que son “criminales” y que intentan “apoderarse”, algo que han promovido organizaciones supremacistas blancas y antisemitas durante años, y ha sido combustible para una serie de asesinatos en masa de latinos y judíos. Como Paxton lo expresó en el programa de entrevistas de Glenn Beck: “Este era el plan, decirles a los cárteles: ‘Que traigan a las personas hacia acá lo más rápido posible, en la mayor cantidad posible, no vamos a hacer que se sigan escondiendo, los ubicaremos en los estados indicados’ … Quieren amañar las elecciones para que tengamos un país de partido único que no podamos arreglar’”.
- Alabama, Misisipí y Nebraska están tratando de despojar permanentemente a las personas condenadas por delitos mayores del derecho a votar, incluso después de haber cumplido su condena. Décadas de “encarcelamiento en masa”, “parar y registrar” y simplemente el racismo porcino común y corriente dieron como resultado que la tasa de condenas por delitos mayores entre los negros fuera el triple que la de la población en general. Ahora esa flagrante injusticia se está utilizando para seguir despojándolos de sus derechos como ciudadanos.
- Arizona y otros estados están tratando de imponer nuevas leyes que requieren prueba documental de ciudadanía para poder empadronarse, generalmente una acta de nacimiento o un pasaporte. Alrededor de 21.3 millones de ciudadanos estadounidenses en edad de votar no tienen o no pueden acceder fácilmente a los documentos necesarios. La semana pasada, Arizona —respaldada por otros 24 estados, solicitó a la Corte Suprema de Estados Unidos que aprobara la eliminación de 40.000 votantes de Arizona ya empadronados de los padrones electorales porque habían sido empadronados en un programa federal en el que juraron, bajo pena de perjurio, que eran ciudadanos, pero no se les requería que mostraran los documentos.
La Corte no lo aprobó, pero, muy significativamente, dictaminó que, en el futuro, Arizona podría hacer cumplir la ley a los nuevos empadronados. Esto impedirá que algunos voten, creará confusión y miedo entre otros y dará un impulso a proyectos de ley similares en otros 12 estados. Ahora la Convención Nacional Republicana (CNR) presiona para que se apruebe una ley federal que requiera estos documentos para votar, y se informa que Mike Johnson, el presidente republicano de la Cámara de Representantes, estaría “bajo presión” para “cerrar el gobierno” si no se aprueba la ley.
- En julio, la CNR llamó a la movilización de 100.000 de los llamados “observadores electorales” para asegurarse de que no “se roben” las elecciones. Al mediado de agosto, afirmaron haber reclutado a 157.000, con el objetivo de poder “observar” cada voto emitido y todo el recuento de papeletas. Pero cuando se refieren a “observadores electorales”, recuerden cómo los fascistas “vigilaron las urnas” en 2020. Recuerden a Detroit, donde los trabajadores electorales principalmente negros “pusieron manos a la obra y siguieron trabajando mientras una chusma… golpeaba las puertas y gritaban a los trabajadores electorales mientras contaban las papeletas”. Recuerdan Atlanta, donde Shaye Moss y su madre Ruby Freeman fueron acusadas de “manipular un dispositivo USB para supuestamente manipular votos” (el “USB” era en realidad un caramelo) y cómo eso “condujo a que ellas fueran inundadas de mensajes racistas y amenazas de muerte, hostigadas en su hogar y obligadas a dejar sus trabajos como trabajadoras electorales”.
- La CNR admite que reclutará a observadores electorales de suburbios predominantemente blancos y los enviará a zonas urbanas principalmente no blancas. Y por encima de este esfuerzo “oficial”, el presidente de la CNR admite que la CNR “tiene interfases” con otros grupos que realizan sus propias operaciones de “monitoreo”. Un estratega de la CNR describió a estos grupos como “pandillas errantes de civiles armados que creen que son agentes de la ley”.
- También hay grupos fascistas cristianos “freelanceros” que organizan a observadores electorales. El grupo “León de Judá” ha estado viajando por los estados indecisos de Michigan, Georgia, Arizona y Wisconsin, realizando campañas pro-Trump al estilo de las tiendas de avivamiento evangélico, reclutando a “observadores electorales” abiertamente con el objetivo de asegurar una victoria de Trump y diciendo que esta es una misión desde Dios para “ayudar a mi cuerpo a unirse como uno solo”. ¡Imagínense tener fanáticos religiosos partidistas como este “observando” a la gente mientras vota!
Todo esto tiene como objetivo “poner el pulgar en la balanza” de una elección que ya se prevé muy reñida. Y al mismo tiempo, ayuda a promover la mentira de que un gran número de personas están votando “ilegalmente”. Si Trump pierde, todo esto será “prueba” de que “las elecciones fueron robadas” y probablemente se utilizará para justificar la violencia para poner al “verdadero” presidente en el poder.
La semana que entra, Tercera parte: Los republi-fascistas toman el control del aparato electoral para poder sabotear la certificación de los votos