El régimen fascista de Trump sigue con el asesinato desenfrenado en las aguas frente a las costas de Venezuela y Colombia. Lo hacen ante la creciente condena internacional de esta grave violación del derecho internacional y estadounidense.
Secretario de Guerra Pete Hegseth
Como hemos dicho antes, los ataques de embarcaciones contra narcoterroristas continuarán hasta que se detenga el envenenamiento del pueblo estadounidense.
Hoy, bajo la dirección del presidente Trump, el Departamento de Guerra llevó a cabo un ataque cinético letal contra un buque operado por una Organización Designada Terrorista.
La embarcación traficaba narcóticos en el Caribe y fue golpeada en aguas internacionales. Ninguna fuerza estadounidense resultó herida en el ataque, y murieron tres narcoterroristas varones, que estaban a bordo de la embarcación.
A todos los narcoterroristas que amenazan nuestra patria: si quieren seguir vivo, dejen de traficar drogas. Si siguen traficando drogas mortales, los mataremos.
El 6 de noviembre, el ejército estadounidense mató a tres personas más en una embarcación en el Caribe. Una vez más, afirmaron estar apuntando a narcotraficantes que “representaban una amenaza inminente para Estados Unidos”. Una vez más, ninguna evidencia, en absoluto. Una vez más, no ningún reconocimiento de que, incluso si hubieran estado transportando narcóticos, este no es un delito punible con la muerte. Esto elevó el número total de muertos en su llamada “campaña antinarcóticos” en el Caribe y el Pacífico oriental desde septiembre al menos a 70.
Resuenan fuertemente las palabras del invierno pasado de Bob Avakian en su mensaje @BobAvakianOfficial REVOLUCIÓN #114, “Derrotar al fascismo de Trump y MAGA: Con la vista puesta en algunas futuras elecciones... o trabajar ahora para movilizar a millones de personas en torno a esta poderosa demanda unificadora: ¡Que se vaya el régimen fascista de Trump!”:
El fascismo de Trump es un régimen que despoja abierta y agresivamente los derechos básicos y declara flagrantemente que no existe ningún estado de derecho ni debido proceso legal más allá de lo que él mismo dicta, y que el poder destructivo puro y duro es lo que tiene que regir en el escenario internacional, sin siquiera la pretensión de adherirse al derecho internacional ni preocuparse por la soberanía, o incluso el derecho de existir, de los pueblos y países menos poderosos.
El régimen de Trump tiene una agenda más grande que las “drogas”— se trata de la dominación imperialista desnuda
El portaaviones USS Gerald R. Ford en camino hacia el Caribe para unirse a una enorme fuerza naval que amenaza a Venezuela, 1º de octubre de 2025. Foto: Marina de los Estados Unidos
Al mismo tiempo, el “Departamento de Guerra” de Trump continúa acumulando una enorme fuerza militar en el Caribe. El portaaviones más grande y letal del mundo ya se ha unido a la armada que ya estaba allí. El USS Gerald R. Ford, junto con tres destructores de la armada que lo acompañan, transportan a unos 5500 militares, lo que eleva a 15.000 el total de las fuerzas militares estadounidenses dirigidas a Venezuela. No han desplegado un grupo de ataque encabezado por un portaaviones para hundir pequeñas embarcaciones. Pero sí podría lanzar una ráfaga de ataques aéreos dentro de Venezuela. Estados Unidos no ha enviado tantos buques de guerra al Caribe desde la crisis de los misiles en Cuba de 1962 — cuando los imperialistas estadounidenses llevaron al mundo al borde de la guerra nuclear por la presencia de misiles guiados rusos en Cuba.
Desde mediados de octubre, la Fuerza Aérea estadounidense ha estado desplegando un avión de ataque desde El Salvador, operado por el Comando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea, una unidad que lleva a cabo “misiones delicadas”. El 160º Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales del Ejército, que llevó a cabo muchas operaciones antiterroristas con helicópteros en Afganistán, Irak y Siria, recientemente llevó a cabo lo que el Pentágono llamaban “ejercicios de entrenamiento” frente a las costas venezolanas.
El salvajismo abierto puede dar un salto
La semana pasada, en una votación de 51-49, los fascistas republicanos del Senado derrotaron la legislación de los democratas que habría limitado al régimen de Trump en atacar dentro de Venezuela. Trump también encargó a su Departamento de “Justicia” que elaborara una justificación legal para lanzar ataques dentro de Venezuela sin autorización del Congreso.
Todo esto significa que el salvajismo abierto en el Caribe continuará y muy posiblemente podría dar un salto repentino a la guerra. Esa guerra podría comenzar de una manera, pero descontrolarse hasta convertirse en otra cosa. Y al pensar en eso, ten en cuenta lo siguiente del mismo mensaje citado anteriormente:
Un régimen fascista como este requiere, al frente, a una persona como Donald Trump: un maníaco patológico, con el dedo en el botón nuclear, que nombra a peligrosos dementes y parásitos ávidos de poder a cargos clave.
Al mismo tiempo, puede que Trump y su régimen estén contando con la serie de ataques a embarcaciones y la creciente amenaza de fuerza militar masiva para lograr su objetivo de expulsar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sin usar toda esa fuerza para atacar directamente a Venezuela. Esto incluye provocar escisiones y deserciones dentro del régimen de Maduro, lo que podría obligarle a irse. E incluye trabajar con grupos de oposición con la esperanza de que puedan reemplazar a Maduro sin desencadenar un conflicto armado entre diferentes fuerzas dentro de Venezuela. Pero, de nuevo, nadie puede decir con certeza qué sucederá una vez que el genio de la guerra salga de la botella.
Un mensaje más allá de Venezuela
La armada estadounidense en el Caribe también está transmitiendo un mensaje a toda la región y más allá. Las acciones para destituir a Maduro son salvas iniciales en un esfuerzo estratégico por restablecer América Central, América Latina y el Caribe como el “patio trasero” indiscutible del imperialismo estadounidense. Eso significa recompensar a los aliados, aislar a los que se interponen en el camino, usar la violencia y la guerra cuando lo consideren “necesario”, y sobre todo, detener a China — que es el principal rival imperialista de Estados Unidos a nivel mundial con armas nucleares, y ha llegado a ser una fuerza económica creciente en América Latina.
Los sangrientos asesinatos en serie de Trump en los mares —y las amenazas de crímenes de guerra aún mayores contra Venezuela y otros países de la región— son completamente ilegales e ilegítimas. Estas acciones representan un peligro extremo para los pueblos de Venezuela, Colombia, para toda América Latina y para todo el mundo.