“Israel ha hecho algo verdaderamente increíble — ¡Israel ha conseguido convertir a judíos en nazis!” 
—Bob Avakian, 11 de noviembre de 2023

El plan de “paz” de Trump para Gaza abrió una ventana a aún más atrocidades israelíes: el secuestro y retención de miles de rehenes palestinos que fueron brutalmente torturados.

El plan de Trump exigía que Israel liberara a "250 presos condenados a cadena perpetua, además de 1700 gazatíes detenidos después del 7 de octubre de 2023, incluyendo a todas las mujeres y niños detenidos en ese contexto. Por cada rehén israelí cuyos restos sean devueltos, Israel devolverá los restos de 15 gazatíes fallecidos".

Los rehenes palestinos de Israel

¿Quiénes son estos 1.700 gazatíes? La mayoría son civiles palestinos capturados en Gaza y llevados a Israel para usarlos como moneda de cambio. Algunos fueron designados como “combatientes ilegales”, pero la mayoría nunca fueron juzgados ni siquiera acusados¹.

En otras palabras, con razón se puede considerar la mayoría, si no todos, ¡rehenes! Sin embargo, a pesar de todo la atención dirigida a los rehenes israelíes retenidos por Hamás, rara vez, o nunca, hablaron los políticos y los medios de comunicación estadounidenses de estos rehenes palestinos. Para que quede claro, la toma de rehenes civiles por parte de Hamás fue un crimen de guerra injusto. Pero la magnitud del sistema de rehenes israelí eclipsa lo que Hamás podría siquiera soñar.

Cuando estos cientos de rehenes palestinos fueron liberados, muchos mostraban signos de inanición, negligencia médica y tortura. Algunos emergían con un peso drásticamente inferior al normal, heridas permanentes o signos visibles de golpizas.

Un detenido declaró a Al Jazeera que “los torturaban ‘más de una vez al día’, los electrocutaban y les disparaban con balas de goma. Uno describió su detención como si estuviera en ‘un matadero’”. Otro describió 100 días esposado y golpeado, los ojos vendados.

Muchos regresaron a más tragedias y pesadillas. Haitham Salem fue arrestado en noviembre de 2024. Cuando fue liberado como parte del acuerdo de alto el fuego, cayó al suelo, agarrándose el estómago de dolor, balanceándose hacia adelante y hacia atrás, con las piernas temblorosas. ¿Qué le pasó? Acababa de enterarse de que sus hijas, de dos y cinco años, su hijo, de ocho, y su esposa habían muerto en ataques israelíes semanas antes.

La liberación de estos rehenes fue un día de alegría para muchos palestinos, y con razón. Pero mientras se animaba a los israelíes a celebrar, a los palestinos de Cisjordania se les amenazaba con gases lacrimógenos y detenciones si celebraban. 

Evidencia de muertes brutales y profanación de restos palestinos

Además de los rehenes vivos, ambas partes se comprometen a devolver los restos de los rehenes muertos. Pero mientras Hamás tiene que encontrar los cuerpos de los rehenes enterrados bajo los escombros, junto con los restos de miles de palestinos asesinados, Israel ha estado reteniendo cadáveres palestinos, nuevamente como moneda de cambio. Defensa de Niñas y Niños Internacional-Palestina informó en septiembre que Israel retenía más de 750 cadáveres, 45 de los cuales eran de niños. Estos se encuentran en morgues o en tumbas anónimas.

Esto también ha revelado la brutalidad, la deshumanización y el asesinato de palestinos, de corte nazi, que Israel y los imperialistas estadounidenses han mantenido deliberadamente envueltos en silencio durante mucho tiempo.

En primer lugar, se devuelven muchos de los cuerpos sin identificación alguna. Funcionarios del Hospital Nasser “dijeron que no recibieron información sobre quiénes eran ni cómo es que los tenía Israel”, informa el New York Times. Los cuerpos “solo estaban etiquetados con números asignados por Israel, pero sin nombres”.

Esto ha obligado cruelmente a las familias a buscar entre las fotografías, tratando desesperadamente de descubrir si los restos de sus seres queridos están entre los que Israel ha devuelto.

Aún más bárbaro es el hecho de que, según Al Jazeera, muchos cadáveres presentaran indicios de tortura, heridas de bala y las manos y piernas esposadas. Algunos incluso llevaban vendas en los ojos, lo que indicaba que habían sido ejecutados sumariamente. Otros tenían huellas de tanques en el cuerpo².

El Director General del Ministerio de Salud de Gaza describió los cuerpos “atados como animales, con los ojos vendados” y que “presentaban horribles signos de tortura y quemaduras que revelan la magnitud de los crímenes cometidos en secreto”.

Monitor Euromediterráneo de Derechos Humanos informa que examinó restos que “presentaban claras marcas de haber sido ahorcados, marcas de cuerdas alrededor del cuello, heridas por disparos a corta distancia, manos y pies atados con ataduras de plástico y vendas en los ojos”.

Es incluso posible que Israel haya extraído órganos de algunos palestinos. Un funcionario de la Oficina de Prensa de Gaza declaró: “Al examinar los cuerpos, descubrimos que faltaban grandes partes. Había medios cuerpos, cuerpos sin cabeza, sin extremidades, sin ojos y sin órganos internos”.

El sistema penitenciario de Israel: el “tercer frente” del genocidio

Todo esto es sólo la punta del iceberg del bárbaro sistema penitenciario de larga data de Israel.

Se calcula que desde 1967 Israel ha arrestado y encarcelado a un millón de palestinos, según el profesor de la Universidad de Nueva York Andrew Ross, quien califica las cárceles de Israel como el “tercer frente” de su guerra contra los palestinos en Cisjordania y Gaza.

Desde el 7 de octubre de 2023, más de 19.000 palestinos han sido detenidos en Cisjordania y Jerusalén, y hoy en día, más de 11.000 palestinos permanecen encarcelados en cárceles israelíes. Casi un tercio de ellos se encuentran en prisión sin cargos ni juicio, en régimen de “detención administrativa”. ¡Esto incluye a 400 niños!

Organizaciones de derechos humanos informan que los prisioneros palestinos sufren palizas, torturas, violaciones y privaciones extremas. Hombres y mujeres hablaron de música a todo volumen durante horas, ataques de perros, ahogamiento simulado, suspensión del techo y brutal violencia sexual y de género.

“La comida se redujo a una dieta de supervivencia, no teníamos agua caliente, tiempo en el jardín ni artículos de higiene, ni contacto con el mundo exterior, y estábamos hacinados en celdas de tres por cuatro metros que antes albergaban a la mitad de la gente”, le contó un preso a Andrew Ross. “He estado en prisión antes, y esto ya no era una prisión; era el Infierno de Dante”.

En los últimos dos años, más de 77 presos han muerto bajo custodia. En pocos casos se le devolvió el cuerpo a su familia³.

Israel sigue encarcelando a destacadas figuras palestinas a pesar de las peticiones de muchas fuerzas de que sean puestas en libertad. Incluyen al Dr. Hussam Abu Safiya, director del hospital Kamal Adwan de Beit Lahia, y el conocido y respetado dirigente político Marwan Barghouti, que hace poco fue golpeado con saña por los guardias israelíes de la prisión⁴.