“Si esto fuera lo único que este sistema tiene de mal, ¡sería más que suficiente motivo para barrerlo de la faz de la Tierra!”, Leo del Cuerpo Revcom-Chicago, citando a Bob Avakian
El 6 de julio, Sonya Massey, de 36 años, fue asesinada por un puerco policía de Springfield, Illinois, que le disparó en la cara y la mató. Cuando salió un video que mostraba su ejecución a sangre fría, la gente en Springfield, en todo Illinois y en todo el país se indignó. ¡Otra persona negra asesinada a tiros por policías merodeadores y asesinos! Como escribió Revolución la semana pasada: “Puercos desalmados que imponen un sistema desalmado. ¡¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!!”
El 26 de julio, EL CUERPO REVCOM sostuvo un mitin de agravios para denunciar el asesinato de Sonya Massey, frente al Centro de Organización Revolución en el vecindario South Side de Chicago, uno de los mayores centros de población negra en Estados Unidos. Cuando Leo pronunció las palabras con las que se inicia este artículo, él y otra miembro del Cuerpo Revcom estaban rodeados de personas que sostenían carteles con fotos de personas asesinadas por la policía. Estaban frente a una gran cantidad de cámaras de televisión y reporteros, y la noticia se transmitió en todas las emisoras de televisión locales esa noche.
El moderador del mitin fue otro miembro del Cuerpo Revcom, que también dirigió los canticos: “De los cazadores de esclavos, hasta el Ku Klux Klan, y los policías asesinos de hoy día, condénenles a todos y métanlos en la cárcel, todo el maldito sistema es culpable, carajo”; “Digan su nombre, Sonya Massey”; y “¡No más! ¡Dejen de matarnos!”.
Al recorrer el vecindario alrededor del Centro Revolución, los revolucionarios descubrieron que casi todos los que conocimos habían visto el video en el que un puerco policía de Springfield le dispara a Sonya en la cara, después de que fue ella la que llamó al 911 por temor a un merodeador. La indignación de la gente era palpable.
Varias personas hablaron en el mitin: un vecino y un pequeño empresario que sostenía una foto de Paul O’Neal, un joven al que ayudó a criar, asesinado por la policía de Chicago en 2016.
La reverenda Jennifer Stephens, una ministra metodista del del lado norte de Chicago, leyó una declaración que condena este ultraje, llamó a la multitud a recordar la humanidad de Sonya y terminó con: “¡No más! ¡Basta ya!”.
Gloria Pinex sostenía un cartel con una foto de su hijo Darius, asesinado por la policía de Chicago en 2011. Dijo: “Estoy aquí de pie en solidaridad con mi familia y todas las demás familias que perdieron la vida a manos de la policía. Estoy furiosa otra vez. A mi hijo me robaron hace 13 años, 13 largos años y todavía no se ha hecho justicia para él. Así que otra vez estoy aquí, ‘sin justicia, no hay paz’ y sí, estoy con los revcom. Estoy cien por ciento con ellos”.
Leo leyó lo siguiente de un discurso de Bob Avakian en 2018:
...en la manera en que Estados Unidos fue construido, y para los de arriba en este país, la humanidad del pueblo negro nunca ha contado para nada — nunca los han valorado como seres humanos, sino objetos nada más, para ser explotados, oprimidos y reprimidos. Seis años después, tras una cadena continua de asesinatos policiales a sangre fría, yo repetiré lo que dije en ese entonces: ¿Cuántas veces más tiene que ocurrir esto? ¡¿Cuántas veces más tienen que brotar las lágrimas y los llantos de angustia y rabia de los corazones dolidos de las personas?! ¡¿Cuántas veces más, tras otro más de estos escandalosos asesinatos perpetrados por la policía, tenemos que escuchar esas palabras que echan gasolina sobre las llagas que ya nos arden: “homicidio justificado, uso justificado de la fuerza” por la policía?! ¡¿Cuántas veces más?!
Prendidos por esas palabras y gritando “¡No más!”, nos tomamos la calle y marchamos por parte del vecindario South Shore, teníamos pancartas con fotos de personas a las cuales policías asesinos les han robado la vida.