Mahmud Jalil en libertad el 20 de junio de 2025. Foto: ACLU
Tras más de tres meses en un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Luisiana, el 20 de junio por fin pusieron en libertad a Mahmud Jalil. El régimen fascista de Trump está persiguiendo a Mahmud, recién graduado de la Universidad de Columbia, por su destacado papel en las protestas estudiantiles contra el genocidio israelí en Gaza, respaldado por Estados Unidos, y la complicidad de la universidad.
Justo después de salir de la prisión del ICE, Mahmud dijo: “La justicia prevaleció, pero ya era hora”. Añadió que dejaba atrás a más de 1.000 hombres con los que estuvo encarcelado, quienes “ni siquiera deberían haber estado allí. La administración Trump está haciendo todo lo posible por deshumanizar a todos aquí”. Al preguntársele si tenía algún mensaje para la administración Trump, Mahmud dijo: “Eligieron a la persona equivocada para esto. Eso no significa que exista una ‘persona indicada’ para esto. No hay ninguna persona indicada que deba ser detenida por protestar contra un genocidio, por protestar contra su universidad, la Universidad de Columbia, la que está invirtiendo en el genocidio del pueblo palestino”.
Vídeo en vivo en inglés: Liberan a Mahmud Jalil de un centro de detención migratoria.
La liberación de Mahmud Jalil es una gran derrota para el régimen fascista de Trump, y una victoria para el pueblo. Esto sigue a la liberación de otros estudiantes detenidos por el ICE, injustamente perseguidos por alzar la voz por el pueblo palestino. Continúa la lucha: Mahmud y otros estudiantes aún se enfrentan a la amenaza de la deportación. Funcionarios de la Casa Blanca afirmaron que están apelando la liberación de Mahmud. Pero por ahora, Mahmud Jalil puede regresar a su casa en Nueva York y librar la lucha junto a su familia, su equipo legal y sus simpatizantes.
Secuestrado y perseguido por ponerse de pie contra el genocidio
Mahmud Jalil, que tiene una tarjeta verde, fue arrestado el 8 de marzo frente a su domicilio en la ciudad de Nueva York por agentes federales que se negaron a identificarse y lo separaron a la fuerza de su esposa, Noor Abdalla, quien entonces tenía ocho meses de embarazo. Mahmud es un palestino que creció en Siria y emigró a Estados Unidos. En las 24 horas siguientes a su arresto, fue llevado de un centro de detención a otro, y luego trasladado en avión a un campo de detención del ICE a 2.250 kilómetros de distancia, en Luisiana, aislado de sus abogados y familiares. El gobierno actuó para deportarlo y privarlo de su residencia permanente.
EL campamento por Palestina de los Estudiantes de la Universidad de Columbia, 15 de abril de 2024. Foto: Especial para revcom.us
El 11 de junio, un juez federal en Nueva Jersey, Michael Farbiarz, dictaminó que el gobierno no podía seguir reteniendo a Mahmud Jalil con base en la Ley de Inmigración y Nacionalidad. El secretario de Estado de Trump, Marco Rubio, había invocado dicha ley tras el arresto de Mahmud Jalil para arrogar la autoridad de deportar de Estados Unidos a personas no ciudadanas (incluidas aquellas con residencia permanente y otros tipos de estatus legal, como Mahmud) si su presencia “pudiera tener consecuencias adversas potencialmente serias para la política exterior” o “comprometiera un interés imperioso de la política exterior estadounidense”. ¿El supuesto fundamento para tomar esta decisión? Sus “creencias, declaraciones o asociaciones pasadas, presentes o esperadas que, por lo demás, son lícitas”.
Mahmud Jalil no ha sido acusado de ningún delito. Rubio acusó a Mahmud de participar en “protestas antisemitas y actividades disruptivas que fomentan un ambiente hostil para los estudiantes judíos en Estados Unidos”. El régimen de Trump afirma que su continua presencia en Estados Unidos supuestamente perjudica “intereses fundamentales estadounidenses” y objetivos de política exterior.
La acusación de “antisemitismo” es una mentira flagrante: oponerse al genocidio, a Israel o al sionismo NO es antisemitismo (el odio o el prejuicio contra los judíos como un pueblo). Mahmud se ha pronunciado pública y sistemáticamente contra el antisemitismo y otras formas de intolerancia. Pero Rubio decía la verdad en cuanto a una cosa: las protestas “disruptivas” han golpeado a un interés clave de la “política exterior estadounidense”: el apoyo estadounidense a Israel, incluido su genocidio contra los palestinos en Gaza, como bastión militar clave para los intereses imperialistas estadounidenses. El régimen fascista de Trump está amenazando a Mahmud Jalil con deportarlo de Estados Unidos por el “delito” de haber alzado la voz y protestado contra las políticas estadounidenses, por ejercer derechos que se supone están garantizados por la Constitución.
Durante sus tres meses en la prisión del ICE, Mahmud no pudo presenciar el nacimiento de su hijo, Deen, ni su graduación de la Universidad de Columbia. No obstante, se ha pronunciado sin pelos en la lengua contra esta represión. En una carta dirigida a Deen desde la prisión, que hizo pública, Mahmud declaró: “Algún día, quizás te preguntes por qué se castiga a la gente por ponerse de pie por Palestina, por qué la verdad y la compasión parecen peligrosas para el poder. Son preguntas difíciles, pero espero que nuestra historia te muestre lo siguiente: el mundo necesita más valor, no menos. Necesita personas que prioricen la justicia por encima de la conveniencia”. (Lea esta carta en español aquí, y escuche la lectura de esta carta en inglés por Mark Ruffalo, Mahershala Ali, Tom Morello y otras personalidades).
En su fallo del 11 de junio, el juez Farbiarz dijo que el uso por parte del gobierno de la Ley de Inmigración y Nacionalidad como justificación para acusar a Mahmud Jalil probablemente sería declarado inconstitucional y, por tanto, ya no podrían detenerlo bajo ese razonamiento. De ahí, los abogados del régimen de Trump presentaron una nueva justificación falsa para mantener a Mahmud Jalil en prisión: alegaron que Mahmud omitió varios datos en su solicitud de residencia permanente sobre su historial laboral y su participación en ciertas organizaciones antes de llegar a Estados Unidos, incluida una agencia de las Naciones Unidas que ayuda a los refugiados palestinos. Uno de los abogados de Mahmud Jalil dijo que esta justificación adicional era “completamente falsa y estaba en represalia por su actividad protegida por la I Enmienda, al alzar la voz sobre lo que está pasando en Gaza”.
Mahmud y su equipo legal presentaron nuevos documentos ante el tribunal que solicitaban su libertad. El 20 de junio, el juez Farbiarz dictaminó que el gobierno debía poner en libertad bajo fianza a Mahmud Jalil a la espera de los resultados del caso de deportación.
¡Alto a la deportación fascista de Mahmud!
El arresto de Mahmud por parte del régimen de Trump y el incesante campaña de éste para deportarlo han formado parte de sus esfuerzos por consolidar a martillazos rápidamente un sistema “legal” radicalmente diferente, uno que “despoja abierta y agresivamente los derechos básicos y declara flagrantemente que no existe ningún estado de derecho ni debido proceso legal más allá de lo que él mismo dicta”, como lo expresó el líder revolucionario Bob Avakian.
Desde el arresto de Mahmud Jalil, el gobierno ha revocado las visas a cientos de estudiantes, recién graduados y otras personas afiliadas a universidades, o les ha cambiado el estatus migratorio. Y el fascismo de Trump y MAGA en general ha ido a nuevas alturas con el aumento de las redadas y la represión del ICE en Los Ángeles, así como con el embate a nivel nacional contra los inmigrantes y el estado de derecho. Si se permite que el régimen de Trump salga impune deportando a Mahmud, abrirá aún más las compuertas a más detenciones y deportaciones, posiblemente lo que incluye a ciudadanos estadounidenses. Hace falta oponerse a esto y pararlo.