Unos 20.000 manifestantes, principalmente jóvenes radicales, se reunieron en Berlín con motivo del “Revolutionäre Mai. 1” — Primero de Mayo Revolucionario. Los últimos acontecimientos han conmocionado al país: millones de personas están profundamente preocupadas, en particular, por la guerra en la cercana Ucrania y por el rumbo que podrían tomar las cosas allí, así como por la respuesta del gobierno alemán a todo esto: su dramático aumento del gasto militar junto a Estados Unidos y su rabiosa reactivación de la búsqueda de la gloria de Alemania y de las ambiciones globales del país, hasta ahora frustradas. El fantasma de miles de jóvenes descontrolados en las calles de la capital del país en esta situación crítica provocó un fuerte ataque de parte de las autoridades, que lanzaron graves amenazas contra la manifestación y movilizaron a miles de policías, muchos centenares de ellos con equipo antidisturbios que flanquearon a los manifestantes a lo largo de toda la marcha.

En medio de esta desafiante oleada de resistencia y rebeldía, un pequeño contingente de fervientes partidarios del nuevo comunismo, procedentes de media docena de países, se reunió en torno a una gran pancarta de cuatro metros de ancho en la que figuraban los lemas del Primero de Mayo Revolucionario (véase la foto). El mensaje del contingente tuvo una poderosa repercusión. Una joven rusa que estudia en Berlín expresó el estado de ánimo de muchas personas que se sienten desesperanzadamente atrapadas en la dinámica actual: “Lloro casi todas las noches, de furia, desesperanza y frustración. Odio esta guerra. Odio lo que está haciendo mi gobierno. Tengo muchas ganas de hacer algo. Pero no veo qué hacer que no empeore las cosas”. Una mujer italo-alemana dijo mucho de lo mismo. Nos contó que había estado buscando un programa de “escudos humanos” para situarse entre las partes enfrentadas en Ucrania, y expresó su profunda frustración por el hecho de que tanta gente a su alrededor se viera envuelta en la avalancha de propaganda a favor de la guerra, o simplemente fuera pasiva ante todo esto. Que tan vital lo fuera que estas jóvenes mujeres y muchas otras personas como ellas manifestaran un enorme interés por el análisis y la perspectiva reflejados en los materiales distribuidos, con la distribución de casi 3.000 ejemplares del volante del Grupo del Manifiesto Comunista Revolucionario (GMCR). Se abrieron muchos debates a la sombra de la pancarta en los que se debatía la posibilidad de romper con ambos bandos en la guerra. Muchos se interesaron por el análisis de Bob Avakian de los momentos poco comunes que estamos viviendo, con un creciente reconocimiento de la manera en que las propias dinámicas que amenazan con tal catástrofe de hecho pueden impeler a millones de personas a cuestionar como nunca antes la manera en que están las cosas. Muchas personas se acercaron a hacer preguntas para conocer mejor la perspectiva del GMCR y de las otras pancartas. La posibilidad de que se den transformaciones cruciales en el modo de pensar de las personas y la urgencia de actuar de forma diferente parecían tener sentido y resonaban en los debates. Aprovechar esto para forjar realmente una salida depende tan críticamente de que personas como ellos se pongan al frente para empezar a comprometerse con este análisis y formen parte de una fuerza que pueda impactar en la desastrosa trayectoria actual de la guerra... y de ahí que de hecho empiecen a cambiar la forma de pensar de millones de personas, sobre la guerra, y sobre la posibilidad de una forma de ser totalmente nueva para la humanidad. La versión alemana de los tres artículos de “Un principio básico sobre la guerra en Ucrania” fue una herramienta crítica para hacer eso, y también se repartió ampliamente.

La importancia de esta orientación y la forma en que se concentra en nuestras consignas se nos hizo aún más evidente a medida que avanzaba el fin de semana del Primero de Mayo. Una manifestación previa al Primero de Mayo, de unos cientos de personas, se movilizó bajo el lema “No a una guerra pero sí a una guerra de clases”, que era similar a la convocatoria del propio Revolutionäre Mai. 1 mucho más grande, que tuvo una presencia muy pesada de un bloque Klassenkampf (lucha de clases) de corrientes autónomas y de diferentes políticas de oposición, muchas de ellas influenciadas por el pensamiento anarquista. Estas fuerzas denunciaron duramente la manera en que la pandemia y el fuerte aumento de los precios de la energía resultantes de la guerra estaban afectando desproporcionadamente a los pobres, y hubo gritos militantes de oposición a la manera en que el aumento del gasto militar de Alemania estaba intensificando esta situación. Pero había que elevar la vista mucho más allá de ello para entender que toda esta miseria y los peligros mucho más grandes que se presagian en el horizonte se derivan del funcionamiento del propio sistema imperialista capitalista mundial. Lo que se necesitaba urgentemente no era centrar la atención de estos jóvenes radicales en la lucha por un mejor trato para el pueblo alemán dentro de los límites del orden existente, sino examinar la guerra en Ucrania y los demás horrores infligidos por este sistema desde el punto de vista de los emancipadores de la humanidad. Como decía el volante del GMCR: “Hoy, mientras la rivalidad entre los imperialistas se intensifica y los imperialistas alemanes intentan desprenderse de los grilletes de la vergüenza por los indecibles horrores de su historia criminal y unirse a los demás belicistas imperialistas en la carrera por un imperio, en Die Grune vitorea por una máquina de guerra verde, ¿simplemente nos limitaremos a observar y a permitir que sean “buenos alemanes” una vez más, o ¡tomaremos partido firmemente con la humanidad oprimida y nos pondremos de pie con osadía para oponernos a sus maniobras bélicas como nunca antes!?”. La importancia crítica de lanzar este grito de batalla se nos puso de manifiesto a la mañana siguiente, cuando Der Spiegel, el semanario de mayor circulación de Alemania, saludó la “revelación” de Die Grune como paladines descarados del belicismo alemán con una foto de portada del dirigente de Die Grune en el Bundestag y el titular sarcástico de celebración, “Los verdiolivos” (¡jugando con la forma en que el Partido Verde ecologista se ha recurrido a vestirse los uniformes verde caqui de la maquinaria de guerra alemana!)

Este enfoque también subrayó la importancia de asumir la lucha de los comunistas revolucionarios de nueva aparición provenientes de Afganistán. El llamamiento del Movimiento del Nuevo Comunismo de Afganistán (JAKNA) al pueblo ucraniano estaba disponible en cinco idiomas: francés, inglés, alemán, turco y persa. El sentido llamamiento a aprender de la amarga experiencia propia del pueblo afgano para forjar una salida contra los monstruos imperialistas tanto de Rusia como de Estados Unidos-la OTAN también despertó un intenso interés, y se distribuyeron cientos de copias de la declaración. La gente también se llevó mucha literatura revolucionaria del Partido Comunista de Irán (mlm) y se interesó intensamente por la forma en que expresa la perspectiva revolucionaria del nuevo comunismo en esta parte clave del Medio Oriente. Su batalla para hacer frente a los horrores que el sistema imperialista y el fundamentalismo islámico reaccionario han estado infligiendo a su tanto tiempo sufrido pueblo y sus esfuerzos por forjar una salida del control estrangulador de estos dos monstruos fue un luminoso ejemplo para todos del espíritu del Primero de Mayo internacionalista revolucionario. El músico revolucionario afgano Shekib Mosadeq deleitó y entusiasmó a la multitud con dos ardientes canciones internacionalistas.

Mucha gente también se acercó a la hermosa pancarta de la Campaña Internacional de Emergencia (CIE) y tomó fotos de los retratos de varios de los prisioneros políticos en Irán, que fueron celebrados por el contingente como héroes de nuestros tiempos, luchadores en las primeras líneas por un mundo mejor. Todo nuestro surtido de volantes se agotó incluso antes de que terminara la marcha.