Últimamente, algunos de nosotros que somos parte de esta revolución hemos llevado mucha lucha sobre la forma en que en realidad entendemos el análisis de Bob Avakian de que el presente es un “momento poco común” en el que una revolución es más posible. Hablando por mí mismo, siento que he leído este análisis docenas de veces, y que justo ahora empiezo a dar cuenta de que lo entendí incorrectamente — debido a errores metodológicos de mi parte, y creo que porque colectivamente necesitamos más de una cultura de abordar este análisis de una manera viva, en lugar de repetir las mismas formulaciones.

Así que permítanme explicar la forma en que lo entendía anteriormente en comparación con la forma en que lo entiendo ahora, y espero que esto contribuya a aclarar las cosas para los demás.

Lo que me ha quedado claro: un momento sin precedentes

Lo que me ha quedado claro es que nos encontramos en un momento sin precedentes en el que —en el contexto de la intensificación de los cambios y desafíos económicos, geopolíticos, demográficos y de otro tipo para este sistema— los republicanos se han convertido en un partido totalmente fascista y han desatado a una base social fascista que ahora está “soltado de las cadenas”, como dijo BA en las Entrevistas de El Show RNL. El desarrollo de este partido y base fascista ha sido un proceso, que tiene una larga historia que se remonta a la Confederación esclavista, una historia más corta que se remonta a décadas, y saltos más recientes con la campaña de Trump de 2016, y luego nuevamente de manera grande en el contexto de las elecciones de 2020 y la intentona de golpe de estado, con una purga adicional del partido, un azuzamiento continuo de la locura en el contexto de la Covid y la consolidación de la “gran mentira” al interior del partido y base. BA ha analizado todo eso a fondo.

Debido al endurecimiento de este partido y base fascistas, y a su determinación de imponer su agenda fascista —la que consideran un factor esencial para mantener la posición dominante de Estados Unidos y “hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza”—, no aceptarán ninguna unidad, excepto bajo sus propios términos. Al luchar para imponer su agenda, tienen ganas de echar por tierra las normas en la sociedad post-Segunda Guerra Mundial (derechos básicos y valores sociales aceptados) y echar por tierra normas institucionales de gobernanza aún más antiguas (de tratar al otro sector de la clase dominante como enemigos, de apoderarse de las instituciones de la clase dominante que se interponen en su camino, o atacarlas, socavar el estado de derecho o simplemente convertir el poder judicial en una herramienta partidista a favor de sus objetivos, y lo mismo con las elecciones). Y su base social está cada vez más armada y con ganas (no renuente, pero con ganas) de una guerra civil para acabar con todos aquellos a quienes odian.

El sector no fascista de la clase dominante puede ver el peligro que esto representa en algún nivel, pero debido a sus intereses de clase principalmente quiere sanar las divisiones: están muy renuentes a alzar la voz contra este fascismo por lo que es, o a movilizar a la gente en su contra, debido a la manera en que eso podría poner el tela de juicio al propio sistema. El problema es, una vez más, que los fascistas no aceptarán la reconciliación, excepto bajo sus términos. Y los esfuerzos del sector no fascista para combatir y restringir a los fascistas solo conducen a más reacciones de parte de los fascistas. Por ejemplo, la impugnación contra de Trump ya ha llevado a los fascistas a declarar la ilegitimidad de las próximas elecciones en caso de que pierdan, y a amenazar con aún más violencia. Todo esto ha llevado a profundizar y agudizar las divisiones al interior de la clase dominante y todas sus instituciones (incluidas las fuerzas armadas), y en la sociedad — algo sin precedentes desde la Guerra Civil. Y, derivado de todo eso, como ha analizado BA, es muy probable que los fascistas actúen para tomar y asegurar el poder, de una forma u otra, en las próximas elecciones.

Donde he entendido esto incorrectamente: no simplemente el empeoramiento de los horrores, sino una crisis de legitimidad

Donde he entendido esto incorrectamente es en la manera en que todo esto hace más posible la revolución. Comencemos con la sección de “Algo terrible, O algo verdaderamente emancipador” que lo explica y la que citamos con mucha frecuencia:

Esta situación poco común, con la profundización y la agudización de los conflictos entre los poderes gobernantes, y en la sociedad en general, pone una base más fuerte y oportunidades más grandes para romper el control de este sistema sobre las masas de personas.

Es extremadamente importante comprender lo siguiente de manera profunda:

A medida que se desarrolle esta situación, y la clase dominante tenga cada vez menos capacidad de gobernar según la anterior manera de hacerlo, es posible que se vuelvan cada vez más agitadas y caóticas la sociedad y la vida cotidiana de las masas de personas, de diferentes partes de la sociedad, con frecuentes “trastornos” de la manera “normal” en que las cosas han existido.

Y a medida que la “manera normal” en que se ha gobernado a la sociedad deje de mantener la articulación de las cosas —y la sociedad esté desgarrándose cada vez más—, es posible que esto haga flaquear la creencia de la gente en que “la manera en que siempre han sido las cosas” es la única manera en que las cosas pueden ser. Puede hacer que haya más receptividad en la población a cuestionar —en un sentido real puede obligar a la gente a cuestionar— la manera en que han sido las cosas, y si tienen que seguir siendo así. Y es mucho más probable que esto ocurra si las fuerzas revolucionarias están en la sociedad entre las personas arrojando una luz sobre la realidad más profunda de lo que está ocurriendo, y por qué, y explicando que SÍ QUE EXISTE una alternativa a vivir así.

Para ir al grano, lo he entendido mal como un proceso lineal en el que los fascistas hacen cosas cada vez más horribles, desde el gran escenario y hacia abajo en la vida cotidiana de las personas, lo que sacudirá cada vez más a las personas, obligándolas a cuestionar y haciéndolas más receptivas a escuchar lo que nosotros tenemos que decir. Un subproducto de este entendimiento erróneo es que cuando la realidad no se ajusta a eso —por ejemplo, cuando salimos en las calles para hacer agitación acerca de los horrores actuales de lo que les está pasando a las personas LGBTQ y a las mujeres, y los casos recientes de la Corte Suprema, y los transeúntes pasan por ahí aparentemente ignorantes e indiferentes ante todo eso (que no son sacudidas)—, el análisis del momento poco común comienza a sentirse como un deus ex machina abstracto que usamos para hacer que nos sentamos mejor, y comenzamos a buscar artilugios (como peleas verbales con los reaccionarios, quienes no nos están ignorando) a fin de despertar a esos cabrones de mierda.

Además, he entendido el significado de las divisiones en la cúpula, y al interior de las instituciones, principalmente bajo los términos de las formas en que literalmente debilitan la capacidad de la clase dominante para aplicar su represión contra el pueblo revolucionario.

El proceso concreto descrito es mucho más ideológico. Volvamos a los primeros criterios para una situación revolucionaria, también de “Algo terrible, O algo verdaderamente emancipador”:

Una crisis en la sociedad y en el gobierno que sea tan profunda y que trastorne tanto “la manera acostumbrada de hacer las cosas”, que aquellos que nos han gobernado, durante tanto tiempo, ya no puedan hacerlo de la forma “normal” la que, por su condicionamiento, la gente acepte.

Ahí mismo se puede ver que de lo que se habla, no es solo una cuestión de los horrores que le están cayendo sobre la gente, sino de la legitimidad de este sistema. En otras palabras, la importancia de que se están peleados entre sí los dos sectores de los gobernantes no es solo que los distrae de reprimir al pueblo revolucionario o algo así, sino que revela ante todos las grietas al interior del edificio de este sistema, lo que quita la sensación de poder y permanencia y el temor supersticioso que la gente tiene por este sistema y sus instituciones. De verdad apaga el “resplandor rosado” de Estados Unidos el hecho de que los gobernantes están en un constante estancamiento y ni siquiera pueden lidiar con cosas básicas como la Covid y los tiroteos en las escuelas, sin mencionar cosas como los sin techo y el cambio climático (lo que señala la estrecha interrelación entre el momento poco común y las crisis generadas por el funcionamiento normal de este sistema) — al mismo tiempo que China va en ascenso y, en algunos sentidos económicos, está superando a Estados Unidos, como potencia imperialista. Como lo expresó la Declaración hace más de dos años:

Estas divisiones y conflictos han abierto grandes boquetes en el camuflaje de este sistema, poniendo aún más al descubierto su verdadera naturaleza y la mentira de que éste es “el mejor país del mundo”, la “luminosa luz de la libertad” y el “líder del mundo libre”.

Solo aumenta la sensación de la gente de que el futuro es realmente sombrío el hecho de que los fascistas están apaleando los medios acostumbrados vía los cuales las personas han sido condicionadas para abordar sus quejas —elecciones, reformas, etc.— y que la máxima corte del país tiene una gran mayoría fascista... y que Biden y los demócratas no tienen soluciones para la intensificación de los ultrajes que genera su sistema y que para nada inspiran a la gente decente.

Lo que pasa está relacionado mucho más con los siguientes versos de La segunda venida, de William Butler Yeats, que con el concepto político lineal que yo tenía:

Girando y girando en el remolino que se ensancha
el halcón no puede oír a su cetrero;
todo se desmorona; el centro no puede sostenerse;

Pensé que era muy ilustrativo el perfil de Richard Haass (presidente del Consejo de Relaciones Exteriores) que sacó el New York Times. Este importante pensador-agente de la clase dominante, que ha asesorado a presidentes demócratas y republicanos durante décadas, dice que juzgó mal a Trump. Pensó que Trump sería moderado por la presidencia; en cambio, Trump redobló esfuerzos y se volvió más extremo. ¡Ahora dice que Estados Unidos es la amenaza más grande para el orden global! Y quiero resaltar el siguiente párrafo del artículo:

A lo largo del último siglo, Estados Unidos ha experimentado otros períodos de división y discordia — el Jim Crow, el macartismo, Vietnam, los derechos civiles, Watergate. Los asesinatos, los disturbios y la guerra de 1968 a menudo vienen a la mente como un año singularmente miserable en la vida de la nación. Pero el Sr. Haass ve el momento actual como algo aún peor. “Estas no eran amenazas para el sistema, para el tejido”, dijo. “Es por eso que creo que el momento actual es más significativo”.

Nótese: amenazas para el sistema y para el “tejido”. ESTO es lo que está sacudiendo a la gente y en varios sentidos, es lo que está poniendo en tela de juicio la permanencia del orden actual. Lo que en realidad no entendí hasta ahora es que ya nos encontramos en las etapas iniciales de una gran crisis de legitimidad.

Espontáneamente, a corto plazo, las masas se están volviendo peores... pero el suelo se mueve bajo sus pies.

Había estado pensando que las masas son principalmente indiferentes a la situación objetiva extrema (como si hubiera una pared de ladrillos entre las masas y la realidad). De hecho, esta realidad está afectando a las masas de muchas formas diversas. ¡Espontáneamente, en el período inmediato, esta realidad las está haciendo PEOR de lo que han estado desde que tengo memoria! Desesperanza en masa; depresión, ansiedad y suicidio a máximos históricos; el desenfreno del individualismo virulento, indiferente y autocomplaciente; la “wokeness” (concienciación) cada vez más desquiciada; la propagación de teorías de conspiración antisemitas; la capitulación y acomodación casi universal a los horrores (la analogía de Sunsara Taylor sobre treparse más alto en el barco que se hunde); las personas que se aferran aún más desesperadamente a las ilusiones democráticas burguesas. Algunos fenómenos sociales son más contradictorios: las personas tienen menos fe en las instituciones y, por lo tanto, toman los asuntos en sus propias manos (como señaló Lenny Wolff, esto es parte del contexto del asesinato de Jordan Neely por parte de los justicieros reaccionarios); todas las categorías políticas y sociales se están armando más, y las encuestas muestran más apoyo para la “violencia política”, y no solo entre los reaccionarios (una encuesta reciente mostró que el 12,4 por ciento de los estadounidenses creen que el “uso de la fuerza” está justificado para restaurar el derecho federal al aborto).

En su nuevo artículo, “Una revolución: importantes puntos de viraje y oportunidades poco comunes”, BA escribe:

Esta posibilidad quizá no se evidencie, y generalmente no se evidencia en lo inmediato, y por el contrario lo que con más frecuencia se ve fácilmente en la superficie es la forma en que, a corto plazo, la situación está agravándose.

Esto también me recuerda lo que BA escribió hace siete años en El Nuevo Comunismo sobre el deterioro del “sueño americano”:

Este es otro fenómeno que, estratégicamente, es favorable pero presenta muchas contradicciones a corto plazo. Es estratégicamente favorable, entre otras razones, por lo que da a entender el subtítulo de este libro, El sueño americano en crisis, porque el “sueño americano” es lo que podríamos llamar un “mito cohesionador” de esta sociedad, un pegamento ideológico que la mantiene unida, y un puntal esencial de la legitimidad del sistema en Estados Unidos. En otras palabras, la idea de que si uno trabaja duro, podrá salir adelante, o por lo menos sus hijos tendrán una vida mejor de la que uno tuvo. Hoy, para mucha gente, incluida mucha gente blanca, eso ya no es cierto…

Claro que hay aspectos negativos que acompañan la socavación del “sueño americano”. En algunas expresiones, conduce a las personas a posiciones y organizaciones abiertamente reaccionarias y de corte fascista, mientras que en otros casos solamente conduce a la gente a formas de vida desmoralizadas. Una expresión de este último es el creciente fenómeno de las personas, entre ellas personas a lo largo y ancho de las zonas rurales y pueblos pequeños, adictas a drogas como el Oxycontin —analgésicos— que luego empiezan a consumir heroína. Aunque, al mismo tiempo, hay factores positivos que también tenemos que reconocer y sobre los que tenemos que trabajar para afectar, desde una perspectiva estratégica, hacia la revolución. En términos estratégicos, está muy bien si se socava el mito del “sueño americano”. En lo inmediato no todos los resultados que esto produce son positivos; pero estratégicamente es un factor favorable, sobre el que tenemos que trabajar activamente, al hacer que las cosas avancen hacia la revolución.

El propósito de citar esto no es que nos encontremos en la misma situación que en 2016 cuando se escribió el libro. Claramente, las cosas han dado un salto, y lo que estamos enfrentando ahora no es solo la erosión gradual del Sueño Americano por parte de las fuerzas económicas, sino una aguda crisis de legitimidad provocada por un partido fascista que está librando una guerra contra las antiguas normas cohesionadoras. Pero lo que aprecio de este pasaje es el método dialéctico no lineal, la forma en que BA puede ver la ventaja estratégica a pesar del efecto ideológico negativo en el sentido inmediato.

En este momento, el suelo se está moviendo bajo los pies de las personas, y la situación las está impulsando a éstas a entrar en movimiento. El movimiento no es resistencia en las calles. El movimiento es principalmente ideológico en este momento, y es abrumadoramente, en términos históricos, MALO. Pero el suelo se está moviendo, y las personas están en movimiento. En muchos sentidos, se le está aflojando activamente el “control ideológico de parte de este sistema sobre las masas de personas”. Al mismo tiempo, se tiene el parasitismo de esta sociedad, la incesante propaganda de este sistema y la intervención activa constante de otras fuerzas de clase que están aprovechando este momento para emprender una repolarización hacia sus propios objetivos y para organizar fuerzas, por reforzar el control de este sistema sobre las masas en formas nuevas y viejas. Para ROMPER el control de este sistema, se requiere una lucha feroz de nuestra parte. Pero sí fortalece la base y proporciona oportunidades más grandes para hacerlo.

En resumen, he estado filtrando el análisis de Bob Avakian a través de una especie de marco mecánico/lineal/económico/populista —donde la vara para medir si es un “momento poco común en el que la revolución es más posible” se basa en lo que las masas están pensando y haciendo en este momento— lo que me ha impedido ver (y en mi caso ha ofuscado con eclecticismo) la esencia de lo que se está perfilando: no solo la aceleración de los horrores, sino el deshilachamiento y la fracturación del viejo centro (el que la gente ha sido condicionada a aceptar como legítimo), y la verdadera base AHORA en la actual crisis de legitimidad (aunque sean las etapas iniciales) para hacer grandes avances hacia la revolución. Si bien he dicho “éste es uno de esos momentos poco comunes”, se siente como si todavía estuviera en el horizonte.

Un punto de viraje, y una ventana ahora

Es cierto que por las dinámicas de esta situación, se darán nuevos choques y sacudidas políticos, y a un ritmo acelerado, con un punto de viraje crítico en torno a las elecciones de 2024. Si captamos correctamente este momento poco común, podemos hacer algo más que simplemente “patalear en el agua” mientras esperamos las tormentas que se avecinan, lo que en realidad es una receta para ahogarnos — recuerde, los otros “dos anticuados” de la locura fascista y la demencia “woke” (concienciada) se chocan constantemente entre sí y se refuerzan mutuamente mientras se chocan entre sí, y, como enfatiza Lenny Wolff con su metáfora de los imanes en su discurso en Libros Revolución-Nueva York, el proceso de polarización y repolarización se está dando constantemente, y sin nuestra intervención está acelerando el desastre… y después de todo, el escenario probable en 2024 es una tentativa de los fascistas a tomar el poder (muy posiblemente por medio de ganar las elecciones “legítimamente”) y avanzar para resolver la crisis y la división de una manera radicalmente reaccionaria, creando así un nuevo “centro” y un nuevo conjunto de normas cohesionadoras, y aplicando nuevos niveles de represión sobre las masas (y no olvidemos la retórica cada vez más violenta de parte de los políticos fascistas y su base contra los “comunistas” y las personas que no respetan la bandera nacional). Así que tenemos una verdadera ventana AHORA, y una verdadera necesidad (no alguna meta arbitraria) este año en 2023 de poner la revolución en el mapa — impactar el terreno a escala nacional de modo que no nos puedan ignorar, desarrollar una masa crítica mucho más importante de los revcom, y redes de apoyo... para que, a medida que la situación se intensifique aún más, las personas ya hayan oído hablar de esta revolución y sepan a dónde recurrir, y tengan organizaciones a diferentes niveles las que puedan incorporarlas, a medida que salimos en la sociedad y ejercemos un impacto más grande.

Como dice el nuevo artículo de BA sobre “Importantes puntos de viraje y oportunidades poco comunes”:

[L]as revoluciones se vuelven posibles, en el sentido más fundamental, como resultado de la intensificación de las contradicciones del sistema opresor, que conduzcan a puntos de viraje cruciales, proporcionando oportunidades poco comunes para avances revolucionarios importantes, con el potencial de abrir el camino para la victoria de la revolución. Y las perspectivas para una revolución dependen en gran medida de si las fuerzas conscientes para esta revolución no solo llevan a cabo un trabajo y lucha revolucionarios consecuentes, sino más específicamente si reconocen —y sobre esa base actúan con audacia y con determinación con una fundamentación científica, para aprovechar al máximo— estos puntos de viraje cruciales y oportunidades muy poco comunes.

Esta cláusula de “más específicamente” es la clave aquí que ha estado faltando, no solo por mi parte, sino más colectivamente.

Imagine lo que podríamos abrir ahora si comprendiéramos y actuáramos en este momento poco común.

Cuando captas de verdad la base y las oportunidades en este momento poco común:

** En lugar de un trabajo de rutina... estarás lleno de un nuevo nivel de urgencia, audacia, determinación... y con dirección científica.

** En lugar de formulaciones vacías que realmente no entiendes-crees y que en realidad no puedes conectar... podrás explicar vivamente para la gente la necesidad más grande y la posibilidad de una revolución ahora.

**En lugar de un muro de ladrillos impenetrable entre las masas y la realidad... podrás reconocer y abordar las formas en que las personas la están palpando en este momento poco común, a medida que estás luchando por despertarlas ante la realidad más amplia y más profunda — y de más importancia, por brindarles a las personas lo que NECESITAN: una salida de esta locura.

** Podrás ver la base AHORA para hacer de esto una demanda DE MASAS (de una manera que no era posible antes): “Es necesario abolir y desmantelar el sistema capitalista-imperialista y las instituciones de gobierno existentes en Estados Unidos — y reemplazarlos por un nuevo sistema socialista basado en la CONSTITUCIÓN PARA LA NUEVA REPÚBLICA SOCIALISTA EN AMÉRICA DEL NORTE”.

** Estarás empapándote en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte y la popularización en Necesitamos y Exigimos, y serás cada vez más capaz de ejercer y explicar vivamente la diferencia radical entre este sistema-constitución y aquel sistema-constitución, en el sentido programático y en la diferencia esencial en torno a sus respectivas concepciones de la libertad y el papel de las masas.

** Verás, con aún más claridad y urgencia, la necesidad de luchar de manera aguda, y en masa, contra las jodidas formas en que las personas están reaccionando espontáneamente a la situación, las fuerzas de clase que están dirigiendo mal a la gente, y los marcos que están interponiéndose en el camino de esta revolución que están impulsando la pesadilla.

** Te dirigirás y tratarás de tocar en sus adentros y conseguir que se activen las personas que están HARTAS (un pequeño porcentaje de la población general en este momento, pero un gran número total en Estados Unidos), a medida que podrás luchar con las amplias filas de las “personas decentes”, e influenciarlas, para las que esto se circulará en su mente a medida que se vengan desarrollando los acontecimientos.

** En lugar de trabajar dentro de la actual polarización, ignorancia e indiferencia... estarás luchando para forjar un camino diferente, poner algo nuevo en el mapa, establecer los términos y conseguir que las personas se relacionen con ESO.

** En lugar de aceptar un me gusta… retarás a las personas a adoptar formas concretas de entrar a esta revolución y de apoyarla, y en ese proceso lucharás con ellas sobre la hora que es y lo que está en juego.

Imagínese lo que podríamos abrir ahora si entendiéramos y actuáramos en consecuencia.