La semana pasada, ante cientos de generales, Trump afirmó que las ciudades “peligrosas” como Chicago (es decir, con gobiernos demócratas, y grandes poblaciones de negros e inmigrantes) deberían utilizarse como “campos de entrenamiento” para las fuerzas armadas. Esto no ha ocurrido en Chicago... aún no. Pero horas antes de que Trump pronunciara esas palabras, un vecindario residencial del South Side de Chicago se parecía a una zona de guerra cuando un masivo enjambre de agentes federales fuertemente armados asaltó un edificio de apartamentos en plena noche.
El objetivo era un edificio de apartamentos de cinco pisos en South Shore, un vecindario mayoritariamente negro y pobre que últimamente ha presenciado la llegada de inmigrantes. El edificio albergaba inquilinos negros y venezolanos. Tras la redada, un hombre negro dijo respecto a sus vecinos venezolanos: “Son gente buena onda. No hablaban ni una palabra de inglés, pero usábamos aplicaciones de traducción para comunicarnos”.
La redada tipo Gestapo comenzó a las 10 p. m. del lunes y se prolongó hasta las 2 o 3 a.m. En ella participaron unos 300 agentes de la Patrulla Fronteriza, el ICE, el FBI y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos. Según informes noticiosos, así como nuestra entrevista exclusiva con un habitante del vecindario, algunos agentes descendieron en rappel desde un helicóptero Halcón Negro hasta la azotea del edificio. Drones sobrevolaban el lugar y grandes furgonetas estaban estacionadas afuera para los secuestrados por los federales.
Golpeadores tipo Gestapo aterrorizaron a la comunidad durante horas.
Sin orden judicial ni advertencia, golpeadores camuflados y con armas en mano ocuparon el edificio, detonando granadas aturdidoras, tumbando puertas y sacando a la gente, incluidos niños. Pertissue Fisher, una mujer negra, declaró a la cadena local ABC News que salió al pasillo en camisón y fue confrontada por agentes armados: “Fue aterrador, porque nunca me habían apuntado en las narices con un arma”. Dijo: “Nos trataron como si no fuéramos nada”.
Todas las personas del edificio fueron sacadas, algunas con poca ropa o incluso sin ropa, incluidos niños. Al parecer, las fuerzas federales se llevaron a todos los inmigrantes del edificio — aún no está claro dónde los tiene el gobierno ni cuál es su situación. Los padres y madres fueron separados de sus hijos. El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, ordenó al Departamento de Servicios para Niños y Familias del estado que investigara el abuso de estos niños a manos de las fuerzas federales.
Los inquilinos negros fueron amenazados con ser arrestados si tenían órdenes de arresto pendientes. Tras la redada, al menos una persona negra fue arrestada por la policía de Chicago por tener una orden de arresto pendiente.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) informó que había detenido a 37 personas en la redada. Afirmaron que buscaban a miembros de la pandilla Tren de Aragua, sin ninguna evidencia, según un informe de Sun-Times/WBEZ.
Vídeo en inglés: Agentes federales ejecutan una operación nocturna de “inmigración selectiva” en la comunidad South Shore, Chicago.
Los inquilinos que regresaron al edificio tras la redada encontraron sus apartamentos saqueados, las puertas arrancadas de sus bisagras, objetos personales desaparecidos, pasillos destrozados y grandes agujeros en las paredes. Un vecino, que describió la manera en que los agentes usaron motosierras para entrar al edificio, dijo: “Estamos bajo asedio. Nos están invadiendo nuestras propias fuerzas armadas”.
Eboni Watson, una mujer negra que vive cerca, dijo: “Ellos [los inmigrantes detenidos por los agentes armados] estaban aterrorizados. Los niños lloraban. La gente gritaba. Se veían muy angustiados. Yo estaba llorando cuando vi a la niña doblar la esquina, porque también los sacaban del edificio, los tenían atados entre sí con amarres de plástico. Lo único que yo seguía preguntándome: ¿Qué moralidad es esa? ¿Dónde está lo humano? De hecho, uno de ellos se rio. Estaba parado justo aquí. Dijo: ‘Que se jodan esos niños’”.
“Que se jodan esos niños”… esa es una expresión horrorosa concentrada de la profunda inmoralidad, inhumanidad y depravación, no solo de esta redada al estilo militar en Chicago, sino de todo el régimen fascista ilegítimo de Trump.
Gran salto en la represión
El DHS convirtió las imágenes de esta redada fascista en un repugnante video promocional publicado en su sitio web, con el objetivo de movilizar y endurecer al sector MAGA de la población estadounidense para que acepten e incluso celebren los horrores perpetrados, y que aún quedan cosas mucho peores por venir. Esto incluye a personas como el concejal fascista de Chicago, Raymond López, quien publicó que los inmigrantes detenidos en la redada de South Shore “no serán extrañados” excepto por el alcalde de Chicago y los “izquierdistas latinos”.
Esta redada al estilo militar en un edificio de apartamentos en una zona residencial mayoritariamente negra representa un salto en la ofensiva del régimen de Trump contra aquellos a los que los fascistas consideran “enemigos” a los que hay que aplastar hasta la sumisión, o de plano eliminarlos. Como han señalado algunos pocos comentaristas, es similar a lo que hicieron Hitler y los nazis al intentar consolidar con represión su régimen fascista en la Alemania de la década de 1930. Y la velocidad e intensidad con la que están actuando los fascistas de Trump y MAGA está aumentando rápidamente.
Cabe señalar que los hampones tipo Gestapo en esta redada persiguieron tanto a inmigrantes como a personas negras, y los trataron a todos como si fueran menos que humanos. Uno de los inquilinos, Rodrick Johnson, de 67 años, dijo que los agentes forzaron su puerta, lo ataron con amarres de plástico y lo sacaron a rastras, donde permaneció detenido durante tres horas. Johnson dijo: “Les pregunté [a los agentes] por qué me retenían si yo era ciudadano estadounidense, y me dijeron que tenía que esperar hasta que averiguaran. Pregunté si tenían una orden judicial y pedí un abogado. Nunca trajeron ninguno”.
El rapero Vic Mensa publicó en Instagram después de la redada: “Muchos de nosotros dijimos cuando empezó esta mierda: ‘Este es nuestro problema. ICE es nuestro problema’. Me encontré con mucho negacionismo: ‘No. Gracias’. ‘Creo que esta vez nos quedaremos de brazos cruzados’. Pero no podemos darnos ese lujo. La gente negra en Estados Unidos está tan arraigada en sistemas de opresión que la opresión contra cualquiera invariablemente se extenderá a nuestro patio trasero… En este momento, es suicida no estar unificados, porque los mismos agentes del estado nos están atacando, secuestrando y matando a ambos al mismo tiempo. Y están confiando en nuestra separación”.
Intensificación de la represión y amenazas de invasión
La redada en South Shore forma parte de la veloz escalada de represión y amenazas del régimen fascista de Trump contra Chicago. A principios de septiembre, Trump le declaró la guerra a la ciudad, publicando en sus redes sociales: “Chicago a punto de descubrir por qué se llama Departamento de GUERRA”, con una imagen suya con uniforme militar y helicópteros de fondo, y las palabras “Chipocalypsis Ya”. El DHS inició entonces la “Operación Midway Blitz”, un gran salto en la represión antiinmigrante en Chicago y sus alrededores, arrestando a más de mil personas a principios de octubre.
Como parte de la “operación blitz”, a mediados de septiembre, la directora del DHS, Kristi Noem, dirigió una redada contra una casa en Elgin, un suburbio al noroeste de Chicago, con un enorme fuerza de agentes con uniforme militar. Detuvieron a siete personas, incluidos dos ciudadanos estadounidenses que permanecieron detenidos durante horas antes de ser liberados.
Los manifestantes ante el “centro de procesamiento” del ICE en Broadview, al oeste de Chicago, donde encarcelan a los inmigrantes en condiciones brutales, se han enfrentado a arrestos y a una violencia cada vez mayor por parte de las fuerzas federales armadas. Cuando los funcionarios de la ciudad de Broadview expresaron su oposición a la brutalidad contra los manifestantes, el ICE les advirtió que las protestas serían reprimidas con un “caos de mierda”.
El último domingo de septiembre, el comandante general de la Patrulla Fronteriza, Gregory Bovino, lideró a docenas de agentes federales en una demostración de fuerza fascista en el centro de Chicago, vestidos de camuflaje y armados con armas largas. Bovino le dijo a un reportero (un hombre blanco) que estaban persiguiendo a las personas en parte por motivos de “su apariencia. Por ejemplo, su apariencia en comparación con la suya”. Entre los que detuvieron ese día se encontraba una familia de cuatro guatemaltecas que simplemente disfrutaban de un día en el Parque Millennium.
En los días posteriores a la redada de South Shore, del lunes por la noche al martes por la mañana, el ICE y otros gestapos federales han continuado aterrorizando a la gente en toda la ciudad. El sábado, la Casa Blanca anunció que Trump autorizó el despliegue de 300 efectivos de la Guardia Nacional en Chicago, a pesar de la oposición del gobernador Pritzker.
Como dice el líder revolucionario Bob Avakian en un e-mensaje reciente (Revolución #141, “¡La hora ya nos está encima urgentemente — de expulsar al régimen fascista de Trump!”): “A diario lo siguiente se evidencia con cada vez mayor fuerza y crueldad: No se puede vivir con este fascismo de Trump y MAGA — hay que sacarlo del poder antes de que cometa atrocidades aún más terribles y suprima a la fuerza cualquier posibilidad concreta de resistencia”.
Se necesita YA: Movilización y convergencia histórica sin precedentes de millones de personas en Washington, D.C. el 5 de noviembre, que exija la caída del régimen de Trump.
La creciente represión y amenazas han avivado el miedo, pero la gente de Chicago ha seguido oponiéndose a la represión de Trump en las calles y de otras maneras. El alcalde Brandon Johnson firmó una orden ejecutiva: “Proteger el derecho a protestar y facilitar la reunión segura y pacífica”, ante la represión. El martes por la noche, tras la redada en South Shore, cientos de personas marcharon por el centro de Chicago, bloqueando las calles durante horas.
Esta resistencia, en Chicago y en todo el país, es positiva y puede desempeñar un papel crítico en el desarrollo de lo que se necesita urgentemente ahora mismo, como señaló Bob Avakian en ese mismo mensaje:
La profunda pregunta a la que toda la gente decente se enfrenta en este momento es: ¿Nos pondremos de pie juntos, millones de nosotros, para hacer lo que se necesita hacer con urgencia, para expulsar a este régimen fascista de Trump, el que es una terrible plaga para la humanidad y una gravísima amenaza para el futuro de la humanidad?
Esto significa oponer una resistencia activa —desafiar masivamente y exigir que todas las instituciones se nieguen a acatar— los dictados de este régimen fascista. Significa movilizarnos, en números aún mayores que antes, con motivo del 18 de octubre en las manifestaciones “Día Sin Reyes 2.0” por todo Estados Unidos. Y, más crucialmente, significa sumarse activamente al Llamamiento iniciado por RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo), abierto a todos:
“Ha llegado la hora de... LA CAÍDA del RÉGIMEN FASCISTA DE TRUMP — A partir del 5 de noviembre de 2025 — Washington, D.C.”. El Llamamiento continúa:
“El fascismo no es una amenaza que se avecina. Lo tenemos encima pero ya.
“La única esperanza para la humanidad es que se pongan de pie millones de las personas decentes de Estados Unidos. No podemos esperar para unas elecciones amañadas en el futuro. Tenemos que expulsar del poder al Régimen Fascista de Trump.
“A partir del 5 de noviembre, el aniversario del triunfo electoral de Trump, inundemos a Washington, D.C. con protestas no violentas. Rodeemos la Casa Blanca. Rodeemos el Capitolio. Rodeemos la ilegítima Corte Suprema llena de fascistas. Regresemos una y otra vez. Por todo el país, neguémonos a obedecer. Todas las personas de conciencia, millones de nosotros juntos, paremos en seco la máquina del régimen fascista.
“No nos detengamos hasta que Trump sea sacado”.
Continúan las protestas y los arrestos en las instalaciones del ICE de Broadview
El “centro de procesamiento” del ICE en Broadview, una ciudad mayoritariamente negra al oeste de Chicago, ha sido escenario de protestas decididas todos los viernes desde principios de septiembre. En las últimas dos semanas, agentes federales armados han disparado gas lacrimógena, balas de pimientas y perdigones de goma; han azotado violentamente a personas contra el suelo; y han arrestado a muchos. Ante esta situación, el viernes 3 de octubre, unas 200 personas volvieron a protestar, desde la madrugada hasta la noche. La directora del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y el máximo comandante de la Patrulla Fronteriza, Greg Bovino, estuvieron en las instalaciones ese mismo día; Bovino salió en un momento dado para participar en uno de los arrestos de manifestantes. Este viernes, no se registró un uso masivo de gas lacrimógeno ni perdigones de goma, pero al final del día, 18 manifestantes habían sido arrestados.
El centro del ICE de Broadview es un lugar donde supuestamente los inmigrantes detenidos permanecen un breve periodo antes de ser trasladados a otros centros de detención. Con las redadas masivas contra los inmigrantes de los últimos meses, se han reportado condiciones terribles en el centro, lo que incluye que los detenidos permanecen allí durante días: obligados a dormir en el suelo, sin suficiente comida ni agua, obligados a usar el baño en público y sometidos a brutalidad por parte de los guardias. Una persona que se unió a la protesta del 3 de octubre en el centro de Broadview tras ver protestas anteriores en las noticias, le declaró a la CNN: “No voy a mirar hacia otro lado y decir que me quedé en casa sin hacer nada... Simplemente está mal lo que están haciendo. Nos estamos convirtiendo en un estado autoritario fascista, y eso está mal”.
Continúan las protestas y los arrestos en las instalaciones del ICE de Broadview
El “centro de procesamiento” del ICE en Broadview, una ciudad mayoritariamente negra al oeste de Chicago, ha sido escenario de protestas decididas todos los viernes desde principios de septiembre. En las últimas dos semanas, agentes federales armados han disparado gas lacrimógena, balas de pimientas y perdigones de goma; han azotado violentamente a personas contra el suelo; y han arrestado a muchos. Ante esta situación, el viernes 3 de octubre, unas 200 personas volvieron a protestar, desde la madrugada hasta la noche. La directora del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y el máximo comandante de la Patrulla Fronteriza, Greg Bovino, estuvieron en las instalaciones ese mismo día; Bovino salió en un momento dado para participar en uno de los arrestos de manifestantes. Este viernes, no se registró un uso masivo de gas lacrimógeno ni perdigones de goma, pero al final del día, 18 manifestantes habían sido arrestados.
El centro del ICE de Broadview es un lugar donde supuestamente los inmigrantes detenidos permanecen un breve periodo antes de ser trasladados a otros centros de detención. Con las redadas masivas contra los inmigrantes de los últimos meses, se han reportado condiciones terribles en el centro, lo que incluye que los detenidos permanecen allí durante días: obligados a dormir en el suelo, sin suficiente comida ni agua, obligados a usar el baño en público y sometidos a brutalidad por parte de los guardias. Una persona que se unió a la protesta del 3 de octubre en el centro de Broadview tras ver protestas anteriores en las noticias, le declaró a la CNN: “No voy a mirar hacia otro lado y decir que me quedé en casa sin hacer nada... Simplemente está mal lo que están haciendo. Nos estamos convirtiendo en un estado autoritario fascista, y eso está mal”.