En aquel año de 1964, en la Plaza Sproul de la Universidad de Berkeley, Mario Savio, un líder estudiantil del Movimiento por la Libertad de Expresión, pronunció una declaración que con toda razón se ha recordado e incluso se hizo famosa. Dijo:

Hay un momento en que el funcionamiento de la máquina se vuelve tan odioso, te parte tanto el corazón, que no puedes participar; no puedes participar ni siquiera pasivamente. Y tienes que poner tu cuerpo sobre los engranajes y sobre las ruedas, sobre todo el aparato, y tienes que hacerlo parar. Y tienes que indicarle a la gente que lo maneje, a la gente que lo posee, que a menos que seas libre, se impedirá que la máquina funcione, en absoluto.

Les pregunto, en este momento, en que la Corte Suprema de Estados Unidos —el máximo tribunal en el país más poderoso del mundo— está en camino para destrozar el derecho fundamental de la mujer al aborto en cuestión de semanas, para arrastrar violetamente hacia el pasado a la mitad de la humanidad que es femenina, para someter a las mujeres a la maternidad obligatoria y todo el horror y el sufrimiento y la violencia que eso conllevará... ¿No es este momento un momento así?

Si permitimos que la Corte Suprema continúe y revoque Roe, de la noche a la mañana más de 20 estados prohibirán de inmediato o restringirán severamente el aborto. Y eso es sólo el principio. Se están proponiendo y aprobando prohibiciones más extremas casi a diario. 

En Ohio, le preguntaron a la representante republicana Jean Schmidt, con relación a la prohibición casi total del aborto que ella propuso: ¿Si una niña de 13 años de edad fuera violada y saliera embarazada de la violación: Se obligaría a esta niña dar a luz el bebé de su violador?

Contestó: “Es una pena si eso pasa, pero eso es una oportunidad para esa mujer, por joven o madura que sea, para que haga una determinación sobre lo que ella va a hacer para ayudar a esa vida convertirse en un ser humano productivo”.

¿Una “oportunidad”? Esta gente —los fascistas odia-mujeres lunáticos odiosos— tienen las manos sobre las palancas del estado.

¿NO ES ÉSTE UN MOMENTO que es tan odioso, un momento que te parte tanto el corazón, que no puedes participar; no puedes participar ni siquiera pasivamente?

En Luisiana, el republicano Danny McCormick propuso una ley que le otorgaría derechos constitucionales absolutos de personería al óvulo fertilizado desde el mero momento de la concepción y acusaría de HOMICIDIO a las mujeres que se hagan un aborto o a las personas que les ayuden. Arrestos, esposas, encarcelamiento, y sí, pena de muerte para las mujeres que deciden no llevar un embarazo a término... o quizá mujeres que simplemente sufren un aborto espontáneo.

¿No es éste un momento en que tienes que poner tu cuerpo sobre los engranajes y sobre las ruedas, sobre todo el aparato, tienes que hacerlo parar?

Y pongámoslo bien claro — prohibir el aborto afectará a todas las mujeres y muchachas, no solamente las que hayan sido violadas o víctimas del incesto, o las que perderían la vida porque su embarazo le pone en peligro... obligar a las mujeres a tener hijos contra su voluntad destroza la vida de las mujeres, trunca sus sueños y sus planes, atrapa a muchas en el abuso o la pobreza, y todo esto golpea especialmente duro a las mujeres negras y de color empobrecidas — y afecta a TODAS las mujeres... al poner en claro que, a los ojos de la ley y el estado y la sociedad patriarcal, no son seres humanos plenos, son aparatos para incubar bebés ante todo.

Por eso les pregunto: ¿ya no es hora de que toda persona a quien le importen las mujeres y muchachas, toda persona a quien le importe la justicia, que se ponga de pie y haga saber a las personas que manejan esta sociedad, que a menos que DETENGAN este ataque, se impedirá que la máquina funcione, en absoluto?

Claro que sí, ¡así es este momento! Por eso es tan importante, tan inspirador, es tan hermoso, es tan esperanzador, que se hayan dado poderosos brotes de protesta y resistencia el fin de semana pasado en defensa del derecho al aborto. Y por eso es tan valioso que los jóvenes hayan salido de clases de manera tan inspiradora y audaz, y que esto se haya extendido por todo el país, en Tennessee y Kentucky, en Colorado y California, en Connecticut y Arkansas, en la Ciudad de Nueva York y Texas. ¡Hemos oído a mujeres jóvenes expresar su terror absoluto ante su futuro y su furia —sí, su furia justificada— sobre lo que se cierne sobre ellas!

Pero esto aún no es suficiente — esto tiene que apuntar más alto, lo que tiene que suceder pronto. Porque no basta con expresar la indignación de la gente sobre lo que Corte está en camino a hacer, tenemos que movilizar el tipo de lucha imparable, implacable, masiva, sostenida, que abarca la sociedad entera, desde abajo y desde todos lados de la sociedad, para que ponga claro a los fascistas en la Corte Suprema y en todas otras partes que, si tratan de seguir adelante para quitar el derecho al aborto, ¡se impedirá que su sociedad —su máquina en su conjunto— funcione, en absoluto!

Nos hacen falta ríos y torrentes de furiosas mujeres jóvenes y muchachas y mujeres de todas las edades —así como las demás personas que se preocupen por la justicia— que hagan desbordar las calles y espacios públicos. No sólo por un día sino día tras día, aumentándose en números y en audacia, aumentándose en furia y regocijo y poder. Nos hacen falta atletas femeninas que se vistan de verde, que no solamente hagan pronunciamientos públicos, sino que saluden y alienten a los que están en las calles. Nos hace falta que cada celebridad femenina que haya firmado ese poderoso anuncio por Planificación Familiar que salió en el New York Times la semana pasada, que no sólo ponga la firma en apoyo al derecho al aborto, sino que aproveche su plataforma e influencia para convocar a las personas a luchar para salvar el derecho al aborto ahora. Hay corporaciones —muchas de ellas encabezadas por mujeres— que han dejado en claro que si el aborto se prohíbe donde sus empleados viven y trabajan, las ayudarán a viajar a otros estados, y eso es positivo, pero no basta, para nada — ¡deben darles permiso a sus empleados a abandonar el trabajo para sumarse a las protestas para IMPEDIR que esto ocurra y deben acompañarlos! Hay que bloquear las autopistas y puentes y túneles, hay que paralizar la actividad como de costumbre en todas partes. 

Toda persona que esté observando tiene un papel que desempeñar en esto — no solamente activando tu propia participación, sino dando el paso adelante para organizar a muchas, pero muchas más personas para que se activen contigo.

No subestime el peligro que se avecina si no lo hacemos... ¡y no subestime nuestro poder si lo hacemos!

Pero justo en este momento, cuando el peligro no podría ser más claro... y cuando el potencial para despertar una fuerza lo suficientemente poderosa como para parar este peligro en seco se está manifestando por medio de los desbordamientos de lucha que han comenzado... también hay un golpe de tambor cada vez más fuerte que proviene de los políticos del Partido Demócrata y de los llamados líderes del llamado movimiento pro derecho a decidir que están servilmente atados a ellos que dicen que es el momento de “ser realistas” y canalizar nuestra furia y nuestra energía fuera de las calles y al contrario centrarse en la elección de los demócratas en el otoño.

¡No! ¡Eso sería mortal! ¡Tenemos que permanecer en las calles!

Esto es algo que se advierte en un importante artículo reciente del líder revolucionario Bob Avakian, a quien sigo y que también es el autor del Nuevo Comunismo, en un artículo en revcom.us titulado:

La Corte Suprema en camino para eliminar el derecho al aborto:

“A tomarse las calles”,
y a negarse a permitir que esto ocurra

Bob Avakian habla de esta coyuntura crítica en la lucha por el derecho al aborto, el camino a seguir, y evitar callejones sin salida

Bob Avakian aborda muy profundamente esta coyuntura crítica en la lucha por el derecho al aborto, el camino a seguir, y esta cuestión de evitar los callejones sin salida y no puedo recomendar este artículo con la suficiente fuerza. Todos deberían conseguir un ejemplar y no sólo leerlo, sino estudiarlo, y compartirlo y discutirlo con otros. Y en el resto de mis comentarios me basaré en gran medida en ese artículo.

¿Por qué sería mortal prestar atención a aquellos que nos dicen que lo más realista es ir a las elecciones en el otoño?

Para empezar, votar por los demócratas en noviembre —después de que la Corte Suprema haya dictado sentencia— ¡es demasiado tarde! ¡Tenemos que detenerlos YA! Es mucho más difícil recuperar un derecho después de haberlo perdido que defenderlo mientras aún lo tenemos.

Además, el voto nunca ha sido la forma en que se produce el verdadero cambio. Por citar un ejemplo obvio, como hace Bob Avakian en su reciente artículo, ¡incluso el derecho al voto no se ganó votando! Se ganó por medio de plantones, marchas, el encarcelamiento, huelgas de hambre, cruzando el puente Edmund Pettus en Selma, Alabama, pesar a saber que había fuerzas del orden supremacistas blancas y el Klu Klux Klan al otro extremo listos para infligir una violencia brutal.

Como dijo muy bien el gran líder abolicionista y antiguo esclavo, Frederick Douglas: “El poder no concede nada sin que se lo exija. Nunca lo ha hecho y nunca lo hará”.

Y el problema de confiar en los demócratas es aún más profundo. La verdad es que: estos demócratas han ayudado en realidad al asalto al derecho al aborto. Durante décadas, han buscado “puntos en común” con los fascistas cristianos fanáticos que están librando su guerra contra las mujeres. ¡No puede haber puntos en común con la maternidad obligatoria! Los demócratas han postulado candidatos antiabortistas. Y han cedido sistemáticamente la superioridad moral a estos fascistas. Piénsenlo. Durante años Hillary Clinton, y otros, insistieron en que el aborto debería ser “seguro, legal y poco común”. ¿Por qué debería ser poco común que una mujer tenga el control sobre su vida y su cuerpo? Esto no es algo malo, es algo maravilloso, ¡algo hermoso! Algo que debería celebrarse, defenderse y ampliarse. ¡Nos hace falta el aborto a solicitud y sin disculpas!

Y sí, esto SÍ TIENE QUE VER con controlar a las mujeres. Esto es otra cosa que no dirán los demócratas — y la mayoría del llamado movimiento en estos días. Gustan de hablar de la autonomía corporal en abstracto o de la asistencia sanitaria en abstracto y gustan de utilizar palabras como “personas que pueden quedarse embarazadas” en lugar de decir la palabra MUJER. Pero esto SÍ TIENE QUE VER con controlar a las mujeres: se trata de apretar y reafirmar las cadenas de miles de años de esclavización patriarcal.

Por supuesto, es de importancia crítica que todos nos opongamos a los ataques despiadados e intolerantes contra las personas LGBTQ, ¡especialmente contra los jóvenes trans! Pero en su esencia y en su núcleo, el asalto al aborto tiene que ver con el control y la dominación a las mujeres y tenemos que decir la verdad al respecto. Los fascistas ciertamente lo hacen. Recuerdo que en la década de 1990, cuando defendía la única clínica de aborto en todo Dakota del Norte cuando estaba sitiada, los fanáticos fascistas cristianos literalmente se arrodillaron y recitaron esta oración: “Señor, por favor, rompe esta maldición de la independencia que ha afligido a las mujeres”. Hace unos diez años, en la última y única clínica de abortos de Mississippi, oí a estos fascistas cristianos gritar a las mujeres y a nosotros diciendo que todo empezó a volverse mal ¡cuando las mujeres obtuvieron el derecho al voto! Y hace unas dos semanas, cuando estaba en Kentucky después de que ese estado se convirtiera en el primero en clausurar efectivamente todo el acceso al aborto, tuve a uno de estos tipos de milicianos fascistas cristianos diciéndome sin tapujos, que las mujeres deben someterse a sus esposos como sus esposos se someten al señor, tal como dice la Biblia, Efesios 5:22. Y cuando lo reté sobre lo que dice el Deuteronomio, que las mujeres que no son vírgenes cuando se casan deben ser apedreadas hasta la muerte por todos los hombres del pueblo, estuvo 100% de acuerdo.

Ahora quiero detenerme en esto un minuto más porque sé que esto es controvertido. Cada vez que salimos a la calle, alguien cambia los coros o su discurso de la palabra “mujer” a personas con útero o simplemente personas. Y a veces lo hacen diciendo que el aborto no sólo afecta a las mujeres, sino también a los transexuales, a las personas pobres, a la gente de color, etc., etc.

Bueno, por supuesto que es una afirmación acertada — pero supone una de dos cosas. O bien todos saben que afecta a las mujeres, por lo que no hace falta decirlo, o bien nadie se preocupa lo suficiente por las mujeres como para luchar contra este ataque sobre esa base, así que hablemos de otros que serán afectados para conseguir que la gente se preocupe.

Bueno, de hecho, muchísimos no saben que se trata de mujeres. Millones y millones y millones de personas han tenido el coco lavado de modo que no vean a las mujeres en absoluto, de modo que piensen que la única vida afectada es la del feto, el llamado bebé, y de modo que descarten por completo la vida del verdadero ser humano completo, la mujer o la niña. Y la verdad es que muchas personas están tan acostumbradas al abuso, la falta de respeto y la opresión de las mujeres que no se sienten listas para luchar sobre esa base. ¡Razón de más para denunciarlo, nombrarlo y combatirlo!

Así que tenemos que decir la verdad: ¡esta es una lucha acerca del control sobre las MUJERES! Y tenemos que luchar para desencadenar la única fuerza que es lo suficientemente poderosa como para derrotar esto, lo que es la furia desenfrenada de millones y millones de mujeres y niñas que se levantan contra miles y miles de años de cadenas patriarcales, de la forma en que las mujeres han sido tratadas como sacos de boxeo y menos que seres humanos y como objetos sexuales e incubadoras de niños. La furia de las mujeres en contra de las formas en que han sido objeto de avergonzamiento, persecución, acoso, escupitajos, secuestros, golpes, violaciones y prostitución. Y tenemos que movilizar la furia de todos los que se preocupan por las mujeres y se preocupan por la justicia en general para que libren esta lucha AHORA.

Al mismo tiempo, es necesario confrontar las razones aún más profundas por las que los demócratas actúan continuamente de la manera en que lo hacen —y sólo pueden actuar de la manera en que lo hacen— y por qué las elecciones no son y nunca pueden ser, bajo este sistema, el mecanismo por medio del cual la gente puede conseguir verdaderos cambios. Y BA también analiza esto a fondo en este artículo: pone al descubierto la realidad de que estos demócratas no son representantes del pueblo, sino del sistema que nos gobierna, el sistema del capitalismo-imperialismo. Y su papel primario es conseguir que la gente crea en este sistema y mantenerlo funcionando sin problemas —lo que incluye conseguir que la gente crea que puede ganar algunos cambios dentro de este sistema y que vale la pena soportar este sistema, mientras que la realidad es que la opresión de las mujeres, así como la supremacía blanca y otras opresiones, y las relaciones masivas de explotación no sólo en Estados Unidos sino en todo el mundo están entretejidas en este sistema y no es posible eliminarlas bajo el sistema.

Y quisiera citar el artículo de BA en este artículo:

Una razón esencial tras la creciente claudicación de los demócratas ante los fascistas es lo siguiente: si bien los fascistas están decididos a movilizar a su “base” en torno a sus puntos de vista lunáticos y su “agenda” agresivamente opresiva y represiva, y acogen con entusiasmo las formas en que esto desafía y hace añicos las “normas establecidas”, los demócratas se dedican a un intento cada vez más fallido de mantener esas “normas” y a seguir intentando, aunque fracasen, “superar las divisiones y la polarización en la sociedad”. Esta es una orientación y enfoque que van a perpetuar horrores muy reales, lo que incluye la opresión, brutalidad y terror tanto supremacista masculino como supremacista blanco, y van a engendrar continuamente horrores aún mayores.

Analizar a fondo por qué únicamente una verdadera revolución puede resolver esto y por qué —estas divisiones cada vez más agudas entre los gobernantes no sólo tienen el potencial de horrores tremendos, sino que también podrían proporcionar las oportunidades para llevar a cabo una revolución real que haga caer este sistema y abra la puerta a la construcción de una sociedad completamente nueva en el camino de la emancipación— va más allá del alcance de lo que puedo abordar esta noche con más detalle.

Pero invitaré y desafiaré a todos los que vean esta presentación a que no sólo hagan preguntas, sino que busquen respuestas —y actúen en función de esas respuestas— a estas grandes preguntas:

¿Por qué, 50 años después de que las mujeres ganaran el derecho al aborto, en este mero momento, el aborto está cayendo bajo un ataque tan sostenido y ahora existencial por parte de lunáticos fascistas cristianos al más alto nivel del estado y en toda la sociedad?

¿Por qué seguimos viviendo en una sociedad que chorrea de supremacía blanca, desde los implacables asesinatos por parte de la policía y el encarcelamiento en masa hasta el resurgimiento de la violencia de los justicieros vigilantes y de las turbas, como la horrible masacre que vimos hace unos días en Búfalo, Nueva York?

¿Por qué vivimos en una sociedad y un mundo asolados por guerras imperialistas y que ahora coquetean con una tercera guerra mundial que podría ser nuclear y potencialmente podría destruir la civilización humana?

¿Por qué, a pesar de una cumbre tras otra y de todas las palabras melosas de los políticos, Estados Unidos y este sistema siguen acelerando la destrucción de nuestro planeta?

¿Qué tiene que ver todo esto con el sistema en el que vivimos y con la necesidad de un sistema radicalmente nuevo y diferente, gestado por una revolución real?

¿Y es eso posible, cómo podría hacerse, qué es lo que podría abrir para la humanidad?

Y encontrarás respuestas profundas en la obra de Bob Avakian, que está disponible en revcom.us, incluido en el importante artículo que he estado destacando.

Y te lo llevamos, sobre la base de la dirección de BA y el nuevo comunismo que él ha desarrollado, cada semana en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! en youtube.com/therevcoms al que hace falta suscribirse y ver cada semana y difundir.

Y te insto a conocer y unirse al Club Revolución para estar en poderosa representación de esta revolución y elevar las aspiraciones de otras personas al mundo totalmente mejor que podría haber, a medida que tú mismo estás aprendiendo más de esta revolución.

No es necesario que los jóvenes que están tan justamente furiosos por haber nacido en una época en la que parece que no existe ninguna esperanza para el futuro, sean privados de un futuro digno en el que vivir. Existen una salida y una base para la esperanza y la osadía sobre una base científica: ¡eso es lo que representa esta revolución!

Al mismo tiempo, a manera  de conclusión, quisiera subrayar que todos nosotros —de veras todos los que nos preocupamos por las mujeres y por la justicia en general—, el que veamos, o estemos llegando a ver, la necesidad de una revolución o el que de hecho vayamos a votar por los demócratas y creamos que es posible hacer que este sistema funcione para el pueblo — esta lucha sobre el aborto es una batalla crucial en la lucha por el futuro.

Ya es hora de hacer todo a nuestro alcance, sin tregua, sin contentarnos con el nivel de las protestas y luchas que hemos visto hasta ahora, sino que a partir de todo eso, impulsar las cosas en salto tras salto y llevarlo a alturas mayores.

Únase a los paros estudiantiles de mañana: hágalos tan poderosos, masivos y furiosos como sea posible.

Y todas las manos a la obra, comenzando ahora a penetrar en cada rincón de la sociedad y a conectarse con cada persona de influencia y cada red de personas para llevarlas a la lucha masiva al nivel de toda la sociedad el jueves 26 de mayo para dar un gigantesco salto en paralizarlo todo a nivel nacional.

Juntos, hagamos realidad la orientación de que —tal como dije al principio— ya es hora cuando

el funcionamiento de la máquina se vuelve tan odioso, te parte tanto el corazón, que no puedes participar; no puedes participar ni siquiera pasivamente. Y tienes que poner tu cuerpo sobre los engranajes y sobre las ruedas, sobre todo el aparato, y tienes que hacerlo parar. Y tienes que indicarle a la gente que lo maneje, a la gente que lo posee, que a menos que seas libre, se impedirá que la máquina funcione, en absoluto.