El 4 de septiembre, Robert F. Kennedy Jr., el “zar de la salud” de Trump y director del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), testificó ante el Comité de Finanzas del Senado. Kennedy está eviscerando a las instituciones científicas que han desarrollado y reglamentado las vacunas, incluidos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Ha atacado a la ciencia médica y a la ciencia en general, ha fomentado teorías conspirativas descerebradas y ha contado mentiras absurdas cada minuto que ha estado en el cargo.

El daño que está causando a las vacunas en sí podría causar la muerte de muchas personas en Estados Unidos, y potencialmente de otros millones por todo el mundo, y que muchas otras se enfermen. Kennedy defendió todo esto en su testimonio ante el Congreso, arremetiéndose contra los senadores que lo impugnaron.

Un día antes de su testimonio en el Senado, más de mil empleados actuales y anteriores del HHS emitieron un comunicado que exige la renuncia de Kennedy, diciendo que él está “poniendo en peligro la salud de esta nación”. Y el 4 de septiembre, una declaración conjunta de 22 grupos nacionales científicos, médicos y de salud pública también exigió la dimisión de Kennedy, diciendo: “Nos preocupa profundamente que el pueblo estadounidense sufra y muera innecesariamente como resultado de políticas que se desvían de las intervenciones sensatas”.

A continuación, un par de ejemplos de la demencia de Kennedy en la audiencia del Senado:

— Kennedy lleva mucho tiempo afirmando, contrariamente a una gran cantidad de evidencia científica, que las vacunas causan autismo. Kennedy pronto presentará un importante informe sobre el autismo, que los científicos temen, con razón, que fomente las mentiras sobre las vacunas y el autismo. Los senadores presentes en la audiencia criticaron a Kennedy por contratar a David Geier para desempeñar un rol central en la redacción de este informe. Geier, quien no tiene título de médico, es una fuente de afirmaciones poco científicas sobre las causas del autismo. Fue sancionado por ejercer la medicina sin licencia cuando utilizó “curas” peligrosas en pacientes que causaron daños permanentes. Geier también ataca las vacunas. Kennedy reiteró beligerantemente su apoyo a este charlatán en la audiencia del Senado.

— Kennedy gritó: “¡Usted se lo está inventando, senadora!” cuando Maggie Hassan lo acusó de negar el acceso a las vacunas contra la COVID-19. De hecho, Kennedy se ha puesto rabioso desde que asumió el cargo para limitar el acceso a la vacuna contra la COVID-19, y ha modificado la política para que no se recomiende para personas sanas menores de 65 años. Esto contradice totalmente lo que la evidencia demuestra que es necesario, y significa que los médicos dudarán en recetar las vacunas, las compañías de seguros no las cubrirán, y las personas que las quieran podrían tener que pagar cientos de dólares. Las farmacias en algunas zonas se niegan a mantener existencias de las vacunas. El Journal of the American Medical Association estima que la vacuna previno 2,5 millones de muertes en Estados Unidos entre 2020 y 2024. En su declaración conjunta, la Asociación Estadounidense de Salud Pública y la Sociedad de Enfermedades Infecciosas Pediátricas dicen que los cambios socavan la ciencia y “resultarán en hospitalizaciones y muertes innecesarias”. En resumen, Kennedy restringió las vacunas contra la COVID-19, mintió al respecto, mintió sobre mentir al respecto, y muchas personas podrían morir a causa de ello.

Se podría decir mucho más sobre el testimonio de Kennedy. Pero lo que sobresale es la combinación de demencia, engaño consciente y manipulación desmedida de la vida de potencialmente muchos millones de personas al servicio de una agenda fascista general.

Lo urgente y esencial que la gente necesita entender: ¡NO SE PUEDE VIVIR CON ESTE FASCISMO!

Como lo expresó el líder revolucionario Bob Avakian en su importante obra, ALGO TERRIBLE, O ALGO VERDADERAMENTE EMANCIPADOR: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia. Una base necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución:

Estos republicanos han movilizado a un sector importante de la población que cree, con una pasión intensa e irracional, que hay que defender e imponer firmemente la supremacía blanca, la supremacía masculina y otras relaciones opresivas (así como el desenfrenado saqueo del medio ambiente). Esa gente ha sido impulsada hasta entrar en un estado de demencia cruel, al abrazar todo tipo de teorías conspirativas lunáticas, junto con un fundamentalismo cristiano enloquecido, como respuesta a la amenaza que ven a su posición de privilegio (u “ordenada por dios”) y su insistencia en que algunas concesiones adicionales a la lucha contra la opresión destruirán lo que ha “hecho que Estados Unidos tenga grandeza”.

A diario, y en mil sentidos, la realidad clama por que no se conviva con esta demencia fascista — ¡y porque nadie quiera hacerlo! No hay manera en que ninguna persona decente quiera vivir en la sociedad, y en el mundo, que estos fascistas están decididos a crear, que están dispuestos a matar para crear.