Mensaje del 19 de febrero de los revcom en Texas, desde la frontera en Eagle Pass.
¿Cuál crees que es la ruta terrestre más mortífera para los migrantes en el mundo? ¿Quizás el desierto del Sahara? ¿O tal vez el traicionero Tapón del Darién entre Colombia y Panamá? No y no.
La ruta terrestre más mortífera del mundo es la frontera entre Estados Unidos y México.
Quizás te preguntes: “¿Cómo puede ser así? Con toda la riqueza y los recursos de Estados Unidos, ¿no tienen formas de evitar que la gente se ahogue, que se muera de sed en el desierto, o sea mordida por serpientes venenosas o se asfixien en cajas de camiones?
Claro que sí.
Pues, ¿por qué se mueren tantos inmigrantes desesperados? Los inmigrantes mueren por designio de los imperialistas en Estados Unidos.
Y ahora la frontera más mortífera del mundo acaba de volverse más mortífera.
Un enorme ejército en una zona estratégica
El 16 de febrero, el gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció que Texas está construyendo una “base de operaciones avanzada” a lo largo de la frontera del estado con México, justo al sur de la pequeña ciudad de Eagle Pass.
Ya se inició la construcción de la nueva base. Se espera que para mediados de abril, ya albergará 300 soldados. Se irán añadiendo 300 más periódicamente hasta alcanzar su máxima capacidad. Incluirá a tres puestos de mando, salas de almacenamiento de armas y una plataforma para helicópteros. Ya se utilizan inmensas cantidades de equipo militar avanzado contra los migrantes a lo largo de la frontera. Ahora llegarán más. Texas aparentemente continuará con la ocupación militar del parque Shelby en el centro de Eagle Pass, incluidas las enormes cantidades de alambre de cuchillas mortal en el Río Bravo/Grande y a lo largo de sus orillas, río que separa los dos países.
Texas ha desplegado tropas de la Guardia Nacional y policía estatal a lo largo de la frontera desde 2021 como parte de la “Operación Estrella Solitaria”. Pero esta base solidifica la presencia permanente de una gran fuerza militar dedicada a “controlar” la frontera. Como dijo Abbott en una rueda de prensa, será “un gran ejército en una zona muy estratégica”.
Escaladas rápidas y peligrosas
Esta base es una escalada importante en dos sentidos.
Primero, es una escalada de la represión totalmente ilegítima y violenta contra los inmigrantes. Millones de personas han huido a Estados Unidos en busca de una capacidad básica para sobrevivir, sólo para encontrarse con alambres de púas, centros de detención y un mayor peligro de ahogarse. Están huyendo de guerras, sequías y violencia causadas por este sistema del capitalismo-imperialismo, sólo para encontrarse con el aparato represivo de este mismo sistema.
En segundo lugar, es una escalada entre el conflicto abierto entre los republi-fascistas encabezados por Abbott y los demócratas liderados por Biden. Este conflicto no se trata de si se debe militarizar la frontera y deportar en masa a los inmigrantes, sino de qué tanto intensa y cruelmente se aplicarán estas medidas. Este conflicto concentra diferencias más profundas sobre el remozamiento fascista de la sociedad.
Como escribió el New York Times, esta base militar “muestra el compromiso de Texas con un papel de seguridad que anteriormente pertenecía casi exclusivamente al gobierno federal”. “Compromiso con la seguridad”, ¡que porquería, se podría decir! Se trata de un acto de usurpación del estado de derecho al servicio de la movilización fascista.
Hasta ahora, Biden y los demócratas se han “opuesto” a los desafíos fascistas principalmente con demandas, algunas de las cuales se están tramitando en tribunales dominados por fascistas. No sabemos qué pasará si el gobierno federal se decide a hacer frente abiertamente al desafío fascista a su autoridad. Ambos bandos controlan y dirigen grandes cantidades de fuerzas fuertemente armadas y bien organizadas. Las cosas podrían acelerarse rápidamente hasta convertirse en un conflicto sin precedentes, por accidente o intencionadamente.
Los fascistas también están avanzando en otros frentes. Después de recientes mítines fascistas en tres pueblos fronterizos, se citó a un participante diciendo: “Nosotros cazamos a ilegales. He cazado mucho en mi vida, pero en realidad nunca he cazado a gente, y eso es lo que estamos haciendo ahora”. El 5 de marzo, entra en vigor una ley de Texas que dispone que todos los agentes de la ley del estado arresten a cualquier persona que dicen que tengan “causa probable” de creer que ha entrado de manera “ilegal” a Estados Unidos.
Peligro extremo... potencial revolucionario
Toda esta situación se está intensificando. Las divisiones agudizantes entre los gobernantes son parte de una lucha más amplia sobre el rumbo general de la sociedad... una lucha que encierra peligros extremos y potencial revolucionario. Pero sólo es posible aprovechar ese potencial en el caso de que estén actuando fuerzas crecientes para la revolución ahora — explicando vivamente lo que está pasando, por qué y la realidad de que existe una forma completamente diferente de mundo que podría haber. En una sociedad revolucionaria, las masas de migrantes que huyen de sus condiciones desesperadas no serían satanizados, odiadas, aterrorizadas y explotadas, sino tratadas como seres humanos... acogidas como un gran recurso para construir una sociedad que avance hacia la erradicación de la explotación y la opresión, y de la dominación imperialista del mundo.
En vista de eso, terminamos este artículo con lo siguiente de un despacho de las redes sociales en el que el líder revolucionario Bob Avakian explica por qué esta revolución es más posible ahora:
[E]s muy probable que todo llegue a un desenlace y a estar en el aire muy pronto, siendo las elecciones presidenciales de 2024 un eje agudo de la lucha entre los partidos de la clase dominante imperantes —demócratas y republicanos—, una lucha que es muy probable que se zafe de todos los límites de la “forma habitual” en que ejercen el poder sobre el pueblo, y en que mantienen en marcha todo su sistema asesino. ...
Una profunda división de este tipo —y especialmente este antagonismo amargo entre los de arriba— no se ha visto en Estados Unidos desde la época de la Guerra Civil en los años 1860.
Éste no es un momento de tomar partido con un grupo de opresores u otro. Este es un momento poco común —una oportunidad muy poco común — una oportunidad que quizá ocurra únicamente una vez en la vida— una oportunidad de aprovechar las profundas divisiones entre los opresores gobernantes y hacer frente al sistema entero de ellos, con el fin de hacerlo caer todo, y erigir algo mucho mejor en su lugar.
Es importante no despilfarrar —desperdiciar, desaprovechar— este momento poco común.
Es necesario aprovecharlo activa y urgentemente — a fin de gestar una revolución verdaderamente emancipadora.
¡ALTO a la satanización y deportación de los inmigrantes y a la militarización de la frontera!
¡No tenemos un problema con la inmigración, tenemos un problema con el imperialismo!
Necesitamos y Exigimos: Una forma completamente nueva de vivir, un sistema fundamentalmente diferente.