¿Cuál es el alcance y la escala de la matanza genocida israelí respaldada por Estados Unidos en Gaza? Las cifras oficiales recopiladas de los registros de los hospitales y la cobertura de los medios de comunicación no han podido dar un sentido concreto. Pero hay que saber y hacer frente a la enormidad del número de muertos en Gaza.
Una carta de tres expertos publicada el 5 de julio en la prestigiosa revista médica The Lancet se titula “Counting the dead in Gaza: difficult but essential” [Contar los muertos en Gaza: difícil pero esencial]. Asume el desafío esencial de ponerle un número a la catástrofe. El resultado es impresionante. La carta argumenta que “no es inverosímil [exagerado] estimar que hasta 186.000 o incluso más muertes podrían ser atribuibles al actual conflicto en Gaza”. Y que “esto se traduciría en el 7,9% de la población total de la Franja de Gaza”.
Si Estados Unidos sufriera una tasa de mortalidad del 7,9% a causa de bombas, misiles y enfermedades, ¡la cifra sería de 26 millones de personas! Más que toda la población de Florida.
Esta cifra de 186.000 incluye las muertes hasta ahora más las muertes que se proyectan para “los próximos meses y años” como resultado del ataque de Israel a Gaza. Y se trata de una cifra de muertos proyectada “incluso si el conflicto termina inmediatamente”.
El infernal mosaico de muerte incluye cientos de cadáveres descubiertos arrojados en fosas comunes en los hospitales Nasser y Al Shifa después de largos y sangrientos asedios por parte de Israel. La cifra incluye bebés que no sobrevivirán sin nutrición y mujeres demasiado hambrientas, agotadas y enfermas para sobrevivir al parto. Incluye decenas de miles de personas heridas por bombas y misiles israelíes que están tan debilitadas por los bloqueos israelíes de alimentos que sus cuerpos no pueden recuperarse, ni siquiera con puntos o cirugía. Incluye miles de personas sepultadas bajo los escombros. E incluye personas que padecen lo que se supone que son enfermedades tratables, como diabetes y afecciones cardíacas, enfermedades que en Gaza bajo el asedio israelí son fatales más temprano que lo normal.
Detrás de la proyección de 186.000 muertes
El término “difícil” en el título de la carta a The Lancet se refiere en parte al desafío de contar realmente los seres humanos que Israel ya ha matado en Gaza. Pero más allá de eso, y lo que es aún peor, se refiere a la cifra de muerte mucho mayor que está por venir.
Los autores de la carta aprovechan su experiencia en los campos de la salud pública, la medicina y la epidemiología (el estudio de la propagación y el impacto de las enfermedades). Basándose en métodos desarrollados en esos campos, miran hacia el futuro y analizan el impacto esperado de lo que se le está haciendo al pueblo palestino en Gaza. Calculan el impacto de la “infraestructura sanitaria destruida”. Toman en cuenta el impacto a corto y largo plazo de la “grave escasez de alimentos, agua y refugio” creada abrumadoramente por el bloqueo de Israel de la entrada y distribución de la ayuda.
Y su cifra de muertos proyectada tiene en cuenta “la incapacidad de la población de huir a lugares seguros”. Sólo unos días después de que se publicó la carta, Israel bombardeó el supuesto “espacio seguro” en el abarrotado desierto de Al Mawasi, en la costa occidental de Gaza, matando al menos a 90 personas.
El cruel impacto de las enfermedades reproductivas
La carta cita las enfermedades reproductivas como fuente de muertes actuales y proyectadas. Las agencias de ayuda Christian Aid y el Centro Palestino Británico para los Derechos Humanos informan que las mujeres abortan debido al miedo intenso y la fatiga cuando huyen de los bombardeos o después de haber estado expuestas a las bombas de fósforo blanco de Israel (cuyo uso contra seres humanos es un crimen de guerra). Y que abortar o perder un hijo durante o inmediatamente después del parto “es un horror que experimentan diariamente las mujeres en toda Gaza”.
En julio, ReliefWeb informó que, en comparación con las ya terribles tasas de abortos espontáneos y muertes durante el parto en Gaza antes del 7 de octubre, las mujeres en Gaza tienen ahora tres veces más probabilidades de sufrir un aborto espontáneo y tres veces más de morir durante el parto.
En una entrevista en El Show — ¡Revolución, y Nada Menos! el Dr. Majed Jaber describió haber intentado tratar a niños llevados al Hospital Europeo de Gaza, donde estaba de servicio, que estaban tan hambrientos y demacrados que no podían ser reanimados excepto con una fórmula especial, que Israel no permitió entrar en Gaza.
Estos horrores tendrán un impacto duradero en la capacidad de las mujeres de tener hijos en Gaza. Y sobre la salud física y mental de las mujeres que han visto morir a sus bebés en sus brazos debido a una matanza genocida y al bloqueo de las medicinas que están almacenadas en miles de camiones que Israel no permite entrar en Gaza.
Muerte por enfermedades prevenibles y tratables
La carta en The Lancet advierte sobre la muerte por enfermedades transmisibles y no transmisibles. Las enfermedades transmisibles se propagan rápidamente de una persona a otra en los campos de refugiados en los que se hacina la gente en Gaza sin acceso a atención médica, saneamiento, alimentos, agua o eliminación de desechos. Los trabajadores médicos informan que se están propagando la meningitis, la varicela y otras enfermedades que, si no se tratan, pueden ser peligrosas a corto y largo plazo para personas cuya resistencia inmune ha sido debilitada por el hambre, las lesiones y los traumatismos. La diarrea se propaga entre personas que sufren de deshidratación extrema, provocando en algunos casos insuficiencia renal.
Dr. Mohamed Abdelfattah, un médico estadounidense que recientemente pasó un tiempo en el Hospital Europeo de Gaza, dijo a El Show — ¡Revolución, y Nada Menos! que en el hospital, sin la capacidad para desinfectar el equipo, “cuando alguien necesita un ventilador, lo que notará después de unos días es que estás lidiando con una neumonía realmente agresiva porque los ventiladores están contaminados con esta bacteria. Pues es una escena horrible”.
Las enfermedades no transmisibles, como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardíacas, hoy en día casi no reciben tratamiento alguno en Gaza. Incluso los casos que se tratarían en otros lugares con medicamentos u operaciones quedan sin tratamiento. El precio que se cobrará en vidas humanas en los meses y años venideros forma parte del panorama ilustrado por la proyección de 186.000 muertes.
Biden responde con bombas de 500 libras
Al proyectar 186.000 muertes como “no inverosímiles” (no improbables), la carta en The Lancet señala “la intensidad de este conflicto”. La intensidad del conflicto se debe en gran parte al increíble nivel de bombas suministradas por Estados Unidos, incluidas las masivas y criminales bombas de 2.000 y 500 libras. Estas bombas han reducido todas las ciudades de Gaza a ruinas inhabitables en que se propagan enfermedades. Y las bombas siguen lloviendo incluso sobre quienes se refugian entre las ruinas.
El impacto de estas bombas no es ningún secreto para Biden. Tampoco lo son las proyecciones de la carta a The Lancet, de las que el Departamento de Estado de Biden debe estar al tanto. Entonces, ¿cómo respondió Biden? Cinco días después de que apareciera la carta en The Lancet, que fue cubierta en las principales noticias de Estados Unidos y de todo el mundo, ¡Biden puso fin a una suspensión temporal que había impuesto al envío de bombas de 500 libras a Israel!
Días después, Israel desató feroces bombardeos contra los supervivientes que se refugiaban en las ruinas y los escombros de la ciudad de Gaza, matando a docenas de palestinos. Y los bombardeos se han intensificado desde entonces.
Biden miente para encubrir el bloqueo de ayuda por parte de Israel
La “grave escasez de alimentos, agua y refugio” que la carta a The Lancet identifica como causas de muerte a largo plazo se debe a que Israel bloquea alimentos, agua y otra ayuda. Eso no es una acusación, es un hecho. Este crimen contra la humanidad fue ordenado abiertamente por funcionarios de alto rango del gobierno israelí, uno de los cuales dijo que mientras Hamás mantenga rehenes, “no se encenderá ningún interruptor eléctrico, no se abrirá ninguna boca de agua y no entrará ningún camión de combustible [en Gaza]”.
Israel obstaculizó aún más la poca ayuda que logró fluir en un hilo a Gaza cuando, el 7 de mayo, tanques israelíes cerraron el cruce de Rafah desde Egipto, cual cruce había sido la manera más confiable en que la ayuda estaba llegando en un hilo.
En su conferencia de prensa del 11 de julio, Biden desestimó todo eso ¡diciendo que Israel “ocasionalmente [es] menos que cooperativo” con la entrega de ayuda! Eso es como decir que un asesino en serie “ocasionalmente fue menos que cooperativo” con las leyes contra el asesinato. Excepto multiplicar ese crimen por cientos de miles de veces.
Biden retira fondos a la agencia de ayuda de la ONU en Gaza
La carta a The Lancet señala “la pérdida de financiación de la UNRWA [la principal agencia de la ONU que proporciona ayuda en Gaza], una de las pocas organizaciones humanitarias que todavía están activas en la Franja de Gaza”, como un factor crítico en sus proyecciones del número de muertos.
En enero, Israel acusó a menos de una docena de los 13.000 empleados de la UNRWA de haber estado asociados con el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, que incluyó crímenes de guerra como el asesinato de civiles y la toma de rehenes civiles. Antes de que se presentara evidencia alguna (y mientras Israel torturaba a los sospechosos para forzarlos a confesar), el secretario de Estado de Biden, Blinken, dijo a los periodistas que las acusaciones indocumentadas de Israel eran “muy, muy creíbles”.
Genocidio Joe logró actuar decisiva e inmediatamente en algo: cortó la financiación estadounidense a la UNRWA. Y presionó a los aliados de Estados Unidos para que hicieran lo mismo. Eso no sólo paralizó la red de distribución de ayuda más eficaz en Gaza, sino que también dio luz verde a Israel para atacar a los trabajadores de la ONU en Gaza, más de 190 de los cuales han sido asesinados en la masacre genocida de Israel, y muchos más han sido atacados mientras realizaban misiones de la ONU en uniformes y vehículos de la ONU muy claros.
Biden reanudó temporalmente la financiación de la UNRWA en abril, pero poco después, y en un clima fomentado por la prohibición de Biden y la promoción por parte del Departamento de Estado de las falsas acusaciones de Israel, el Congreso prohibió la ayuda estadounidense a la UNRWA durante un año. Sólo un par de docenas de demócratas se opusieron al proyecto de ley que contenía la prohibición, lo que Biden firmó para promulgarlo.
Las manos del Genocidio Joe manchadas de sangre: se necesita MÁS resistencia
El increíble número de muertes que ya hay en Gaza, y el catastrófico número de muertos aún peor por venir calculado en la carta a The Lancet, son directamente producto de la “ayuda” militar, económica y diplomática (excusas, disculpas, encubrimientos) de Estados Unidos a Israel.
En REVOLUCIÓN 44: El continuo genocidio israelí contra los palestinos — y el continuo apoyo de Joe Biden a este genocidio, el líder revolucionario Bob Avakian (BA) presenta el argumento condenatorio de que “Biden siempre ha sido un partidario sanguinario de Israel, desde su época como senador hace décadas, y al día de hoy.”. Y BA plantea un desafío aún más urgente, realmente existencialmente crítico a la luz de las proyecciones documentadas en la carta publicada en The Lancet :
La resistencia contra esta matanza genocida israelí-estadounidense a los palestinos tiene que llegar a ser aún más amplia, más fuerte y más decidida.