La tensión entre Estados Unidos y China en torno a Taiwán y el mar de la China Meridional lleva meses intensificándose. Con regularidad se producen provocaciones alarmantes que podrían desembocar en enfrentamientos militares. (Vea en los artículos de Revolución aquí y aquí un análisis más completo del tema). En las semanas transcurridas desde que escribimos esos artículos anteriores, Estados Unidos ha acordado enviar a Taiwán misiles M-16 por valor de 619 millones de dólares y, junto con Inglaterra y Australia, desarrollar ocho submarinos de propulsión nuclear para Australia, con el fin de ayudar a disuadir el creciente “poderío naval y asertividad” de China.
Hace un año, un documento de seguridad nacional de la administración Biden afirmaba que China1 es “el único competidor potencialmente capaz de combinar su poderío económico, diplomático, militar y tecnológico para montar un desafío sostenido a un sistema internacional estable y abierto”. (Traducción: un sistema global de explotación y opresión en el que la supremacía estadounidense es indiscutible). Este febrero, Christine “Boca Belicosa” Wormuth, secretaria del Ejército, expuso la “estrategia de guerra con China” de Estados Unidos. Wormuth dijo que, aunque Estados Unidos no quiere librar una “guerra terrestre” en Asia, cree que la forma de hacerlo “es mostrarle a China y a los países en esa región que realmente podemos ganar esa guerra”. (Traducción: Estados Unidos necesita intimidar a China y a otros países de Asia Oriental con nuestro poderío militar abrumador). El núcleo del plan estadounidense: apostar más soldados armados con equipo actualizado, y “pre-posicionarlos” dentro de una distancia de ataque de Taiwán y China, preparados y capaces de actuar rápidamente.
Wormuth dijo que los componentes clave de la estrategia estadounidense incluyen la “formación de coaliciones”. Marque esa casilla. El documento de la administración Biden “Estrategia Indo-Pacífica” tiene el objeto de hacer frente a lo que denomina el “creciente desafío” de China. Para lograrlo, Estados Unidos está modernizando sus “alianzas de vieja data, fortaleciendo las asociaciones emergentes e invirtiendo en organizaciones regionales”. Una expresión de esto es el plan que acaban de anunciar Estados Unidos, Australia e Inglaterra para que Australia desarrolle ocho submarinos de propulsión nuclear, para ayudar a disuadir el creciente “poderío naval y asertividad” de China.
Wormuth dijo que Estados Unidos necesita desarrollar “centros de distribución de teatro” a través de la región para almacenar combustible, armamento y otros suministros. Dijo que esto podría hacerse en Australia, Japón, Filipinas y Singapur. Marque esa casilla. Estados Unidos está convirtiendo a Taiwán en un “gigantesco depósito de armas” y está preparando múltiples bases y zonas de almacenamiento en Filipinas, Guam, Japón y otros lugares. Otra tarea clave de los preparativos militares para combates terrestres en el Sudeste Asiático, la de actualizar el arsenal estadounidense, ya está en marcha; dijo. “Hemos... conseguido nuestra primera batería de armas hipersónicas de largo alcance”2, que forman parte de un “... grupo de operaciones multidominio”. Las armas hipersónicas colocadas en los lugares que mencionó podrían llegar a China rápidamente, sin previo aviso y con un efecto devastador.
Bob Avakian sobre Biden, Putin y Xi Jinping: ¡Gánsteres imperialistas y la necesidad de la revolución!
de Las Entrevistas con Bob Avakian en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! (vídeo en inglés)
Imaginémonos lo siguiente...
En la mayoría de los medios estadounidenses, la belicosa entrevista a Wormuth apenas se mencionó, si acaso. La feroz oposición a China se da por sentada por los líderes políticos del imperialismo estadounidense, de ambos partidos, y por casi todos los que trabajan para los principales medios de comunicación. Pero imaginémonos por un momento que un funcionario de alto rango del Ministerio de Defensa de China hubiera hecho comentarios similares sobre los preparativos bélicos chinos en un artículo o entrevista. Podría haber dicho algo así:
“Tenemos que mostrar a los estadounidenses que vamos en serio, que podemos ganar esta guerra para la que ambos nos estamos preparando. Nos hemos esforzado mucho en mejorar todos los aspectos de nuestro ejército y en proporcionar a nuestras fuerzas de combate el entrenamiento específico que necesitan. Pero las bases principales del enemigo están tan lejos —China y Estados Unidos están a unos 11.000 kilómetros de distancia el uno de la otra— nos damos cuenta de que pertrechar a nuestras tropas y aviones y a nuestra armada con todas las armas y municiones que necesitarán será un gran reto para nosotros. Por eso estamos trabajando en nuestras relaciones con países amigos del Caribe y Sudamérica, donde podemos montar centros de suministro y almacenamiento. Además, estamos desarrollando armas que puedan caerles antes de que las vean venir. Al parecer, ellos creen que son los únicos que pueden dominar formas ultramodernas de combate. Pero en realidad, están atorados en el pasado, y nosotros somos mucho más ágiles y flexibles. Nunca sabrán qué les pegó. Uno de nuestros misiles hipersónicos puede sacar del juego a uno de sus portaaviones grandes y lentos, y todo lo que contiene. Es pan comido, como dicen por ahí. Lo que quiero decir es que realmente no queremos una guerra con ellos. Pero si ocurre, estamos listos para ganarla. Ah, sí, también tenemos armas nucleares que pueden alcanzar a todas las ciudades importantes de su país, y hemos añadido 350 lanzadores de misiles balísticos intercontinentales3 tan sólo en los últimos tres años. Como dijo uno de sus propios intelectuales, los chinos estamos ‘preparados para librar un... tipo de guerra que llegaría hasta lo más profundo de la sociedad estadounidense’. Pero, por supuesto, nos preparamos para la guerra para poder evitarla”.
¿Cómo cree que se recibirían comentarios así en Estados Unidos?
De vuelta a la realidad: Estados Unidos se prepara para “defender su territorio base”
Wormuth concluye que “Lo último que hacemos... es proporcionar fuerzas de contraataque de ser necesario. Hay mucha discusión sobre cómo funcionaría eso en cuáles escenarios distintos”. Wormuth no dijo dónde ella prevé que se utilicen las fuerzas terrestres estadounidenses, ni si podría ser en la propia China. Pero terminó su intervención subrayando la importancia de “defender su territorio base”: “Si nos metiéramos en una guerra de gran envergadura con China, el territorio base de Estados Unidos también estaría en peligro, tanto con ataques cinéticos como no cinéticos”4.
Wormuth no especificó a qué se refería con “ataques cinéticos” en este caso, si ella y otros estrategas militares estadounidenses se referían a ataques con misiles y bombardeos contra bases estadounidenses como las de Hawai‘i y California, por ejemplo, o a una posible invasión terrestre del territorio continental estadounidense por parte del ejército chino, o a cualquier otro escenario concreto. Sí dijo que, en caso de una guerra entre Estados Unidos y China, esperaba “ciberataques” contra “redes eléctricas o contra oleoductos”. Cree que los militares chinos “tratarán de influir en la voluntad del público estadounidense, van a intentar erosionar el apoyo a favor de un conflicto. Creo que el Ejército desempeñará un papel aquí en casa”. Añadió que cree que la gente en Estados Unidos está dispuesta a luchar por su “patria e ideales”, “como lo hicimos en la Segunda Guerra Mundial”. Dijo que no tiene ninguna duda de que las fuerzas armadas estadounidenses, incluido el ejército, “serán llamadas a proporcionar apoyo de defensa a las autoridades civiles (dentro de Estados Unidos)”.
Haga una pausa y reflexione un poco sobre esas declaraciones. Una arquitecta líder de la estrategia militar estadounidense está diciendo que se está preparando para un conflicto comparable a la Segunda Guerra Mundial, sólo que esta vez sería principalmente entre dos potencias con enormes arsenales nucleares. Y en esta ocasión, las fuerzas armadas se están preparando para que posiblemente se libre en suelo estadounidense, no sólo “por allá”.
Y piense en lo siguiente: calificar al ejército estadounidense de un instrumento para la “defensa”, como lo hizo Wormuth, es tan habitual que casi nunca lo cuestionan los funcionarios políticos, los medios de comunicación o la mayoría de la gente. En realidad, las fuerzas armadas estadounidenses es la máquina de matar más prolífica de la historia de la humanidad. A lo largo de su historia, Estados Unidos ha invadido, bombardeado o intervenido directamente al menos 170 veces en todo el mundo5, mientras que ha ocurrido tan sólo tres ataques directos jamás contra el “territorio base” de Estados Unidos6. Y ahora gente como Wormuth está haciendo e implementando preparativos de guerra masivos y provocadores para una batalla total por la supremacía mundial con China que bien podría implicar los inconmensurables horrores de una guerra nuclear. Esto no tiene nada que ver en absoluto con la “defensa”. Están haciendo cálculos de sangre fría para una colisión de potencias imperialistas que amenaza literalmente a toda la humanidad y la vida en este planeta.
Ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas dominen al mundo y determinen el destino de la humanidad. Hay que derrocarlos cuanto antes.
— De Las Entrevistas con Bob Avakian en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!