En este momento no está claro la situación global de lo que conllevaba el atentado contra Donald Trump en un mitin en Pensilvania — incluida la motivación del tirador. Pero cualquiera que sea la verdadera motivación del tirador, y lo que sea que quizá conlleve esta situación, no tiene ninguna relación con ningún cambio positivo, y ciertamente no tiene ninguna relación con ninguna transformación emancipadora de la sociedad, la cual se puede obtener únicamente mediante una revolución, que cuente con la participación de millones de personas y que tenga por objetivo barrer todo este sistema y reemplazar sus relaciones e instituciones de explotación y opresión, y su pútrida cultura, por otras que sean liberadoras y edificantes.
Lo que ocurrió en el mitin de Donald Trump el sábado, 13 de julio, es algo muy grande que seguramente tendrá todo tipo de implicaciones y consecuencias muy importantes, en términos de los acontecimientos en Estados Unidos (y el mundo en su conjunto).
Esto es algo que hay que considerar con mucha seriedad. Aquí van cuatro verdades que hay que mencionar por ahora, mientras iremos analizando el rápido desenvolvimiento de los acontecimientos.
Uno. El incidente en que Donald Trump fue baleado en su mitin del 13 de julio ocurrió en un tiempo en que escisiones están desgarrando a Estados Unidos, las que ya no es posible tapar. No es posible volver componer las cosas tal como estaban.
Quienes gobiernan en Estados Unidos ya estaban peleados entre sí sobre cómo —no si— llevar a cabo la explotación, dominación y destrucción ecológica que este sistema capitalista requiere. Este atentado y la respuesta de los fascistas ha intensificado esta lucha. Nadie puede predecir cómo se desenvolverá.
Pero algo es cierto. Se está confirmado lo que Bob Avakian (BA), líder revolucionario y arquitecto del nuevo comunismo, analizó hace cuatro años: “Sí que habrá cambio radical”. La pregunta que BA añadió es la que tenemos que responder: “¿Será emancipador, o esclavizante — revolucionario, o reaccionario?”
Dos. Trump es un fascista que fomenta la violencia.
Los fascistas MAGA [Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza] han aprovechado el ataque contra Donald Trump para insistir en que tiene que cesar todo discurso sobre otra presidencia de Trump como “una amenaza existencial” o “fascista”. Mientras tanto, están elevando a Trump al estatus de mártir religioso y redoblando su fanática sed de venganza, coreando constantemente “¡A luchar! ¡A luchar! ¡A luchar!”
¡No! La verdad es… Trump es un fascista que alienta y se deleita con la “violencia política” más depravada y reaccionaria. Trump elogió a los vigilantes justicieros que amenazaron e incluso mataron a manifestantes durante el levantamiento de 2020 contra el asesinato y represión policial. Amenaza a sus oponentes políticos con la cárcel e incluso con la ejecución. Bromeó cuando un aspirante a asesino le rompió el cráneo al esposo de Nancy Pelosi con un martillo. Amenaza a los hurtadores de tiendas con ejecutarlos en el acto. No hizo nada mientras las turbas fascistas amenazaban con ahorcar a su propio vicepresidente. Trump ya demostró el 6 de enero que está dispuesto a utilizar esta violencia para imponer un gobierno fascista en Estados Unidos — para imponer una agenda de abierta supremacía blanca, opresión patriarcal a las mujeres y a las personas LGBTQ, odio a las personas que no nacieron en Estados Unidos y el dominio bíblico flagrante. Eso no es calumnia. Eso es la VERDAD, y hay que denunciarlo una y otra vez por lo que es: FASCISMO.
Tres. ¡Deja de desear que los demócratas te salven! Los demócratas son un partido que comete crímenes de guerra y facilita el fascismo.
Las diferencias de los demócratas con los fascistas MAGA son reales y profundas, pero tienen diferencias sobre cómo gobernar este monstruoso sistema del capitalismo-imperialismo. Los demócratas quieren aferrarse a las “normas” mediante las cuales se ha gobernado Estados Unidos durante mucho tiempo, mientras que los fascistas han venido triturando implacablemente esas normas. Como dijo hace poco Bob Avakian: “Como forma de gobierno político, el fascismo representa la dictadura indisimulada de la clase dominante capitalista-imperialista, que esencialmente elimina la pretensión de la democracia y de los derechos para la gente y se apoya abiertamente en la violencia y el terror contra la gente para imponer esta dictadura”.
La pura verdad es que los propios demócratas son un partido de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad desde el Sendero de las Lágrimas en 1831, donde miles de indígenas americanos murieron, al día de hoy en Gaza. Para colmo, los demócratas nunca lucharán contra los fascistas tal como se debe. No pueden hacerlo debido a que una parte central de su programa es conservar —y aferrarse a— las mismas normas de este sistema opresivo que los fascistas están eviscerando. Y no lo harán porque temen que al hacerlo, se podría desatar a las masas de personas que se oponen a este fascismo de una manera que se salga mucho del control de los demócratas y del sistema que imponen.
Pero la verdad es que la lucha intensa y profunda entre los demócratas y los republi-fascistas constituye una gran parte de lo que hace MÁS posible en estos tiempos una revolución real y liberadora.
Cuatro. Necesitamos una forma completamente nueva de vivir, un sistema fundamentalmente diferente. Necesitamos y exigimos: ¡REVOLUCIÓN!
Ya no es hora de elegir entre el Genocida Joe Biden o el Trump fascista MAGA. Ya es hora de aprovechar la lucha cada vez más profunda entre los gobernantes y las escisiones en toda la sociedad para organizarnos y prepararnos para una revolución real. Una revolución se refiere a una fuerza de millones de personas, provenientes de muchos sectores diferentes de la sociedad y organizados para una lucha total por derrocar este sistema y reemplazarlo con un sistema económico y político radicalmente diferente y mucho mejor, un sistema socialista, basado en satisfacer las necesidades de la gente y desarrollar la lucha por un mundo comunista donde por fin se ponga fin, en todas partes, a la explotación, la opresión y la destrucción del medio ambiente que son una parte integral de este sistema del capitalismo-imperialismo.
En sus mensajes en las redes sociales Revolución del #1 al #11, Bob Avakian explica por qué esta es la única manera de crear un futuro digno de vivir para nuestros hijos en Estados Unidos y en todo el mundo — y cómo esta revolución es posible en estos momentos. Aborda el papel que tú necesitas desempeñar y puedes desempeñar, como parte de los miles de personas que pueden poner ante millones de personas que la verdadera opción NO está entre Trump y Biden, sino entre un sistema que es una amenaza existencial a la humanidad, y una verdadera salida de este sistema. Explora estos mensajes hoy. Conéctate con EL CUERPO REVCOM Por la Emancipación de la Humanidad a fin de sumarse a la lucha para hacer realidad este futuro liberador.
Ya es ahora.