Lo que hay que hacer, y con urgencia ahora, es oponerse a todos los imperialistas merodeadores y asesinos en masa, y a todos los sistemas y relaciones de opresión y explotación, con un énfasis especial en oponerse a “nuestros propios” opresores imperialistas que cometen sus monstruosos crímenes “en nuestro nombre” y se proponen movilizarnos para que los apoyemos sobre la base de un grotesco chovinismo pro estadounidense, el que es necesario que rechacemos firmemente y contra el que luchemos ferozmente.
—Bob Avakian, de su artículo “Un principio básico sobre la guerra en Ucrania”, escrito poco después de que comenzó esa guerra
La guerra en Ucrania comenzó después de que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022. Casi tan pronto como comenzó la guerra, Estados Unidos, junto con los imperialistas europeos que Estados Unidos dirige en la alianza militar de la OTAN, comenzaron a armar, financiar, entrenar y dar dirección estratégica a Ucrania. La guerra se convirtió en una guerra de sustitutos entre Estados Unidos-OTAN y Rusia. Esto significa que Estados Unidos ha estado promoviendo sus intereses imperialistas en su conflicto con una potencia imperialista rival, Rusia, por medio del ejército y el pueblo ucranianos. Es una guerra entre gánsteres imperialistas rivales, Estados Unidos y OTAN por un lado, Rusia por el otro.
No hay nada “justo” en esta guerra. Ha convertido el país de Ucrania en un matadero. En los 16 meses transcurridos desde su inicio, decenas, tal vez cientos de miles de personas han perdido la vida, muchas más han sido heridas, violadas y lisiadas. Ciudades enteras han quedado destruidas y más de 13 millones de personas han sido “desplazadas de sus hogares”.
Nuevos y peligrosos niveles de violencia e incertidumbre
Los acontecimientos de las últimas semanas han llevado la infernal situación de Ucrania a niveles de violencia cada vez más peligrosos. Subrayan la rapidez con que todo esto podría salirse del control de cualquiera, y posiblemente conducir a un holocausto nuclear. Entre estos acontecimientos:
- Yevgeny Prigozhin, el líder de una formación mercenaria rusa que ha desempeñado un papel decisivo en la brutal guerra ilegal de Rusia, y que había denunciado en repetidas ocasiones a gran parte de la cúpula militar formal de Rusia, encabezó una revuelta que incluyó a miles de mercenarios que marcharon hacia Moscú, la capital de Rusia, y derribaron varios helicópteros del ejército ruso. Prigozhin negó que sus acciones constituyeran un intento de golpe de Estado, y actualmente se encuentra en paradero desconocido.
- Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente de planear el sabotaje de la mayor central nuclear de Europa. Si algo de esto es cierto, y si la central resulta dañada, los resultados podrían ser catastróficos.
- La tan esperada “contraofensiva” ucraniana de primavera a lo largo de un frente de 600 millas se ha convertido en un “esfuerzo lento y sangriento”, en el que ninguna de las partes ha logrado avances. Mientras tanto, el número de muertos aumenta. La semana pasada, el general estadounidense Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, declaró que la ofensiva ucraniana “va a ser muy difícil, muy larga y muy, muy sangrienta”.
- El 7 de julio, la administración Biden anunció el envío de bombas de racimo a Ucrania. Cada bomba de racimo contiene hasta cientos de “minibombas” que explotan al entrar en contacto y, si no explotan inmediatamente, pueden permanecer latentes y letales durante décadas. Son especialmente peligrosas para los niños, que pueden confundir una bomba con un juguete. 120 países han prohibido el uso de bombas de racimo, pero Estados Unidos, Rusia y Ucrania no lo han hecho. (Véase “Biden anuncia que Estados Unidos suministrará bombas de racimo a Ucrania: Una lluvia de muerte que matará durante décadas” para más información sobre las bombas de racimo). Hay que preguntarse: ¿Qué otros armamentos que hasta ahora se han considerado “demasiado atroces para usarlos” podrían de repente convertirse no sólo en aceptables sino en “necesarios” según la lógica de ganar la guerra y, como dijo el Secretario de Defensa de Estados Unidos, administrar una “derrota estratégica” a Rusia?
- Las bombas de racimo eran una parte de los 800 millones de dólares en nuevos envíos de armamento que Estados Unidos está enviando a Ucrania. Las nuevas armas incluyen “‘docenas’ de vehículos de combate Bradley y Stryker, misiles de defensa antiaérea y equipos antiminas”.
Estos acontecimientos ilustran cómo, tras 16 meses de derramamiento masivo de sangre, tanto Estados Unidos como Rusia se están “atrincherando” por lo que considerarían la “victoria” en esta guerra. Están escalando a nuevos y peligrosos niveles de combate, utilizando armamento más mortífero. Ninguna de estas potencias nucleares ha dado señales de estar dispuesta a retroceder.
Confusión y claridad
Unas semanas después de que comenzó esta guerra, Bob Avakian escribió:
La “neblina de la guerra” se refiere al hecho de que, en una situación de guerra, se desdibujan muchas cosas. En palabras sencillas, a menudo es difícil determinar exactamente lo que está pasando.
Relacionado con esto es el hecho de que la guerra, una vez iniciada, tiene sus propias dinámicas: frecuentemente las cosas no avanzan de la forma en que esperaban las personas que iniciaron la guerra o que llegaron a estar involucradas en ella. Esto tiene implicaciones muy gruesas en la guerra actual en Ucrania, la que involucra no solamente a Rusia y a Ucrania sino también a la alianza imperialista (OTAN) encabezada por Estados Unidos, en una “guerra de sustitutos” con Rusia — suministrando masivas cantidades de armas a Ucrania y librando una guerra económica (en la forma de “sanciones”) contra Rusia, al mismo tiempo que se intensifica la “preparación” militar de los países de la OTAN, en particular los países que colindan con Rusia o que están cerca de ella.
Estas palabras son tan ciertas, e incluso más urgentes, ahora como cuando se escribieron hace 15 meses. Los medios de comunicación de Estados Unidos están repletos de especulaciones sobre lo que significaba el “asunto Prigozhin” y su impacto en la guerra de Ucrania. Innumerables artículos y editoriales han expresado innumerables opiniones sobre por qué la ofensiva ucraniana no ha avanzado como querían Estados Unidos y Ucrania.
Cuánto durará esta guerra, qué podría constituir una “victoria” de uno u otro bando... nada de esto está claro. La inestabilidad lo impregna todo, toda la situación en Ucrania podría cambiar drásticamente en un momento. Esto, a su vez, podría repercutir en todo el mundo. Tendría un gran impacto en el terreno en el que las personas en Estados Unidos están trabajando para hacer la revolución.
En la confusión, las mentiras y los engaños, la desinformación y las falsas acusaciones de la “neblina de guerra” y, sobre todo, frente a los intentos de las potencias imperialistas de alinear a la gente de su lado, es de vital importancia que las masas entiendan algunas verdades, y actúen en consecuencia.
1. La guerra en Ucrania no es una lucha entre “‘autocracia’ y democracia”, sino una zona de conflicto de la rivalidad imperialista entre el imperialismo estadounidense y occidental y el imperialismo ruso. El pueblo ucraniano y el ejército ucraniano son carne de cañón en esta guerra, utilizados a sangre fría para hacer avanzar los intereses imperialistas estadounidenses en contienda con sus rivales rusos.
2. Estados Unidos y la alianza OTAN que Estados Unidos dirige están escalando masivamente esta guerra, enviando más, y más mortífero, armamento a Ucrania. Rusia se atrinchera, y también intensifica sus preparativos para una guerra más extensa y decisiva.
3. Tanto la parte estadounidense-OTAN como la parte igualmente imperialista rusa están profundamente comprometidas con “ganar” esta guerra, una lógica que puede conducir a los horrores indecibles de una guerra nuclear. Su creciente agresión ya ha incluido amenazas de utilizar armas nucleares; sus armas nucleares se mantienen listas y cargadas.
4. Estos recientes acontecimientos —la revuelta de Prigozhin, la muy arriesgada contraofensiva ucraniana, la escalada armamentística con el envío de bombas de racimo— han hecho que las cosas sean potencialmente aún más explosivas y peligrosas para las masas populares mucho más allá del “teatro de la guerra” (Ucrania y Rusia).
5. Toda la dinámica de esta guerra debe cambiar radicalmente en interés de la humanidad, no el de los imperialistas rivales y contendientes.