3 de abril de 2023. Timothy Snyder es un historiador y galardonado profesor de Yale. Sobre la base de (inmerecidas) credenciales como experto en “tiranía” y cómo oponerse a Trump1, los medios de comunicación liberales de la clase dominante promueven ampliamente a Snyder como un fantoche (cómplice) del capitalismo-imperialismo estadounidense en su guerra de sustitutos con Rusia en Ucrania.
La invasión rusa de Ucrania es un acto criminal de parte de una potencia capitalista-imperialista. Pero Snyder es un animador detrás de la transformación de ese conflicto por parte de Estados Unidos en una guerra de sustitutos contra Rusia, al utilizar a los soldados y al pueblo ucranianos como carne de cañón para impulsar los intereses imperiales de Estados Unidos. Y minimiza abiertamente el riesgo de una guerra nuclear que esto conlleva.2
Estados Unidos no está inyectando decenas de miles de millones de dólares en maquinaria de muerte en Ucrania a fin de defender el estado de derecho y la “democracia”
Snyder afirma que Estados Unidos está impulsando la guerra en Ucrania a fin de defender una democracia de la tiranía.3
El historial del imperialismo estadounidense en su montaje u orquestación de golpes de estado a fin de derrocar a gobiernos elegidos democráticamente en todo el mundo descalifica a cualquiera de sus apologistas que afirme que es un paladín de la “defensa de la democracia”.
Los golpes de estado patrocinados por Estados Unidos contra el gobierno de Mosaddeq elegido democráticamente en Irán; Lumumba en (lo que ahora es) la República Democrática del Congo; Sukarno en Indonesia (en un golpe de estado que resultó en el asesinato de cientos de miles de personas o más); Allende en Chile; y muchos más cuando esos gobiernos se interpusieron en el camino de los objetivos económicos, políticos y/o militares de Estados Unidos. (Consulte la serie Crimen Yanqui en revcom.us).
Y en 2014, Estados Unidos y sus aliados de Europa occidental del “mundo libre” orquestaron un golpe de estado en Ucrania que derrocó al presidente ucraniano de tendencia rusa Yanukóvich (del que en su elección en 2010 observadores internacionales estrechamente alineados con Estados Unidos y sus aliados europeos informaron de una “impresionante muestra de democracia”).
Como dijo el líder revolucionario Bob Avakian en Lo BAsico 1:3:
La esencia de lo que existe en Estados Unidos no es la democracia, sino el capitalismo-imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen. Lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo no es democracia, sino imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen.
Altos funcionarios estadounidenses constan que los verdaderos motivos que no tienen ninguna relación con la “defensa de la democracia” en Ucrania. Biden llamó a un cambio de régimen en Rusia y declaró que Putin “no puede permanecer en el poder”. El secretario de “Defensa” de los Estados Unidos, Austin, declaró que los objetivos de los Estados Unidos en la guerra en Ucrania son que Rusia sea “debilitada”. Y Austin se regodeó de que Rusia “ya ha perdido mucha capacidad militar y muchas de sus tropas, muy francamente, y queremos ver que muy rápidamente dejen de tener la capacidad de reproducir esa capacidad”.
Snyder descarta las provocaciones y movimientos de Estados Unidos contra Rusia
Snyder insiste en que Estados Unidos no hizo nada (o como mucho, tal vez “algo pequeño”) para provocar que Rusia invadiera a Ucrania4. Snyder, que se considera a sí mismo un experto en la historia de Ucrania, de alguna manera se perdió una década de movimientos de Estados Unidos para atraer a Ucrania más estrechamente a su órbita económica, política y militar, lo que planteó la posibilidad de que las tropas estadounidenses y aliadas se posicionaran en la frontera de Ucrania con Rusia.5
Y antes de eso, hubo décadas de expansión masiva de la OTAN, una “alianza” militar manejada por los Estados Unidos. Durante esas décadas, los países de la OTAN llegaron a rodear a Rusia en Europa.6 Esto a pesar de que en febrero de 1990, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Baker, le prometió al líder soviético Gorbachov (quien fue el último líder de la Unión Soviética antes de su colapso y el surgimiento de la Federación Rusa) que “no habría ninguna extensión de la jurisdicción de la OTAN para las fuerzas de la OTAN ni un centímetro hacia el este”7.
¿Guerra nuclear? Snyder dice “muy improbable”, pero vale la pena el riesgo
Snyder descarta despreocupadamente el peligro de que estalle una guerra nuclear a partir de la guerra de sustitutos en Ucrania como “muy improbable”. 8 Eso no es lo que dicen las dos personas en posición de hacer que eso suceda. En septiembre de 2022, Putin declaró: “Si hay una amenaza a la integridad territorial de nuestro país, no dudaremos en utilizar todos los medios a nuestro alcance para proteger a Rusia y a nuestro pueblo”. Y estaba claro que, con ello, quería decir incluir al territorio arrebatado por Rusia en Ucrania. Un mes después, Biden dijo: “[S]i, de hecho, las cosas continúan por el camino en que que van” en Ucrania, el mundo enfrenta “la perspectiva del Armagedón”.
Snyder hasta insiste (por extensión) en que vale la pena el riesgo “muy improbable” de una guerra nuclear porque una “victoria ucraniana” (¡incluso si se requiere una guerra nuclear!) “mejorará el mundo en el que vivimos”. En otras palabras, vale la pena arriesgarse a una guerra nuclear, con un inimaginable sufrimiento y la muerte para la humanidad, a fin de mantener a los Estados Unidos en la cima de un mundo de explotación y opresión.
Una perspectiva que es producto y sirve a un imperio de explotación y opresión
El marco de “tiranía contra democracia” de Snyder es una variante del “antiautoritarismo” que, particularmente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, se ha invocado para cegar a las personas, particularmente a los liberales, ante los interminables crímenes del imperio estadounidense.
Bob Avakian concluye un artículo oportuno y esencial, El descarado chovinismo pro estadounidense: “Antiautoritarismo” como “tapadera” para apoyar al imperialismo estadounidense,
Los que no estamos dispuestos a dejarnos cegar por esto, podemos y debemos confrontar y analizar la realidad tal y como es, y sacar las conclusiones necesarias. Además del hecho de que Estados Unidos está hoy, e históricamente ha estado, aliado con muchos gobiernos “autoritarios” en todo el mundo (y, de hecho, ha instaurado a la fuerza semejantes gobiernos en muchos países), el hecho aún más fundamental es que la esencia del conflicto entre Estados Unidos y los países como Rusia y China no es un conflicto entre “la democracia” y “el autoritarismo”, sino que es una cuestión de rivalidad entre potencias imperialistas, todas las que son monstruosas opresoras de las masas de personas, y ninguna de las cuales representa o actúa a favor de los intereses de la humanidad. Lo que hay que hacer, y con urgencia ahora, es oponerse a todos los imperialistas merodeadores y asesinos en masa, y a todos los sistemas y relaciones de opresión y explotación, con un énfasis especial en oponerse a “nuestros propios” opresores imperialistas que cometen sus monstruosos crímenes “en nuestro nombre” y se proponen movilizarnos para que los apoyemos sobre la base de un grotesco chovinismo pro estadounidense, el que es necesario que rechacemos firmemente y contra el que luchemos ferozmente.
Timothy Snyder equipara falsamente unos opuestos: comunismo y fascismo
Además de actuar como un descarado cómplice de la guerra de sustitutos de Estados Unidos, Timothy Snyder es un prominente seguidor y promotor de la obra de Hannah Arendt, la exponente más célebre de la “teoría” del “totalitarismo”, que reduce el comunismo y el fascismo a una y la misma cosa. El libro de Snyder, Sobre la tiranía: veinte lecciones que aprender del siglo XX, está enmarcado por lo siguiente en el Prólogo:
Nuestra tradición [o sea, de los padres fundadores, tal como Snyder los rebautiza: dueños de esclavos, genocidas asesinos de indígenas, ¡para quienes las mujeres no tenían ningún derecho en absoluto!] nos exige que examinemos la historia para comprender las profundas fuentes de la tiranía y que reflexionemos sobre la respuesta adecuada que hay que darle. [Los estadounidenses de hoy] no somos más sabios que los europeos que vieron como la democracia daba paso al fascismo, al nazismo o al comunismo durante el siglo xx. [énfasis agregado]
El líder revolucionario Bob Avakian (BA) ha puesto al descubierto profunda y sistemáticamente el intento de los “antitotalitarios” de equiparar el comunismo y el fascismo. El artículo Fascistas y comunistas: Diametralmente opuestos con un mundo de diferencia entre sí, de BA, comienza así:
Los fascistas defienden y están decididos a intensificar, a dimensiones grotescas y horribles, todas las dimensiones de la opresión y la explotación y todos los horrores perpetrados por el sistema del capitalismo-imperialismo. Los comunistas, y en particular los promotores del nuevo comunismo, están decididos a poner fin a todos estos horrores, y a los horrores potencialmente peores, mediante el derrocamiento del sistema del capitalismo-imperialismo y la abolición de todas las relaciones de explotación y opresión en el mundo.
Todo el artículo es una lectura importante, incluida su aplicabilidad oportuna en muchas dimensiones.