La conferencia-cumbre de alto nivel entre Trump y Putin el viernes 15 de agosto en Alaska ha dominado los noticieros, y habrá más por venir esta semana. El tema de la conferencia fue cómo resolver la sangrienta y peligrosa guerra entre Rusia y Ucrania. En lo que rápidamente se convirtió en una guerra de sustitutos, Ucrania ha contado con un fuerte apoyo de Europa y especialmente, hasta que Trump asumió el cargo, de Estados Unidos. Al entrar a la reunión, Trump había dicho que exigía que Putin aceptara un alto el fuego como primer paso; al salir, abandonó esa demanda. Desde la conferencia, Trump ha elogiado a Putin y dijo que ahora la responsabilidad recae en el líder ucraniano Zelenski de llegar a un acuerdo integral con Putin antes del alto el fuego.
Más allá de eso, nadie sabe realmente de lo que conversaron o acordaron Trump y Putin, y mucho menos cómo se desenvolverá esto. Esta semana se aclarará más. Lo que ocurra muy bien podría tener consecuencias enormes, y es importante tener una idea de las dinámicas y posibilidades impulsoras subyacentes.
Uno: Vivimos en un mundo dividido entre potencias capitalista-imperialistas, cada una impulsada por la lógica de este sistema de luchar por la supremacía. Actualmente, todas las potencias imperialistas están erogando enormes cantidades de dinero en desarrollar y modernizar sus arsenales, incluido su armamento nuclear, y perfeccionar su estrategia. Los principales rivales en esta lucha por la dominación son Estados Unidos y China, enfrascados en una contienda cada vez más encarnizada. Rusia, con su enorme arsenal nuclear, es un actor clave en esta “mezcla”. Pero una nueva guerra entre cualesquiera de estas potencias —que podría estallar de forma intencionada o accidental— sería desastrosa, e incluso podría significar el fin de la humanidad.
"Hoy, aunque Estados Unidos es y se proclama la superpotencia mundial #1, está plagado de contradicciones cada vez más agudas y enfrenta retos internos y a nivel internacional, y esto ha generado un régimen fascista, que ahora tiene las riendas del poder y el dedo de un golpeador demente sobre el disparador nuclear — un régimen que sin exageración, no solamente amenaza con gran sufrimiento a las masas de la humanidad sino a la propia existencia de la humanidad."
— Bob Avakian, de su discurso de 2017, ¡El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse! En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar un Estados Unidos fascista. Un mundo mejor ES posible
Hace tres años y medio, Rusia lanzó una invasión sangrienta y totalmente injusta contra Ucrania. Cientos de miles de personas han muerto en esta guerra, y muchas más han resultado lisiadas y mutiladas. Pero con la posible excepción de un breve período al comienzo de la invasión rusa, principalmente NO ha sido una lucha para la liberación nacional del pueblo ucraniano. Al contrario, Estados Unidos y Europa apoyaron fuertemente a Ucrania y la convirtieron en una guerra de sustitutos, un escenario en el que Estados Unidos y Rusia se batieron en duelo por un nuevo reparto y saqueo del mundo. (Para obtener documentación sobre cómo y por qué esto es así, vea aquí y aquí).
Bajo Biden, Estados Unidos surtió a Ucrania miles de millones de dólares en armamento, inteligencia sobre las fuerzas rusas y “asesoramiento” estratégico de alto nivel. La perspectiva de una guerra nuclear que acabaría con la civilización se volvió extremadamente inmediata. Las dos principales potencias nucleares no solo se opusieron mutuamente en torno a la invasión, sino que en diferentes momentos el líder ruso Putin, o uno de sus subordinados, recordó al mundo que Rusia poseía armas nucleares. En cierto momento, Biden para colmo admitió que tal guerra era más probable que en cualquier otro momento desde la crisis de los misiles de Cuba hace 60 años, ¡una crisis en la que el mundo estuvo literalmente al borde de una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia1! ¡Ahora, 60 años después, estas dos potencias imperialistas estaban nuevamente arriesgando el fin de la civilización humana en una lucha sobre cómo se repartirá el mundo!
En la campaña electoral de 2024, Trump declaró su oposición a la guerra en Ucrania. Afirmó que nunca se habría dado si él fuera presidente y prometió que obtendría un acuerdo de paz en el primer día de su presidencia. Obviamente, a la fecha no ha podido hacerlo. Están en juego intereses complejos y estratégicos, que no guardan relación alguna con si competir contra el principal rival de Estados Unidos, China, sino con cómo hacerlo, lo que abarca un conflicto militar que fácilmente podría desembocar en una guerra. (Hace poco, Trump se quejó en el noticiero Fox de que la estrategia de Biden hizo que Rusia se acercara más hacia China, y hay bastante de cierto en eso). Las diversas fuerzas que rodean a Trump no quieren comprometer esos intereses en un momento en que la competencia entre los imperialistas se está intensificando cada vez más; y es muy posible que existan conflictos al interior del régimen sobre la manera de llevarlo a cabo. En particular, la visión de Rusia sobre dónde residen sus intereses —y qué debe hacer para consumar esos intereses— quizá no “encaje” con lo que la administración Trump quiere ver que ocurra.
En resumen, se trata de una apuesta extremadamente delicada y arriesgada, ¡¡una apuesta que de hecho podría implicar el fin de la humanidad!! Esta dinámica es algo en lo que tanto los fascistas como aquellos que se les oponen en la clase dominante coinciden en líneas generales. Para estos monstruos, ¡la supervivencia de su sistema —de su posición dentro de él— es más importante que la vida misma! Pero ¿cuáles intereses tienen las masas de personas a nivel mundial en semejante conflicto? Ninguno, salvo impedirlo (o ponerle fin) y ELIMINAR el sistema que repetidamente engendra este tipo de situaciones.
Dos: La dominación del aparato del gobierno de Estados Unidos por parte de los fascistas hace que toda esta situación sea aún más peligrosa.
La volatilidad de Trump —es decir, su combinación de explosividad e impulsividad impredecible—, junto con el servilismo de sus seguidores ante cada giro inesperado, son inherentes al fascismo de Trump y MAGA. Esto aumenta la probabilidad de que una guerra se desate por un error de cálculo, o incluso por un arrebato de ego trumpista. Y eso hace aún más urgente que la gente se una en una resistencia masiva no violenta para EXPULSAR a este régimen fascista… ¡YA!
Tres: Necesitamos un mundo completamente nuevo y un sistema fundamentalmente diferente, el que pueda liberar a la humanidad de estas dinámicas mortales inherentes al sistema capitalista-imperialista.
La humanidad necesita un mundo sin explotación ni divisiones entre las personas… un mundo en el que las personas trabajen en colectivo para proveer una abundancia a todos y superemos la explotación, la opresión, las guerras y la destrucción ambiental totalmente innecesarias de este sistema capitalista-imperialista en el que vivimos. Bob Avakian (BA) ha desarrollado la visión panorámica, una base firme y un plano concreto para un mundo así en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte. BA ha desarrollado la estrategia para la revolución que necesitamos para alcanzar ese mundo. Además, y como base, ha desarrollado el nuevo comunismo: una forma mucho más cabalmente científica de conocer y transformar el mundo que cualquier otra cosa que la humanidad haya conocido hasta ahora. El nuevo comunismo ofrece esperanza, sobre una sólida base científica.
Vídeo en inglés: Un mundo sin guerras, un corto del discurso de Bob Avakian de 2018, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. Lea el texto en español aquí.
Cuatro: Ya es un momento poco común, un momento en el que de hecho tal revolución es más posible.
Las amenazas de guerra, de destrucción ecológica, de caos y destrucción extremos, y de la despiadada consolidación fascista de la sociedad son horrorosas y muy reales. No hay escapatoria mientras vivamos bajo este sistema. Pero los mismos extremos a los que está encaminado el mundo hacen que la revolución sea más posible.
El porqué y el cómo de esto —la naturaleza del problema y el carácter de la solución— se encuentra en muchas obras de BA. Puedes empezar aquí con la declaración 2025: Un año nuevo — retos nuevos profundos — y un camino profundamente positivo hacia adelante frente a un horror muy real. Esta no es una verdad fácil a la que hacer frente; pero una vez que se le haga frente, puede ser una verdad liberadora. Conéctate con EL CUERPO REVCOM Por La Emancipación De La Humanidad para aprender más sobre todo esto y para conectarte con quienes trabajan día y noche para desarrollar y preparar a las fuerzas para la revolución del nuevo comunismo.
A la luz de todo esto, lo siguiente de Bob Avakian sobresale con aún más agudeza:
Ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas sigan dominando el mundo y determinando el destino de la humanidad. Y es un hecho científico que la humanidad no tiene que vivir así.