El internacionalismo — El mundo entero ante todo
— Bob Avakian, Lo BAsico 5:8
En lo fundamental, solo hay un océano (aunque la geografía y la política humanas, por varias razones, lo conciben como múltiples “océanos” y “mares” menores). Cubre dos tercios de la superficie de la tierra, y en su mayor parte es mar abierto, no forma parte del territorio reclamado por ninguna nación. La vida emergió por primera vez en el agua hace miles de millones de años, y la vida actual no puede existir sin los océanos. Más de la mitad del oxígeno que respiramos proviene del océano. Miles de millones de personas dependen de los peces y otros productos del océano para alimentos. El océano es un ecosistema enorme y complejo, e incluso hoy se comprende poco la vida en las profundidades del océano, y los científicos estiman que la mayoría de las especies ni siquiera tienen nombre.
El científico del siglo 19 y promotor de la evolución, Thomas Huxley, consideró que el océano era tan vasto que era inagotable, sin peligro de que la vida marina jamás fuera amenazada (ya que el desarrollo capitalista ya había arruinado algunos ríos y costas cerca de zonas pobladas). Pero lo que se ha puesto claramente de manifiesto en el siglo 21 es que los mares sanos —mares que pueden sustentar algo parecido al sistema de vida que ha evolucionado a lo largo de miles de millones de años sobre el planeta— son completamente incompatibles con el sistema global del capitalismo-imperialismo. Uno o el otro tendrá que desaparecer. Nos toca a nosotros decidir cuál.
El cambio climático, causado por la quema de combustibles fósiles por el sistema, es un impulsor devastador de la amenaza para la vida marina. Los océanos se están calentando: el océano ha absorbido el 90% del calor generado por el cambio climático, y este calor está derritiendo el hielo polar y es una de las principales razones por las que los arrecifes de coral —el entorno más rico para la vida marina— ahora están muriendo en todo el planeta1. Un océano más caliente propicia tormentas y huracanes más intensos y destructivos. Y el océano absorbe el dióxido de carbono producido por la quema de combustibles fósiles, lo que hace que el océano sea más ácido, lo que perjudica la vida marina, lo que entre otras cosas dificulta que los animales marinos produzcan conchas.
No obstante, no se trata únicamente del cambio climático. El mar abierto es una especie de “Lejano Oeste”, donde inmensas flotas de barcos de pesca arrastran redes gigantes por aguas de miles de metros de profundidad, lo que ha causado que un tercio de las especies de peces de que dependen los seres humanos estén al borde de la extinción2. Estas redes recogen un gran número de animales que no son objetivo. Esta “captura incidental” —a menudo peces, y animales como marsopas y tortugas que no son las especies objetivo, se devuelve al agua, muertas. Estas flotas operan dentro de océanos gobernados en última instancia por fusiles — muy especialmente los fusiles de Estados Unidos, que no solo ha dominado durante muchas décadas, sino que ha tratado a los océanos como un vertedero inagotable, ensayando armas nucleares, vertiendo desechos nucleares, gas nervioso y productos químicos venenosos en el océano por todo el mundo.
Y tenemos la crisis del plástico. Según el Centro para la Diversidad Biológica: “La acumulación de plástico en nuestros océanos y en nuestras playas se ha convertido en una crisis global. Se pueden encontrar miles de millones de kilos de plástico en convergencias arremolinadas que constituyen aproximadamente el 40% de las superficies oceánicas del mundo. Al ritmo actual, se espera que el plástico supere en peso a todos los peces del mar para 2050”. El plástico ha dañado a más de 700 especies, incluidos peces, tortugas marinas, aves marinas, mamíferos marinos y mamíferos terrestres, incluidos los seres humanos. Los plásticos producidos por el capitalismo-imperialismo son productos de la industria petroquímica que son baratos, livianos y pueden moldearse en casi infinitas formas. Ahora se encuentran dentro de la vida marina en el lecho de la Fosa de las Marianas, el lugar más profundo y remoto de la superficie de la tierra. A pesar de lo que se sabe, y lo que NO se sabe, sobre el daño que causan los plásticos, se estima que este sistema aumentará muchísimo la producción altamente rentable de plásticos en un 40% durante la próxima década.
Y esto sin hablar de la peor amenaza ambiental posible: la creciente amenaza de una guerra en tiempos de armas nucleares y sus consecuencias potencialmente existenciales, incluida para la vida en los océanos.
La destrucción del océano se está acelerando. El cambio climático y las extinciones masivas de especies, incluida la vida marina, se están acelerando. ¿Qué está haciendo el capitalismo-imperialismo en respuesta? En pocas palabras, además de seguir quemando más combustibles fósiles, lo que impulsa el cambio climático, está construyendo barcos de pesca más grandes para pescar más peces, sin respetar repetidamente tratados que establecerían límites sobre lo que el sistema le hace a la vida marina3— y al enfrascarse en guerras despiadadas, que están intensificando enormemente el peligro de una guerra nuclear.
El estado actual del océano clama: nada menos que poner fin a la dominación del mundo por el capitalismo-imperialismo, y nada menos que un enfoque que ponga ante todo la revolución internacional y la protección del medio ambiente de todo el mundo, por encima de los intereses nacionales o los intereses locales de cualquier parte del planeta, pueden empezar a solucionar los problemas que ahora se plantean.
Un líder para un momento en que el futuro pende de un hilo:
De cerca y de forma íntima con
Bob Avakian
Entregado de todo corazón y alma
sin transigir, por la revolución
Una aparición inusitada, en inglés, en
El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!
November 3, 10, 17
Vea la primera parte de la Entrevista
Las Entrevistas con Bob Avakian
Con subtítulos en español.