El internacionalismo — El mundo entero ante todo
— Bob Avakian, Lo BAsico 5:8

Las Bahamas vistas desde el espacio. Solo hay un océano: cubre dos tercios de la superficie terrestre y en su mayor parte es mar abierto, no forma parte del territorio reclamado por ninguna nación. La vida emergió por primera vez en el agua hace miles de millones de años, y la vida actual no puede existir sin los océanos. Foto: NASA
En lo fundamental, solo hay un océano (aunque la geografía y la política humanas, por varias razones, lo conciben como múltiples “océanos” y “mares” menores). Cubre dos tercios de la superficie de la tierra, y en su mayor parte es mar abierto, no forma parte del territorio reclamado por ninguna nación. La vida emergió por primera vez en el agua hace miles de millones de años, y la vida actual no puede existir sin los océanos. Más de la mitad del oxígeno que respiramos proviene del océano. Miles de millones de personas dependen de los peces y otros productos del océano para alimentos. El océano es un ecosistema enorme y complejo, e incluso hoy se comprende poco la vida en las profundidades del océano, y los científicos estiman que la mayoría de las especies ni siquiera tienen nombre.

Las fuentes hidrotermales existen en las profundidades del océano donde la luz no puede penetrar y donde la presión es extrema. No fueron descubiertas sino hasta 1977. A pesar de la extrema presión y la falta de luz, existe una rica diversidad de vida alrededor de estas fuentes, una vida muy distinta a ninguna otra cosa sobre el planeta. De hecho, una teoría líder sobre los orígenes de la vida en la Tierra es que se inició en lo profundo del océano al alimentarse del calor y los productos químicos de las fuentes. La ciencia apenas está comenzando a aprender sobre este entorno, pero las redes de pesca y la minería en aguas profundas están haciendo pedazos estos ecosistemas. Foto: NOAA
El científico del siglo 19 y promotor de la evolución, Thomas Huxley, consideró que el océano era tan vasto que era inagotable, sin peligro de que la vida marina jamás fuera amenazada (ya que el desarrollo capitalista ya había arruinado algunos ríos y costas cerca de zonas pobladas). Pero lo que se ha puesto claramente de manifiesto en el siglo 21 es que los mares sanos —mares que pueden sustentar algo parecido al sistema de vida que ha evolucionado a lo largo de miles de millones de años sobre el planeta— son completamente incompatibles con el sistema global del capitalismo-imperialismo. Uno o el otro tendrá que desaparecer. Nos toca a nosotros decidir cuál.
El cambio climático, causado por la quema de combustibles fósiles por el sistema, es un impulsor devastador de la amenaza para la vida marina. Los océanos se están calentando: el océano ha absorbido el 90% del calor generado por el cambio climático, y este calor está derritiendo el hielo polar y es una de las principales razones por las que los arrecifes de coral —el entorno más rico para la vida marina— ahora están muriendo en todo el planeta1. Un océano más caliente propicia tormentas y huracanes más intensos y destructivos. Y el océano absorbe el dióxido de carbono producido por la quema de combustibles fósiles, lo que hace que el océano sea más ácido, lo que perjudica la vida marina, lo que entre otras cosas dificulta que los animales marinos produzcan conchas.

Antes Después
Arrecifes de coral antes y después del blanqueamiento o decoloración. Los arrecifes de coral son el hogar del 25% de toda la vida marina. Si bien el coral puede sobrevivir a una sola decoloración, numerosas decoloraciones matarán al coral. La mitad de los arrecifes de coral se han perdido desde la década de 1950 debido a los efectos del calentamiento global, la contaminación y la acidificación. En un estudio de 2018, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático predijo que 1,5°C del calentamiento global causaría la desaparición de entre el 70 y el 90% de los arrecifes de coral del mundo.
Foto: InformOverload, "The Great Barrier Reef Is Dying," on YouTube.com
No obstante, no se trata únicamente del cambio climático. El mar abierto es una especie de “Lejano Oeste”, donde inmensas flotas de barcos de pesca arrastran redes gigantes por aguas de miles de metros de profundidad, lo que ha causado que un tercio de las especies de peces de que dependen los seres humanos estén al borde de la extinción2. Estas redes recogen un gran número de animales que no son objetivo. Esta “captura incidental” —a menudo peces, y animales como marsopas y tortugas que no son las especies objetivo, se devuelve al agua, muertas. Estas flotas operan dentro de océanos gobernados en última instancia por fusiles — muy especialmente los fusiles de Estados Unidos, que no solo ha dominado durante muchas décadas, sino que ha tratado a los océanos como un vertedero inagotable, ensayando armas nucleares, vertiendo desechos nucleares, gas nervioso y productos químicos venenosos en el océano por todo el mundo.

Sin arrastre Con arrastre
Hábitat coralino en el cañón La Fonera en el noroeste del mar Mediterráneo (NOAA)
Coral y otras especies en el monte submarino Yakutat en el noroeste del Atlántico (NOAA)
Corales y gorgonias de mar en el pico Kukenthal en el noroeste del Atlántico (NOAA)
Estas imágenes ilustran los impactos que los aparatos de pesca de arrastre de fondo pueden tener en el lecho marino vivo alrededor de los océanos del mundo.
Una captura de pescado de un barco de arrastre frente a las costas de Somalia. La pesca excesiva debido a la pesca de arrastre ha llevado al agotamiento de las poblaciones de peces en gran parte de África, con la ruina de los medios de vida y la agravación del hambre y la inanición. La pesca de arrastre oceánica es una práctica pesquera extremadamente destructiva. Los barcos de arrastre utilizan redes que llegan hasta el lecho del océano y recogen todo lo que se interpone en su camino. Hasta el 75% de lo que se captura es lo que se denomina “captura incidental”, peces (y mamíferos marinos) cuyos cadáveres se arrojan al mar. La pesca de arrastre es particularmente dañina para los corales y las esponjas que viven en el lecho del océano. Un biólogo marino describe lo que quedó después de una red de arrastre: “Había literalmente un rastro de cosas muertas y moribundas en el lecho marino”.
Foto: NOAA
Y tenemos la crisis del plástico. Según el Centro para la Diversidad Biológica: “La acumulación de plástico en nuestros océanos y en nuestras playas se ha convertido en una crisis global. Se pueden encontrar miles de millones de kilos de plástico en convergencias arremolinadas que constituyen aproximadamente el 40% de las superficies oceánicas del mundo. Al ritmo actual, se espera que el plástico supere en peso a todos los peces del mar para 2050”. El plástico ha dañado a más de 700 especies, incluidos peces, tortugas marinas, aves marinas, mamíferos marinos y mamíferos terrestres, incluidos los seres humanos. Los plásticos producidos por el capitalismo-imperialismo son productos de la industria petroquímica que son baratos, livianos y pueden moldearse en casi infinitas formas. Ahora se encuentran dentro de la vida marina en el lecho de la Fosa de las Marianas, el lugar más profundo y remoto de la superficie de la tierra. A pesar de lo que se sabe, y lo que NO se sabe, sobre el daño que causan los plásticos, se estima que este sistema aumentará muchísimo la producción altamente rentable de plásticos en un 40% durante la próxima década.

Eight million tons of plastics enter the oceans every year, much of which has accumulated in five giant garbage patches around the plane. The largest, called the Great Pacific Garbage Patch, is located halfway between Hawaii and California. It covers an approximate surface area of 1.6 million square kilometers—an area twice the size of Texas. Foto: D. Kelly/National Science Foundation
Y esto sin hablar de la peor amenaza ambiental posible: la creciente amenaza de una guerra en tiempos de armas nucleares y sus consecuencias potencialmente existenciales, incluida para la vida en los océanos.
La destrucción del océano se está acelerando. El cambio climático y las extinciones masivas de especies, incluida la vida marina, se están acelerando. ¿Qué está haciendo el capitalismo-imperialismo en respuesta? En pocas palabras, además de seguir quemando más combustibles fósiles, lo que impulsa el cambio climático, está construyendo barcos de pesca más grandes para pescar más peces, sin respetar repetidamente tratados que establecerían límites sobre lo que el sistema le hace a la vida marina3— y al enfrascarse en guerras despiadadas, que están intensificando enormemente el peligro de una guerra nuclear.
El estado actual del océano clama: nada menos que poner fin a la dominación del mundo por el capitalismo-imperialismo, y nada menos que un enfoque que ponga ante todo la revolución internacional y la protección del medio ambiente de todo el mundo, por encima de los intereses nacionales o los intereses locales de cualquier parte del planeta, pueden empezar a solucionar los problemas que ahora se plantean.

Un líder para un momento en que el futuro pende de un hilo:
De cerca y de forma íntima con
Bob Avakian
Entregado de todo corazón y alma
sin transigir, por la revolución
Una aparición inusitada, en inglés, en
El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!
November 3, 10, 17
Vea la primera parte de la Entrevista
Las Entrevistas con Bob Avakian
Con subtítulos en español.