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Una nota sobre el conflicto amargo —y la unidad fundamental— entre los demócratas y los republi-fascistas en torno a la inmigración... y la posibilidad de una revolución

Migrants seeking asylum at the El Paso, Texas/Ciudad Juarez, Mexico border, December 21, 2022.

 

Migrantes en busca de asilo en la frontera entre El Paso, Texas y Ciudad Juárez, México, 21 de diciembre de 2022.    Foto: AP

Biden ha impuesto una represión y brutalidad masiva a lo largo de la frontera, y ya ha expulsado a muchos más migrantes que Trump. Sin embargo, los republi-fascistas afirman que Estados Unidos está siendo “invadido” y que la frontera está “fuera de control”. En una carta reciente a Biden, Greg Abbott, el gobernador fascista cristiano de Texas, dijo que “el caos [en la frontera] es el resultado directo de su fracaso en hacer cumplir las leyes de inmigración”… y que Biden ha “violado [su] obligación constitucional de defender a los Estados contra la invasión”... Un congresista fascista de Texas inició esta semana gestiones para destituir a Alejandro Mayorkas, jefe del Departamento de Seguridad Nacional, por “altos crímenes y delitos”.

Pero si tanto los demócratas como los republi-fascistas están de acuerdo sobre la dura represión como punta de lanza de su “política fronteriza”, ¿por qué es ésta una cuestión tan explosiva entre ellos?

La inmigración es una expresión aguda de la forma en que las divisiones en la cúspide de esta sociedad están desgarrando a toda la sociedad, y del hecho de que las “normas” que han cohesionado a Estados Unidos durante 150 años se están haciendo añicos. Bob Avakian, en Algo terrible, o algo verdaderamente emancipador: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia, Una base necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución, ofrece una valiosa análisis del conflicto que divide a los gobernantes de este país en enconados oponentes. En él, señala que el programa fascista se centra en

“restaurar” la “grandeza” mitológica de Estados Unidos sobre la base de la supremacía blanca agresiva, la supremacía masculina cruda y brutal y la supresión de las personas LGBT, la xenofobia (el odio y persecución a los extranjeros e inmigrantes, particularmente aquellos que provienen de lo que Trump describió infamemente como “los países pozos de mierda”), la afirmación forzosa y ostentación chovinista del dominio estadounidense y “la superioridad de la civilización occidental”, junto con el rechazo deliberado a la ciencia y el método científico, especialmente en los casos en que interferiría con el saqueo irrestricto del medio ambiente, así como de la gente.

Bob Avakian: ¿Por qué viene aquí gente de todo el mundo? (vídeo en inglés) Para escuchar el audio doblado en español, haga clic aquí.

Líderes cristiano-fascistas como Abbott están forjando y animando una base social en torno a la represión despiadada, las calumnias racistas y los insultos contra los inmigrantes, y la demonización, humillación y criminalización de nacionalidades enteras. Lanzan diatribas sin parar diciendo que los inmigrantes “les quitan el trabajo, traen drogas que corroen nuestras comunidades, cambian la cultura del país, desbordan nuestra frontera”. El hecho de que todo esto sean mentiras no importa, ya que estas mentiras están diseñadas para fomentar un sentimiento de agravio y un deseo de venganza que es esencial para cohesionar un movimiento fascista de “hacer que Estados Unidos tenga grandeza”.

Los demócratas quieren utilizar “normas legitimadoras” distintas para consolidar el apoyo entre la gente que consideran su “base”. Por un lado, un Estados Unidos dura y hostil que golpea y expulsa a millones de inmigrantes no es la imagen de sí mismos que quieren proyectar globalmente. Tampoco es una imagen útil para atraer a esos millones de personas a las que no les gustan o incluso odian las flagrantes injusticias de la sociedad estadounidense, pero que no quieren arriesgarse a lo que implica eliminar realmente esas injusticias: la revolución, y nada menos. Así que los demócratas están dispuestos a dar algunas concesiones miserables —como permitir que 30.000 personas obtengan “libertad condicional” migratoria de dos años, mientras que millones de otros son rechazados— y a utilizar frases melosas como “seguro, ordenado y humano”, al mismo tiempo imponiendo una represión despiadada contra los migrantes.

Pero tanto los demócratas como los republi-fascistas representan los intereses del sistema depredador del imperialismo, un sistema que se basa en la explotación masiva de miles de millones de personas y la requiere, y que por lo tanto requiere una violencia brutal para imponerla (vea “Tercera parte: Migración y refugiados” de la entrevista con Bob Avakian publicada en la primavera de 2022). Por el contrario, los intereses de las grandes masas populares, en este país y en todo el mundo, son hacer la revolución, derrocar el sistema imperialista y construir sociedades revolucionarias, en el camino hacia el comunismo.

Los intensos conflictos “en la cima” son también parte de lo que hace que la época en que vivimos sea un “momento poco común”, en la que la posibilidad de hacer la revolución se aumenta. Citando de nuevo “Algo terrible, o algo verdaderamente emancipador”:

Y a medida que la “manera normal” en que se ha gobernado a la sociedad deje de mantener la articulación de las cosas —y la sociedad esté desgarrándose cada vez más—, es posible que esto haga flaquear la creencia de la gente en que “la manera en que siempre han sido las cosas” es la única manera en que las cosas pueden ser. Puede hacer que haya más receptividad en la población a cuestionar —en un sentido real puede obligar a la gente a cuestionar— la manera en que han sido las cosas, y si tienen que seguir siendo así. Y es mucho más probable que esto ocurra si las fuerzas revolucionarias están en la sociedad entre las personas arrojando una luz sobre la realidad más profunda de lo que está ocurriendo, y por qué, y explicando que SÍ QUE EXISTE una alternativa a vivir así.

A medida que esta contradicción se agudiza, hay que tener en cuenta estas palabras así como aplicarlas.

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Para construir esta revolución... para hacer que se conozca esta revolución... para alzar la vista de la gente, se requiere su apoyo financiero.

En este momento poco común en que los gobernantes de Estados Unidos están profundamente divididos y no pueden “mantener la articulación del país”, la revolución por la que estamos trabajando es urgentemente necesaria y más posible.

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