Summer Boismier, de 34 años, es estudiante de doctorado en la Universidad de Oklahoma. Hasta el 24 de agosto, también enseñaba el inglés de 10º curso en la Escuela Secundaria Norman, al sur de la Ciudad de Oklahoma. Entonces entró en conflicto con el Partido Republi-fascista de Oklahoma y su nueva ley HR 1775, un arma destinada a impedir que los estudiantes aprendan la verdadera historia de Estados Unidos o que discutan la orientación sexual y la identidad de género.
El primer día de clase, Boismier siguió las instrucciones de los administradores y puso papel sobre los cientos de libros de la biblioteca de su aula que podrían considerarse “inapropiados” según la HR 1775. Luego puso un letrero sobre los libros que explicaba que se trataba de “Libros que el Estado no quiere que leas”, con un código QR que sus alumnos podían escanear con sus teléfonos para acceder al sitio “Books Unbanned” (Libros Desprohibidos)1 de la Biblioteca Pública de Brooklyn, Nueva York, que proporciona acceso digital y de audio a los libros censurados para adolescentes en cualquier parte del país.
A Boismier le ordenaron asistir a una audiencia disciplinaria al día siguiente, ¡tras el absurdo e infundado ataque de un padre que la acusaba de difundir “material pornográfico” (porque el muy apreciado libro Gender Queer era uno de los libros en la lista “Books Unbanned”), y que pedía que le despojaran de sus certificaciones y presentaran cargos penales contra ella! Boismier fue suspendida bajo licencia administrativa. Al día siguiente, dimitió en señal de protesta negándose a dar clases en unas condiciones que consideraba intolerables.
Prohibir la verdad, el disentimiento y el pensamiento crítico
Oklahoma es uno del número creciente de estados dominados por los republi-fascistas que han aprobado el año pasado lo que llaman prohibiciones de la “Teoría Crítica de la Raza”2. Para los rabiosos supremacistas blancos y supremacistas masculinos de Oklahoma, la HR 1775 pretende impedir cualquier enseñanza de la verdad de la historia real de Estados Unidos (como el genocidio de los nativos americanos; los 245 años de esclavitud; los 100 años de segregación Jim Crow impuesta con más de 4.000 linchamientos y el Nuevo Jim Crow de encarcelación en masa y asesinato policial); o cualquier enseñanza o libros sobre la comunidad LGBTQ, o cualquier discusión sobre la identidad de género.
¿Cómo lo implementa la HR 1775? Un profesor puede ser sancionado si su lección provoca que cualquier alumno “sienta malestar, culpa, angustia o cualquier otra forma de ansiedad psicológica a causa de su raza o sexo”. Justo un mes antes de que Boismier dimitiera, la junta estatal votó a favor de rebajar la acreditación de dos de los distritos escolares más grandes de Oklahoma —los de Tulsa y de Mustang— por “violar” la HB 1775.
A medida que se corría la voz sobre la controversia, Boismier no dudó en hablar con los medios de comunicación locales y nacionales sobre lo que había hecho, y por qué. A la pregunta de un periodista: “¿Lo volvería a hacer?”, respondió: “Soy una violación andante de la ley HB 1775. Y uno de los puntos de fricción entre mi distrito anterior y yo fue que yo lo volvería a hacer sin dudarlo. No me arrepiento”.
Un funcionario estatal le pone una diana en la espalda
Los republi-fascistas estatales de Oklahoma no se cansaron de enviar una advertencia, no sólo a Boismier, sino a los maestros de todo el mundo que se atreven a ponerse de pie. El 31 de agosto, el secretario de Educación de Oklahoma, Ryan Walters, que se espera que se convierta en el próximo superintendente de escuelas de Oklahoma después de las elecciones de noviembre, publicó una carta en las redes sociales dirigida a la Junta Estatal de Educación de Oklahoma en la que pedía que se revocara la licencia de enseñanza de Boismier. “No hay lugar para un profesor con una agenda política liberal en el aula”, escribió. Y posteó este tuit incendiario y sin fundamento: “No se tolerará la sexualización de nuestras aulas. Estos no son valores de Oklahoma y esta profesora debe perder su certificado de enseñanza”.
En pocos días, Boismier recibió una avalancha de mensajes repugnantes y amenazantes. Luego fue “doxxed”—su dirección y otra información privada publicadas en las redes sociales—, lo que la obligó a mudarse de su apartamento.
En lugar de defenderla, el distrito escolar emitió un comunicado en el que culpó a Boismier, diciendo: “La profesora, durante el horario de clase, hizo declaraciones políticas personales y utilizó su aula para montar una exposición política que expresaba esas opiniones”. El alcalde de Norman se negó a apoyarla. Mientras tanto, en un artículo de opinión en el Oklahoma City Free Press, el periodista de Oklahoma, George Lang, advirtió que el ataque a Boismier “hace sonar la alarma: una teocracia autoritaria está sobre nosotros en Oklahoma”. Ahora los republi-fascistas de la legislatura estatal de Oklahoma piden que se investigue a Boismier por violar la HR 1775.
Los padres y otros le brindan apoyo a Boismier
Los padres de muchos alumnos de la Escuela Secundaria Norman se han alzado públicamente la voz en apoyo de Boismier y han expresado su preocupación por los demás profesores a raíz de esto. Por todo Norman han salido carteles con el código QR de “Books Unbanned”. En una reunión de la junta del distrito celebrada el 12 de septiembre, la mayoría de los asistentes hablaron en contra de la prohibición de libros y de la ley HR 1775, y varias personas llevaban camisetas con el código QR, fabricadas y distribuidas por una librería en Norman.
Personas de todo el país han posteado en Twitter ofreciéndole a Boismier un lugar donde alojarse, pidiendo que se cree un fondo para cubrir sus gastos, invitándola a hablar en eventos sobre libros prohibidos, ofreciéndole asistencia legal y agradeciéndole su valor. “Me siento muy honrada”, escribió ella. “La cantidad de apoyo que me han enviado estas dos últimas semanas ha sido nada menos que absolutamente masiva”. Aseguró a todos que “No pienso en absoluto dejar de hablar”. Hizo hincapié en que no se trata principalmente de ella, sino de los profesores en general que están en peligro si enseñan la verdad.
Boismier dijo que no piensa dejar la educación. Pero su vida sigue en peligro, y se enfrenta a la amenaza de que le quiten su credencial de profesora y la investiguen para un posible enjuiciamiento.
Una batalla con mucho en juego
Una serie de tres partes de Rafael Kadaris publicada en revcom.us el pasado mes de agosto, “La lucha contra el encubrimiento supremacista blanco y la supresión fascista de la verdad histórica”, plantea esta cuestión importante:
Esta lucha sobre la verdad histórica, y las lecciones y los valores que los alumnos y estudiantes aprenderán de ella, es una batalla con mucho en juego en sí. Y es un frente central en la guerra política más amplia que estos republicanos están librando para reestructurar la sociedad con un nuevo orden fascista, en que se proscriba la verdad, se declare ilegal el disentimiento, se asfixie el pensamiento crítico e incluso se impongan más agresivamente la supremacía blanca, la supremacía masculina y otras relaciones opresivas.
Es necesario oponerse a esta situación, y defender la verdadera historia, y a los profesores y maestros que están bajo fuego por enseñarla, y a los estudiantes y alumnos que están estudiando para conocerla. (Enfasis añadido).
Esto es lo que está en juego, y este es el desafío para todos aquellos que están horrorizados por los ataques a esta profesora de Oklahoma, y por las prohibiciones de libros y la supresión de la verdad histórica en Oklahoma y en todo el país.