El viernes 22 de octubre, la Corte Suprema se negó —por segunda vez— a bloquear incluso temporalmente la prohibición casi total del aborto (SB8) que ha estado en vigor desde el 1º de septiembre en el estado de Texas1. La opinión disidente de la magistrada de la Corte Suprema Sotomayor contra esta decisión captura bien la realidad a la que se enfrentan las más de seis millones de mujeres en edad fértil en Texas:
Hay mujeres en Texas que resultaron embarazadas el día en que SB8 entró en vigor o por esa fecha. Mientras escribo estas palabras, algunas de esas mujeres no saben que están embarazadas. Cuando se enteren, si desean ejercer su derecho constitucional a buscar servicios de aborto, no podrán hacerlo en ningún lugar de su Estado de origen. Aquellas con recursos suficientes pueden pagar miles de dólares y varios días buscando ansiosamente atención de proveedores fuera del estado tan abrumados con pacientes de Texas que no pueden atender adecuadamente a sus propias comunidades. Aquellas que no tienen la capacidad para hacer este viaje, ya sea por falta de dinero, cuidado de niños o flexibilidad laboral, o por la miríada de otras limitaciones que conforman la vida cotidiana de las personas, quizá tengan que llevar el embarazo a término en contra de sus deseos o recurrir a métodos peligrosos de autoayuda. Nada de esto está seriamente en disputa.
De hecho, ninguno de estos hechos está en disputa. Sin embargo, ¡la Corte Suprema de mayoría fascista, por segunda vez, ha dado luz verde para privar a las mujeres de un derecho que no solo es fundamental para su tratamiento como seres humanos plenos, sino que se supone que está garantizado por un precedente de larga data por la misma corte en la que ellos deliberan!
También el viernes 22 de octubre, la Corte Suprema acordó conocer los argumentos el 1º de noviembre sobre si permitir que el gobierno federal y / o los demandantes privados (como los proveedores de servicios de aborto) demanden al estado de Texas y a los funcionarios estatales a fin de detener permanentemente la Prohibición del Aborto en Texas. La razón por la que esto está incluso a debate es que la Prohibición del Aborto de Texas se redactó intencionalmente para evadir la revisión judicial (para dificultar que los tribunales detengan la ley) al subcontratar la ejecución de la ley a ciudadanos privados en lugar del estado. Pero, como he escrito anteriormente, se supone que el gobierno federal protege los derechos constitucionales de modo que los estados, así como ciudadanos privados y turbas no las pueden violar.
Si la Corte Suprema decide no permitir que estas demandas sigan adelante, esto no solo pondrá en mayor peligro la vida y los derechos fundamentales de las mujeres. Socavará el estado de derecho2 y las protecciones constitucionales con implicaciones potencialmente de mucho mayor alcance.
Si la corte decide dejar que estas demandas sigan adelante, que es la única decisión justa, la cuestión del destino final de la Prohibición del Aborto en Texas será devuelta a los tribunales inferiores para su consideración. Esto podría tardar algún tiempo. Mientras tanto, la Corte Suprema está considerando un caso el 1º de diciembre que de manera potencial podría anular las protecciones a favor del aborto en todo Estados Unidos anulando la decisión de la Corte Suprema de Roe contra Wade de 1973 que despenalizó por primera vez el aborto en todo Estados Unidos. De ocurrir eso, el aborto ya no será un derecho protegido constitucionalmente y los tribunales inferiores no tendrán poderes para bloquear la Prohibición del Aborto en Texas.
Desde varios ángulos, el derecho fundamental de las mujeres al aborto —que no sean obligadas a tener hijos en contra de su voluntad y que no sean esclavizadas de esa manera— está bajo un severo ataque en Estados Unidos. No hay razón para esperar o confiar en los tribunales para proteger este derecho. Es imperativo que personas de diversas partes de la sociedad despierten ante el peligro monumental que enfrentamos y libren una resistencia masiva en toda la sociedad para negarse a permitir que se dé este asalto a la mitad de la humanidad.