Los Ángeles es una ciudad ocupada. Militares y la Guardia Nacional de Estados Unidos con equipo de combate “protegen” edificios federales. Agentes federales del ICE, enmascarados y también con equipo militar de rigor, secuestran a personas de tez oscura en las calles, aterrorizan a toda la región... y a todo el país.

El lunes 7 de julio se presenció una operación militar a gran escala con la Guardia Nacional y el ICE a caballo y en tanques en el parque MacArthur, el centro de la comunidad de los inmigrantes en Los Ángeles. La alcaldesa Karen Bass se presentó, exigiendo la retirada inmediata de las tropas federales. Más tarde ese mismo día, el jefe de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, Gregory Bovino, respondió: “Mejor acostúmbrense a nosotros ahora, puesto que esto va a ser la norma muy pronto. Iremos a cualquier lugar, cuandoquiera que queramos en Los Ángeles”.

En una conferencia de prensa esa tarde, Bass dijo: “Lo que vi hoy en el parque se parecía a una ciudad asediada, bajo ocupación armada... Así se ve una ciudad antes de un golpe de estado”.

Y esto es lo que se está desenvolviendo y con lo que nos amenazan ante nuestros ojos.

Secuestrados: 2.800 y contando…

Desde el 6 de junio, ICE ha secuestrado a más de 2.800 personas en la zona metropolitana de Los Ángeles. Han seguido persiguiendo a personas en lavaderos de autos barriales y tiendas Home Depot, agarrando a vendedores y jardineros. También han vuelto a llevar a cabo grandes redadas contra trabajadores agrícolas en los campos del condado de Ventura, y han prometido más.

Estas redadas del ICE también se han topado con una resistencia significativa. Pero esta resistencia debe crecer y profundizarse urgentemente, retomando la demanda y la orientación de Rechazar el Fascismo: ¡A paralizar ICE! No a la ocupación militar! ¡A paralizar el régimen fascista de Trump entero! ¡Que se largue Trump ya!

Lo que está ocurriendo en Los Ángeles es un “caso de prueba” para otras “ciudades santuario” en todo el país. También es la ciudad con la mayor población inmigrante del país. Más de un tercio de la población del condado de Los Ángeles (3,5 millones de personas) son inmigrantes. Se estima que 800.000 son indocumentados. Más de un millón de personas viven con un individuo indocumentado: sus madres o padres, parejas, primos y hermanos, obligados a vivir a las sombras.

Estos fascistas también están utilizando los ataques contra los inmigrantes como un vehículo para aplastar a cualquier oposición del Partido Demócrata, amenazando con invadir a Boston, Chicago, Denver, San Francisco y otras ciudades. El mes pasado, Trump y su fascista “zar” fronterizo y puerco gruñón, Tom Homan, amenazaron con arrestar al gobernador de California, Newsom, y a la alcaldesa angelina Bass. Justo la semana pasada, Trump dijo que está considerando la intervención federal de Washington, D.C. Y amenazó al candidato a la alcaldía del Partido Demócrata de la ciudad de Nueva York, Zohran Mamdani, con arrestarlo y revocarle la ciudadanía (algo que por ley no puede hacer), diciendo: “Vamos a enderezar a Nueva York... Tal vez tengamos que enderezarla desde Washington”.

No son amenazas vacías. Es para eso que están sentando las bases.

Operación militar estadounidense en el parque MacArthur

A media mañana del lunes 7 de julio, un ejército de ocupación cayó sobre el parque MacArthur. Se le ha llamado a esta zona la “Isla Ellis de la Costa Oeste” debido a su comunidad concentrada de inmigrantes de México y Centroamérica. Noventa efectivos armados de la Guardia Nacional de California, a bordo de 17 Humvees, cuatro vehículos tácticos militares y dos ambulancias militares, entraron al parque. Un helicóptero Blackhawk sobrevoló el lugar. Se les unieron cerca de 100 agentes federales, entre ellos la Patrulla Fronteriza, que vestían equipo táctico y portaban armas de uso militar, pero no portaban identificación. Algunos iban a caballo.

Según documentos internos filtrados del ejército, se trató de una operación de “demostración de presencia”: “para demostrar, mediante una demostración de presencia, la capacidad y la libertad de maniobra de las fuerzas del orden federales dentro del Área de Operaciones Conjuntas (OAC) de Los Ángeles”.

En otras palabras, no guardaba ninguna relación con “frenar la delincuencia”; se trataba de demostrar que el ejército estadounidense y los agentes federales del ICE tienen el control. El lenguaje de los documentos militares hace eco al lenguaje y las perspectivas de una fuerza militar estadounidense que reprime a una fuerza insurgente. Esto no es accidente. El periodista Ken Klippenstein, quien recibió estas filtraciones militares, escribe: “Al tratar a Los Ángeles como un país extranjero con insurgentes que derrotar, la inteligencia militar y de seguridad nacional considera el parque MacArthur como un nido de víboras de ilegalidad”.

Si bien la redada en sí quizá no resultara tan bien como planeaban, tuvo el efecto de sembrar el terror, y la furia. La noticia se difundió rápidamente y muchas personas respondieron y confrontaron a los agentes del ICE en el lugar, siguiendo y filmando los vehículos blindados, y esas imágenes —y el espectro fascista— se circularon por todas las redes sociales.

Resistencia decidida, que necesita crecer urgentemente

Mientras continúan las redadas del ICE en toda la región, y ante la represión y las amenazas del FBI¹, el ICE se ha encontrado con una resistencia significativa y valiente.

El martes 8 de julio, agentes del ICE enmascarados irrumpieron en un centro quirúrgico en Ontario. Perseguían a un jardinero que trabajaba para el centro médico, él había llegado a Estados Unidos hacía varios años desde Honduras, y enviaba dinero a su familia para pagar el tratamiento de diálisis de su madre. Estos golpeadores anónimos enmascarados tipo Gestapo no mostraron identificación ni orden judicial, y el personal médico intentó heroicamente proteger a su compañero de trabajo. Si bien no lo lograron, demostraron valentía, defendiendo con coraje y sin violencia los derechos básicos y la vida de un inmigrante sometido a un ataque ilegítimo.

Posteriormente, el Departamento de Seguridad Nacional mintió sobre el incidente, diciendo: “Personal del hospital agredió a las fuerzas del orden”.

El jueves 10 de julio, decenas de agentes del ICE cayeron sobre una granja en el condado de Ventura, al este de Los Ángeles. Glass House Farms es una de las granjas de cannabis legal más grandes de California, con casi mil empleados. La noticia de la inminente redada había inundado las redes sociales esa misma mañana, alertando a los manifestantes para que se movilizaran de inmediato, y cientos de ellos lo hicieron.

Las fuerzas de Seguridad Nacional bloquearon el camino principal que da acceso a la granja para bloquear el paso de los manifestantes. Dispararon gases lacrimógenos y balas de goma repetidamente contra los manifestantes, pero no lograron dispersarlos. El enfrentamiento se prolongó durante horas, llegando en cierto momento a sumar los 500 manifestantes. Entre ellos se encontraban familiares de trabajadores agrícolas que temían que estaban deteniendo a sus seres queridos.

Los manifestantes bloquearon la entrada y salida de la granja, y en un momento mantuvieron a vehículos de la Guardia Nacional y de ICE atrapados en el interior. Al menos cinco manifestantes fueron trasladados al hospital y cuatro más recibieron atención médica en el lugar, con lesiones causadas por la violencia del ICE. Se informó que un manifestante recibió un impacto de bala de goma en la cara.

Miembros de EL CUERPO REVCOM Por La Emancipación De La Humanidad se encontraban en el lugar. Escriben:

La multitud estaba compuesta de latinos de todas las edades y muchos blancos mayores de la región. La escena fue muy emotiva. La gente gritaba, con mucha furia e ira, a la Guardia Nacional, preguntándoles por qué estaban ahí y por qué secuestraban. Un hombre nos mostró un video que le envió una familiar que estaba en la granja, donde se veía a golpeadores del ICE corriendo para agarrar a la gente. Esa fue la última vez que supo de ella. Recibió un mensaje de texto de otra persona que fue capturada diciendo que el ICE los estaba golpeando para que firmaran documentos que aprobaran su deportación inmediata.

Cuando la Guardia Nacional empezó a dejar ir a algunos trabajadores agrícolas documentados, la gente los vitoreaba, y algunos rompían a llorar al ver a la multitud de manifestantes que les apoyaban. Algunos levantaron los puños, tocaron la bocina y gritaron “¡Que se chingue Donald Trump!” a todo volumen desde sus altavoces, y desde las ventanas de sus autos, se llevaban activamente los carteles de “¡Que se largue Trump ya!” desde las ventanas de sus autos. Una mujer estaba angustiada y lloraba, diciendo en español: “¡Se los llevaron a todos!”.

Se percibía que mucha gente estaba traumatizada y conmocionada por lo que estaba pasando. Pero también se palpaba una comunidad que se cuidaba mutuamente. La gente seguía aportando donaciones de comida, agua y mascarillas para los manifestantes. Esto también importa debido que a el FBI ha investigado explícitamente a los organizadores por distribuir artículos perfectamente legales, como mascarillas, en medio de las protestas.

Mucha gente vio lo que estaba ocurriendo en las redes sociales y acudió por su cuenta: personas que iban en contra de lo que sus amigos y familiares estaban haciendo ahora mismo, que era o bien tener miedo o simplemente la inacción general. Una mujer con la que hablé argumentó que ya es hora de que la gente despierte. Varias personas trazaron sus propias conexiones con lo que está pasando ahora y lo que pasó en la Alemania nazi, argumentando que no podemos permitir que esto vuelva a suceder.

Se dio un enfrentamiento similar en otra granja de Glass House en Carpintería, en el condado de Santa Bárbara. Allá también, los manifestantes se enfrentaron a los agentes del ICE. Una concejal municipal resultó herido por agentes federales; y a un congresista, que intentaba hacer una visita de contabilización de rigor, se le negó acceso a la granja.

Más de 300 inmigrantes fueron capturados en las dos redadas. En Camarillo, un trabajador agrícola murió mientras corría para salvarse. Se cayó de un invernadero cuando el ICE lo perseguía y se fracturó el cuello y el cráneo. Vea en el video de Michelle Xai más información sobre este terrible crimen:

Una lucha en los tribunales por la etiquetación racial abierta

Ahora hay una lucha legal sobre si el ICE puede seguir perfilando a las personas según su apariencia, su lugar de trabajo o el idioma que hablan.

El viernes 11 de julio, una jueza federal de distrito en Los Ángeles emitió dos órdenes de restricción temporales contra las redadas y detenciones masivas e ilegales contra los inmigrantes por parte de los agentes del ICE en siete condados del sur de California. La primera orden prohíbe que el ICE arreste a personas únicamente por su raza/etnia, por hablar con acento o por estar en lugares como paradas de autobús, centros de contratación de jornaleros, lavaderos de carros o lugares agrícolas. La jueza también ordenó al ICE y al Departamento de Seguridad Nacional que garanticen que los inmigrantes que arrestan cuenten con abogados y que las conversaciones entre los detenidos y sus abogados sean confidenciales.

La respuesta de Homan al fallo de la jueza fue redoblar su insistencia en su intención de continuar perfilando racialmente y eviscerando los derechos constitucionales de las personas: “Los agentes del ICE y la Patrulla Fronteriza no necesitan causa probable para acercarse a un individuo, detenerlo brevemente e interrogarlo. Solo necesitan la totalidad de las circunstancias. Simplemente realizaron sus observaciones, obtuvieron datos articulables basados en la ubicación, su ocupación, su apariencia física y sus acciones; por ejemplo, un policía fronterizo uniformado se acerca a una persona en un Home Depot y obtiene todos estos datos articulables, además de que la persona se aleja o huye… Lo que necesitan para detener a alguien temporalmente e interrogarlo no es causa probable, sino sospecha razonable”.

En otras palabras, si trabajas, caminas o hablas cuando tienes tez oscura, y tienes el buen juicio de intentar irte cuando ves venir al ICE, ¡eres sospechoso!

El Departamento de Seguridad Nacional ya ha presentado una apelación, pero no sabemos si también desafiarán flagrantemente este fallo de la corte.

Tomen en serio a estos fascistas cuando prometen dar un golpe de estado

El mes pasado, cuando los militares federales estadounidenses cayeron sobre Los Ángeles —en violación de la Constitución y en desafío a los deseos expresos del gobernador y la alcaldesa— la jefa fascista del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) dijo en una conferencia de prensa que el DHS y los militares “se quedarán aquí para liberar a esta ciudad de los socialistas y del liderazgo oneroso que este gobernador y esta alcaldesa han impuesto a este país y lo que han intentado insertar en la ciudad”.

Piensen en sus palabras: “liberar” a Los Ángeles de los funcionarios electos de este sistema. En otras palabras, prometen dar un golpe de estado.

Esta fue la misma conferencia de prensa en la que el senador demócrata Alex Padilla fue violentamente sacado a rastras de la sala, agredido y arrojado al suelo por hacer una pregunta.

Estas palabras —y todas las acciones del régimen fascista de Trump desde ese entonces— deberían poner de relieve el rumbo extremo y el impulso veloz que está tomando.

Como dijo el líder revolucionario Bob Avakian en el e-mensaje Revolución #124, “Todo el régimen fascista de Donald Trump está envuelto en una contradicción de su propia creación: las continuas Grandes Mentiras de Trump”:

Estos ataques terroristas contra los inmigrantes, y contra los individuos que se solidarizan con ellos, son parte de las acciones generales de este régimen fascista para imponer a la fuerza un retorno a una situación del tipo que existió en Estados Unidos durante la mayor parte de su existencia — en que se proclaman abiertamente la opresión racista y la opresión por motivos de sexo y género, y la lealtad burda y descerebrada a la supremacía estadounidense, y ahora un régimen repleto de fanáticos anticientíficos desquiciados la está imponiendo, mientras que aquellos que se le oponen son objeto de ataques violentos. Este régimen fascista de Trump está decidido a avanzar a toda velocidad para imponer todo esto con una tiranía estatal policial cada vez más intensa.

Los muchos millones de personas que no quieren ver este futuro necesitan actuar ahora con la urgencia que requiere esta situación para DETENER a este régimen fascista. Para conocer la manera de hacerlo y para conectarse, haga clic aquí; y para conocer más a fondo el origen de toda esta locura y qué hacer con el sistema que la engendró y la impone, haz clic aquí.