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Promueven a Tim Tebow, mariscal de campo para los Broncos de Denver en la Liga Nacional de Fútbol (NFL), de manera amplia, al parecer sin cesar, como un icono no solamente en el campo de los deportes sino mucho más ampliamente. Yo he seguido los deportes, inclusive el fútbol, por muchas décadas, y no puedo recordar nunca haber sido testigo de algo igual a esto. En una campaña altamente orquestada y concentrada, ponen en la palestra a Tebow como un "hacedor de milagros" en el terreno del fútbol, pero más que eso, como un "modelo de conducta" y un abanderado moral.
Este bombo publicitario en torno a Tebow está completa y sorprendentemente fuera de proporción en comparación con cualquier destreza exhibida o hazaña concreta de parte de Tebow, por lo que se refiere a su desempeño como mariscal de campo en el fútbol americano profesional. Si uno le pone atención no solamente en los deportes sino en las cosas en el sentido más amplio de la sociedad y el mundo, sería capaz de adivinar rápidamente por qué es así: Tim Tebow es un fanático religioso —de la especie del fundamentalismo cristiano— que promueve agresivamente esta visión y valores medievales en una forma que se considera útil para importantes sectores del poder en Estados Unidos. Entre otras cosas, durante el Supertazón (el campeonato de fútbol profesional de Estados Unidos), hace un par de años, Tebow fue la pieza central de un anuncio publicitario cuyo propósito era oponerse al derecho de las mujeres a su libertad reproductiva, en particular al aborto. El anuncio lo patrocinó una organización de la derecha cristiana que se opone agresivamente al derecho de la mujer al aborto (también es un hecho, que es muy revelador, que como regla general las fuerzas fundamentalistas cristianas reaccionarias que se oponen al derecho de la mujer al aborto, también quieren prohibir el control de la natalidad).
Esta promoción de lo que en realidad es una visión y programa fascista, en la forma de fundamentalismo cristiano, cuenta con el impulso —pregonado por algunos y con demasiada frecuencia muy poco desafiado por otros— de que existe una conexión directa entre qué tan religioso es un individuo y qué tan "moral" es ella o él. Eso elude la pregunta crítica: ¿Cuál es el contenido de esta moralidad? Más específicamente: De hecho, ¿qué promueven por medio de la propagación del fundamentalismo religioso, lo que incluye la clase de interpretación literal de la Biblia —de insistir que la Biblia es la palabra de Dios que hay que respetar como la verdad absoluta y como el estándar de conducta en todo sentido—, con lo que Tim Tebow está asociado? En realidad, eso representa una ignorancia y superstición irracional y anti-racional —que rechaza los hechos científicos bien establecidos, como la evolución, y se opone al método y enfoque científico en general— así como una insistencia en toda sarta de valores, relaciones sociales y acciones reaccionarios, sumamente opresivos y en el sentido literal, asesinos. Y eso no es algo que de alguna forma hay que pasar por alto, excusar o minimizar porque Tebow trabaja duro para ser un mariscal de campo (tiene una "buena ética de trabajo") y apoya a las organizaciones caritativas religiosas (algo que los reaccionarios religiosos fundamentalistas hacen a menudo).
Como una de las principales formas en que Tim Tebow en particular promueve su propaganda y proselitismo religioso fundamentalista es citando continua y ostentosamente versículos de la Biblia, yo le ofrezco los siguientes consejos para Tim Tebow, en términos de pasajes de la Biblia que él debería citar y sobre los cuales llamar la atención, para arrojar luz sobre lo que es en realidad el contenido —la concepción del mundo fundamental, las relaciones, los valores y la moral— que promueven y de hecho remachan en la Biblia.
- Deuteronomio, capítulo 7; Éxodo, capítulo 32; Números 31 (especialmente v. 13-18 y 31-35). Éstos son sólo algunos pasajes en la Biblia en que el Dios de esta Biblia insiste que a la gente que practica otra religión o que se opone o se entrepone en el camino de la voluntad de este Dios, hay que darle muerte y destruir de tajo —o en el caso de mujeres vírgenes, violarlas y esclavizarlas— sin piedad.
- Éxodo 20:1-17 (que contiene los Diez Mandamientos y el décimo mandamiento es de relevancia especial); 1 Timoteo 6:1-16; Efesios 6:5-6; Colosenses 3:22-24. De nuevo, ésos son solamente algunos pasajes, entre los muchos que se podría citar, del Nuevo Testamento así como del Viejo Testamento de la Biblia, que defienden y tratan como legítima la esclavitud.
- Deuteronomio 22:13-21 (en particular v. 20 y 21). Ahí se dice que cuando alguno se case con una mujer y no halle virginidad en ella, le darán muerte.
- Éxodo 22:18 Tampoco dejarán con vida a las mujeres acusadas de la hechicería.
- Levítico 21:9 A la hija de un sacerdote, si comienza a prostituirse y así a su padre deshonra, hay que darle muerte.
- Éxodo 20:1-17, los Diez Mandamientos El décimo mandamiento (Éxodo 20:17) trata a las esposas (así como a las y los esclavos) como parte de la propiedad de un hombre ("del prójimo") que no codiciarás.
- Efesios 5:22-23; 1 Corintios 14:34-35 Aquí Pablo dice que las casadas están sujetas a sus propios maridos y de hecho que callen y estén sujetas en las congregaciones religiosas. En 1 Timoteo 2:11-15, Pablo dice que la sujeción de las mujeres es por el rol de la mujer (Eva) en el pecado original, y que parir y el dolor asociado con éste es un castigo que las mujeres tienen que soportar por el pecado de Eva al sucumbir a Satán en el jardín del Edén y al seducir a Adán para que comiera de la manzana (ver también Génesis capítulo 3, en particular v. 16). En esos pasajes, al igual que muchos otros lugares a lo largo de la Biblia (como Isaías, capítulos 10-14 y el Salmo 137), no sólo se justifica violar en masa a las mujeres y darles muerte a los bebés y niños pequeños, sino que se dice que es justo, si se lleva a cabo en nombre del supuesto único Dios verdadero.
- Levítico 20:13 Aquí se dice no solamente que la homosexualidad es una abominación sino que han de ser muertos los homosexuales.
- Proverbios 23:13-14; Éxodo 21:17; Deuteronomio 21:18-21; Romanos 1:30 En estos pasajes —para repetir, del Nuevo Testamento al igual que del Viejo Testamento— se nos dice no sólo que hay que golpear a los niños a fin de mantenerlos en el camino correcto ("escatima la vara y malcriarás a tu hijo"), pero a los hijos que se muestran rebeldes hacia sus padres hay que darles muerte.
- Levítico 24:11-16; Deuteronomio 13:5 Alguien que maldice al Dios de la Biblia —o que "blasfema el nombre del Señor"— ha de ser ejecutado, como cualquier profeta que llame al pueblo a rebelarse contra Dios.
- El libro de Números — de nuevo, en particular Números 31:13-18 y 31-35 En Números, quizás más aún que en otros libros de la Biblia, se muestra gráficamente la despiadada y maniaca sed de sangre del único Dios verdadero de la Biblia, con su insistencia en darle muerte, saquear, rapiñar y violar. En Números 31, especialmente los versículos 13-18, Moisés, el mensajero y el que hará cumplir la voluntad de este Dios, se vuelve furioso con sus discípulos porque, al atacar a los madianitas, solamente les dieron muerte a los hombres adultos y robaron algunas de sus propiedades: vuelvan, ordena Moisés, al hablar en nombre de Dios, y denles muerte a todos los varones, niños así como adultos, y también denle muerte a toda mujer que no fuera virgen — pero por lo que se refiere a las mujeres que eran vírgenes, tómenlas como esclavas sexuales (concubinas) para sí mismos.
- Mateo 17:14-20 (también Lucas 8:26-39) Aquí vemos que Jesús es ignorante sobre la epilepsia y los ataques —él los trata como una cuestión de posesión del demonio, muy al contrario del conocimiento verídico, científicamente establecido de que la epilepsia tiene que ver con procesos químicos y eléctricos en el sistema nervioso y el cerebro— y al expresar esa ignorancia y tomar acciones sobre esa base, Jesús agobia al pueblo con la cruel noción de que sus propias enfermedades son su propia culpa, un resultado de su propia conducta pecaminosa.
- Juan 14:6 y Juan 15:6 Aquí, nos dicen, por medio del mismo Jesús, que él es el único camino a la salvación. A aquellos que no lo siguen a él estarán condenados eternamente, o sea, a la interminable tortura: quemados en el infierno, terrible dolor físico y mental, tormento y angustia. (Ver también Lucas 19:1-27, especialmente el v. 27).
Lo anterior son solamente algunos pasajes de la Biblia —y se podría citar muchísimos más— los que ilustran claramente la verdad (como lo pongo en el libro, ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo) de que la Biblia, en el sentido literal, es un horror. (Me encantaría proporcionarle una copia de este libro a Tim Tebow).
Si Tim Tebow quisiera informar, con sinceridad, a la gente sobre lo que representa la Biblia, deje que cite los versículos anteriores de la Biblia y que reconozca lo que éstos defienden. Si quiere afirmar que no insiste en tomar la Biblia como la palabra textual y absoluta de un único Dios verdadero, pues déjelo decirlo abiertamente y sin equivocación — y admitir que la Biblia no es una obra divina sino más bien una obra de seres humanos, la que está repleta de ignorancia y superstición así como la promoción de toda clase de valores, relaciones y acciones verdaderamente horrendos. Si él quiere decir que no defiende lo planteado en lo que se ha citado aquí, pues déjelo rechazar no solamente esos pasajes bíblicos en particular pero más bien la Biblia en general, pues las palabras que se mencionan en esos pasajes no se presentan en la Biblia como desviaciones del camino correcto, defendidas por los enemigos de un único Dios verdadero. No, esas palabras se dicen que son las palabras del mismo Dios bíblico o de aquellos que se identifican, en la Biblia misma, como los más valiosos mensajeros, profetas y apóstoles de este Dios —tales como Moisés, Isaías y Pablo— así como el supuesto hijo de Dios, Jesús.
Mientras tanto, basta ya de la incesante campaña de no solo representar a Tim Tebow como un jugador de fútbol americano mucho mejor que lo es en realidad pero también de presentarlo como un icono casi parecido a un dios, como un ejemplo y norte moral. Ya basta de la moralidad y de todo lo que trae aparejado esa moralidad, la que Tim Tebow defiende y agresivamente mete en las narices de todos.
Éxodo 22:18
Una representación del castigo de personas acusadas de hechicería, de Tengler Laienspeigel, 1508
Levítico 20:10
El rey Jehu hace que su esposa sea decapitada por infidelidad, de Alberto Durero, 1493