Una de las cosas que yo veo, algo que no he perdido de vista, es esto: veo toda la fuerza de la clase dominante, pero también veo la forma de salir al otro lado, veo lo que está detrás, todas las contradicciones de la sociedad; veo una fuerza de la sociedad que, si llega a ser un pueblo revolucionario, tendría un buen chance de hacer una revolución, de ser la columna vertebral de una revolución, cuando maduren las condiciones. Veo una fuerza de millones y millones y millones --jóvenes y otros sectores-- para quienes este sistema es un horror: los jode a diario, sin necesidad de una crisis cataclísmica. Lo irónico es que la clase dominante también los ve. Los que no los pueden ver son los que han perdido la perspectiva revolucionaria o los que nunca la han tenido.
Por eso yo me concentro en todas las cosas que están entre ese potencial revolucionario y su realización. ¿Cómo se le une gente de otras capas a esa fuerza de masas de la base de la sociedad, cómo consigue aliados de muchos sectores, cómo se gana una "neutralidad amistosa" de muchos de las capas medias; cómo se desarrolla todo eso y conforma un pueblo revolucionario que sea una potente fuerza combativa cuando surjan las condiciones para luchar por la toma del poder? ¿Cómo sucede todo eso no en un sentido pasivo,sino más bien cómo orientamos nuestro trabajo para gestar ese pueblo revolucionario, aunque la mayoría de los cambios de la sociedad y del mundo no se deban a nuestra iniciativa sino a factores objetivos? Yo efectivamente creo que existe una fuerza revolucionaria en potencia, lo creo, veo ese potencial, creo que hay una fuerza que, si la burguesía cayera en una crisis muy profunda (y la burguesía también lo sabe)... [se ríe].
Sí, esas masas tienen muchas trabas ideológicas y demás, por eso tenemos trabajo, pero nunca debemos perder de vista ese potencial. Y no son solo las nacionalidades oprimidas, tampoco; aunque son una buena parte, no son el total. Hay muchos chavos, hay muchas otras masas de todas las nacionalidades. No son un pueblo revolucionario ahora y no se les han unido otras fuerzas como es necesario: no tienen los aliados necesarios, no tienen la necesaria "neutralidad amistosa", no tienen la parálisis política de las tendencias reformistas tibias, etc. Esto se relaciona con la pregunta crucial de qué nos corresponde a nosotros , qué papel pintamos con relación a todo eso. ¿Esperamos a que todo caiga en su puesto? ¿O podemos hacer mucho; hay mucho toma-y-dame entre nosotros y la situación objetiva, no solo en el punto de una crisis revolucionaria sino en toda la trayectoria hacia ese punto?
Por eso es que, entre otras cosas, no me he desalentado con todas estas vueltas y revueltas. Además de la dimensión moral de que me indigna el tratamiento que reciben las masas populares, docenas de millones en Estados Unidos y miles de millones en el mundo, pienso cómo hacer para que sean un pueblo revolucionario, no solo en el sentido de que quieran hacer la revolución y tumbar el sistema, sino en el sentido de cómo se van a capacitar para gobernar, como decía Marx. Por eso es que no me late andar a la zaga de las masas, porqu ¿para qué les sirve eso?
Hace poco, comenté en una discusión: no crean que porque soy blanco y hombre me voy a acomplejar y no voy a portarme como un líder. ¿Porque en quién pensamos cuando pensamos así? ¿Y en qué pensamos? ¿Realmente pensamos en las masas populares tan terriblemente oprimidas, y en lo que necesitan para zafarse de esa opresión y crear un mundo mucho mejor y completamente diferente, o pensamos en otra cosa? Por eso es que no me late andar a la zaga de las masas. Mucha gente les hace el juego, las usa y les tiene lástima. Yo odio el sufrimiento de las masas, pero no les tengo lástima. Tienen el potencial de cambiar el mundo y tenemos que luchar con ellas con todas nuestras fuerzas para que lo vean y para que lo hagan. Nuestra meta no debe ser nada inferior. ¿Por qué vamos a pensar que no son capaces de todo eso?
Sin duda, hay montones de contradicciones. No soy un idealista, no soy un "liberal bobo"; sé que las masas populares tienen fuertes limitaciones y puntos flacos, como resultado de vivir y luchar por subsistir en este sistema. A muchas les han negado educación formal, les han bloqueado el conocimiento de muchas esferas e inclusive los medios de aprender; por ejemplo, muchas no saben leer. Pero eso no quiere decir que no sean capaces de superarlo. Tampoco quiere decir que no hayan acumulado una gran cantidad de experiencia, conocimiento y sabiduría que puede contribuir al desarrollo de la lucha revolucionaria, especialmente cuando le entra gente con un punto de vista y un método comunista científico, y le difunde eso a las masas. Debemos entender, con una posición científica, que las masas son enteramente capaces de ser comunistas revolucionarios conscientes. Los analfabetos son capaces de ser líderes de una revolución y de una nueva sociedad que rebasará lo que ha hecho que sean analfabetos.
Tenemos que luchar muy duro, ideológicamente y en la práctica, para que dejen de ser analfabetos; pero inclusive si no aprenden a leer pueden ser líderes de la revolución. ¿Cómo dirigen los no profesionales a los profesionales? Así es como se hace, con ideología, ideología y metodología comunista en el sentido más pleno; y con la interpretación correcta de esta ideología. Hay masas que van a ser líderes en este proceso que nunca sabrán mucho de física, por ejemplo. La mayoría de nosotros tampoco sabremos mucho. [se ríe] Pero no tienen que entender todo eso para dirigir. Si uno tiene la ideología y la metodología correcta, puede tener una relación correcta con la física, con los físicos y con gente de muchas esferas. Podemos capacitar a las masas a entrar en esas esferas, aprender de ellas y aprender a dar dirección a la gente que trabaja en ellas, en un sentido político e ideológico, sin debilitar ni limitar esas esferas, sin actuar de un modo estrecho o, peor aún, tiránico hacia los que tienen conocimientos especializados y experiencia en esas esferas, y sin limitarlos y coartarlos, sino, por el contrario, valorarlos y aprender de ellos y de su conocimiento -- y de su búsqueda de conocimientos --, y unirse y luchar de una forma positiva con ellos. Es difícil, tenemos que trabajar más en estos problemas, pero aquí hay una metodología que lleva al tratamiento correcto de esas contradicciones, de una forma que da expresión plena al método científico, el espíritu científico y el cuestionamiento científico, al florecimiento de la imaginación y a la búsqueda de la verdad, y que encamina todo esto a servir a la emancipación y el mejoramiento de la humanidad.
Por otra parte, es muy importante tener presente que no pocos físicos y expertos de otros campos se volverán comunistas y serán líderes, no solo en su campo de especialización sino en un sentido general, en el proceso de la revolución, la transformación de la sociedad y la gestación de un mundo nuevo.
No podemos pensar que las masas de distintas capas, y las masas de la base, son capaces de menos de lo que son capaces. Sí, son capaces de cosas terribles; algunos hacen cosas terribles como resultado de lo que este sistema les ha hecho; pero eso no quiere decir que sea su "esencia" ni que sea todo lo que pueden hacer. Hablando de las amplias masas, e inclusive de gente que se ha enredado en cosas terribles, también son capaces de grandes cosas.
La responsabilidad de la vanguardia es dirigir a las masas a convertir en realidad ese potencial, a ser un pueblo revolucionario, y, cuando maduren las condiciones, ser la columna vertebral de una revolución que abra las puertas a un mundo mucho mejor. Sí, eso implica luchar con las masas para que, primero que todo, reconozcan su propio potencial revolucionario, su potencial de ser los emancipadores de la humanidad, y para que actúen de acuerdo con ese potencial.