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De: ¡EMPEÑARSE EN LA REVOLUCIÓN, PROMOVER LA PRODUCCIÓN! Cuestiones de concepción y método, Algunos puntos sobre la nueva situación

Parar la ofensiva imperialista y hacer la revolución

En este número publicamos breves pasajes de la primera parte de una importante charla de Bob Avakian, grabada a principios del año pasado: "¡EMPEÑARSE EN LA REVOLUCIÓN, PROMOVER LA PRODUCCIÓN!, Cuestiones de concepción y método, Algunos puntos sobre la nueva situación". La primera parte de la entrevista está en el No. 1175 y en la Internet en revcom.us.

Sucesos inesperados y causas subyacentes: Casualidad y necesidad, contingencia y causalidad

Hay que subrayar el potencial de sucesos inesperados, especialmente con relación a la actual ofensiva imperialista... es muy común que haya giros inesperados. Y por eso es lógico que muchos acontecimientos nos sorprendan, aun cuando hayamos aplicado sistemática y exhaustivamente nuestra concepción y metodología científica. Así es la realidad (esto tiene que ver con la contradicción entre casualidad y necesidad, la cual abordaré más adelante). En todo caso, este principio es muy pertinente y se destaca con relación al 11 de septiembre y la ofensiva que se ha desatado a partir de entonces.

Así que se han dado muchos acontecimientos inesperados, pero si lo analizamos más a fondo, vemos la base, el porqué de ellos. He aquí nuevamente la unidad de contrarios, en este caso entre casualidad y necesidad, o podríamos decir, entre el aspecto inesperado (e incluso impredecible) de esos acontecimientos, por un lado, y los factores subyacentes, por el otro. Al examinar estos se ve que son causales, ¡pues los acontecimientos no salen de la nada! Los suscita cierta necesidad, cierta realidad en movimiento y desarrollo. Este es otro principio importante, repito: la unidad de contrarios entre casualidad y necesidad.

Y ese principio, a su vez, está relacionado con otro, que Mao señaló: lo que en un contexto es universal, en otro es particular y viceversa. Lo que en un contexto es casual en otro es necesidad, o tiene una causa en otro plano, por decirlo así. Veamos un ejemplo que hemos examinado antes: Cristóbal Colón no tenía la intención de llegar a las Américas [BA se ríe]; así que en ese sentido su llegada fue casual. (Estamos conscientes de las atrocidades y el genocidio perpetrados por Colón y los demás, y las bárbaras consecuencias para los indígenas, pero me refiero al aspecto casual de su llegada a esas tierras). Pero, ¿acaso fue totalmente casual? Claro que no. Obviamente, tenía sus causas y cada causa (o razón), a su vez, encierra los dos aspectos contradictorios de casualidad y necesidad (o contingencia y causalidad).

Así es la realidad y hay que captar los distintos planos (de la materia en movimiento) y la interpenetración entre ellos. Además de servirnos de orientación filosófica general, este principio nos ayuda a hacer frente a sucesos inesperados y a analizar más a fondo las causas subyacentes, a captar el movimiento y desarrollo general y su curso más probable en un momento dado, y a la vez mantener cierta "tensión" que nos permita estar preparados dentro de lo posible para lidiar con sucesos inesperados (e incluso, en cierto sentido, "impredecibles").

Sobran los ejemplos. Palestina, como mencionamos, ilustra que las cosas se les pueden salir de las manos a los imperialistas por completo con consecuencias impredecibles para ellos y para el pueblo, hablando a grandes rasgos. (Claro, hasta ahora Palestina no se les ha salido de las manos por completo, pero se han dado sucesos inesperados que les han causado grandes problemas)...

Se destaca nuevamente la importancia de captar que esta ofensiva es un "hervidero de contradicciones" con el potencial de mucha volatilidad, y hasta podríamos decir, la certeza (en cierto sentido) de que se darán sucesos inesperados (por nosotros y también por los propios imperialistas). ¿Qué avances podremos arrebatar de esta situación? Eso depende en gran medida de nuestra capacidad de analizar correctamente las condiciones objetivas y de transformarlas.

Forjar resistencia con una orientación dinámica... y no estática

Hay que subrayar otro principio importante para el reto de forjar resistencia a esta ofensiva: debemos forjar la unidad más amplia posible, no con una orientación estática, lo cual implica rebajarnos al mínimo común denominador, sino con la orientación dinámica de deslindar campos y sentar la base de unidad para ganar a la mayor cantidad de gente posible; es decir, no debemos basarnos simplemente en lo que se opine y se esté dispuesto a hacer en este momento. Naturalmente eso de por sí es muy dinámico, porque cambia conforme vaya desarrollándose la lucha. Pero sin una orientación dialéctica, se tenderá a construir la más amplia unidad posible en línea recta y eso llevará a partir del extremo derecho del abanico con la idea de unir al mayor número, y sobre esa base unir a todos los que sea posible unir.

Pero eso de plano no funciona porque cuando nos rebajamos al mínimo común denominador, no movilizamos a los avanzados y no se desata la dinámica dialéctica muy positiva entre las acciones y la educación, entre movilizar oposición y plantear contundentemente preguntas, cuestionar, etc., por un lado, y movilizar a más gente, por el otro. Así que es necesario hacer un análisis a fondo, trascender las cuestiones transitorias y superficiales, y captar sobre qué base podemos unir a la más amplia gama de gente por medio de nuestro trabajo,por medio de desarrollar la lucha, deslindar campos y sentar la base de unidad de tal forma que la punta de lanza se dirija contra la ofensiva del gobierno estadounidense de la manera más pujante, lo cual corresponde al objetivo de pararla, y no simplemente oponerse (aunque, obviamente, es importante oponerse [BA se ríe] y está relacionado dialécticamente con pararla).

Parar la ofensiva imperialista y hacer la revolución

...Se plantea una cuestión fundamental: ¿será posible parar esta gran ofensiva sin llevar a cabo la revolución proletaria? Eso lo veremos sobre la marcha, pero no podemos concluir desde ahora que será imposible pararla a menos que se logre tumbar el sistema; es decir, que solo a través de la revolución se podrá frenar la actual ofensiva. Puede ser que así sea, pero no podemos sacar esa conclusión de antemano. Así que cuando planteamos el objetivo de parar esta ofensiva, no estamos engatusando a la gente a subirse al tren directo (sin escalas) a la revolución. No, estamos pidiendo que se sume a la lucha por un objetivo muy concreto, pero no nos comprometemos a lograrlo de una forma u otra ni podemos prever el desenlace de todo esto. Pero eso: parar la ofensiva tiene que ser nuestro objetivo, y es un compromiso serio. Si logramos frenarla sin llevar a cabo la revolución, de todas formas ayudará mucho a esa causa, pues para los dos 90/10* y, especialmente para los intereses de los pueblos del mundo y sus luchas revolucionarias, es de suma importancia parar esta ofensiva.

Pero también es imprescindible que plasmemos, a través de todo eso, la necesidad de la revolución proletaria; que destaquemos que la ofensiva imperialista se desprende de la naturaleza del sistema, que es simplemente una expresión concentrada de la naturaleza de la bestia y demuestra que hay que acabar con ella. Porque si no, no estaremos cumpliendo nuestros objetivos revolucionarios ni atendiendo las necesidades del pueblo. He aquí otra contradicción que nos toca manejar, repito, no con una orientación mecanicista, en línea recta, sino con una orientación dialéctica que corresponde a la complejidad de la dinámica de estas contradicciones.

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Notas:

 * Los "dos 90/10" se refiere a una formulación del Borrador del Programa del PCR en la parte sobre construir el frente único bajo la dirección del proletariado, que señala la importancia de procurar ganarse a la vasta mayoría de la gente de Estados Unidos (al "90%") a la vez que "nos unimos también con el `90%' del mundo: la gran mayoría de los explotados y oprimidos por el imperialismo, sus aliados y títeres".  [Regrese al artículo]