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¡Empeñarse en la revolución promover la producción! Cuestiones de concepción y método, Algunos puntos sobre la nueva situación

La nueva situación

Nota de la redacción: En este número publicamos la primera parte de una importante charla de Bob Avakian, grabada en la primera parte de este año: "¡EMPEÑARSE EN LA REVOLUCIÓN, PROMOVER LA PRODUCCIÓN!, Cuestiones de concepción y método, Algunos puntos sobre la nueva situación". Hemos editado el texto e insertado las notas.

Con el tiempo se ha vuelto abundantemente claro que los objetivos de los imperialistas yanquis no los está dictando principalmente lo ocurrido el 11 de septiembre, lo cual de hecho tiene cada vez menos importancia en ese sentido*.

Veamos, por ejemplo, la situación de Irak y Saddam Hussein. Los líderes y representantes políticos del imperialismo yanqui dicen abiertamente: "Saddam Hussein era un problema antes del 11 de septiembre y lo sigue siendo". Indudablemente seguirán inventando conexiones entre Irak/Saddam Hussein y el 11 de septiembre, pero no será lo principal porque, por un lado, lo más probable es que no sea cierto (cosa que nada les importa) y, además, trazar conexiones detalladas no beneficia necesariamente sus propios objetivos.

Han declarado una guerra ilimitada y se otorgan el derecho de atacar a cualquiera, por cualquier motivo, en cualquier lugar, en cualquier momento y con los medios que les convenga, incluso con armas nucleares. A lo mejor seguirán diciendo que hay alguna conexión con el 11 de septiembre, pero por otro lado les conviene decir que no es por eso sino porque Saddam representa un problema. Ante la opinión pública lo relacionan con el supuesto desarrollo de armas de destrucción masiva, pero los inspectores de la ONU, que estuvieron en Irak por muchos años, comprobaron que la capacidad de producir tales armas se destruyó. Y, ¨acaso podemos descartar lo que dicen los iraquíes: que el conflicto con los inspectores apretó en 1998 porque operaban como espías de Estados Unidos para escalar los ataques contra Irak (cosa que queda claro que han estado tramando por muchos años)?

Esto nos lleva nuevamente a lo que llamamos la lógica de los capos de la mafia a una escala monstruosa y mundial. Muy aparte de los problemas que el gobierno de Saddam Hussein represente para las grandes ambiciones de los imperialistas en esa región y para reconfigurar el mundo más sólidamente a su imagen y semejanza, no pueden permitir que siga de pie ninguno que los haya desafiado ni siquiera de la manera parcial y limitada que lo ha hecho Saddam Hussein. Y ya no tienen la misma necesidad que tenían hace una década después de la guerra del Golfo, de dejarlo en el poder (aunque con menos poder evidentemente); más bien tienen la necesidad (y creen que tienen la libertad) de sacarlo.

*****

Así que queda claro que en realidad no se trata de una guerra contra el terrorismo (aunque sí ataca a grupos que objetivamente son "terroristas" en varias partes del globo donde estorban los objetivos estratégicos yanquis) sino de una ofensiva para agigantar la dominación del mundo entero (y no solamente en las regiones, empezando con Afganistán, donde se está enfocando en este momento) y efectuar una reconfiguración, por decirlo así, de las relaciones de poder de las potencias imperialistas. Puede ser que las potencias europeas no estén de acuerdo con el proyecto yanqui, pero tendrán que someterse y acomodarse. Esa es la orientación de los yanquis; es lo que quieren hacer, aunque no necesariamente podrán apretar todo lo que tratan de abarcar. Pero en cuanto a objetivos, seamos claros, eso es lo que se proponen.

Por un lado buscan aprovechar la libertad que tienen para reconfigurar las relaciones en el Medio Oriente, y en el mundo entero, más sólidamente bajo su dominación; pero el hecho es que hay muchas otras fuerzas "en juego" en esa región y en el mundo que podrán socavar, "desestabilizar" e incluso deshilachar partes importantes de la estructura de relaciones de poder, amenazando o quizá tumbando gobiernos del actual orden imperialista. Y por eso, además de libertad, los imperialistas yanquis tienen una gran necesidad de reconfigurar el mundo. (Aparte de Palestina, me refiero a países como Arabia Saudita, Egipto o Pakistán, por ejemplo). Buscan imponer hegemonía a cachiporrazos, pero su ofensiva de guerra y agresión suscitará fuerzas y agudizará conflictos en muchas partes del globo que se les pueden salir de las manos de una manera impredecible y caótica.

Todo esto lo causa la naturaleza del sistema

Hay que recalcar que todo esto lo causa la naturaleza de los imperialistas y el sistema imperialista. No es simplemente que estén al mando unos dementes. [BA se ríe]. Aunque por cierto he oído (y creo que se ha confirmado) que le preguntaron al propio Henry Kissinger, a quien han comparado con el "Dr. Strangelove" [personaje de película desquiciado amante de lanzar armas nucleares]: "Hay muchos déspotas y gobernantes despiadados, pero para usted, ¨quién es el peor de todos?". Y supongo que pensaban que mencionaría a Augusto Pinochet o gente de esa laya, pero aparentemente Kissinger respondió: "Donald Rumsfeld". [BA se ríe]. Y aun si no es verdad, porque quién sabe qué quería decir (o incluso si en realidad lo dijo), fundamentalmente no es una cuestión de matones infelices como Rumsfeld y Bush y los demás, a quienes aparentemente nada les da mayor gusto que andar destruyendo y matando a mucha gente. No es simplemente que haya un grupo de cabrones en el poder ni simplemente que estén ebrios de poder y que lleven a cabo con gran gusto sus horripilantes objetivos. No es simplemente eso, pues en lo fundamental todo eso se desprende de la naturaleza del sistema. Evidentemente, no debemos plantear este punto de vista [sobre la naturaleza del sistema] como base de unidad, pero debemos luchar por llevarlo a las masas en todo el trabajo que hacemos.

Se oye decir: "Claro, como todo mundo anda en sus jeeps y suburbans, por eso, dependemos del petróleo extranjero". Se oyen un montón de ideas así, todas revueltas, que no aportan claridad porque el problema no es simplemente que Estados Unidos dependa de los hidrocarburos. Claro, en cierto sentido sí, pero es muy secundario: lo principal es la naturaleza del sistema, y cómo se expresa y concreta en el marco de la situación actual y los objetivos de los imperialistas. No es simplemente que Bush y Cheney son magnates del petróleo. Algunos echan un rollo populista muy simplista de que el problema fundamental es el petróleo, y que Bush y Cheney son magnates del petróleo, etc. Es cierto, repito, pero muy secundario: sí tienen intereses ligados al petróleo y el petróleo tiene una importancia especial, pero no es lo fundamental. En el fondo hay algo mucho más importante y de mucho mayor alcance, y tiene que ver con la naturaleza del sistema.

El desenvolvimiento de esta ofensiva ilustra contundentemente la naturaleza del sistema imperialista y desmiente toda una serie de nociones erróneas al respecto. No puedo abarcar todo eso aquí, pero por ejemplo cabe mencionar la noción de que el problema es una bola de corporaciones o trasnacionales y sus instrumentos e instituciones internacionales, y que el papel del estado nacional ha disminuido en la época de la globalización; la realidad desmiente rotundamente esa noción y demuestra claramente que a los imperialistas los mueven sus intereses de clase, y sus acciones responden a la dinámica del sistema, que se expresa en forma concentrada a través del estado nacional y la contienda entre estados imperialistas. Esa es la naturaleza del sistema, y no es monolítico: existe una gran división entre los países imperialistas y los países oprimidos (llamados comúnmente el tercer mundo), además de divisiones y contienda muy agudas entre los países imperialistas, aunque Estados Unidos en este momento domina a los demás (o goza de una posición muy superior).

Eso es lo que está debajo de la situación actual y lo demuestran los últimos acontecimientos. ¨Acaso el estado nacional imperialista yanqui no tiene importancia en esta situación? ¨Acaso no tiene un papel central? ¨Acaso los imperialistas yanquis no lanzan su ofensiva, sobre todo en el plano internacional, sus guerras, etc., a través del estado imperialista, que representa fundamentalmente los intereses de la clase dominante del estado nacional imperialista (aunque el imperialismo es un sistema global de explotación y saqueo), y no los intereses estrechos de este o aquel grupo de capitalistas? Es muy importante captar esto. (Estrictamente hablando, Estados Unidos es un estado multinacional, pero eso no altera el principio básico que estamos señalando).

Incluso las instituciones internacionales como el FMI, el Banco Mundial, la OMC, etc., no son supranacionales, pues no han borrado la influencia ni el papel del estado nacional (ni tienden a hacerlo de inmediato ni incluso a largo plazo). Al contrario, dichas instituciones son instrumentos de dominación imperialista y focos de contienda entre los imperialistas. Por lo general los imperialistas yanquis llevan la batuta en todos los foros, vehículos e instrumentos internacionales, pero sus rivales luchan por imponer sus propios intereses imperialistas, y a la vez todos trabajan de la mano para beneficio de sus intereses generales, sobre todo con respecto a los países oprimidos. Y evidentemente los dos aspectos se relacionan, es decir, los instrumentos de dominación tienen una relación dialéctica con los focos de contienda.

Hay que captar la neta de esas instituciones y cómo funcionan, y también la neta de la naturaleza de la bestia que tenemos enfrente.

Sucesos inesperados y causas subyacentes: Casualidad y necesidad, contingencia y causalidad

Hay que subrayar el potencial de sucesos inesperados, especialmente con relación a la actual ofensiva imperialista. Eso se destaca con la agudización de la situación en Palestina, por ejemplo. De igual modo, eran totalmente inesperados los sucesos que les dieron la oportunidad o el pretexto de lanzar esta ofensiva (los ataques del 11 de septiembre). Quizá algunos imperialistas u otros sabían que algo así podía ocurrir, como ya mencionamos, pero no cabe duda de que en general no se lo esperaban. Además, como señalamos en el número especial sobre la nueva situación, lo que ocurrió tenía que ver con la forma en que se resolvieron otras contradicciones mundiales, también de una manera inesperada por prácticamente todo el mundo (nuestro partido incluido, como abordamos en nuestra autocrítica "Apuntes sobre economía política"*), o sea, la resolución de la "Guerra Fría" con la implosión y desintegración de la Unión Soviética y el imperio ruso en esa forma. **"

Este es un principio importante: es muy común que haya giros inesperados. Y por eso es lógico que muchos acontecimientos nos sorprendan, aun cuando hayamos aplicado sistemática y exhaustivamente nuestra concepción y metodología científica. Así es la realidad (esto tiene que ver con la contradicción entre casualidad y necesidad, la cual abordaré más adelante). En todo caso, este principio es muy pertinente y se destaca con relación al 11 de septiembre y la ofensiva que se ha desatado a partir de entonces.

Así que se han dado muchos acontecimientos inesperados, pero si lo analizamos más a fondo, vemos la base, el porqué de ellos. He aquí nuevamente la unidad de contrarios, en este caso entre casualidad y necesidad, o podríamos decir, entre el aspecto inesperado (e incluso impredecible) de esos acontecimientos, por un lado, y los factores subyacentes, por el otro. Al examinar estos se ve que son causales, ¡pues los acontecimientos no salen de la nada! Los suscita cierta necesidad, cierta realidad en movimiento y desarrollo. Este es otro principio importante, repito: la unidad de contrarios entre casualidad y necesidad.

Y ese principio, a su vez, está relacionado con otro, que Mao señaló: lo que en un contexto es universal, en otro es particular y viceversa. Lo que en un contexto es casual en otro es necesidad, o tiene una causa en otro plano, por decirlo así. Veamos un ejemplo que hemos examinado antes: Cristóbal Colón no tenía la intención de llegar a las Américas [BA se ríe]; así que en ese sentido su llegada fue casual. (Estamos conscientes de las atrocidades y el genocidio perpetrados por Colón y los demás, y las bárbaras consecuencias para los indígenas, pero me refiero al aspecto casual de su llegada a esas tierras). Pero, ¨acaso fue totalmente casual? Claro que no. Obviamente, tenía sus causas y cada causa (o razón), a su vez, encierra los dos aspectos contradictorios de casualidad y necesidad (o contingencia y causalidad). Así es la realidad y hay que captar los distintos planos (de la materia en movimiento) y la interpenetración entre ellos. Además de servirnos de orientación filosófica general, este principio nos ayuda a hacer frente a sucesos inesperados y a analizar más a fondo las causas subyacentes, a captar el movimiento y desarrollo general y su curso más probable en un momento dado, y a la vez mantener cierta "tensión" que nos permita estar preparados dentro de lo posible para lidiar con sucesos inesperados (e incluso, en cierto sentido, "impredecibles").

Sobran los ejemplos. Palestina, como mencionamos, ilustra que las cosas se les pueden salir de las manos a los imperialistas por completo con consecuencias impredecibles para ellos y para el pueblo, hablando a grandes rasgos. (Claro, hasta ahora Palestina no se les ha salido de las manos por completo, pero se han dado sucesos inesperados que les han causado grandes problemas). O veamos el caso de Pakistán, India y Cachemira: el 11 de septiembre y la ofensiva que desataron los imperialistas yanquis acicateó las contradicciones subyacentes. Es decir, los sucesos en Cachemira, el ataque al parlamento de India, la respuesta de ese país, la movilización de los ejércitos de Pakistán e India, e incluso los conflictos entre hindúes y musulmanes en varias partes de India, los motines comunales religiosos y demás se dan en el marco de los acontecimientos del 11 de septiembre y la ofensiva que los imperialistas han desatado. Sí, esos conflictos ya existían y en todo caso hubieran suscitado choques, pero no se están dando al margen de la ofensiva imperialista; al contrario, interpenetran y están muy influenciadas.

Se destaca nuevamente la importancia de captar que esta ofensiva es un "hervidero de contradicciones" con el potencial de mucha volatilidad, y hasta podríamos decir, la certeza (en cierto sentido) de que se darán sucesos inesperados (por nosotros y también por los propios imperialistas). ¨Qué avances podremos arrebatar de esta situación? Eso depende en gran medida de nuestra capacidad de analizar correctamente las condiciones objetivas y de transformarlas.

Forjar resistencia con una orientación dinámica y no estática

Hay que subrayar otro principio importante para el reto de forjar resistencia a esta ofensiva: debemos forjar la unidad más amplia posible, no con una orientación estática, lo cual implica rebajarnos al mínimo común denominador, sino con la orientación dinámica de deslindar campos y sentar la base de unidad para ganar a la mayor cantidad de gente posible; es decir, no debemos basarnos simplemente en lo que se opine y se esté dispuesto a hacer en este momento. Naturalmente eso de por sí es muy dinámico, porque cambia conforme vaya desarrollándose la lucha. Pero sin una orientación dialéctica, se tenderá a construir la más amplia unidad posible en línea recta y eso llevará a partir del extremo derecho del abanico con la idea de unir al mayor número, y sobre esa base unir a todos los que sea posible unir.

Pero eso de plano no funciona porque cuando nos rebajamos al mínimo común denominador, no movilizamos a los avanzados y no se desata la dinámica dialéctica muy positiva entre las acciones y la educación, entre movilizar oposición y plantear contundentemente preguntas, cuestionar, etc., por un lado, y movilizar a más gente, por el otro. Así que es necesario hacer un análisis a fondo, trascender las cuestiones transitorias y superficiales, y captar sobre qué base podemos unir a la más amplia gama de gente por medio de nuestro trabajo,por medio de desarrollar la lucha, deslindar campos y sentar la base de unidad de tal forma que la punta de lanza se dirija contra la ofensiva del gobierno estadounidense de la manera más pujante, lo cual corresponde al objetivo de pararla, y no simplemente oponerese (aunque, obviamente, es importante oponerse [BA se ríe] y está relacionado dialécticamente con pararla).

Parar la ofensiva imperialista y hacer la revolución

Quisiera abordar brevemente (aunque es una cuestión decisiva) la relación entre frenar o parar esta ofensiva, por un lado, y hacer la revolución y tumbar el imperialismo, en particular el imperialismo yanqui, por el otro. Nuevamente, es muy importante tratar esta contradicción de modo dialéctico y no mecánico. Se plantea una cuestión fundamental: ¨será posible parar esta gran ofensiva sin llevar a cabo la revolución proletaria? Eso lo veremos sobre la marcha, pero no podemos concluir desde ahora que será imposible pararla a menos que se logre tumbar el sistema; es decir, que solo a través de la revolución se podrá frenar la actual ofensiva. Puede ser que así sea, pero no podemos sacar esa conclusión de antemano. Así que cuando planteamos el objetivo de parar esta ofensiva, no estamos engatusando a la gente a subirse al tren directo (sin escalas) a la revolución. No, estamos pidiendo que se sume a la lucha por un objetivo muy concreto, pero no nos comprometemos a lograrlo de una forma u otra ni podemos prever el desenlace de todo esto. Pero eso: parar la ofensiva tiene que ser nuestro objetivo, y es un compromiso serio. Si logramos frenarla sin llevar a cabo la revolución, de todas formas ayudará mucho a esa causa, pues para los dos 90/10*** y, especialmente para los intereses de los pueblos del mundo y sus luchas revolucionarias, es de suma importancia parar esta ofensiva.

Pero también es imprescindible que plasmemos, a través de todo eso, la necesidad de la revolución proletaria; que destaquemos que la ofensiva imperialista se desprende de la naturaleza del sistema, que es simplemente una expresión concentrada de la naturaleza de la bestia y demuestra que hay que acabar con ella. Porque si no, no estaremos cumpliendo nuestros objetivos revolucionarios ni atendiendo las necesidades del pueblo. He aquí otra contradicción que nos toca manejar, repito, no con una orientación mecanicista, en línea recta, sino con una orientación dialéctica que corresponde a la complejidad de la dinámica de estas contradicciones.

Por último, quisiera tocar otra cuestión relacionada con la situación actual que abordamos en la charla grabada que salió en el número especial del OR : la relación entre forjar oposición a la ofensiva imperialista y desarrollar las luchas multifacéticas contra el sistema, y la relación entre todo esto y nuestros objetivos revolucionarios estratégicos. En esa charla señalamos que en cierto sentido todo ha cambiado y podemos decir concretamente que tenemos una situación totalmente nueva. Por esa razón le pusimos el título "Los grandes retos de la nueva situación", porque hay una nueva situación. Todo se da en un nuevo marco, no precisamente por los acontecimientos del 11 de septiembre en sí, pero debido a la ofensiva imperialista y sus grandes ambiciones y objetivos, además de toda la locura y las erupciones volcánicas que han desatado y que desatarán más en el curso de la guerra ilimitada que han declarado. Así que en ese sentido, ciertamente todo ha cambiado. Todo se da en un nuevo marco, incluso los procesos y luchas que ya estaban en marcha.

Pero en este caso también es importante tener un enfoque dialéctico y no mecanicista, en línea recta. Es decir, no por eso debemos abandonar las demás luchas y concentrarse en la lucha contra la ofensiva, ni debemos subordinarlas y ligarlas mecánicamente a esa lucha. Tienen su propio curso y dinámica en un sentido relativo (no absoluto). Veamos el caso de la lucha contra la globalización capitalista: es importante seguirla, profundizarla y ampliarla. ¡Qué bueno que siga adelante! Está estrechamente relacionada con la cuestión de la guerra, cosa que en general mucha gente reconoce y que es un factor positivo muy importante que debemos potenciar al máximo. Pero es importante seguir esa lucha en sí, a la vez que ganamos a más y más gente de sus filas a entrarle, y entrarle de lleno, a la lucha contra la ofensiva imperialista. Esta es otra relación que nos toca manejar correctamente.

Lo mismo pasa con los muchos otros movimientos y frentes de resistencia, ya sea la lucha en defensa del ambiente, la batalla por el derecho al aborto y contra la opresión de la mujer en general, la lucha contra la opresión nacional y sus manifestaciones concentradas como la brutalidad policial. ¨Acaso es cierto el giro que la burguesía le da a la frase "todo ha cambiado"? A leguas se ve que no; por ejemplo, hace poco anularon la condena a los policías que torturaron a Abner Louima, y la brutalidad y asesinato policial siguen sin parar. En ese sentido , las cosas siguen iguales y no es cierto que "todo ha cambiado". Por nuestra parte, no debemos abandonar esas luchas ni subestimar el importante papel que tienen ni tampoco ligarlas mecánicamente a la lucha contra la ofensiva de guerra ni subordinarlas a ella en un sentido mecanicista y no dialéctico. Debemos tomar en cuenta que se dan en un nuevo marco y a la vez captar la importancia de seguirlas de acuerdo a su propia dinámica y las fuerzas que desatan y movilizan. La lucha contra la ofensiva de guerra tiene que ser central y tenemos que ligar las demás luchas a ella de una manera correcta, además de ligar todo eso a nuestros objetivos revolucionarios estratégicos.

Otro aspecto muy importante es el trabajo con los proletarios y oprimidos. Nuestro partido ha estado realizando trabajo concentrado a fin de construir bastiones revolucionarios con las masas y potenciar especialmente a los avanzados como una fuerza consciente de clase.

Evidentemente, eso tiene gran importancia con relación a la ofensiva imperialista, pero también tiene importancia general porque suscita cierta dinámica, como señaló Mao: donde hay opresión, hay resistencia. Los distintos sectores del proletariado y las masas oprimidas sufren opresión y explotación, la cual suscita una amplia variedad de luchas. Es preciso que sigamos trabajando y aplicando la línea de masas para potenciar todos los factores positivos de esas luchas y, sobre todo, para potenciar una fuerza consciente de clase revolucionaria de las masas. Repito, eso es importante con relación a la lucha contra la ofensiva imperialista porque con el tiempo le dará fuerza, una pujante fuerza revolucionaria que permitirá unir a más y más gente. Pero más que eso y en lo fundamental, si no logramos potenciar una fuerza consciente de clase del proletariado y las masas oprimidas (y, claro, está muy ligada a la lucha contra la ofensiva imperialista, pero no se reduce a eso), bien podemos lograr muchas cosas importantes con un buen trabajo en otras esferas (y otras fuerzas que trabajan con nosotros e independientemente de nosotros lograrán cosas importantes también), pero en última instancia no avanzaremos hacia la resolución final. No eliminaremos la base de todo esto, y el sistema imperialista seguirá desatando horrores ola tras ola. En fin, tenemos que potenciar una fuerza consciente de clase del proletariado y las masas oprimidas para dar fuerza, vitalidad y pujanza a las luchas y especialmente a la lucha contra la ofensiva imperialista, pero también es imprescindible para avanzar hacia nuestros objetivos revolucionarios estratégicos.

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NOTAS:

* Como señalamos en el número especial del OR ("Los grandes retos de la nueva situación"), esos sucesos plantearon una necesidad. No cabe duda de que los imperialistas tenían cierta necesidad de responder, no porque les importen un comino los civiles que perdieron la vida en las Torres Gemelas; pero no pueden permitir siquiera la apariencia de que alguien les dé un puñetazo y se salga con la suya, ni la aparencia de que no tengan el control en su propio bastión, que no puedan proteger a la población ni defender la sociedad del caos que se desataría contra ella. Pero también mencionamos la complejidad de este tipo de intrigas, pues como dice la Declaración del Movimiento Revolucionario Internacionalista, en el mundo tenebroso y tramposo de los servicios de espionaje, tal vez nunca se conocerá con precisión quién organizó los ataques. No podemos descartar la posibilidad de que ciertos sectores de la clase dominante (o sus agentes) estaban advertidos, aunque quizá no estuvieran directamente inmiscuidos. No sabemos y a lo mejor nunca sabremos con cuáles servicios de inteligencia trabajaban los individuos involucrados (a sabiendas o sin darse cuenta). Ciertamente no tenemos información definitiva y (dejando de lado lo que los imperialistas sepan, o estén ocultando) solo podemos hacer conjeturas. Pero independientemente de todo eso, sí tenían y tienen cierta necesidad de responder. ("Los grandes retos de la nueva situación", publicado en el OR No. 1143; también está en la Internet en: rwor.org). [Volver]

** Apuntes sobre economía política" está en la Internet en: rwor.org  [Volver]

*** Los "dos 90/10" se refiere a una formulación del Borrador del Programa del PCR en la parte sobre construir el frente único bajo la dirección del proletariado, que señala la importancia de procurar ganarse a la vasta mayoría de la gente de Estados Unidos (al "90%") a la vez que "nos unimos también con el `90%' del mundo: la gran mayoría de los explotados y oprimidos por el imperialismo, sus aliados y títeres".  [Volver]