Pasemos por un momento a la relación dialéctica entre las dimensiones nacional e internacional de los acontecimientos actuales y de las últimas décadas. Veamos algunas coyunturas y puntos clave. ¿Cuál fue la causa subyacente de los fenómenos de los años 60? Fue la resolución de la II Guerra Mundial y lo que suscitó en el plano internacional, la contradicción principal que surgió en el mundo (entre las naciones oprimidas del tercer mundo y el imperialismo) y asuntos relacionados que hemos analizado. De eso se derivaron las transformaciones en el Sur de este país, los cambios en la agricultura y los correspondientes cambios políticos, sociales y culturales, que a su vez se dieron en el marco de lo que ocurría en el mundo, económicamente pero también en la superestructura (la política, ideología y cultura). El movimiento de derechos civiles se dio en ese contexto y también la guerra de Vietnam. En otras palabras y sin caer en el mecanicismo, la dimensión internacional ha tenido y, en última instancia, tiene un papel determinante en todo esto.
¿Qué define el marco de la situación actual? La resolución de la contradicción con la Unión Soviética, el "fin de la guerra fría", como dicen, por medios sumamente inesperados: el derrumbe de la Unión Soviética. En ese marco se dan diversos fenómenos en la superestructura, como por ejemplo el hecho de que diferentes sectores de la clase dominante buscan forjar nuevas estrategias y un nuevo consenso. Es cierto, como comentó una camarada, que Clinton quiso forjar un nuevo consenso, pero lo hizo fundamentalmente en el mismo marco histórico que ha existido en el país hasta ahora. Objetivamente, impuso más penurias, pero francamente no provocó un "choque de civilizaciones" en el mero seno de esta civilización, por decirlo así. No provocó un choque frontal entre dos mundos y concepciones del mundo "irreconciliables", o para decirlo de otro modo quizá mejor filosóficamente, antagónicamente opuestos, como pasa ahora.
*****
Si ocurre algo parecido al 11 de septiembre, la configuración y dinámica darán un nuevo giro dramático. Algunos, inclusive algunos que generalmente son progresistas, tomarán partido (como Christopher Hitchens) con los teócratas fascistas cristianos del imperialismo estadounidense en lugar de los teócratas fascistas islámicos. Con esa metáfora me refiero al hecho de que en el caso de nuevos ataques contra este país, muchas de las fuerzas que ahora no aguantan vivir en el mismo mundo con los fascistas cristianos se inclinarán a buscar la protección del gobierno, aunque sea fascista cristiano. Si dejamos que esa dinámica siga su cauce, irá de mal en peor y se pondrá mucho peor que ahora. Por eso, debemos recordarles a esos progresistas e incluso a tipos como Andrew Sullivan (un gay) las palabras de Martin Niemoeller en la Alemania nazi: "Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista..."1. °Que vayan considerando en dónde piensan ampararse!
Eso salió a relucir hace poco en el programa de televisión de Bill Maher, especialmente en los comentarios de D.L. Hughley, quien remarcó: creo en Jesucristo, pero no creo que reside exclusivamente en los "estados rojos" (donde Bush y los republicanos triunfaron en las urnas). Andrew Sullivan, también presente, se puso muy gallito y, entonces, Bill Maher le dijo: "Anda y métete a una iglesia de Misisipí a ver cómo te va...". Lo interrumpió Sullivan:En mi iglesia me reciben de brazos abiertos". En eso los dos, Hughley y Maher, respondieron: "¿En Misisipí!?". En Misisipí convergen el problema del rechazo a los gays y la opresión nacional de los negros (convergen literal y metafóricamente).
Misisipí, de hecho, es muy especial. Claro, a Andrew Sullivan lo reciben bien en una iglesia de Nueva York o Washington, pero es difícil que lo hagan en Misisipí. Misisipí sigue teniendo su particularidad. Malcolm X tenía razón cuando dijo: "No me vengan a hablar del `Sur’ porque, °si uno se encuentra al sur de la frontera canadiense, está en el Sur!". Pero eso no es todo el cuento. Hay otro aspecto: el Sur todavía existe y, como señalé, el cinturón de la Biblia es también el cinturón de linchamientos. No digo que solamente hacen linchamientos en el Sur, pero sí sigue teniendo esa particularidad.
*****
En todo caso, esa es la dinámica que se desenvuelve en este momento y es preciso entender que hay una diferencia entre el nombramiento de Hitler como canciller y el momento en que los nazis se afianzaron definitivamente en el poder y aplastaron y eliminaron la oposición. En realidad, sin caer en el mecanicismo, esa analogía es muy pertinente a la situación actual del país.
Estoy de acuerdo (con lo que dijo otro camarada): creo que Bush de veras se traga ese rollo fundamentalista, pero también es presidente de Estados Unidos y por eso no puede ser simplemente un fascista cristiano. Sí creo que es fascista cristiano, pero en este momento no puede ser simplemente eso, lo cual crea (y expresa) otra complejidad. Hay que distinguir entre la punta de lanza del Partido Republicano y el carácter general de la sociedad en este momento. No seamos reduccionistas: la punta de lanza del Partido Republicano es el fascismo cristiano, el Partido Republicano es el partido más fuerte y en este momento el partido gobernante, la política burguesa del país la domina más y más un partido, los republicanos... por consiguiente, el país ya es fascista. °No! No es un método de razonamiento correcto; no es una metodología correcta. No es correcto llegar a una conclusión de tal modo, a través de reducción matemática. En este momento ni siquiera el consenso fascista cristiano ha prevalecido en la clase dominante. Hasta ahora no ha ocurrido y no debemos confundir las cosas. No tenemos un gobierno fascista cristiano que se basa en la Biblia... en este momento.
Pero hay fuerzas que luchan por eso y que no estarán contentas hasta que sea así . Para ellos, tiene que ser una sociedad basada en la Biblia, militarizada, en que prevalecen el patriarcado y la supremacía masculina y, sí, la supremacía blanca. Ese es en esencia el programa fascista cristiano e implica, claro está, que la epistemología fundamentalista religiosa esté al mando.
Se dará una batalla sobre la verdad y cómo conocerla, entre la verdad "basada en la Biblia" y la verdad (en los hechos). Se dará debate político y lucha enconada sobre estas cuestiones epistemológicas. ¿Qué es la verdad? Por ejemplo, los derechistas escriben: "Dicen que Bush `mintió’ (entre comillas) sobre Irak y las armas de destrucción masiva" [se ríe]. Ahí se ve claramente que es una batalla de epistemología. °Bush mintió sin comillas, cabrones!, y todos fuimos testigos. Pero como señaló otra camarada, no es así para los que adoptan la epistemología fascista, particularmente fascista cristiana. Según su concepción del mundo, lo que Bush dice es verdad: aunque sea mentira, es verdad, o no importa que no sea verdad, porque es parte de una "Verdad" (con mayúscula) más grande.
*****
Estas cosas de la superestructura importan mucho. ¿A qué se refirió Pat Buchanan cuando habló de una gran división en la sociedad estadounidense que se volverá a reafirmar?2 A la división que se dio a raíz de los grandes levantamientos de los 60 y lo que ha pasado después. El suplemento sobre el juicio de destitución de Clinton3 aborda dos fenómenos que causan problemas para la clase dominante y el fomento del patriotismo, especialmente el patriotismo ciego, o sea, el hecho de que desde el punto de vista de la clase dominante se necesita más patriotismo. Uno es la onda de los 60: lo que millones de personas aprendieron a través de esa experiencia no las inclina hacia el patriotismo, ni mucho menos al patriotismo ciego. El otro es "la onda de los 90": la pinche fiebre del oro (hacerse rico de la noche a la mañana) desata mucho individualismo y no inclina a la gente a sacrificarse por el "bien del imperialismo". No es un solo fenómeno y debemos captar los matices, los planos, el carácter contradictorio y la particularidad de todo eso.
En este momento se perfila una gran batalla entre dos mundos y dos concepciones del mundo. Millones y millones de personas, tanto creyentes como no creyentes, están muy alarmadas por lo que ocurre, y muchos del fondo de la sociedad que son creyentes piensan: "Con el bushismo estamos jodidos". Eso no quiere decir que el bushismo y los fascistas cristianos no se los puedan ganar; hemos señalado que sí pueden y, definitivamente, debemos tomar eso muy en cuenta. Sin embargo, muchas masas creyentes piensan que "estamos jodidos", no porque Bush sea religioso sino por lo que está haciendo concretamente. Para muchos de las masas, el fundamentalismo religioso no tiene la misma atracción ni el mismo efecto político, por ahora, porque tienen otros intereses materiales y, sin caer en el materialismo mecanicista, eso importa. Pero sería muy erróneo concluir que el fundamentalismo religioso no los impacta.
De hecho, hay una lucha entre elementos de la superestructura, especialmente la religión, y factores materiales. La lógica de Thomas Frank tiene una falla. En su libro What’s the Matter with Kansas? sostiene que las medidas de los republicanos están jodiendo económicamente a muchos y que no los deberían apoyar, como lo están haciendo en este momento. En parte el problema es que Frank se enfoca en capas sociales que son o han sido de la aristocracia obrera, obreros aburguesados o capas inferiores de la pequeña burguesía. Históricamente, el sistema no las ha jodido como ha jodido a los del fondo de la sociedad, los de los ghettos y barrios pobres, etc. A estos los han jodido a lo largo de la historia y cuando los vuelven a joder, responden de cierto modo. Pero las capas sociales que Frank examina responden de otro modo, porque su historia y su lugar en la sociedad han sido y son distintos y, como parte de eso, su identidad personal, por decirlo así, se ha basado en la posibilidad de apartarse de los oprimidos del fondo de la sociedad.
No digo que Frank esté perdiendo el tiempo. Por lo contrario, está bien que le preocupe lo que pasa con esas capas. De hecho, es importante luchar por ganarlas a una posición progresista y revolucionaria. Pero precisamente por eso, es necesario analizar su posición social con un método materialista cabal (al mayor grado posible) y examinar cómo está cambiando y cuáles son las respuestas muy contradictorias que eso suscita, en vez de verlas con una óptica populista que no capta importantes distinciones económicas, sociales, culturales e ideológicas de los diversos sectores. Por ejemplo, la categoría de "trabajadores" abarca, por un lado, a proletarios que viven en la miseria, desempleados por grandes temporadas o explotados despiadadamente por los capitalistas y, por otro lado, gente que trabaja por su propia cuenta y pequeños empresarios que emplean (y explotan) a unos cuantos. Si bien todas esas capas sociales y categorías del pueblo tienen una posición vastamente distinta a la de la clase de capitalistas ricos y de peso, existen diferencias importantes entre ellas que tienen un claro efecto en su punto de vista y su respuesta a nuevos golpes contra su nivel de vida.
Todo esto es como una tapicería muy elaborada. Al decir que es "muy elaborada", no quiero dar la impresión de que sea necesariamente "bella", sino que es muy compleja, con muchas fuerzas que jalan y empujan a diversos sectores en sentidos contradictorios.
Incluso en el caso de la base social de los fascistas cristianos, como señalamos en la declaración que sacamos tras las elecciones ("La voluntad del pueblo NO se ejerció en estas elecciones"), sus hijos están muriendo en la guerra de Irak, y en la guerra global del imperio van a caer más. Salen del mundo hermético (del fundamentalismo cristiano, etc.) a otro mundo cuando ingresan a las fuerzas armadas. Claro, caen en otro universo fascista cristiano ahí, pero no es posible erigir una barrera que los separe totalmente del resto del mundo. Es más complejo. Además, esas capas van a sufrir golpes económicos. Constantemente opera una dinámica compleja entre la base y la superestructura, entre los factores económicos subyacentes, por un lado y, por el otro, factores políticos, ideológicos y culturales. Para analizarlo necesitamos un método materialista dialéctico y no materialista vulgar. En el mundo ya hemos tenido demasiado materialismo vulgar y es necesario romper cabalmente con él.
*****
La configuración de la sociedad estadounidense podría cambiar. Con nuevos giros internacionales, podría revertir a lo que fue cuando sacamos el suplemento "Los grandes retos de la nueva situación"4, poco después del 11 de septiembre de 20014. Pero el elemento fascista cristiano no va a desaparecer. Vuelvo a repetir: esos cabrones no van a desaparecer ni se van a rajar. Como otros han dicho, es como un monstruo que pide a gritos que lo alimenten. Hasta ahora no se ha desmandado porque han prometido darle de comer. Pero tiene su propia dinámica.
Todo eso ha producido una situación muy volátil, y tenemos que captarla —y transformarla— en toda su complejidad y con todo el potencial que tiene de una resolución extrema, de una manera u otra.
NOTAS:
1. "Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
El pastor Martin Niemoller estuvo preso en la Alemania nazi de 1937 a 1945. Inicialmente era partidario de Adolfo Hitler, y cuando se dio cuenta de lo que representaban los nazis, era demasido tarde. En esta famosa cita se critica a sí mismo. En muchos discursos criticó a otros clérigos y gente progresista que no hicieron nada para impedir el ascenso de los nazis cuando tenían la oportunidad.
2. Por ejemplo, en su libro The Death of the West, publicado después del 11 de septiembre de 2001, Pat Buchanan predijo correctamente que la atmósfera de unidad nacional no iba a durar mucho tiempo. Dijo que las divisiones sociales y culturales muy profundas de esta sociedad se iban a reafirmar con el tiempo.
3. Bob Avakian, "La verdad sobre la conspiración derechista. y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta", publicado en el OR en noviembre de 1988, en medio de los intentos de echar a Clinton de la presidencia. Se publicó de nuevo en octubre de 2004, en vísperas de las elecciones (OR No. 1255). Está en la internet en revcom.us.
4. Bob Avakian, "Los grandes retos de la nueva situación", OR No. 1143, 17 de marzo, 2002.