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Elecciones, resistencia y revolución

La pirámide del poder Y
la lucha por cambiar de base el mundo

De la serie:
La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual

Nota del editor: A continuación publicamos un segmento de la sesión de preguntas y respuestas de una charla del año pasado de Bob Avakian. Hemos editado el texto e insertado las notas.

Pregunta: En la charla usted habló de la intervención yanqui en Irak y la matanza de muchos iraquíes pobres. ¿Le parece probable que el gobierno de Bush se lance contra otro país, o sea, con fines electorales... a lo mejor contra un país del "eje del mal"?

Respuesta del presidente Avakian: Posiblemente. Por un lado son una bola de dementes, pero por otro lado no es tan sencillo, o sea, piensan en un plano estratégico y cuentan con gente más inteligente que Bush, supongo --que, claro, no sería gran cosa--, gente que hace un análisis estratégico y a largo plazo. A muchos les pareció: "Bueno, una vez que terminen con Irak, se lanzarán contra Irán y Corea del Norte". Pero en realidad tienen una estrategia más mesurada por ahora: se cuidan de no abarcar demasiado y quedar cortos.

Para ellos Corea del Norte es un problema muy espinoso porque, tenga armas nucleares o no, lo cierto es que tiene mucha artillería en la frontera con Corea del Sur, y si Estados Unidos ataca, lo más seguro es que desate un bombardeo enorme que mate a miles de soldados yanquis y centenares de miles de surcoreanos. Tienen que pensar muy bien cómo lidiar con esa contradicción y no precipitarse. De igual modo, atacar a Irán es un asunto serio y mucho más complejo y difícil que atacar a Irak, un país debilitado por guerra y diez (o más) años de sanciones económicas. Por todas esas razones, diría que existe la posibilidad de otra guerra relativamente pronto, pero hay que tener presente que están analizando la situación en un plano estratégico y con las miras más allá de las elecciones.

Una de las formas principales en que se están preparando para las elecciones de 2004 es, curiosamente, lo que están haciendo en el estado de California. No es que me guste Gray Davis ni mucho menos, ni me importa un pito que lo destituyan. Pero por otro lado tenemos que analizar todo esto más a fondo y tomar en cuenta el panorama general. Me parece muy probable que la campaña de destitución de Gray Davis sea parte de una estrategia de Bush y sus allegados para ponerse en una posición fuerte para ganar en el estado en las elecciones de 2004 y más allá. Bush ha recaudado, no sé, ¿200 millones de dólares ya para 2004? ¡Está cañón! Otra cosa muy gruesa es que para los allegados de Bush --bueno, en realidad Bush no es más que una figura decorativa de un grupo que lleva años en este proyecto--, para ese grupo es completamente ilegítimo que otro grupo esté en el gobierno. Así vieron a Clinton, por ejemplo (y claro, Clinton no es un paladín del pueblo ni mucho menos) pero les parecía ilegítimo aun cuando era presidente; para ellos es ilegítimo que cualquiera que no sea de su grupo esté en el núcleo del poder. Si atacan a otro país o no, y no lo descarto, en esta sociedad pasa algo muy grave que hay que analizar. No podemos ser simplistas si vamos a hacer lo que hay que hacer, sobre todo si vamos a hacer el tipo de revolución que necesitamos. Tenemos que analizar tendencias que vienen cobrando fuerza desde hace tiempo.

Es ilustrativo verlo como una pirámide. Arriba está la clase dominante representada por el Partido Demócrata por un lado y el Partido Republicano por el otro, que luchan entre sí. Eso es evidente, ¿no? Recordemos las elecciones presidenciales de 2000, las elecciones más aburridas en mucho tiempo, y de repente se pusieron interesantísimas y muy intensas, no por lo que dijeron o dejaron de decir en la campaña sino por lo que pasó (y no pasó) en el conteo. Se pusieron de relieve las feroces luchas intestinas de la clase dominante. Volviendo a la pirámide, arriba está la clase dominante y sus representantes políticos con (aunque esto sea un poco simplista) los demócratas a un lado y los republicanos al otro. Por décadas, el grupo de Bush y los que él representa han estado preparando toda una infraestructura, por decirlo así, para encaminar la sociedad hacia el fascismo cuando sea necesario.

Veamos lo que han hecho con el fundamentalismo religioso. El objetivo es preparar una base de millones y millones y millones de personas a quienes les asusta la idea de... ¡pensar! --¡en serio!-- personas que no pueden con la complejidad de la sociedad moderna y quieren respuestas sencillas y absolutas. El fundamentalismo religioso se basa en el absolutismo ciego, como las calcomanías que dicen: "Dios lo dijo, yo lo creo y se acabó". Desde luego, como señalamos en la charla, lo que "dios dijo" es lo que las autoridades religiosas reaccionarias humanas dicen que dijo, no simplemente lo que dice la Biblia (que a final de cuentas la escribieron seres humanos), sino lo que dice la gente de hoy. Por cierto, esas mismas "autoridades" prefieren ignorar las partes de la Biblia que no les convienen. No dicen que se debe ejecutar a los hijos que les pegan a sus padres o se rebelan o les faltan el respeto, ¡pues todo mundo se daría cuenta de que son una bola de dementes! Pero si interpretan al pie de la letra las Escrituras, pues deberían proponer eso.

Veamos otro ejemplo de cómo cultivan el fascismo ciego. Los agentes políticos conscientes, los representantes de la clase dominante, que vienen organizando y cultivando fuerzas fundamentalistas cristianas tenían un gran problema porque siempre les han inculcado que "los judíos mataron a Cristo", que son "los asesinos de Cristo". Como los judíos crucificaron a Cristo, naturalmente los fundamentalistas les tienen una rabia mortal. Pero los dirigentes fundamentalistas, no las bases que los siguen ciegamente, sino los altos dirigentes como Jerry Falwell y Pat Robertson, que tienen conexiones con la cúpula de la sociedad y el gobierno y son agentes estratégicos del sistema imperialista y de un sector de la clase dominante, tenían un problema porque para esta clase dominante (y para ese sector) Israel es sumamente importante y estratégico en su proyecto mundial.

Esta es una contradicción enorme para los fascistas cristianos: según ellos, los judíos son los "asesinos de Cristo" y, obviamente, Israel es un país judío, ¡pero tienen que llevar a las bases a apoyar ciegamente a Israel! ¡Chin! ¿Cómo lo resuelven? ¡Fácil! Diciendo que el Apocalipsis sostiene que la creación y existencia de Israel es un paso crucial para el santo advenimiento (el regreso de Jesucristo). O sea que la destrucción de Israel lo retrasaría y ayudaría a las fuerzas de Satanás (el antiCristo). Entonces, ¡hay que defender a Israel, cueste lo que cueste! ¡Lógico! Así engatusan a las bases.

Repito, llevan décadas cultivando ese movimiento de masas. De igual modo, vienen organizando lo que podríamos llamar organizaciones de cuadros: estructuras y agentes políticos y grupos como "Promise Keepers" (Comprometidos), un grupo fundamentalista religioso fascista que exhorta al hombre a subordinar a la esposa, y a la mujer a subordinarse al esposo (con cariño, claro). Proselitizan con ese punto de vista, ese programa, en toda la sociedad: en el trabajo, en las ligas de béisbol de los niños y todo lo demás. Llevan décadas trabajando en todo esto y ahora tienen un movimiento de masas fascista y cuadros organizados, una estructura de agentes políticos.

Todo esto es muy importante, pero más importante aun es la influencia que tienen en el mando militar. Por ejemplo, el libro Making the Corps, que describe el entrenamiento de los infantes de marina, pone de relieve que el alto mando de las fuerzas armadas se está "politizando" (con una política burguesa reaccionaria). Un principio básico de las fuerzas militares de este país ha sido que el ejército no es político, no es una fuerza politizada. No se mete en la política; obedece la cadena de mando y la Constitución sin meterse en la política y sin tener propiamente un punto de vista ideológico. Pero en las últimas décadas, los fundamentalistas cristianos de la derecha han ganado influencia en el alto mando militar; se ha vuelto muy ideológico y actualmente se identifica políticamente con el programa y movimiento fascista de la extrema derecha.1

Viendo este panorama y lo que están organizando y preparando, preguntemos: los demócratas, como sector de la clase dominante, ¿cómo van a contrarrestarlo?

O sea, veamos la pirámide con los republicanos aquí (a la derecha) y su base social de fanáticos religiosos y dementes fundamentalistas. ¿Recuerdan los problemas que tuvieron en las elecciones presidenciales de 2000 con las balotas de papel y todo el rollo? En un distrito electoral en el estado de Florida estaban contando las balotas cuando un grupo de empleados de congresistas republicanos golpeó a la puerta e hizo parar el conteo. Eso en sí fue muy grueso, pero simboliza algo mucho más grave: el hecho de que están dispuestos a movilizar una fuerza fascista si lo creen necesario y de que están dispuestos a implantar una sociedad religiosa fundamentalista fascista si lo consideran necesario.

Al otro lado de la pirámide (supuestamente a la izquierda), están los demócratas. ¿Quiénes son sus bases? No digo que realmente los representan, ¿pero a quiénes quieren atraer? A la gente progresista y los oprimidos. En realidad el papel de los demócratas es canalizarlos hacia la corriente tradicional de la política nacional y confinarlos al marco del proceso electoral burgués y... canalizarlos nuevamente si es que se alejan o salen de ese marco. Porque a las bases las elecciones les dan rabia, por las mismas razones que ya señalamos: el Partido Demócrata habla de gente común, de los pobres, de los que sufren discriminación, etc., pero siempre los traiciona. Hasta habla de los oprimidos, pero como en realidad no representa sus intereses fundamentales, los traiciona una y otra vez. Representa los intereses del sistema y la clase dominante, y sirve para engatusar a los oprimidos y los descontentos. A todos ellos les dice: "Vénganse, vénganse. No es tan malo como parece. No olviden que tienen el voto. Tranquilos. Todo saldrá bien". Para eso sirven los demócratas. Pero tienen mucho miedo de movilizar a las bases. Las exhortan a votar, pero les infunde pavor que se salgan a la calle a protestar o luchar contra los derechistas, que están cobrando fuerza.

Aquí vemos un peligro muy real que existe en este país actualmente: se ha embarcado hacia un tipo de gobierno burgués mucho más represivo e incluso fascista.

Pero debemos captar que esto es muy contradictorio. Hay que ver eso. Los derechistas están empujando la situación más y más hacia la derecha, y los demócratas apenas plantean unas cuantas objeciones débiles y se instalan en el "ala izquierda" del programa derechista.

Los demócratas se presentan como "el centro razonable", los que defienden la Constitución y el imperio de la ley mientras todo va deslizándose más y más hacia el fascismo. Pero, por otra parte, decenas de millones de personas detestan el rumbo de la sociedad. Lo vimos después de las elecciones de 2000 y con la guerra de Irak, y no es simplemente la guerra de Irak, aunque ha sido muy importante, claro.

A millones y millones y millones de personas les da asco lo que representa Bush y el camino en que se ha embarcado el grupo que está en el poder; y algo muy interesante es que dado su papel, los demócratas están prácticamente paralizados y no ofrecen una alternativa a esos millones de personas descontentas y furiosas.

En parte las protestas contra la guerra de Irak fueron tan masivas porque muchos captaron que no tenían alternativa. Los demócratas no les ofrecieron ninguna alternativa. Recordemos las elecciones de 2002, las elecciones para el Congreso; fue el momento ideal para el Partido Demócrata si es que de veras quería oponerse al grupo de Bush y sus preparativos bélicos. Muchísima gente hubiera votado por los demócratas y prácticamente les estaba rogando oponerse a la guerra. Pero por todas las razones que venimos señalando, los demócratas dijeron: "Bueno, no nos gusta el programa de Bush, pero si todo esto llega a una lucha frontal, ellos movilizarán sus bases de fanáticos y cuentan con el apoyo de importantes sectores de las fuerzas armadas. En cambio, a nosotros, ¿quiénes nos van a apoyar? ¡¿Hay quien nos apoye que no tengamos miedo de movilizar?!".

Los demócratas están paralizados en gran medida, y a eso en parte se debe la gigantesca movilización de masas contra la guerra de Irak, aun antes de que comenzara, porque muchos sentían que había que hacer algo. Esperaban que los líderes demócratas hicieran algo y, cuando no lo hicieron, se lanzaron a la calle.

Esto es importante en sí y también destaca el potencial positivo para la revolución. No estoy diciendo que estemos en el umbral de la revolución, pero pensando en el futuro y en el potencial, algo que lleva a una situación revolucionaria es que millones y millones de personas piensan que la situación es intolerable. Quieren que los líderes de la sociedad hagan algo, que los dirijan, pero estos no quieren hacerlo. ¿A quiénes recurren entonces? A los que están dispuestos y decididos a dirigirlos y a hacer algo de a de veras. Esta situación encierra grandes peligros, pero el otro lado de la contradicción es que encierra mucho potencial positivo para la lucha actual y para hacer la revolución conforme se vayan desenvolviendo la situación.

Fíjense cómo manipulan la farsa electoral. Un circo de candidatos demócratas recorre el país actualmente pero, curiosamente, según afirma la revista Time , Al Sharpton es básicamente un candidato ilegítimo porque no existe la menor posibilidad de que lo elijan presidente y tiene mucha cola que le pisa, el asunto de Tawana Brawley2 y todo.

Pero, ¡qué raro!, dice Time , que en los debates entre los candidatos, Sharpton recibe la respuesta más favorable, con la excepción de Howard Dean, pues son los únicos que siquiera dan la apariencia de hablar de algo que le importa al pueblo, que le llega. Sean cuales sean las intenciones de Sharpton, el papel objetivo de gente como él (y aun más en el caso de Howard Dean) es atraer nuevamente a los descontentos, los que tienen mucha rabia y sienten que los demócratas los han traicionado, atraerlos nuevamente al proceso electoral: "Regresen porque se avecinan las elecciones primarias; voten por su candidato. Tenemos un lugar para usted". ¿Y qué pasa? Su candidato no gana la nominación, pero ya que están coqueteando con el proceso electoral, les dicen: "Pero, ¿quieren que otra vez gane Bush?". Bueno, su candidato no ganó y quedamos con el mamón Dick Gephardt como candidato demócrata,3 será alguien que desde el comienzo fue "aceptable" para la corriente dominante de la política burguesa (con sus criterios cada vez más estrechos y derechistas) o que en todo caso irá definiéndose así antes de las elecciones generales. Este es un patrón que se repite una y otra vez, una técnica comprobada para atraer y después chingar y traicionar a millones de personas descontentas, a quienes les inculcan la noción de que para los que quieren un cambio, no hay otra alternativa que el Partido Demócrata. pero es mejor que Bush, ¿que no?

Como consecuencia, toda esa gente se paraliza políticamente porque la han canalizado nuevamente a una esfera en que no puede hacer nada que valga la pena. Van a jalar a esa enorme masa de gente, a decenas de millones de personas que sienten un profundo repudio por lo que pasa ahora. ¿Volverán al redil del sistema político o se lanzarán a los movimientos de resistencia?

No por eso quiero decir que debemos deslindar campos con los que piensan votar en las elecciones presidenciales. Eso sería muy tonto. Muchísimas personas votarán por los demócratas y muchos lo harán sabiendo que no van a lograr gran cosa. Nos corresponde ayudarlos a elevar la conciencia, unirnos con la oposición y repudio al rumbo de la sociedad y movilizarlos, porque se comprobará una y otra vez que los demócratas no los llevarán a luchar contra todo eso. Esto requiere cierta sabiduría, cierta madurez, cierta flexibilidad. Tenemos que analizar esto en toda su complejidad, aplicar la dialéctica y examinar las contradicciones, su movimiento y desarrollo a fin de forjar un pujante movimiento que de veras lleve hacia la revolución.

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En un mundo de profundas divisiones de clase y grandes desigualdades sociales, no tiene caso hablar de la "democracia" sin señalar su carácter de clase y a qué clase beneficia. Es más, mientras exista la sociedad dividida en clases no puede haber "democracia para todos": dominará una clase u otra, y la clase que gobierna defenderá el tipo de democracia que concuerde con sus intereses y metas. Por eso, debemos preguntar: ¿ qué clase dominará y si su gobierno, y sistema de democracia, sirve para continuar las divisiones de clase, y las relaciones de explotación, opresión y desigualdad que corresponden a ellas, o lleva a abolirlas ?