Cuando hablamos de los peligros que plantean los fascistas cristianos y la configuración actual de las estructuras de poder de la sociedad estadounidense hoy, algunos dicen: "¿Acaso quieren asustarnos para que corramos a su lado?". Pues, no. Esto es muy real y una pregunta que surgió en la discusión de la charla que di sobre la dictadura del proletariado ("Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo") fue muy importante: ¿"encaja perfectamente" el programa de los fascistas cristianos con los intereses y necesidades de la clase dominante en este momento? (Ver el OR No. 1261, 12 de diciembre de 2004). Nuestra respuesta fue dialéctica y materialista: "No, no encaja perfectamente, pero eso no quiere decir que no prevalecerá". Las cosas tienen su propia dinámica y empuje; Carl Rove (asesor de Bush) y otros le hacen la corte a los fascistas cristianos y a veces los manipulan, pero no por eso debemos pensar que los fascistas cristianos no tienen su propio proyecto, sus propios intereses (por decirlo así), su propio punto de vista y objetivos por los cuales luchan. Y cuanto más los han organizado, más vitalidad y fuerza propia cobran.
Como indica el artículo del suplemento dominical del New York Times de Ron Suskind ("Faith, Certainty and the Presidency of George W. Bush", New York Times, 17 de octubre de 2004), esto lo reconocen hasta sectores importantes de la clase dominante, sus representantes y voceros. Nosotros no debemos dejar de reconocer la seriedad de la situación, tanto los peligros como las contradicciones que encierra, especialmente las agudas contradicciones de la clase dominante. Como esta, por ejemplo: por un lado, el programa de los fascistas cristianos "no encaja perfectamente" y, por el otro, las fuerzas que lo impulsan tienen mucho peso y muchas conexiones en la cúpula del poder. Es una contradicción muy aguda que se está desenvolviendo, y lo seguirá haciendo con más fuerza, aunque no necesariamente en línea recta, por un tiempo, y quizá por un tiempo no muy prolongado.
En varios escritos y charlas (por ejemplo, "La conspiración derechista", Predicando desde un púlpito de huesos, "La pirámide del poder" y las charlas sobre la religión que di hace poco1) he recalcado que hay una fuerza de fascistas cristianos muy emperrada en implantar este programa. Quizá las bases que están movilizando no están del todo conscientes de las implicaciones de implantarlo cabalmente, de cómo sería concretamente, o quizá algunas ni siquiera estén plenamente conscientes de que eso es lo que sus líderes se proponen. Como he recalcado en las charlas sobre la religión (y en "La conspiración derechista"), hay una contradicción aguda entre defender la Biblia en el sentido literal y absoluto (sostener que cada palabra es divina, inspirada por dios, y defenderla como tal) y lo que en la sociedad actual, especialmente una sociedad "moderna" como Estados Unidos, se considera decente, justo y correcto. Esta es una contradicción que, por lo general, las bases del movimiento fascista cristiano ni siquiera captan. Tenemos que ponerla al descubierto y remacharla, y esto cobra especial importancia porque, en gran medida, los líderes del movimiento no quieren que las bases la capten (completamente) por ahora . Pero, la verdad, como he dicho en las charlas sobre religión, si se toma la Biblia como guía literal y absoluta, entonces es necesario ejecutar a los homosexuales (no simplemente condenarlos por sus pecados sino ejecutarlos) y a las "brujas". Además, según la Biblia, el matrimonio no se debe dejar ni siquiera por razones de violencia doméstica, y eso se aplica especialmente a la mujer; se debe ejecutar a niños que se rebelan contra los padres, etc. En fin, la Biblia defiende e impone una larga lista de prácticas bárbaras y crueles.
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Por ejemplo, cuando mataron a Matthew Shephard, fueron unos reverendos de Kansas (creo) con sus huestes a decir que "ese maricón" estaba condenado al infierno, nada de compasión ni misericordia ni nada. De igual modo, en el libro The Republican Noise Machine (especialmente el capítulo 7, "Ministers of Propaganda"), David Brock cita ideólogos fascistas cristianos que sostienen que hay que aplicar al pie de la letra esas prácticas crueles y bárbaras de la Biblia. Es parecido a lo que describe Claudia Koonz en The Nazi Conscience : dice que Hitler fue circunspecto y se midió; por un tiempo, incluso después de afianzarse en el poder, no manejó un discurso abiertamente antisemítico, pero las bases, las tropas de asalto, se desmandaron. Sabemos en qué acabó todo eso. Quizá en 1933 ó 1934, Hitler no tenía la intención de implantar la "solución final", el genocidio masivo de los judíos, al menos de la manera y escala que se hizo, pero la lógica llevó a eso. Si la guerra hubiera dado otro giro, quizá no habría acabado así, pero en las circunstancias concretas, llevó a eso. Como señalé en "La conspiración derechista", el programa fascista cristiano tiene un elemento genocida... plantea un programa genocida contra los que viven en los ghettos y barrios pobres y otros a quienes figuras prominentes de dicho movimiento, como Pat Robertson, consideran una mancha de pecado en la Tierra. Cité a Pat Robertson y señalé las implicaciones lógicas, y expliqué en las charlas sobre religión y también en la charla "Elecciones, democracia y dictadura, resistencia y revolución"2 por qué el Sur de este país, que llaman "el cinturón de la Biblia", ¡es también el cinturón de linchamientos ! Como metáfora, eso muestra por qué es imposible defender la moral tradicional de esta sociedad, con toda su historia, sin defender la más virulenta y grotesca supremacía blanca y la represión de los negros y otras nacionalidades oprimidas.
Veamos los escritos de Pat Robertson. Primero, ¿quién es? ¿Un simple lunático? ¿Un Jeremías que echa sermones en el desierto? No, es una figura prominente de las estructuras de poder. En "La conspiración derechista" citamos sus afirmaciones desquiciadas de que personalmente sufrió el trauma de un ataque demoníaco una mañana en un hotel cerca de Seattle, Washington, y de que a lo mejor Satanás está al mando de ciudades importantes del país, de que las tablas de espiritismo (Ouija) y la meditación trascendental son fuentes de posesión demoníaca. El tipo es lunático; no basta con decir que no es científico, es anticientífico, y ataca el hecho científicamente fundado de la evolución. (Ver, por ejemplo, su libro Answers To 200 Of Life's Most Probing Questions).Leí un libro de una señora que se zafó de ese fundamentalismo (lo mencioné en la conversación con Bill Martin3; se llama This Dark World de Carolyn S. Briggs). Dice que tiraba estatuillas y otras cosas porque temía que por medio de ellas entrarían fuerzas satánicas y se posesionarían de sus hijos. Bueno, ella apenas terminó la prepa o quizá ni eso en ese entonces; era de las bases del fascismo cristiano y no comprendía las implicaciones de todo eso. Pero ese no es el caso de gente como Pat Robertson, quien dijo lo siguiente: ¡cuando todo mundo esté harto de la decadencia y demás, tomaremos las riendas!
Están emperrados en esto muy seriamente y no es necesario que "encaje perfectamente". Si la situación se desenvuelve de cierta manera y si no hay otra fuerza de la clase dominante que tenga la cohesión y fuerza de impedirlo, pueden afianzarse como la fuerza dominante de la sociedad, y eso es precisamente lo que se proponen. No van a desaparecer, y como se ha señalado, no es posible hacerles promesas ("vamos a barrer Roe v. Wade y prohibir el aborto"), como hace el Partido Republicano, y no cumplirlas. Hay una tensión que estallará en cierto momento. Hemos visto la embestida contra el senador republicano Arlen Specter, que se dio a raíz de sus comentarios de que, básicamente, Bush no debe nombrar magistrados dispuestos a prohibir el aborto. Apenas estamos viendo las primeras salvas.
El programa fascista cristiano definitivamente tiene un elemento genocida. Es patente en las palabras de Pat Robertson y en su lógica (nuevamente, como dijo Richard Pryor, hay que fijarse en "la conclusión lógica de la lógica"). Como he señalado, para Robertson no basta que la pena de muerte se aplique al homicidio; debe aplicarse también a delitos que manchan la sociedad y la alejan de dios. Fíjense en las implicaciones y el enorme alcance que eso podría tener, ¡sobre todo si lo interpretan teócratas, gente con la mentalidad y concepción del mundo de Robertson!
Hace varios años vengo advirtiendo urgentemente de este fenómeno, pero afortunadamente en este momento no soy el único que lo hace. Por ejemplo, Mark Crispin Miller, profesor de medios de comunicación de la Universidad de Nueva York y autor del libro The Bush Dyslexicon, los llama "cristofascistas". Dice algo que va muy al grano: no esperemos que llegue gente con svásticas marchando a paso de ganso y gritando "¡Heil Hitler!"; en este país el fascismo vendrá de otro modo, envuelto en religión y teocracia, y de hecho ya está aquí y tiene mucha fuerza. Así que no soy el único que ve esto; Mark Crispin Miller, un demócrata de la tradición de Thomas Jefferson (probablemente miembro del Partido Demócrata y ciertamente un demócrata en el sentido amplio de la palabra), lo reconoce explícitamente. Dice que los "cristofascistas" no quieren simplemente regresar a los tiempos de antes del movimiento de derechos civiles o de antes de la guerra de Secesión y la abolición de la esclavitud, ¡sino de antes de la Ilustración!
Como he señalado, la verdad es que al entrarle más a fondo a todo esto, queda muy claro que para los fanáticos fundamentalistas la Ilustración es un parteaguas de la historia, el momento en que la sociedad se apartó de dios, mucho antes del fallo de la Suprema Corte a principios de los años 60 que eliminó las oraciones en las escuelas públicas. O sea, consideran que hace varios siglos, en los tiempos de la Ilustración, la sociedad empezó a apartarse de dios y encaminarse hacia el infierno. Esto es algo muy serio, con implicaciones muy serias, como el elemento genocida potencial, que he mencionado, y no es necesario que "encaje perfectamente" para que llegue a ser la fuerza dominante y la forma de dictadura burguesa en este país en este período.
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Los fascistas cristianos no son un fenómeno transitorio ni una cosa que está de moda por un tiempo. Tampoco son como una llave de agua que abren y cierran Carl Rove y otros políticos de la clase dominante. Son una fuerza que politiqueros e ideólogos (algunos de los cuales de hecho abrazan esa visión y objetivos) han desarrollado, cohesionado, dirigido, adoctrinado ideológicamente y preparado a lo largo de décadas. Si no fuera así, muchas de esas fuerzas serían más dispersas, menos herméticas, y no tendrían el mismo impacto que han tenido y tienen, porque han sido organizadas políticamente, adoctrinadas ideológicamente, orientadas y preparadas. Pero eso es lo que ha ocurrido y ahora tienen su propia dinámica y empuje. No es como una llave de agua que se puede cerrar. En Alemania, después de afianzarse en el poder, Hitler masacró a las tropas de asalto de las SA porque le estorbaban. Cuando Hitler se afianzó en el poder, la dirección nazi se vio en la necesidad de barrer a esa fuerza. Pero sería muy distinto barrer a las fuerzas fascistas cristianas, y la verdad no sé a quiénes les convendría, quiénes de la clase dominante estadounidense tendrían las inclinaciones de hacerlo.
Repito, es muy importante captar que los fascistas cristianos no van a aflojar. No van a desaparecer ni a ir cayendo poco a poco en el olvido. No dejarán en paz la ciencia, las artes, la educación, las relaciones sociales. Seguirán entrometiéndose en la vida diaria, en el trabajo. Hace poco salió otro artículo en el suplemento dominical del New York Times sobre "iniciativas de fe en los centros de trabajo"4. Los fascistas cristianos están creando su propio universo hermético con todo y infraestructura: ven el noticiero Fox y canales religiosos, oyen "la palabra" sobre el mundo y la religión del Club 700 de Pat Robertson, y oyen evangelistas por radio y televisión... en fin, hay fuerzas productivas masivas y tecnología avanzada dedicadas a trasmitir todo eso 24 horas al día todos los días. La terrible realidad es que a las iglesias fundamentalistas acuden grandes multitudes de muchas nacionalidades. No van a aflojar. Mark Crispin Miller comentó que si uno se informa en el noticiero Fox y vive en el mundo hermético que describí, tiene una idea de la realidad más o menos igual al mundo del siglo IX. Bueno, es una exageración, hipérbole (como diría, seguramente, él mismo), pero se basa en la realidad. Varias encuestas e investigaciones comprueban que los fascistas cristianos y los demás televidentes del noticiero Fox tienen cualitativamente menos información verídica sobre asuntos básicos (menos incluso que los de CNN). La mayoría (o casi la mayoría) todavía cree que Irak tenía armas de destrucción masiva, que había vínculos entre Irak y Al Qaeda (vínculos sólidos y una relación funcional) y muchos creen que Irak metió mano en los ataques del 11 de septiembre.
Lo anterior es una manifestación de algo mucho mayor en cuestiones de concepción del mundo, además de información y política. A Carl Dix, vocero nacional del partido, le plantearon lo siguiente en un foro sobre las elecciones en Harlem: "El problema es grueso. Esa gente no se deja convencer. De plano, no le importan argumentos razonados ni escucha la razón". Hasta el New York Times lo ha mencionado: para los fundamentalistas, no importa que Bush haya mentido porque cumple una misión de dios. Bush es presidente, según Jerry Boykin (un general de mucho peso), por voluntad de dios, aunque no ganó la mayoría de votos en 2000; no por maquinaciones terrenales sino por la voluntad de dios. En tal caso, ¿qué importan hechos o mentiras? Su voluntad y plan son más grandes que cualquier hecho o mentira.
O sea, esa gente no aflojará. Como algunos captan, se trata de dos universos, y nosotros debemos captarlo también. La configuración de fuerzas de la clase dominante (y sus escisiones) es más compleja: incluso en el Partido Republicano hay diversas fuerzas y contradicciones internas, por ejemplo entre los fascistas cristianos y otros sectores. Obviamente, la sociedad tiene una configuración social y de clase mucho más compleja con tendencias políticas, ideológicas, sociales y culturales de todo tipo. Pero los fascistas cristianos tienen un papel importante y, en muchos sentidos, dominante en el Partido Republicano, y considerable y creciente influencia en la sociedad, lo cual es un rasgo central del alineamiento de fuerzas de la clase dominante y del carácter de la sociedad.
En la sociedad estadounidense en realidad existen dos universos, dos concepciones y visiones de cómo es y debe ser el mundo, que están en conflicto antagónico fundamental. Newt Gingrich tiene razón, en esencia, cuando dice que esos dos mundos no pueden seguir coexistiendo; al final uno tiene que derrotar al otro y triunfar decisivamente.5 El alineamiento, la polarización actual (política e ideológica de los dos lados) no es bueno. Por dos razones cruciales: 1) la oposición contra los fascistas cristianos (y contra la ofensiva reaccionaria de la cual son una fuerza decisiva) todavía se caracteriza por demasiados puntos de vista y programas que no tienen la capacidad, por cuenta propia, de montar la oposición necesaria porque, a pesar de su profundo desacuerdo, no rebasan los confines del sistema que engendró a los fascistas cristianos y llevó a que sean una fuerza central de la clase dominante y la sociedad; y 2) en gran parte, las fuerzas de la sociedad que representan una alternativa revolucionaria en potencia todavía no se han movilizado ni organizado con una concepción del mundo y programa revolucionarios. Si la situación sigue así, la trayectoria y dinámica actuales llevarán a consecuencias funestas.
Pero, repito, ahí es donde entramos nosotros. Tenemos el reto de aplicar la concepción del mundo y metodología del comunismo de modo científico y creativo, de analizar correcta y profundamente la realidad en toda su complejidad, y de cambiarla:de hacer una repolarización radical que ofrezca la perspectiva y la esperanza de una auténtica salida revolucionaria para la sociedad y la humanidad.
NOTAS:
1. Bob Avakian, "La verdad sobre la conspiración derechista. y por qué Clinton y los demócratas no son la respuesta", OR No. 1255, 17 de octubre de 2004; Bob Avakian, Predicando desde un púlpito de huesos (Chicago: Banner Press, 1999); Bob Avakian, "La pirámide del poder y la lucha por cambiar de base el mundo", OR No. 1237, 25 de abril de 2004; "El cristianismo y la sociedad: El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, resistencia y revolución" y "Dios no existe... y necesitamos la liberación sin dioses" (grabaciones, en inglés, en BobAvakian.net).
2. Una grabación de esta charla, en inglés, está en BobAvakian.net.
3. Bob Avakian y Bill Martin,Marxism and the Call of the Future: Conversations on Ethics, History, and Politics (Chicago: Open Court, 2005).
4. "With God at Our Desks", New York Times Magazine, 31 de octubre de 2004.
5. "La guerra civil que se perfila y la repolarización en la época actual", OR No. 1274, 10 de abril de 2005.