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De "Plantear nuestra línea de una manera osada, conmovedora y contundente"

Primera parte

En el último número del OR publicamos pasajes de "Cuestiones estratégicas", una charla grabada de Bob Avakian, de hace unos años, en la cual aborda la agitación y propaganda, y cómo imbuirles fuerza y vida. Nos parece muy oportuno publicarlos ahora dada la situación actual y la extrema importancia de apelar e influenciar a gran cantidad de gente. En este número publicamos pasajes de una charla del año pasado sobre el mismo tema. El texto tiene leves cambios editoriales.

"Abrir paso"

Básicamente quisiera abordar la siguiente cuestión: ¿cómo vemos el papel de ser voceros del partido? Obviamente es una responsabilidad muy importante y una tarea que se asume con mucha seriedad. En "Cuestiones estratégicas" señalamos que en cierto sentido el vocero "abre paso" en territorio enemigo, es "la punta de lanza" para divulgar en todos lados la línea del partido en medio de lucha con otras líneas y tendencias. El vocero está en las miras del enemigo y, además, las masas cuentan con ella o él para llevarles la línea del partido. Tiene el papel muy especial de plantear la línea del partido sobre cuestiones concretas y generales. Le toca "abrir paso" y tiene una responsabilidad especial con muchas dimensiones.

Es importante asumir esa responsabilidad con la seriedad que se merece, pero no porque es de mucho peso debemos espantarnos ni sentir que no podemos con esa tarea. Si no sabemos cómo responder en una situación dada, no es el fin del mundo. El chiste es cumplir con la tarea lo mejor que podamos, asumir seriamente la responsabilidad y, si encontramos dificultades, consultar las fuentes. Es decir, consultar el OR , la línea del partido, el marxismo-leninismo-maoísmo (MLM) y, además, cuando sea necesario, buscar otras fuentes y aplicarles el MLM. Cuando damos un discurso o representamos el partido en un debate o una polémica, ponemos nuestro mejor esfuerzo y luego hacemos un balance. Aprendemos lo más que podamos de los comentarios y críticas de los camaradas y el público, y procuramos ir desenvolviendo constantemente la dialéctica de práctica-teoría-práctica y aprender de la experiencia, profundizando y fortaleciendo nuestras capacidades, y así vamos cumpliendo cada vez mejor el papel de representar el partido. Ciertamente es una responsabilidad de mucho peso, pero no por eso debemos espantarnos ni quedar pasmados. Más bien debemos verlo como una gran oportunidad y sentir orgullo --orgullo proletario (y no orgullo personal)-- al asumir la responsabilidad de representar el partido y, en última instancia, al proletariado internacional.

En ese sentido, quisiera contarles algo que me conmovió mucho. Me enseñaron la solicitud de ingreso al partido de una joven. Naturalmente, no voy a entrar en detalles que no convienen, pero me conmovió muchísimo la actitud de la joven, que dijo que vive para divulgar la línea del partido en todos lados. Siempre busca a sus amigos, conocidos y compañeros de lucha y les platica de la línea del partido. Se alegró muchísimo cuando salió el Borrador del Programa y estaba muy entusiasmada por divulgarlo. Y lo que me impactó más es qué hace cuando no sabe la respuesta a una pregunta; dice: "La verdad, no sé bien, pero voy a averiguar y luego te digo". Y consulta el Programa, el OR, el MLM. Consulta los escritos del partido y platica con camaradas del partido y compañeros de lucha. Toma muy en serio esa responsabilidad, y la cumple con mucho gusto y con un gran entusiasmo. Busca nuevamente al que hizo la pregunta y le dice: "Ahora sí, tengo la respuesta a lo que me preguntaste". Me parece muy ejemplar. Hay mucho que aprender de esto, tanto de la orientación ideológica como de la aplicación concreta de la dialéctica práctica-teoría-práctica. Esa compañera tiene tantas ganas de llevar la línea del partido a todo mundo, y si no sabe algo o no puede explicarlo bien, no se "saca de onda" ni se espanta: consulta "las fuentes", busca la respuesta y vuelve con el que le preguntó para decírsela. Esa orientación y método nos pueden servir de base para ver la tarea del vocero, ver cómo desempeñar ese papel, y ayudarnos a hacer nuevos avances, aprendiendo de los logros (que no son logros personales sino logros del partido y del proletariado internacional) y las deficiencias que hemos tenido. Menciono esto como una orientación general y una introducción a la cuestión de representar el partido (lo cual significa en última instancia representar al proletariado internacional).

¿Agitación y propaganda contundente o "tocar los temas indicados"?

Con esa orientación general quisiera plantear la siguiente pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre un discurso contundente (o una presentación en un debate o foro o lo que sea) y uno que meramente "toca los temas indicados"? Esto merece mucho análisis, y para mí una de las características clave de un discurso contundente es que va más allá de "conectarse" con el público: "¡le late!". Expone muy concretamente las contradicciones y su resolución, y le hace sentir la necesidad de entrarles.

En "Cuestiones estratégicas" señalamos que la agitación y propaganda sacan a la luz las contradicciones, pero no basta con simplemente presentarlas: hay que "desentrañarlas" y llevar al público paso por paso a comprenderlas en el plano intelectual y, también, a sentir la "inevitabilidad" de nuestras conclusiones. Esta es una de las características clave de un discurso que va más allá de tocar los temas que debemos tocar, y conmueve al público, le late y lo motiva. Varios aspectos de estilo y técnica ayudan a lograr eso, pero lo esencial es el contenido y el manejo correcto de las contradicciones particulares de dar un discurso (que naturalmente tiene sus particularidades y contradicciones muy propias).

Veamos un ejemplo: ¿Cómo vamos más allá de simplemente afirmar que el sistema no sirve, que se basa en la explotación y hay que tumbarlo? Evidentemente, es muy importante afirmar eso y hay que seguir haciéndolo (e incluso hace falta hacerlo más), pero también es cierto que hay que ir más allá. ¿Cómo lo mostramos vívidamente con ejemplos concretos y contundentes que saquen a la luz los terribles rasgos del sistema y demuestren que son inseparables de su propia dinámica y naturaleza, y lo demuestren de una manera que conmueva y convenza (como analizamos en "Cuestiones estratégicas")? En esa charla vimos unos ejemplos y ejemplos negativos que quizá vale la pena resumir aquí.

Por ejemplo, vimos la crítica que hizo Dimitrov (un líder de la Internacional Comunista de los 1930) del discurso de un comunista alemán en un mitin multitudinario a principios de los 1930. Primero habló un vocero nazi y todo mundo estaba a la expectativa de lo que diría el comunista, de cómo rebatiría la parrafada fascista. Y el comunista inició su intervención así: "Camaradas, con mucho gusto les informo que hace poco se celebró el Tercer Pleno del Sexto Congreso de la Internacional Comunista, que publicó un manifiesto de suma importancia". Y bla bla bla, siguió con el mismo rollo y acabó durmiendo al público, con el resultado de que el NAZI impactó mucho más.

Y les doy un ejemplo más extremo. Cuando estuve en la China socialista a mediados de los 70, un día estábamos haciendo tiempo porque íbamos a ir a una reunión por la noche. Estábamos en el nordeste del país, era otoño y hacía mucho frío. Como procuraban conservar en la medida posible los recursos del estado proletario, solo prendían la calefacción de la casa de huéspedes unas horas al día. Nos dieron unas chaquetas bien abrigadoras, pero de todos modos hacía un frío bárbaro y para distraerme prendí el radio de corta onda de la habitación y logré encontrar una transmisión en inglés desde Corea del Norte. Me metí bajo las cobijas:

"Camaradas, con muchísimo gusto les informo que recién se ha celebrado una reunión del Frente Nacional de la Unificación de la Patria con la participación de fulano de tal, el secretario general del Frente Nacional de la Unificación de la Patria; el camarada mengano, primer vicepresidente del Frente Nacional de la Unificación de la Patria, los camradas sutano y fulanito, el segundo y tercer vicepresidente respectivamente del Frente Nacional de la Unificación de la Patria. En la reunión, el camarada fulano de tal, secretario general del Frente Nacional de la Unificación de la Patria [BA se ríe] dio un discurso de suma importancia. El discurso del camarada fulano de tal, secretario general del Frente Nacional de la Unificación de la Patria, recalcó la gran importancia de la unificación de la patria". [BA se ríe]

Cuando iba acabando, yo me estaba desternillando de la risa. Fue muy triste, la verdad, pero fue de las cosas más chistosas que he oído. Era absurdamente cómico sin querer, pues no era la intención, pero era terriblemente cómico. Fue el colmo del estilo de cliché del partido, del cual siempre nos acusan. El rollo duró unos 15 minutos (aquí nada más estoy dando una muestra) resumiendo los discursos de todos y cada uno de los dirigentes del Frente Nacional de la Unificación de la Patria, ¡sin que ninguno dijera nada más notable o diverso que la simple afirmación de que la unificación de la patria era de gran importancia! Es un ejemplo negativo muy extremo del tipo de discurso que no queremos dar nunca. [BA se ríe]

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Bueno, ¿por qué no vemos unos ejem plos positivos de lo que hemos hecho y debemos hacer? Por ejemplo, veamos la cuestión de la brutalidad y asesinato policial. Hace poco salió un artículo del OR sobre un asesinato policial, y la verdad en casi todos los números sale uno (y muchas veces más): la policía le cae encima a una persona de las masas, generalmente a un joven negro o latino, y lo mata a sangre fría. En el artículo al cual me refiero, creo que fue un joven latino, que estaba mal o sacado de onda o algo, y tenía una pistola. Estaba en un lugar público y se parapetó. Su novia lo acompañaba y les dijo a los policías que podía quitarle el arma, y le dijeron que no la tocara o ¡la mataban a ella también! Llegó la mamá del joven y les rogó que le permitieran quitársela, y le dijeron lo mismo.

El artículo me hizo sentir una gran rabia por lo que pasó y también por el hecho de que no fue nada casual, o sea, la policía lo hizo a propósito; es parte de su oficio, de su papel social y político, y el artículo lo demostró contundentemente. Me sentía muy intranquilo, la ira me estremecía porque, como señaló el artículo, primero la novia y después la madre ofrecieron una solución, y la policía las rechazó rotundamente a ambas y amenazó con matarlas, lo cual demostró una vez más que no es que la policía "hace un trabajo difícil y a veces tiene que tomar decisiones difíciles": ¿a poco no tuvo otra opción que matar al joven?

O veamos el caso de Tyisha Miller.*

¿Qué clase de agitación debemos hacer en ese caso? Se ha hecho mucha agitación muy buena, agitación escrita y también propaganda en el OR, y agitación y propaganda verbal, en el curso de la lucha contra ese atropello, pero quisiera señalar algo muy importante que debemos recalcar. O sea, ¿qué pasó? La chica estaba desmayada en el coche; llegaron un chingo de policías, rodearon el auto, sacaron sus armas... y la balearon, la ejecutaron a sangre fría. Hay algo muy básico aquí: si esa es su manera de manejar la situación, ¡que se vayan al carajo! ¿Sí? Que se larguen, que se vayan al carajo, que se quiten de la faz de la tierra y dejen en paz a las masas, porque es obvio que hay mil maneras de manejar esa situación que hubieran sido mucho mejores. Y francamente, si nosotros tuviéramos el poder del estado y ocurriera algo así, habríamos preferido que un policía del pueblo diera la vida primero, antes de matar sin sentido a uno de las masas. Así actúan los verdaderos servidores del pueblo, o sea, se juegan la vida por defender al pueblo.

Y me parece que podemos señalar con mucha fuerza; ¿a qué venía la policía? ¡Al carajo con su pinche lema de "servir y proteger"! Si esa fuera su intención, habrían encontrado otra manera mil veces mejor de solucionar el problema. ¿Cómo lo manejaría el proletariado? La historia demuestra que cuando el proletariado tiene el poder pone por encima de todo la vida de las masas, pero cuando la burguesía tiene el poder el papel de la policía es sembrar terror y matar a las masas a sangre fría sin ninguna provocación ni ninguna necesidad, precisamente porque cuanto más indiscriminado es el terror, más asusta. Precisamente por eso lo hacen y es una parte importante de su oficio.

¿Cuántas veces nos han contado situaciones así, que las masas han intentado resolver sin derrame de sangre, pero la policía no lo permite? En un multifamiliar de Los Ángeles, si mal no recuerdo, fue en Jordan Downs, un cuate llamado "Chubby", que tenía problemas mentales, estaba en un campo de fútbol con un cuchillo y los vecinos querían quitárselo, y otra vez los uniformados amenazaron con matarlos si "estorbaban" porque dizque estaban allí cumpliendo su oficio, traducción: venían a matar al tipo... y lo hicieron.

¿Cómo hacemos denuncias fuertes y penetrantes?, no solo maldiciendo a esos cabrones, que sí se lo merecen pero, ¿cómo hacemos denuncias vívidas y concretas que conmuevan hasta al que no sabe que esto es de diario? ¿Cómo le llegamos "hasta el fondo del alma"? ¿Cómo hacemos que lo sienta "muy adentro", por decirlo así, que lo conmueva tanto, tanto que "sienta en carne propia" el atropello que se ha cometido y capte que está ligado a la naturaleza misma del sistema. Porque, lamentablemente, la vida nos está dando constantemente mil y una oportunidades de responder a estos atropellos, y nuestra agitación es muy importante porque ayuda a prender la lucha de las masas, poner en evidencia al sistema y llevar a las masas, a la larga, a estar dispuestas a jugárselo todo por tumbarlo porque comprenden que los mil y un atropellos no se pueden arrancar nunca del sistema, que este no puede prescindir de ellos, y entienden por qué tiene que cometerlos.

¿Qué tan buenas son nuestras denuncias? En el OR por lo general son muy buenas, pero en otros casos, ¿logramos llegar "hasta el fondo del alma"? ; ¿logramos que la gente sienta "muy adentro" que eso es totalmente intolerable, y que no puede acostarse por la noche ni despertarse al día siguiente y sentir lo mismo que sentía antes de oír nuestra agitación o nuestra propaganda o lo que dijo uno de nuestros voceros? O sea, ¿logramos poner las cosas al descubierto y analizarlas de tal forma que la gente no sienta igual que antes, e incluso cambie de opinión acerca de la sociedad? Desde luego, no todos responderán por igual ni se volverán revolucionarios de un día para otro pero, ¿en qué grado los conmovemos?

O veamos otra cuestión candente: la batalla por el derecho al aborto. Además de dejar en claro la verdad elemental de que negar el derecho al aborto es reforzar la opresión de la mujer y que actualmente esta batalla concentra eso de muchas maneras, además de eso, ¿le damos en la torre a los fascistas cristianos? Por ejemplo, cuando se ponen a leer la Biblia en voz alta y a entonar sus babosadas, ¿los ponemos en evidencia?: "Esta gente propone matar a los homosexuales. No quiere que la mujer hable en público; piensa que debe someterse al esposo, que está bien que sea su esclava...", etc. Todas estas cosas están en la Biblia, todas estas supercherías que plantean como si fueran la verdad y debiéramos de seguirlas ciegamente. ¿Tenemos los hechos a la mano? Sermonean que el aborto es "asesinato" pero, ¿conocemos las referencias en la Biblia que los ponen en evidencia, por ejemplo, donde dice que hay que ejecutar a los hijos si les faltan el respeto a los padres? La Biblia proclama y celebra la violación y habla de machacar la cabeza de los bebés (por ejemplo en el libro de Isaías y el Salmo 137). ¡Que lo nieguen! Todas y cada una de estas cosas se encuentran en la Biblia, libro que dicen que debemos seguir al pie de la letra. ¡Que digan que no creen en esas cosas! Responderemos: "¡Pues, ustedes ni conocen la pinche Biblia que tanto alaban!". ¿Les damos duro? ¿Los ponemos a la defensiva? ¿Ponemos en evidencia su hipócrita cruzada de "salvar a los niños", cuando en realidad defienden la opresión de la mujer, y sus propias escrituras sagradas plantean cosas horripilantes, tales como golpear y hasta ejecutar a los hijos si les pegan a los padres o incluso si les faltan el respeto o se rebelan, y partir la cabeza de los bebés?

Es cierto que tengo una "obsesión" por rebatir a esos religiosos fundamentalistas, pero la verdad pienso que debemos darles duro y elevar la lucha a otro nivel porque en realidad son "un blanco fácil", se lo merecen y es necesario hacerlo. Nadie más quiere hacerlo, no como podemos y debemos hacerlo nosotros, con nuestro método completamente materialista y dialéctico. Todo mundo quiere conciliarse con ellos. Muchísima gente comprende en cierto sentido que todo eso está mal, pero toma la actitud de "al César lo que es del César, y a la religión lo que es de ella". Es decir, quieren que esos tipos, y especialmente los religiosos fundamentalistas, solo divulguen sus creencias en la esfera espiritual, no en la vida política y social. Particularmente, muchos científicos toman una actitud de conciliación: "Vamos a tener la ciencia por un lado y la religión por otro, y los religiosos pueden hacer lo que les dé la gana siempre y cuando no se metan con la ciencia". ¡No! Los fundamentalistas, los fascistas cristianos, no aceptan eso; al contrario, procuran meterse con la ciencia; revocar veredictos y verdades científicos sólidamente establecidos, como la evolución; y en general valerse del oscurantismo religioso para bloquear la búsqueda científica de la verdad. Hay que darles duro y en realidad nadie más quiere hacerlo como queremos y debemos hacerlo nosotros.

Hay que emplear las tácticas correctas y, desde luego, partir de principios, deslindando campos correctamente, porque sabemos que hay de religiosos y religiosos: unos son progresistas y al analizar sus motivos y todo están de nuestro lado, hablando en términos generales, y otros son reaccionarios. Tenemos que emplear el método de unidad-lucha-unidad con las fuerzas religiosas progresistas, pero debemos darles duro a los pinches fascistas cristianos, y mucho más. Requiere algo de estudio; requiere sintetizar algunas cosas sobre las babosadas que predican. A mi juicio, es preciso rebatirlos consecuente y sistemáticamente, y eso alentaría a mucha gente, pues estoy totalmente convencido de que hay un chingo de gente que está harta de esos oscurantistas religiosos reaccionarios y que no le gusta para nada el hecho de que impongan sus babosadas a fin de bloquear toda investigación racional y todo intento de buscar la verdad. Esa gente se alentaría mucho si alguien los atacara sistemáticamente y sin tregua. Y no hay nadie mejor que nosotros. Ese es el reto que se nos presenta, en relación con el derecho al aborto, y también en general. Y tenemos que hacerlo de tal forma, francamente, que la gente religiosa que también está harta de esas babosadas reaccionarias sienta la necesidad y la obligación de entrarle, desde su propio punto de vista, y rebatirlos mucho más consecuentemente que ahora, aunque naturalmente eso no quita la necesidad de nuestro papel y línea independiente, de rebatirlos con la concepción y método del proletariado y su ideología marxista-leninista-maoísta (MLM).

Otro ejemplo: la costura. ¿Qué tan buena es nuestra agitación y propaganda sobre el tema? Hemos hecho cosas muy buenas y muy concretas, no solo artículos del OR; cosas como los recorridos de la costura para que los jóvenes conozcan los talleres y todo. Y como los reportajes del OR comprueban, esos recorridos han servido para que los conozcan de cerca y los experimenten en carne propia. Como consecuencia mucha gente ha cambiado de opinión; tan es así que jamás verá esas cosas igual que antes, o sea, tanto los talleres de costura como, en gran medida, el sistema. Pero en general, ¿qué tal es nuestra agitación y propaganda sobre el tema? ¿Logramos que se sienta concretamente la realidad de los talleres? ¿Somos consecuentes y sistemáticos?, o, nada más decimos algo así como: "Pues, como saben, explotan a mucha gente en esos talleres"? Hay que demostrar cómo eso afecta la vida de la gente, la realidad que vive, lo que sufre bajo la bota de una cruel superexplotación y cómo eso está ligado a la dominación de México y Centroamérica y al sistema internacional de imperialismo.

Por ejemplo, muchos estudiantes participan en el movimiento contra los talleres de hambre, y los ven como un mal, pero la mayoría no entiende que son parte de todo un sistema. O veamos el fenómeno de las luchas contra la globalización, que son muy combativas y alentadoras, y a través de las cuales la gente puede aprender un chingo de cosas. Y de hecho ya está aprendiendo muchas cosas y ve algunas de las relaciones concretas que son la base del sistema. Pero muchos de esos muchachos todavía se hacen ilusiones de que es posible solucionar esas cosas con reformas. No comprenden que todo eso es una parte indispensable del sistema imperialista, de la cual no puede prescindir. Y nos toca hacer propaganda y brindar una explicación y un análisis completo del porqué y el cómo de esto, y también hacer agitación fuerte y concreta, por escrito y verbal, que haga sentir lo que uno de los chavos sintió al hacer el recorrido de la zona de costura cuando dijo: "Una camisa jamás será igual para mí. Hay un chingo de gente en una camisa". Y lo que dijo es muy penetrante y concentra muchas cosas: hay un chingo de gente en una camisa. En el recorrido también conocieron a un patrón a quien le importaba más su perro que los empleados del taller. Todas estas cosas arrojan luz sobre la esencia del sistema, sus relaciones sociales y relaciones de producción. Entonces, ¿cómo podemos hacer agitación más sistemática, más penetrante, más concreta y más contundente? ¿Cómo podemos afilar más el cuchillo de la agitación y meter la punta muy adentro y sacar sangre, poniendo al descubierto la realidad de estos atropellos y que son una parte inevitable del sistema, de la cual no puede prescindir?

Eso es algo que los que luchan contra la globalización y los talleres de hambre, los estudiantes y jóvenes y mucha gente del movimiento todavía no han llegado a entender cabalmente. Y es igual con los otros atropellos que hemos mencionado. O sea, la gente entra en lucha indignada por esos atropellos pero, ¿cómo la llevamos por un proceso que le permita ver que son parte de un sistema integrado? Todos esos atropellos vienen de aspectos del sistema, son inseparables de él, y no podemos eliminarlos sin acabar con la totalidad del sistema.

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Lo que quiero hacer es contraponer este tipo de agitación y propaganda al estilo de cliché que todos debemos repudiar, porque daña nuestra causa. Bueno, si gente con poca experiencia tiene un estilo mecánico, es distinto. O sea, cuando digo que debemos repudiarlo, no quiero decir que seamos inflexibles ni simplistas: si gente con poca experiencia cae en un estilo un poco mecánico, un poco tieso, tenemos que comprenderlo, en cierto sentido, y ayudarla a superarlo, porque todo mundo que haga algo por primera vez, ya sea un niño que da los primeros pasos o un compañero que da el primer discurso, tiene esos problemas. Solo si los ayudamos, aprenden a hacerlo con facilidad y soltura, a ser eficaces y penetrantes. Pero los camaradas experimentados debemos repudiar el estilo de cliché porque se opone a todo lo que queremos lograr, porque da la impresión de que somos una bola de robots y, si gobernáramos, la sociedad sería un desastre (y de hecho, lo sería, ¡si en realidad fuéramos así!). Es preciso aprender del estilo de cliché a manera de ejemplo negativo y crear algo totalmente opuesto: hacer agitación y propaganda que pongan en evidencia muy concretamente al enemigo y al sistema, y planteen nuestra solución: la alternativa revolucionaria. Como dijo Lenin, el comunismo brota de cada poro de la sociedad. Nos toca hacer que la gente así lo sienta y demostrar de mil maneras que todos los atropellos, injusticias y contradicciones que desentrañamos deben señalar la conclusión inevitable de que la revolución proletaria es necesaria

Partir de la realidad, y no de definiciones

A la luz de todo eso, pasemos a otro tema: ¿cómo concebimos y preparamos un discurso? Obviamente, hay que analizar las cuestiones que debe tocar. No podemos ponernos a dar una charla sobre lo que sea. Tenemos que definir el contenido; ni modo que nos pongamos a hablar de algo que no tenga nada que ver con el tema ni las cuestiones candentes del momento. Ciertamente, hay que ser sistemáticos. No tiene caso hablar de esto y lo otro sin ordenar las ideas, sin ninguna ilación, sin hacer ninguna síntesis ni tomar en cuenta el público y su situación, las cuestiones candentes ni las contradicciones concretas, etc. Claro, esto es algo muy básico que hay que hacer para concebir y preparar un discurso: hay que definir el contenido y los temas que hay que tocar.

Todo eso es muy importante y muy necesario, pero no basta con eso. Es solamente el primer paso. Luego hay que ponerse a pensar en el público, ¿cómo será más o menos? (porque a lo mejor no sabemos exactamente), y ¿cómo es la situación? O sea, ¿cuáles son las cosas que tenemos que señalar en esta situación y cómo sacamos a la luz las interconexiones entre ellas? Y más que eso, ¿cómo lo hacemos con este público, tomando en cuenta su situación y sus experiencias, de tal forma que le lleguemos "hasta el fondo del alma", que sienta "muy adentro" las conexiones y la conclusión que estamos señalando, tanto para la lucha inmediata como en un sentido estratégico?

Mao recalcó algo muy importante en el "Foro de Yenán" y otras obras, algo muy aplicable a la tarea de representar el partido y ser vocero del partido: hay que partir de la realidad y no de definiciones. En su crítica del texto soviético de economía política lo recalcó nuevamente. (Esta crítica está en el libro Mao Tsetung espontáneo, editado por Stuart Schram). Dijo que el problema con ese texto (o uno de los problemas principales) es que parte de definiciones y categorías, y no de la realidad. Eso, dice, lleva a un análisis erróneo y además aburre. Es igual cuando uno da un discurso, como vimos en el ejemplo del discurso burdamente cómico de Corea del Norte, pues partió de categorías o definiciones o, en ese caso, casi de ritos. Y siguió así, muy parecido a un ensalmo religioso, o sea, fácilmente se imagina a un sacerdote católico (o de la iglesia ortodoxa u otra) entonando cuatro Padre Nuestros y tres Ave Marías o algo así. Digo, al cambiar unas pocas palabras, se podría entonar ese mismo "discurso" en una iglesia.

Ciertamente, como una vez comentó Richard Pryor, el misterio de los rituales religiosos atrae a la gente, pero no es la forma adecuada ni la que queremos emplear. Sin embargo, los rituales tienen su lugar incluso en el movimiento comunista. Tienen cierto lugar en las reuniones y programas. La celebración es importante y en general hay que tomar en cuenta el aspecto de la superestructura. Como mencionamos en "Cuestiones estratégicas", cuando convocamos una reunión pública, la manera de hacerla debe ayudar a conectarnos con la gente. Por ejemplo, si todo mundo llega y está a la espera, y luego luego se para un compañero y dice sin muchas ganas: "Pues, me parece que ha llegado la hora de iniciar", ya hemos perdido mucho, porque falta seriedad... y falta entusiasmo.

Veamos dos casos extremos. Por un lado, imaginemos que se convoca una reunión pública y todo mundo llega, se sienta, pero no se palpa un ambiente de decisión, no se dan orientaciones ni se siente que haya una buena organización, ni siquiera un propósito muy firme. Finalmente, se para un compañero y dice: "Pues, me parece que ha llegado la hora de iniciar". Eso de plano no motiva. Pero al otro extremo supongamos que todo mundo llega y encuentra que tiene un lugar asignado, o sea: "No, usted tiene que sentarse aquí, no allá". Los encargados de la reunión están parados en frente muy tiesos y el maestro de ceremonias arranca con uno de esos rollotes: "Camaradas, tengo el gran privilegio de darles la bienvenida a esta reunión histórica", y sigue en el mismo tono: bla bla bla. De plano, ya se ha perdido al público. Se necesita organización, ceremonia, una actitud de seriedad por lo que somos, por lo que hacemos, sin perder el sentido de humor. Es importante comunicar cierta seriedad y determinación, tener la síntesis correcta de seriedad y entusiasmo, o sea, que haya seriedad pero también un ambiente en que haya soltura y la gente se sienta cómoda. Estamos hablando de organizar una reunión, pero los mismos principios se aplican a un discurso o un artículo. La gente quiere y valora la seriedad y una buena organización, pero no al extremo, o sea, ¡tampoco quieren que el orador parezca momia!

Debemos tomar todo eso en cuenta al preparar un discurso o organizar una reunión, o al hacer cualquier cosa. Y lo que recalcó Mao es un aspecto clave: partir de la realidad y no de definiciones. ¿Cuáles son las contradicciones concretas? ¿Cómo están ligadas a las grandes cuestiones, las cuestiones universales, de la revolución en el propio país y en el mundo? No queremos dar un rollo como el del vocero comunista del mitin de Alemania criticado por Dimitrov. No queremos imponer definiciones, categorías y ritos ni entonar la terminología del movimiento comunista internacional sin tomar en cuenta la situación ni el público. Ciertamente, todos esos términos son importantes, pero es como oír una intervención científica. ¿Acaso no han oído cuando unos científicos (que tienen una posición acertada) debaten a los fanáticos fundamentalistas? Desgraciadamente, a veces ¡no se entiende ni mu! Hasta parece que están hablando en otro idioma porque no tienen la facilidad de presentar las cosas en el lenguaje de la gente "común y corriente". No por eso quiero decir que debemos ser simplistas, pero si se habla con la "jerga" de una especialidad científica, la gente que no la conoce se pierde, pues para ella los términos carecen de sentido, no le laten para nada y no tienen conexión alguna con la realidad.

Lo mismo ocurre con nuestros términos. Tenemos muchos términos científicos, como por ejemplo, la dictadura del proletariado. Es un término muy válido e importante, y debemos popularizarlo. ¿Acaso no debemos hablar de la dictadura del proletariado o solo tratarla con el puñado de gente que ya conoce el término? ¡Para nada! Pero hay que ver cómo hacerlo. Si alguien dice: "No me gustan los comunistas porque se oponen a la democracia" y respondemos: "Bueno, pero hay que entender que la dictadura del proletariado es imprescindible para la transición socialista al comunismo mundial"... ¡qué gacho! En ese mismo momento perdemos al público por emplear una terminología que prácticamente suena como jerga, en lugar de explicar concretamente el contenido de los términos y presentarlos en ese contexto. No tiene caso bombardear a la gente con una bola de definiciones indescifrables. Como regla general, cuando preparamos un discurso, escribimos un artículo o hacemos agitación o propaganda de cualquier tipo, debemos partir de la realidad concreta.

En otras palabras (o desde otro ángulo o aspecto), estoy recalcando la importancia de trazar la conexión concreta entre las contradicciones particulares de una situación (o cuestión) dada y las grandes cuestiones estratégicas. Claro que debemos presentar los términos científicos del MLM, ¡aunque no es necesario presentarlos todos a la vez y apabullar al público! Debemos brindar un análisis científico, pero de una manera viva y concreta. La ciencia, sobre todo nuestra ciencia, no debe ser árida ni dogmática. Debe ser concreta, estimulante, vibrante; las masas deben poder ver que nuestros planteamientos "desentrañan la realidad" y la sintetizan de una manera que a lo mejor ellas mismas han querido pero no han logrado hacer por sí solas.

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*El 28 de diciembre de 1998 la policía de Riverside, California, mató de 12 tiros a Tyisha Miller, una joven negra de 19 años. La prima de Tyisha llamó a 911 cuando la encontró dormida en su carro con las puertas cerradas. Los agentes rompieron la ventana del carro e inmediatamente abrieron fuego. Más tarde dijeron que oyeron un disparo o que vieron que Tyisha iba a agarrar una pistola. Los agentes asesinos no recibieron el menor castigo. [regresa]

 

A continuar.

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Nota de Bob Avakian

En la sección de "Plantear nuestra línea de una manera osada, conmovedora y contundente" que salió en el número 1177, la siguiente oración, y en particular la parte subrayada, podría llevar a conclusiones erróneas: "Nos toca hacer que la gente así lo sienta y demostrar de mil maneras que todos los atropellos, injusticias y contradicciones que desentrañamos señalan la inevitabilidad y la necesidad de la revolución proletaria". Al hablar de la "inevitabilidad", lo que yo quería decir es que esos atropellos, injusticias y contradicciones que desentrañamos deben señalar la conclusión inevitable de que la revolución proletaria es necesaria, un punto muy parecido a lo que escribí en el mismo texto sobre "la inevitabilidad de nuestras conclusiones" o en "Cuestiones estratégicas" (número 1176), donde escribí que "el artículo o la charla, o lo que sea, lleva al público por un proceso que les hace ver conscientemente, que les hace sentir, la inevitabilidad de la conclusión...".

La cuestión de la "inevitabilidad" (o evitabilidad) de la revolución proletaria y el avance al comunismo es muy importante, y he escrito varias veces sobre el tema. Por ejemplo, en la última parte de "Empeñarse en la revolución, promover la producción", que saldrá en el OR en los próximos meses, escribí: "No debemos decir que el comunismo es inevitable en un sentido metafísico, idealista o religioso, en el sentido de que hay algo predeterminado o predestinado que dicte que toda la realidad, y todo el desarrollo histórico humano, lleven, o tienen que llevar, al comunismo... Pero toda la historia humana, con toda su diversidad y complejidad, de hecho ha llevado a la humanidad al umbral del comunismo, ha establecido una base material y social para realizarlo, no solo en este o aquel país sino en todo el mundo... Este es un salto que tiene que dar la humanidad y que en términos históricos está preparada para dar".