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CONSTITUCIÓN
Para La Nueva República Socialista En América Del Norte
(Proyecto De Texto)

De la autoría de Bob Avakian, adoptada por el Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos

Preámbulo

La Nueva República Socialista en América del Norte sólo pudo haber nacido como resultado de una lucha heroica de grandes sacrificios por parte de millones y millones de personas obligadas a vivir bajo un sistema de explotación y opresión en los antiguos Estados Unidos de América que ya no toleraban más los ultrajes y las injusticias perpetrados constantemente por el sistema del capitalismo-imperialismo y las estructuras y las instituciones de poder y represión que imponían todo eso con violencia y brutalidad así como mentiras y engaños; quienes se rehusaron a seguir aceptando que eso fuera la mejor sociedad posible y el mejor mundo posible, y que cada vez más venían conociendo e inspirándose por la posibilidad de una sociedad y mundo radicalmente diferente y mejor; que por eso se alzaron, con la dirección del Partido Comunista Revolucionario, para derrotar, abolir y desmantelar el sistema imperialista en los antiguos Estados Unidos de América con sus instituciones y aparato de represión y violencia. Al mismo tiempo, este nuevo estado socialista sólo pudo haber resultado de todo un proceso de trabajo y lucha revolucionaria, tanto en la esfera de la teoría como en la de la actividad práctica-política, por parte del Partido Comunista Revolucionario, en su papel de vanguardia del proceso revolucionario, para permitirle al mismo Partido y a una cantidad cada vez más amplia de las masas prepararse para el surgimiento de una situación revolucionaria y luego aprovecharla, para derrotar y desmantelar las fuerzas del antiguo orden represivo y establecer el nuevo estado socialista. En todo ese proceso, un elemento decisivo para el éxito de la revolución y la fundación del nuevo estado socialista revolucionario es: la interacción y el refuerzo mutuo entre el papel de vanguardia del Partido Comunista Revolucionario —con su base teórica en la ciencia del comunismo y los avances en el desarrollo de esa ciencia por medio de la nueva síntesis forjada por Bob Avakian— y la creciente conciencia y la lucha cada vez más decidida de las masas populares. La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte es una continuación, en las condiciones de la nueva sociedad, de los principios fundamentales y las fuerzas motrices que constituyen la base para el establecimiento de este nuevo estado socialista, y les permite plasmarse y cobrar más iniciativa.

A diferencia de cómo el estado capitalista imperialista sirve e impone los intereses de un pequeño grupo dominante de explotadores, la Nueva República Socialista en América del Norte, continuando con la dirección del Partido Comunista Revolucionario, toma como base y punto de partida los intereses fundamentales de aquellos que fueron explotados y oprimidos de la manera más despiadada bajo el viejo sistema y las masas populares en general, y les proporciona los medios para que desempeñen un papel cada vez mayor en el ejercicio del poder político y el funcionamiento de la sociedad conforme a dichos intereses, a fin de continuar la lucha para transformar la sociedad, con la meta de arrancar de raíz y por fin eliminar todas las relaciones opresivas y explotadoras entre los seres humanos, y los conflictos antagónicos y destructivos a que dan origen.

Todo eso es un proceso y un objetivo que en lo fundamental y en el análisis final, sólo se podrán lograr a escala global con el avance al comunismo por todo el mundo. La orientación y los principios de este estado, encarnados en la presente Constitución, son internacionalistas: si bien presta la debida atención a satisfacer, sobre una base cada vez más amplia, las necesidades materiales, intelectuales y culturales de los habitantes en este estado y a fomentar la mayor transformación de esta sociedad para seguir arrancando de raíz las desigualdades sociales y los aspectos que queden de explotación y opresión, el estado socialista debe darle la prioridad fundamental al avance de la lucha revolucionaria y el objetivo final del comunismo por todo el mundo y adoptar y llevar a cabo políticas y acciones que concuerden con esta orientación internacionalista y la pongan en práctica.

A pesar de las diferencias en las estructuras políticas, instituciones y principios-guía, incluso diferencias enormes y cualitativas, todos los estados cuentan con un definido contenido social y carácter de clase: son un reflejo de las relaciones sociales prevalecientes y en última instancia las relaciones económicas (relaciones de producción) que juegan un papel decisivo y fundamentalmente determinante por lo que se refiere a la manera en que funciona y está organizada una sociedad específica. El estado sirve para proteger y expandir esas relaciones y para imponer los intereses del grupo social —la clase dominante— que ocupa la posición dominante en la sociedad, como resultado de su papel en la economía y en particular su posesión y control de los principales medios de producción (entre ellos la tierra, las materias primas y otros recursos, la tecnología y las estructuras físicas como fábricas, etcétera). En la sociedad capitalista, es la clase capitalista la que ocupa esa posición dominante: controla las estructuras y procesos gubernamentales —en primer lugar los organismos del estado como instrumento del dominio y represión de una clase (las fuerzas armadas, la policía, las cortes y prisiones, el poder ejecutivo y las burocracias)— para ejercer su dominio sobre la sociedad y su represión de aquellas fuerzas cuyos intereses están en oposición de manera importante a ese dominio y/u oponen resistencia a dicho dominio. En pocas palabras, todo estado es un instrumento de dictadura —del monopolio del poder político, concentrado como el monopolio de la fuerza armada y la violencia “legítimas”— que ejerce una clase u otra de acuerdo a sus propios intereses. Cualquier democracia practicada en esa situación es una democracia según los términos de la clase dominante y el ejercicio de su dictadura y en lo fundamental sirve a los intereses de dicha clase y dictadura. Seguirá siendo cierto que habrá un estado y que el estado representará una dictadura de un tipo u otro, que sirve a los intereses de una clase dominante u otra, siempre y cuando la sociedad esté dividida en clases (y otros grupos) con intereses fundamentalmente antagónicos — una división arraigada en las relaciones sociales subyacentes y sobre todo las relaciones de producción que predominan en la sociedad dada.

La Nueva República Socialista en América del Norte es, como todo estado, una forma de dictadura —la dictadura del proletariado—, lo cual significa que, en su carácter esencial y sus principios, estructuras, instituciones y procesos políticos básicos, debe expresar y servir a los intereses fundamentales del proletariado, una clase cuya explotación es el motor de la acumulación de riqueza capitalista y del funcionamiento de la sociedad capitalista y cuya emancipación de su condición explotada sólo se puede dar por medio de la revolución comunista, con su meta de abolir toda relación de explotación y opresión y de emancipar a toda la humanidad. En este sentido, los organismos gubernamentales y los procesos de este estado socialista a todos los niveles deben ser vehículos para el avance de la revolución comunista; y, como una dimensión clave de eso, deben proporcionar los medios a los anteriormente explotados y oprimidos en la vieja sociedad —los cuales en efecto estuvieron excluidos de ejercer el poder político y de gobernar la sociedad así como de las esferas de la actividad intelectual y de trabajar con las ideas en general— para que participen cada vez más en esas esferas, con el objetivo de transformar la sociedad continuamente en la dirección del comunismo. Todo eso se expresa a través de los principios y disposiciones, y las instituciones, estructuras y procesos, establecidos y estipulados en la presente Constitución.

Al mismo tiempo, la Nueva República Socialista en América del Norte es una continuación de la orientación estratégica del Frente Unido bajo la Dirección del Proletariado, en las condiciones de la nueva sociedad creada por medio de la lucha revolucionaria. Por eso, si bien hay que reconocer que la naturaleza esencial, y los principios y procesos básicos, de esta República tienen una orientación que concuerda con los intereses del proletariado, como clase, en el sentido fundamental y más amplio —de abolir todas las relaciones de explotación y opresión por medio del avance al comunismo por todo el mundo—, la lucha para alcanzar esa meta no puede ser y no será llevada a cabo simplemente por los PROLETARIOS, como una idealizada “encarnación perfecta de principios comunistas”, ni en un sentido uniforme y lineal. Como ha enfatizado la nueva síntesis desarrollada por Bob Avakian, el proceso de hacer la revolución y luego continuarla en el nuevo estado socialista hacia el objetivo final del comunismo debe abarcar la participación activa de grandes números de personas de diferentes sectores y procederá por muchos diferentes “canales”, con muchas fuerzas diferentes en el pueblo en muchas esferas diferentes de la actividad humana, y no sólo aquellas que son más directamente políticas y que están relacionándose más directamente en un momento dado al funcionamiento y los objetivos del liderazgo de la revolución y el nuevo estado socialista; y la orientación y el objetivo, asumidos conscientemente por una creciente cantidad de personas, deben ser obrar de modo que todo eso contribuya, en lo fundamental, a la lucha para transformar más la sociedad en la dirección del comunismo.

De acuerdo con esta orientación y estos objetivos, se debe aplicar el principio de “núcleo sólido, con mucha elasticidad”. Eso significa que, por un lado, debe darse una fuerza en la sociedad que se expande continuamente, que cuenta con el partido comunista revolucionario como su elemento dirigente, que esté firmemente convencida de la necesidad de avanzar al comunismo y que se comprometa de corazón a llevar a cabo esa lucha, ante todas las dificultades y obstáculos que se den; y sobre la base de ese “núcleo sólido” y a la vez al reforzarlo continuamente, debe haber previsiones y espacio para una amplia diversidad de pensamiento y de actividad del pueblo en toda la sociedad, “que exploren en muchas direcciones diferentes”, que breguen y experimenten con muchas ideas y programas y campos de actividad diferentes —y, cabe recalcar, el partido de vanguardia y el “núcleo sólido” en un sentido general debe “abarcar” todo eso y se debe facilitar que todo eso contribuya por muchas vías divergentes al avance por un ancho camino hacia la meta del comunismo. Esta orientación y enfoque están encarnados en la Constitución para una Nueva República Socialista en América del Norte.

La Nueva República Socialista en América del Norte es un estado multinacional y multilingüe que se basa en el principio de igualdad entre diferentes nacionalidades y culturas y uno de sus objetivos esenciales es eliminar por completo la opresión nacional y la desigualdad entre las nacionalidades, lo que fue una parte tan fundamental de los Estados Unidos de América imperialistas a lo largo de su historia. Es posible vencer y superar por fin las divisiones en la humanidad entre países y naciones y construir una comunidad mundial de seres humanos en libre asociación únicamente sobre la base de estos principios y objetivos. Esta orientación también está encarnada en las diversas instituciones del estado y el funcionamiento del gobierno en la Nueva República Socialista en América del Norte.

La opresión de la mujer surgió junto con la aparición de las divisiones explotadoras de clase entre los seres humanos hace miles de años, y en todas las sociedades dominadas por clases explotadoras se ha mantenido y se ha arraigado profundamente, y fue un rasgo pronunciado de los Estados Unidos de América imperialistas y de su dominio e influencia en el mundo. Abolirla y arrancarla de raíz es uno de los objetivos más importantes de la Nueva República Socialista en América del Norte. Eso se concreta en la igualdad legal completa entre la mujer y el hombre, pero más allá de eso, en la declarada orientación y política de esta República de superar todas “las cadenas de la tradición” encarnadas en los papeles y divisiones tradicionales de género y en todas las relaciones opresivas correspondientes, en toda esfera de la sociedad, y de facilitar que las mujeres participen y contribuyan, tan plenamente como los hombres, a todo aspecto de la lucha para transformar la sociedad y el mundo con el fin de arrancar de raíz y abolir todas las relaciones de opresión y explotación y emancipar a toda la humanidad.

En un sentido general y en conformidad con los principios y las disposiciones de la presente Constitución, el Partido Comunista Revolucionario da dirección al estado y sus instituciones principales. Los miembros del Partido a todos los niveles se dedican a defender, propagar y ejecutar la Constitución del Partido así como la Constitución de la Nueva República Socialista en América del Norte. Si bien existen diferencias entre estas dos Constituciones —ya que los elementos del punto de vista, los objetivos y las responsabilidades de los miembros del Partido, encarnados en la Constitución del Partido, van más allá de lo establecido en la Constitución para una Nueva República Socialista—, existe una unidad fundamental entre los principios de las dos Constituciones; el Partido y todos sus miembros son responsables ante la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte y no podrán violarla y al contrario deben actuar de manera consecuente sobre la base de ella y en conformidad con ella.

Como ha demostrado la experiencia histórica, la sociedad socialista —durante un período bastante largo— contendrá y de hecho regenerará elementos de explotación, desigualdad social y opresión, heredados inevitablemente de la antigua sociedad, los cuales no es posible arrancar de raíz y abolir de golpe ni en el momento después del establecimiento del estado socialista. Es más, es probable que durante un período prolongado surjan los nuevos estados socialistas en una situación en que estarán cercados en un grado u otro por estados imperialistas y reaccionarios, los que continuarán ejerciendo una influencia y fuerza importante y hasta podrán gozar de una posición dominante en el mundo durante algún tiempo. Durante un tiempo largo, esos factores seguirán generando fuerzas en la misma sociedad socialista así como en las partes del mundo aún dominadas por el imperialismo y la reacción, los que intentarán derrocar cualquier estado socialista que exista y restaurar el capitalismo ahí. Además, la experiencia histórica demuestra que, debido a esas contradicciones, surgirán fuerzas al interior del mismo partido de vanguardia, incluso en sus niveles más altos, las cuales lucharán por las líneas y las políticas que de hecho conducirán a socavar el socialismo y restaurar el capitalismo. Todo eso recalca la importancia de continuar la revolución en la sociedad socialista y de hacerlo en el marco general de la lucha revolucionaria por todo el mundo y con la orientación internacionalista de darle prioridad fundamental al avance de esa lucha mundial hacia la realización del comunismo, lo cual sólo se podría alcanzar a escala mundial, y recalca la importancia de la lucha al interior del propio partido así como en la sociedad en general a fin de mantener y fortalecer el carácter y papel revolucionario del partido en concordancia con sus responsabilidades de actuar como el liderazgo de la revolución en marcha hacia el objetivo final del comunismo y derrotar las iniciativas de transformar al partido en su contrario, en un instrumento para la restauración de la vieja sociedad explotadora y opresora.

Después de la abolición de las divisiones de clase y de todas las otras relaciones explotadoras y opresivas entre las personas de todo el mundo, aún se necesitará un gobierno, en el sentido de contar con un marco organizado para tomar decisiones y administrar los asuntos que tienen en común los seres humanos que constituyen la sociedad a diferentes niveles y para la búsqueda, por parte de individuos y grupos en la sociedad, de sus inclinaciones, preferencias e inquietudes particulares en el funcionamiento y el etos cooperativos de la sociedad en general. Pero se habrá eliminado la necesidad y la base para un estado —como organismo de dominio de clase y de represión de las clases y los grupos que estén en oposición antagónica a la clase dominante— y se habrá abolido el estado. En esas condiciones, también se habrá superado la base y la necesidad para un grupo organizado de personas que influya desproporcionadamente en la esfera del gobierno y en la sociedad en general y se habrán eliminado los partidos de vanguardia con un papel especial en el gobierno de la sociedad. Avanzar a tal sociedad comunista, creando las condiciones que la hagan posible y alcanzable —por medio de la lucha revolucionaria que continúa para transformar todas las esferas de la sociedad en un estado socialista en particular y en el mundo en conjunto— es el objetivo fundamental del estado socialista y del partido de vanguardia que desempeña un papel dirigente en ese estado. Si bien reconocen la naturaleza compleja y prolongada de la lucha para superar las relaciones y divisiones que hacen necesarios un estado y una vanguardia, el estado socialista y su partido dirigente, en cada etapa de ese proceso, no sólo deben propagar ese objetivo sino promover y hacer efectivas medidas concretas encaminadas en esa dirección.

Lo anterior constituye la base y los cimientos para los Artículos que siguen en la presente Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.