Cuando salió el sol en la víspera de Año Nuevo, una llamada al 911 en Knoxville, Tennessee, informó de un incendio en el centro de Planificación Familiar en la ciudad. Cuando llegaron los bomberos, el incendio ya había consumido partes del edificio y salían llamas del techo. Pronto el edificio, que estaba en proceso de remozamiento, quedó completamente destruido. El 6 de enero, el Departamento de Bomberos de Knoxville anunció la causa: un incendio premeditado.
El 6 de enero, Ashley Coffield de Planificación Familiar de Knoxville se paró ante el sitio de la clínica carbonizada y les dijo a los periodistas: “Estamos desconsolados por la pérdida de nuestro hermoso edificio nuevo, pero estoy presente para decirles que estamos comprometidos con Knoxville y el este de Tennessee, y estamos decididos a reconstruirla. Knoxville quiere a Planificación Familiar, nuestros pacientes necesitan que estemos aquí y estaremos aquí”.
Pero la destrucción de la clínica es un duro golpe para la salud y el bienestar de miles de personas en Knoxville y sus alrededores. El New York Times informó que en 2021, Planificación Familiar en Knoxville “brindó atención a unas 4.000 personas... Esto incluyó a 2.402 pacientes para control de la natalidad y pruebas de enfermedades de transmisión sexual, 815 pacientes de aborto y 724 pacientes de terapia hormonal de afirmación de género”.
Un embate a nivel nacional
El incendio premeditado fue el segundo ataque violento contra Planificación Familiar de Knoxville en el último año. El 22 de enero de 2021, en el 48º aniversario de la decisión Roe contra Wade de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que despenalizó el aborto en todo el país, alguien hizo añicos a balazos la puerta de vidrio de la clínica y la obligó a cerrar. La policía y los bomberos de Knoxville, y la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos dicen que están “investigando” estos casos, pero al 9 de enero no se han emitido órdenes de arresto ni se han realizado arrestos.
La violencia en Knoxville es solo una expresión de un embate mortífero a nivel nacional contra los proveedores de servicios de aborto. En diciembre de 2021, la Federación Nacional del Aborto informó: “Desde 1977, ha habido 11 asesinatos, 26 intentos de asesinato, 42 atentados con bombas, 194 incendios premeditados y miles de incidentes de actividades delictivas contra los proveedores de servicios de aborto”.
Fascistas fundamentalistas cristianos fanáticos odia-mujeres han impulsado y perpetrado gran parte de estos incidentes. En Knoxville, una manada de estos golpeadores que se hacen llamar la “Iglesia en Planificación Familiar” ha estado organizando movilizaciones amenazantes fuera de la clínica de Planificación Familiar durante más de un año. Describen sus actividades de turbas como “un servicio de culto a las puertas del infierno”. En su primer acto fuera de la clínica de Planificación Familiar de Knoxville en diciembre de 2020, su líder dijo que estaban sembrando “una chispa de un avivamiento de fuego en el sur”, y oraban para que “todo fuego caído del cielo se dé contra este edificio y se dé contra este organización, y se daría contra este mal, en el nombre de Jesús”. Un mes después, un disparo de escopeta reventó de golpe las puertas de la clínica. Un año después, un incendio dejó la clínica reducida a cenizas.
Todos estos ataques son parte de un esfuerzo intenso, creciente y multidimensional por parte de los fascistas para prohibir por completo el aborto como parte de una reconfiguración fascista de la sociedad en la forma de una sociedad en la que la irrestricta supremacía blanca, supremacía masculina y chovinismo pro Estados Unidos Ante Todo se imponen mediante una dictadura abierta y agresiva que pisotea el estado de derecho y azuza la violencia y el terror de las turbas fascistas. Hace falta que respondan, con una oposición masiva y decidida, todos los que se niegan a aceptar que se haga violentamente que los derechos de las mujeres vuelvan a una posición atrasada.