La guerra que se inició en febrero de 2022, cuando Rusia invadió injustamente a su país vecino, Ucrania, se convirtió rápidamente en una guerra entre potencias rivales con armas nucleares: por un lado, Estados Unidos-la OTAN, por el otro, Rusia. No es una lucha entre “autocracia” y “democracia”. El pueblo ucraniano y el ejército ucraniano son carne de cañón en esta guerra — utilizados cruelmente para promover los intereses imperialistas de Estados Unidos1. En esta guerra, decenas, quizás cientos de miles de personas han resultado muertos, cientos de miles más han perdido su hogar, resultado mutilados, lisiados y violados, en una guerra injusta y criminal de parte de ambos bandos. Como Revolución puso al descubierto y analizó la semana pasada, en este momento se preparan escalamientos masivos en esta guerra los que podrían estallar en cualquier momento. La posibilidad de que cualquiera o ambos bandos utilicen armas nucleares aumenta cada día que continúa esta guerra.
Y aún se cierne otro peligro de que toda esta horrorosa situación “se vuelva nuclear”.
* * *
El espectro de un desastre nuclear se cierne en Zaporiyia
La central nuclear más grande en Europa se encuentra en la ciudad de Zaporiyia, en el sureste de Ucrania. Zaporiyia (que tiene una población de más de 700.000 habitantes) y la región que la rodea, incluida la central nuclear, han estado ocupadas por Rusia desde poco después de que se iniciara la guerra. Pero como la guerra terrestre más grande en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial ha venido ardiendo en sus cercanías, la central todavía cuenta con personal en gran parte ucraniano, bajo supervisión rusa.
Los combates en torno a Zaporiyia han dejado sin resolver e incierto el asunto de la responsabilidad por la seguridad e integridad de la central. Ambo bandos se han culpado el uno al otro por los bombardeos de artillería que han dañado los edificios en la central en al menos seis ocasiones, “y derribaron el tendido eléctrico esencial para enfriar el combustible en sus seis reactores…”. La falta de enfriamiento podría desencadenar una reacción en cadena que detone un desastre parecido al de las centrales nucleares eléctricas de Fukushima, Japón, en 2011, y Chernóbil, Ucrania, en 1986. Como informó National Public Radio en marzo: “el espectro de una posible fusión nuclear se cierne sobre cada minuto de la guerra”.
Esta primavera, según un informe de Naciones Unidas la situación en Zaporiyia es “extremadamente frágil y peligrosa” y que a medida que continúan las “actividades militares”, crece el peligro de daños a la central y posiblemente una fusión nuclear. El jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) desarrolló cinco “principios” para reducir el riesgo de un evento nuclear catastrófico en Zaporiyia, comenzando con una promesa de parte de ambos bandos de no atacar a la central ni lanzar armas desde ella. Pero al fin de mayo, “ni Rusia ni Ucrania se ha comprometido a respetar” estos principios para “intentar salvaguardar la central de energía nuclear de Zaporiyia, Ucrania, ocupada por Rusia”.
Así que, además de la posibilidad de que la guerra en sí se intensifique con el uso de armas nucleares enormemente destructivas que están bajo el control tanto de Estados Unidos como de Rusia, existe la posibilidad de una fusión nuclear en Zaporiyia que ninguno de los bandos está actuando para impedir, en medio de una región densamente poblada. Desde cualquier perspectiva racional, desde cualquier evaluación que tome en cuenta los intereses de la humanidad, esto es verdadera y asesinamente loco.
También es una expresión concentrada de la lógica de expandirse o morir del capitalismo-imperialismo. Hay que cambiar radicalmente la dinámica misma de esta guerra hacia los intereses de la humanidad, y no de los imperialistas rivales y contendientes.
En una entrevista en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!, Bob Avakian expresó la siguiente verdad profunda:
Ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas dominen al mundo y determinen el destino de la humanidad. Hay que derrocarlos cuanto antes.