Hace quince meses, Rusia invadió al país vecino de Ucrania. La invasión era un crimen de guerra. La continua ocupación rusa de partes de Ucrania es también un crimen de guerra. Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) habían venido provocando a Rusia durante más de una década en el momento de la invasión¹. Pero después de la invasión rusa, Estados Unidos-la OTAN ampliaron enormemente las cantidades masivas de equipo militar que ya habían estado enviando a Ucrania, en otro crimen de guerra. Los combates se convirtieron rápidamente en una guerra de sustitutos entre potencias imperialistas rivales con armas nucleares: Rusia por un lado y Estados Unidos-la OTAN por el otro².

Esta guerra es un molino de carne el que se está alimentando con seres humanos. Decenas y quizás cientos de miles de personas han muerto, muchas más se han convertido en refugiados y aún más han sido lisiadas, violadas, han quedado sin hogar y han sido traumatizadas de otras maneras. Durante todo eso, el peligro de una guerra nuclear ha aumentado.

Es muy posible que muy pronto se inicien escalamientos asesinamente destructivos de esta guerra. El 26 de mayo, un alto funcionario de defensa ucraniano le dijo a un reportero que una ofensiva preparada durante meses por el ejército ucraniano respaldado y apoyado por Estados Unidos y la OTAN podría iniciarse “mañana, pasado mañana o en una semana”.

Los enfrentamientos en Asia oriental entre Estados Unidos y China también se han intensificado continuamente en los últimos meses, lo que incluye el uso de cazas y flotas navales con armamento nuclear para jugar al demente “juego” con armas nucleares de quién es el más cobarde³. Las crecientes tensiones en Asia oriental y la guerra continua en Ucrania ponen de agudo relieve el hecho de que toda la vida en este planeta está en peligro.

¿Por qué ocurre todo esto? Todas estas potencias imperialistas se rigen por la compulsión básica del capitalismo-imperialismo: expandirse o morir. Estados Unidos está en la cima de la alineación de poder mundial existente. Está luchando por mantener su dominio de un imperio global, un imperio construido sobre el lomo de la explotación de miles de millones de personas en todo el mundo. China es una potencia en ascenso y expansión, impulsada por la misma compulsión básica, y que aspira a una proporción más grande de esa explotación. Rusia aspira a impedir que Estados Unidos incremente su expansión y consolidación en los países limítrofes o cercanos a Rusia, y a ampliar su propio poder e influencia en el reparto del mundo por parte de las potencias imperialistas. Cada bando puede establecer su propia supremacía únicamente a expensas de sus oponentes y al derrotarlos en última instancia.

Lo que ha estado ocurriendo se parece a una partida de póquer de altas apuestas en la que las fichas son las vidas de cientos de miles de seres humanos. Eso ya está mal de por sí — pero con estos escalamientos y con las armas nucleares en juego, existe, y viene creciendo, el riesgo de que los jugadores con armas nucleares podrían hacer una serie de apuestas que voltearan la mesa. En otras palabras, la vida sobre este planeta corre un riesgo real en un sentido que nunca haya ocurrido desde hace 40 años o más.

Varios acontecimientos importantes recientes —[[la cumbre del G7]]; una [[gira de Volodymyr Zelenski, presidente de Ucrania, por las capitales europeas]]; el [[entrenamiento de pilotos ucranianos en el uso de cazas F-16]]; las repetidas [[incursiones y ataques]] dentro de Rusia y Ucrania; el despliegue de [[armas nucleares en el país de Bielorrusia]], y la [[caída de la ciudad de Bajmut]] a manos de las fuerzas rusas— indican qué tanto toda esta situación se está volviendo cada vez más peligrosa para la humanidad.

Bob Avakian lo ha expresado así: “Ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas dominen al mundo y determinen el destino de la humanidad”. Los siguientes breves esbozos de la última semana, más o menos, muestran muy gráficamente algunas de las razones.

El G7 liderado por Estados Unidos —el Grupo de los 7 (Gánsteres)— se reúne para intensificar la guerra y los preparativos para la guerra

El “Grupo del 7”, o G7, es una reunión anual de los líderes de siete potencias imperialistas occidentales. Piense en la “reunión de las familias” de la película El Padrino — salvo que estos gánsteres no están intentando determinar la manera de repartir su actividad delictiva en Brooklyn. Se trata de gánsteres internacionales que exprimen la riqueza a miles de millones de personas en todo el mundo, encabezan a inmensas fuerzas armadas que se extienden por todo el planeta, y controlan arsenales nucleares con una potencia de fuego suficiente para destruir la vida sobre este planeta.

Y ahora los están desafiando unos gánsteres rivales que quieren una tajada aún más grande. ¿Quiénes son esos gánsteres rivales? Rusia, contra la que han venido librando una sangrienta guerra de sustitutos en Ucrania, y China, con la que están metidos en enfrentamientos casi continuos y un febril escalamiento militar, centrado en Taiwán y el Mar de la China Meridional⁴.

Este año, el G7 se celebró en la ciudad japonesa de Hiroshima. Era del todo apropiado que este consejo de guerra, encabezado por Estados Unidos, se reuniera en el escenario de uno de los crímenes más monstruosos del imperialismo estadounidense: el bombardeo nuclear de Hiroshima en 1945⁵. Poco antes de depositar una corona de “paz” y plantar un “árbol de la paz” en la ciudad donde nada menos que 140.000 personas murieron a causa de una bomba estadounidense, Joe Biden anunció que Estados Unidos va a enviar a Ucrania un “paquete de armamento” de 375 millones de dólares en municiones, artillería y vehículos blindados.

Esto se suma a los 400 millones de dólares que Estados Unidos envió en marzo, un “paquete masivo” de armamento que ellos y sus aliados de la OTAN anunciaron a fines de enero, y a los más de 75.000 millones de dólares que Estados Unidos envió a Ucrania entre febrero de 2022 y enero de 2023. Si le cuesta trabajo seguir la pista de las cifras, deje que eso le dé una idea tanto de lo masivo como de lo constante que ha sido todo el proceso. Además, mientras se celebraba el G7, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitió un comunicado en el que afirmaba que, junto con el G7 y otros “socios internacionales”, Estados Unidos está emitiendo “sanciones globales sin precedentes y otras medidas económicas restrictivas” destinadas a paralizar y aislar a Rusia.

Pero aunque el G7 seguía desarrollando planes para continuar e intensificar el baño de sangre en Ucrania, se centró principalmente en lo que los líderes del G7 consideran su rival aún mayor y más amenazador, China. El primer ministro británico, Rishi Sunak, declaró que China es “el desafío más grande de nuestra era”. Los líderes del G7 emitieron dos declaraciones en las que manifestaban su continuo apoyo a Taiwán y sus “graves inquietudes” por la creciente influencia de China en Asia oriental y meridional. Tras finalizar la reunión, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se desplazó a la isla de Papúa Nueva Guinea en el Pacífico sur, para firmar un “pacto de seguridad” en lo que la revista Time describió como “un claro intento de contrarrestar la creciente influencia regional de China”.

El gobernante ucraniano Zelenski recorre Europa para reponer su arsenal

A mediados de mayo, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenski realizó una gira relámpago por las capitales de los cuatro miembros europeos más grandes y poderosos de la OTAN: Italia, Francia, Alemania e Inglaterra. Los objetivos de Zelenski eran abastecer a Ucrania para una ofensiva de gran envergadura y largamente esperada contra las fuerzas rusas en el sur y el este de Ucrania, y consolidar el apoyo de Europa Occidental para la guerra.

Antes de sus visitas a las capitales europeas, Zelenski se quejaba de que el equipo militar de la OTAN llegaba por “lotes” y añadió: “eso es inaceptable...”. Los jefes de guerra de la OTAN prometieron entregar a Ucrania miles de millones de dólares en misiles de largo alcance, tanques, vehículos blindados de combate, sistemas de defensa aérea, cientos de aviones no tripulados y “toda una sarta de otras armas y municiones”. Todo ello con la “aprobación tácita” y bajo la supervisión de Estados Unidos.

El New York Times informó de que los más recientes “refuerzos europeos hacen que sea muy probable que las tropas ucranianas contraataquen pronto a las fuerzas rusas que controlan el sur del país, lo que podría desencadenar uno de los tramos más sangrientos de la guerra de 15 meses de duración”.

Cazas de combate F-16, y entrar en una “nueva fase del conflicto”

En el G7, Joe Biden anunció que Estados Unidos permitirá que los países de la OTAN entrenen a los pilotos ucranianos en el manejo de los cazas de combate F-16 de fabricación estadounidense. Estados Unidos también permitirá que estos países “con el tiempo proporcionen esos cazas” a Ucrania. El F-16 es un caza supersónico (más rápido que la velocidad del sonido) que se utiliza en combates aire-aire y ataques aire-tierra. Durante casi 50 años, las fuerzas armadas estadounidenses los ha utilizado —su uso abarca bombardear y matar a civiles— en Afganistán, Irak, Kosovo y el golfo Pérsico. Estados Unidos ha vendido el F-16 a muchos otros gobiernos, como los de Israel, Egipto, Taiwán y muchos miembros de la OTAN. La decisión de Biden hace que Ucrania sea más capaz de disuadir el superior poderío aéreo de Rusia, y es un importante escalamiento en la acumulación de la capacidad de combate de largo plazo del ejército ucraniano.

Durante meses, Volodymyr Zelenski había venido rogando a Biden que proporcionara entrenamiento en el F-16 a los ucranianos. En febrero, Biden dijo que “lo descartaba, por ahora”. Pero su reciente decisión no fue un repentino cambio de idea. Desde que Rusia invadió a Ucrania en febrero de 2022, Estados Unidos ha seguido la pauta de negarse inicialmente a proporcionar a Ucrania las armas que solicitaba, para enviarlas después. Algunos periodistas y “expertos” argumentaban que Biden adoptó este enfoque porque no quería que Estados Unidos-la OTAN y sus sustitutos ucranianos provocaran a Rusia.

Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Biden, dijo que la liberación del entrenamiento en el F-16, y los planes para vender los cazas a los ucranianos, indican que la guerra en Ucrania está entrando en lo que la BBC News llamaba “una nueva fase de conflicto”. Sullivan dijo que Estados Unidos había “entregado todo lo que decíamos que íbamos a entregar, de modo que pusimos a los ucranianos en una posición de avanzar en el campo de batalla mediante la contraofensiva. Hemos llegado a un momento en el que es hora de mirar hacia adelante y decir qué va a necesitar Ucrania como parte de una futura fuerza para defenderse de la agresión rusa”.

Ucrania acusada de una incursión contra el cuartel del gobierno en Rusia, Rusia bombardea a Ucrania

Unas horas antes del amanecer del 3 de mayo, dos aviones no tripulados (drones) atacaron al Kremlin, un complejo fortificado que es el centro del gobierno ruso y residencia de Vladimir Putin, presidente de Rusia. Un comunicado del gobierno ruso afirmó que se trataba de “un ataque terrorista planificado y un intento de asesinato” por parte de Ucrania, con el respaldo de Estados Unidos. Las autoridades estadounidenses y ucranianas negaron inmediatamente su responsabilidad. Pero el 24 de mayo, el New York Times informó de que Estados Unidos se había retractado de esa negación inicial: “Funcionarios estadounidenses dijeron que el ataque con drones contra el Kremlin a principios de este mes fue probablemente orquestado por una de las unidades especiales militares o de inteligencia de Ucrania...”.

El ataque al Kremlin fue una de las muchas acciones despiadadas de ambos bandos que se han intensificado en las últimas semanas y meses. Incluyen ataques rusos contra objetivos no militares, como el bombardeo de una residencia de estudiantes cerca de Kyiv, la capital de Ucrania, y otro bombardeo de un edificio de apartamentos de nueve plantas en la ciudad de Zaporizhzhia.

La semana pasada, fuerzas asociadas a Ucrania lanzaron ataques en la ciudad rusa de Bélgorod y sus alrededores, cerca de la frontera con Ucrania. Funcionarios estadounidenses y ucranianos negaron inicialmente cualquier implicación de sus gobiernos o militares en las incursiones y ataques en los alrededores de Bélgorod. Pero unos vídeos, verificados por el Washington Post, muestran dos Humvee de fabricación estadounidense gravemente dañados en Bélgorod. Otros vídeos muestran a soldados con uniforme militar ucraniano y vehículos blindados ucranianos.

Además, el líder de la fuerza atacante era un conocido fascista ruso exiliado que responde al nombre de “White Rex” (que significa, rey blanco), a quien funcionarios alemanes identificaron como “uno de los activistas más influyentes” en una escena neonazi de artes marciales. Las autoridades ucranianas negaron tener conocimiento de ello, pero “White Rex” les declaró a los periodistas que su grupo “sin duda recibía mucho aliento” de las autoridades ucranianas.

No está claro cuáles son los objetivos militares de los ataques dentro de Rusia. Pero incluso estas escaramuzas de escala relativamente pequeña aumentan significativamente las apuestas de toda la guerra en Ucrania, y las posibilidades de que se salga rápidamente en una espiral del control de cualquiera — incluso hacia tiroteos nucleares. Mientras se producían los contraataques rusos a las incursiones en los alrededores de Bélgorod, se informó de que Rusia había “sacado transporte con armas nucleares de las instalaciones [de Bélgorod]”.

Rusia avanza en el despliegue de armas nucleares en Bielorrusia

El 25 de mayo, Rusia comenzó a aplicar un plan para desplegar armas nucleares tácticas en Bielorrusia. El presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, dijo: “El movimiento de las armas nucleares ya ha comenzado”. Bielorrusia es un aliado ruso que limita tanto con Rusia como con Ucrania. Es la primera vez que Rusia despliega bombas nucleares fuera de sus fronteras desde que salió del colapso de la Unión Soviética en 1991⁶.

Estados Unidos denunció el despliegue. Un funcionario del Departamento de Estado dijo que era un ejemplo del “comportamiento irresponsable” de Rusia. Hablemos de “irresponsabilidad”. La OTAN tiene armas nucleares en al menos cinco naciones europeas. Otras dos (Inglaterra y Francia) tienen sus propias armas nucleares. Europa está repleta de armas nucleares por ambos lados, con la capacidad para aniquilar gran parte de la vida ahí. Cualquier incidente, intencionado, equivocado o simplemente descuidado, tiene el potencial de detonar un tiroteo sin precedentes en el mundo.

El despliegue de armas nucleares en Bielorrusia, a medida que se intensifica la guerra en Ucrania, aumenta este peligro.

La batalla por Bajmut

La semana pasada, tras una cruenta y pulverizadora batalla que duró casi un año, las fuerzas rusas capturaron la ciudad ucraniana de Bajmut. Antes de esta batalla, Bakhmut tenía una población de unos 75.000 habitantes. Ahora es un terreno baldío de escombros. Prácticamente no queda nadie ahí. Decenas de miles de personas, incluidos civiles, murieron en esta batalla; decenas de miles más han sufrido graves heridas y traumas. Los hogares, negocios y medios de subsistencia de la población de Bajmut fueron arrasados. Funcionarios estadounidenses estiman que “hasta 100.000 rusos han muerto o han resultado heridos desde enero, en su mayoría en Bajmut y sus alrededores”.

En términos militares, Bajmut no tiene importancia estratégica para ninguno de los dos bandos. No era un centro económico ni de transporte. No obstante, desde la perspectiva de Estados Unidos-la OTAN y sus sustitutos ucranianos, muchos expertos consideran que la sangre derramada y las vidas perdidas en Bajmut han sido una “estrategia inteligente”, como dijo el corresponsal de guerra del New York Times Eric Schmitt.

¿“Estrategia inteligente”? Hacer que continúe la insoportable matanza de esta batalla durante casi un año, para que Estados Unidos-la OTAN puedan ganar “tiempo para que los ucranianos acumulen [una] fuerza importante, [un] gran arsenal de armamento y fuerzas recién entrenadas que montarán una contraofensiva. ... que creemos que probablemente va a comenzar tan pronto como en junio” — pues, ¿¡eso es “inteligente”!??

Piense en los fríos cálculos imperialistas que están en juego aquí. Destruir una ciudad entera, junto con todos y todo lo que hay en ella. Acabar con la vida de decenas de miles de personas, mutilar, lisiar a decenas de miles más. Todo esto no sólo “vale la pena”, sino que se considera “inteligente” — si está al servicio de prepararse para un baño de sangre aún más grande, a una escala aún más grande, a fin de para hacer avanzar la causa del imperio.

Hay que cambiar esta dinámica entera de manera urgente y radical — al servicio de los intereses de la humanidad, no de los imperialistas rivales y contendientes.

En Ucrania, ahora mismo, las potencias imperialistas están enzarzadas en una lucha mortal. Ambas potencias están decididas a salir triunfantes. Se están preparando para infligir aún más muerte y destrucción en las venideras semanas y meses.

Una ofensiva ucraniana respaldada por Estados Unidos y la OTAN contra las atrincheradas defensas que Rusia ha venido preparando en el este y el sur de Ucrania superaría casi con toda seguridad la carnicería, la destrucción y el empobrecimiento que ya han devastado a ese país. Aumentaría significativamente la posibilidad de enfrentamientos directos entre las fuerzas de Estados Unidos-la OTAN y las fuerzas armadas rusas. Especialmente si uno u otro bando pensara que se enfrenta a la derrota, esto podría llevar al uso de armas nucleares, con muertes masivas inmediatas; enfermedades y muertes generalizadas, persistentes y dolorosas como secuela; paisajes y recursos hídricos envenenados; y nubes que propaguen la muerte radiactiva al recorrer a Asia y Europa. Podría conducir a nuevos escalamientos de guerra imperialista que, como un cáncer maligno, hicieran metástasis rápidamente más allá de Europa del Este.

Este es el umbral al que se enfrenta la humanidad.

En esta situación, ¡no se puede permitir que nadie se quede de brazos cruzados de manera pasiva y espere para algo mejor! Hay que derrocar a todos estos imperialistas, y al sistema capitalista-imperialista que representan. Y los que nos encontramos en Estados Unidos tenemos la responsabilidad especial de poner la revolución en este país en el mapa este año, y construir un movimiento para la revolución con el objetivo de derrocar al imperialismo estadounidense.

Hay que retar a todos, y todos tienen que pensar profundamente, acerca de la verdad de las siguientes palabras de Bob Avakian, BA:

Todo esto pone de relieve por qué es vitalmente importante que las masas de personas, en Estados Unidos, y en otros países que se alinean con él, así como en Rusia —que las masas de personas en todas partes— se despierten ya por fin y completamente, que reconozcan la realidad y la profunda importancia de lo que está en juego, y que actúen de acuerdo con nuestros verdaderos intereses — los intereses de toda la humanidad: exigiendo que SE PONGA FIN a esta guerra en Ucrania, y a la injerencia (directa e indirecta) de los imperialistas de ambos lados en esta guerra, antes de que no sólo inflija aún más sufrimiento al pueblo de Ucrania sino que posiblemente se intensifique hasta un conflicto mucho más terrible que cause masiva destrucción y muerte, a un nivel mucho mayor, e incluso posiblemente represente una amenaza a la propia existencia de la misma humanidad.