Pasar al contenido principal

BOB AVAKIAN 
REVOLUCIÓN #105: 
NO: Aceptar, y negarse a oponer resistencia, a este fascismo de Trump y MAGA, NO hará que las cosas estén “bien”.

Les habla Bob Avakian —REVOLUCIÓN— número 105: en respuesta a algunas preguntas importantes y en refutación de algunos argumentos peligrosamente erróneos.

Primero, la siguiente pregunta básica, sobre la que mucha gente no tiene claridad: ¿qué es el fascismo — y específicamente qué es este fascismo de Trump y MAGA (Hacer que Estados Unidos vuelva a tener grandeza)?

El fascismo es la dictadura abierta indisimulada de un sistema opresor. El fascismo de Trump y MAGA representa la dictadura abierta indisimulada del sistema del capitalismo-imperialismo que gobierna en Estados Unidos — el país que es el saqueador capitalista-imperialista más poderoso de la gente y del medio ambiente en el mundo.

En mis mensajes 828384 lo explico más extensamente, pero resumo aquí algunos puntos cruciales:

A pesar de los constantes intentos de mal dirigir a la gente y alejarla de una verdadera comprensión científica al respecto, el gobierno de la clase capitalista, en cualquier forma, es en realidad una dictadura: es el monopolio del poder político por parte de la clase capitalista — y en particular su monopolio de la fuerza armada y violencia “legítima”, por parte de su policía y ejército. Esta dictadura se basa en la dominación de la economía por parte de la clase capitalista: su propiedad y control de lo que se produce, cómo se produce, cómo se intercambian (venden) los productos y servicios y las ganancias que se obtienen de esto.

En la forma “democrática” de esta dictadura capitalista, se permiten que la gente tenga, en diversos grados, ciertos derechos, y se aplica el “estado de derecho” como un principio general, aunque todo esto se basa, se limita y se conforma al gobierno de la clase capitalista y a las relaciones opresivas del sistema capitalista. (En el mundo de hoy, este es el sistema del capitalismo-imperialismo. El capitalismo-imperialismo se refiere al hecho de que el capitalismo ha sido, durante algún tiempo, un sistema internacional de explotación y opresión.)

En la forma fascista de la dictadura capitalista, el “estado de derecho” es esencialmente lo que los fascistas dicen que es, y los derechos de la población se limitan más o menos abiertamente a lo que los fascistas permiten, mientras que se extienden semejantes derechos únicamente a aquellos que aceptan el gobierno de los fascistas.

Como dejé en claro en mi discurso de 2017 sobre el primer régimen de Trump (¡El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse! — que está disponible en revcom.us), el programa y política del fascismo de Trump y MAGA:

ataca implacablemente los derechos y libertades civiles y promueve abiertamente la intolerancia y la desigualdad; actúa con total indiferencia o calculada malicia contra los que considera inferiores y un lastre o deshonra para el país; está en una misión de negarles atención médica a millones que sin ella, sufrirán, y muchos morirán; que degrada brutalmente a las mujeres, como objetos de saqueo, como incubadoras sin derecho al aborto o la anticoncepción, subordinadas al esposo y a los hombres en general; que rechaza la ciencia del cambio climático, ataca la ciencia de la evolución y repudia el método científico en general… que redobla el terror de estado contra los musulmanes, inmigrantes y gente de los barrios; azuza, anima y respalda a brutales golpeadores y su repugnante veneno de “Estados Unidos Ante Todo”, supremacía blanca, supremacía masculina y anti-LGBT — que alardea de todo esto y manifiesta su intención de hacer cosas peores.

Y, aunque, en las recientes elecciones, Trump se hizo pasar por una especie de candidato “antibélico”, durante su primera vez en el poder ordenó una serie de actos de guerra — y amenazó más de una vez con usar armas nucleares.

Ahora que Trump vaya a llegar al poder de nuevo —al haber sacado lecciones de su experiencia previa, al haber “vencido a sus enemigos” en las elecciones y al haber tomado medidas para hacerlo en el ámbito legal, con la venganza que ha proclamado abiertamente— Trump estará decidido a hacer cosas mucho peores.

Como enfaticé en Esperanza para la humanidad sobre una base científica (que también está disponible en revcom.us), si bien la dictadura capitalista en cualquier forma es muy opresiva para las masas de personas, y es necesario derrocarla, una dictadura fascista abierta implicará que la opresión, las atrocidades, el saqueo y la destrucción que son una parte integral de este sistema se llevarán a cabo de manera más abierta y agresiva, sin la habitual pretensión de derechos para la gente o de preocupación por el medio ambiente.

Todo esto es la respuesta a aquellos que, de una forma u otra, sostienen que hay que aceptar este fascismo, o “jugar según las reglas de este sistema” al oponerse a este fascismo — cuando es este sistema el que ha engendrado este fascismo, junto con todas sus otras atrocidades.

Como dije en el mensaje #103, los dirigentes del Partido Demócrata, después de por fin sentirse obligados a hablar sobre la realidad de que Trump es de hecho un fascista, ahora están ayudando y facilitando este fascismo.

Algunos que están vinculados a los demócratas y al sistema que representan, o se resisten a romper con éstos, hacen el siguiente argumento: “Vamos a estar bien. Sobrevivimos a Nixon y Reagan, y podemos sobrevivir a Trump”.

Esto pasa por alto la realidad muy importante de que lo que representa el fascismo de Trump y MAGA, especialmente en esta ronda, es de una dimensión completamente diferente, y está a una altura totalmente nueva, que lo que implicaron Nixon y Reagan.

Es crucial entender el siguiente análisis de mi discurso ¡El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!: Nixon representó un paso del Partido Republicano por el rumbo del fascismo, y con Reagan se dio otro paso por ese rumbo. Y, después de que George W. Bush llevó las cosas aún más lejos por un rumbo fascista, el régimen de Trump y Pence, que llegó al poder en 2017, dio el salto al fascismo total.

Ahora, al volver al poder Trump, después de su derrota —y su negativa a aceptar su derrota— en 2020, se ha dado otro gran salto cualitativo: el fascismo con esteroides, al dejar en claro que no aceptará ningún límite o restricción a este fascismo.

Trump está decidido, y ya está haciendo preparativos, para llevar a cabo su horroroso programa fascista. Únicamente una resistencia decidida, con la participación de cantidades crecientes de personas y que se vuelva verdaderamente masiva, conlleva la posibilidad de crear una situación en la que se le impida hacerlo.

Todo esto es la respuesta al argumento pervertido de que Trump ganó las elecciones en esta ronda, por lo que “en nombre de la democracia”, tenemos que aceptar los resultados y dejar que Trump lleve a cabo su programa. Bueno, Hitler también llegó al poder por medio de los procesos “normales y legítimos” de la Alemania democrática (“Weimar”) en la década de 1930, así que ¡¿la gente lo debió haber aceptado, con todos los horrores que implicó?!

Si, en Estados Unidos hoy, el fascista Trump está llegando (o volviendo) al poder como resultado de los procesos “normales” de este sistema, eso no hace que este fascismo sea legítimo y algo que la gente deba aceptar — al contrario, revela la naturaleza completamente podrida y fundamentalmente ilegítima del sistema del capitalismo-imperialismo en su conjunto.

Esto demuestra de manera contundente que, si bien hay que librar una lucha decidida contra este fascismo de Trump y MAGA —de unir a todos los que se pueda unir en esta lucha— a fin de arrancar de raíz la base para este fascismo, junto con las demás atrocidades de este sistema del capitalismo-imperialismo, es necesario abolir por fin este sistema y crear un sistema mucho mejor.

Próximamente: A defender los derechos y la vida de las personas que están en la mira del fascismo de Trump y MAGA. A tomar la ofensiva en oposición a este fascismo y al sistema que ha engendrado este fascismo.