El 20 de marzo de 2023, el Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) publicó un nuevo informe. Es una síntesis y resumen general de los múltiples informes y hallazgos del IPCC en los últimos años. Su objetivo es sensibilizar al público y forma parte de los preparativos para la próxima ronda de negociaciones sobre el clima de las Naciones Unidas (ONU), conocida como COP28. Recomendamos que los lectores vean el segmento de la semana pasada de El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! que analiza este último informe del IPCC y ofrece un resumen de la emergencia climática, así como nuestra cobertura anterior que analiza el contenido de estos diversos informes (lea aquí, aquí y aquí, y vea este corto de El Show RNL).

Aquí queremos destacar cuatro verdades esenciales e ineludibles de este último informe, así como otra verdad esencial, aunque incómoda, que NO figura en el informe.

1. Las temperaturas globales han aumentado en más de 1,1 grados centígrados (1,98 grados Fahrenheit) desde el comienzo de la era industrial a finales del siglo XVIII. Es inequívoco que la actividad humana —principalmente la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural, así como la deforestación y otros cambios en el uso de la tierra— ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra. De hecho, las temperaturas globales han aumentado más rápidamente desde 1970 hasta ahora que en cualquier otro medio siglo desde hace al menos 2.000 años, con los niveles de dióxido de carbono (CO2) más altos hoy que en 2 millones de años por lo menos. Y las temperaturas globales siguen aumentando.
2. El cambio climático ya ha causado una destrucción considerable de los ecosistemas del planeta y está provocando pérdidas cada vez más irreversibles. Actualmente, cada región del mundo, y cada ecosistema importante, está sufriendo los impactos de la crisis climática. Y lo peor aún está por venir.
3. Las personas más vulnerables y más afectadas por el cambio climático, aquellas de las naciones oprimidas del Sur global, son las que MENOS han contribuido a la crisis climática. Actualmente, alrededor de 3,3 mil millones de personas —más del 40 por ciento de la población mundial— viven en regiones altamente vulnerables al cambio climático, en riesgo de: inseguridad alimentaria, inseguridad del agua limpia, sequías, inundaciones, aumento del nivel del mar, eventos meteorológicos extremos, etc.
4. El nivel de emisiones globales de gases de efecto invernadero sigue aumentando, a pesar del hecho de que la comprensión científica básica del cambio climático se conoce desde hace décadas. Sin una reducción rápida e integral de las emisiones de gases de efecto invernadero, el calentamiento global amenazará cada vez más a la existencia misma de un clima estable para la humanidad y gran parte del planeta. El informe dice que tal reducción tiene que hacerse en “ésta década”. Sin embargo, ningún país, ningún contribuidor importante al calentamiento global, está actualmente en vías de hacerlo (y a esto añadiríamos que ningún país tiene o está implementando planes significativos para hacerlo). El presidente del IPCC, Hoesung Lee, hizo esta advertencia: “Las decisiones que tomemos ahora y en los próximos años reverberarán en todo el mundo durante cientos, incluso miles, de años”. (énfasis nuestro)

La verdad faltante, incómoda, pero liberadora

Lo que falta en este informe es la aleccionadora e incómoda verdad de que es IMPOSIBLE que este sistema interactúe de manera sustentable con el medio ambiente. Los combustibles fósiles forman parte de los cimientos del capitalismo-imperialismo, y para reducir y abolir su uso con la urgencia, la escala y el alcance necesarios, se requeriría nada menos que una revolución para derrocar este sistema y reemplazarlo con un sistema económico-social socialista radicalmente diferente, liberador y ecológicamente sustentable.

Hay una estrategia para esta revolución, un plan para esta sociedad y la dirección para guiarnos hasta allí. Y esto no es un sueño lejano — este es un momento en que semejante revolución se vuelve más posible en este mismo país. Hacer semejante revolución nos daría la única oportunidad real de abordar seriamente esta crisis y de actuar sobre ella de verdad. Aquellas personas que se angustian, que están llenas de miedo y rabia por la crisis climática, NECESITAN formar parte de esta revolución.