Decenas de miles de personas furiosas salieron a las calles en cientos de ciudades de todo Estados Unidos el sábado 2 de octubre para oponerse al ataque más extremo al derecho al aborto desde hace 50 años. En la actualidad, Texas prohíbe el aborto después de 6 semanas de embarazo y la Corte Suprema conocerá un caso en diciembre que podría poner fin a las protecciones para el aborto en todo el país.

Desde los numerosos escenarios y entre los manifestantes, la palabra “aborto” se pronunció en voz alta y con orgullo. Algunas personas compartieron historias de abortos chapuceros  y clandestinos de los días antes de que se despenalizara. Cientos de personas llevaban ganchos de ropa con etiquetas que decían: “Esto no es un instrumento quirúrgico”¹. Adolescentes de Texas testificaron públicamente sobre la humillación de tener que comparecer ante un juez para obtener un permiso para tener acceso a un aborto sin el consentimiento de los padres de familia, incluso antes de la reciente prohibición restrictiva. Al relacionar el asalto fascista contra las vacunas con el asalto al derecho al aborto de las mujeres, una camiseta y un cartel populares decían: “Texas: Donde los virus tienen derechos reproductivos y las mujeres no”. Hervía la rabia ante el odio y el desprecio por las mujeres que se concentra en el hecho de que el estado obliga a las mujeres a tener hijos en contra de su voluntad.

Al mismo tiempo, hay que decir sin rodeos que el número de participantes en estas marchas no estuvo a la altura del alcance y magnitud de la amenaza ante nosotros actualmente. Para colmo, la dirección principal que se dio desde los escenarios sólo acelerará la catástrofe a la que nos enfrentamos. El mensaje esencial, bien concentrado por un tuit, era: “Las protestas son buenas, pero votar es mejor”.

Durante las semanas que precedieron a estas marchas, la dirigencia nacional de la Marcha de las Mujeres hizo todo a su alcance para suprimir la verdad del carácter extremo del peligro, llegando incluso a prohibir los ganchos de ropa y los disfraces de El cuento de la criada en las protestas. Todo esto es precisamente incorrecto, y mortífero. Únicamente al reconocer la magnitud del peligro ante nosotros, lo que claramente incluye la amenaza de una teocracia fascista abierta y todo lo que esto implica para la humanidad, tendremos la oportunidad de despertar el nivel de determinación para una resistencia de masas se tregua que se necesita — una lucha fuera de los canales del sistema capitalista, el que no tiene respuestas y requiere la opresión de las mujeres.

Como se analizó a fondo en el reciente episodio de El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos! (Episodio 72) en inglés, el punto de viraje ante nosotros ahora respecto al derecho al aborto es parte de un programa fascista muy desarrollado con raíces muy profundas que ahora está atrincherado en todas las ramas del gobierno. Es parte de una crisis más amplia y divisiones profundas en la sociedad que, como se analiza en Una Declaración, Un llamamiento a que se organice ahora para una revolución real, ahora

sólo es posible resolver la crisis y las profundas divisiones de la sociedad con medios radicales, de un tipo u otro — ya sea medios radicalmente reaccionarios, mortíferamente opresivos y destructivos o medios revolucionarios radicalmente emancipadores.

Únicamente una revolución real que derroque al sistema del capitalismo-imperialismo que nos gobierna puede hacer nacer una resolución para esta crisis actual que no sea un espectáculo de horrores, sino que corresponda a los intereses de la humanidad. Existe algo tremendamente positivo que es posible arrancar de las fauces de un sistema que es la fuente de tanto sufrimiento.

En varias ciudades, con poderosos contingentes que llevaron el mensaje: ¡A ROMPER LAS CADENAS! ¡Desencadenar la furia de las mujeres como una fuerza poderosa para la revolución!, los Revcom abrieron paso en medio de la dirección de la política diluida como de costumbre que se daba en estas marchas. Y este es el espíritu que irradió desde éstas en sus coros y en la actividad de organizar gente a lo largo del día. Proyectaron la dirección liberadora de Bob Avakian y difundieron algunas de sus obras clave. Inyectaron la verdad contundente de que “La maternidad obligatoria constituye la esclavización femenina” y “Patriarcado y capitalismo: No es posible eliminar el uno sin eliminar el otro — Revolución, y Nada Menos”. Y convocaron a la gente a emprender una lucha en toda la sociedad para vencer este asalto fascista contra las mujeres como parte de la revolución que se necesita y mientras se organicen para ésta.

Este mensaje polarizó a la multitud de una manera muy buena. Aquellos que están en maridaje con este sistema y su monstruosa “política de lo posible” no querían escucharlo y no estuvo de su agrado la manera en que el reto los sacara de la complacencia de sus zonas de confort. Pero para muchos otros, los que sienten profundamente que se necesita algo mucho más radical, la presencia de los Revcom y su mensaje fue extremadamente atractiva. Muchos hicieron suyos los coros revolucionarios y algunos se sumaron a discusiones ambulantes acerca de Un Declaración y un Llamamiento a que se organicen para una revolución real de los Revcom. Los Revcom llevaban a la gente esperanzas reales, en contraste con el fatalismo que demasiadas personas sienten, porque la verdad es que este sistema no le ofrece ningún futuro a la humanidad, pero un mundo totalmente diferente es posible. Esto es extremadamente importante y hay que basarse en ello, y activar a muchos otros, en el trabajo por delante.

Todo esto subraya la importancia de que todas las personas que acudieron a estas marchas —y todas las que no, pero que sí se preocupan por las mujeres y por el futuro— exploren y obtengan más claridad sobre las raíces de este ataque, la manera en que el patriarcado y el capitalismo están profundamente entrelazados, por qué únicamente es posible ponerles fin mediante una revolución y crear un futuro en el que realmente valga la pena vivir y por el que valga la pena luchar, y cómo es el carácter de ese futuro. Importa que todos llevemos adelante esta lucha, despertando y movilizando la ira sostenida de números aún mayores de personas para vencer este asalto fascista contra las mujeres por medio de una lucha implacable fuera de los mortíferos límites y términos del sistema que nos gobierna. Importa, de manera aún más fundamental, que números crecientes de personas se organicen y adopten esta lucha como parte de hacer madurar y prepararse para ganar la revolución que por fin rompa todas las cadenas sobre las mujeres y emancipe a toda la humanidad.

Para ese fin, instamos a las y los lectores a explorar estos recursos clave, y otros que se incluyen en los recuadros en esta página: