La semana pasada, el ejército ucraniano —con nuevos suministros de armamento y entrenamiento durante el último año de parte de sus “aliados” (o, para ser realistas, amos) estadounidenses y europeos— inició una importante contraofensiva. Lanzaron a sus tropas en contra de tropas rusas profundamente atrincheradas en territorio ucraniano.
Esto ya se ha convertido en una batalla brutal y sangrienta entre ejércitos masivos y bien armados. Recordemos que Estados Unidos y Europa han aumentado significativamente la calidad y cantidad de las armas y el entrenamiento que han proporcionado al ejército ucraniano, y en las semanas previas a la contraofensiva, Ucrania ha realizado varios ataques dentro de la propia Rusia.
Cada bando afirma haber infligido fuertes pérdidas al otro. Bien podría ser que ambos bandos tuvieran razón. Los avances y retrocesos en esta lucha mortal “se miden mejor en metros que en kilómetros”. No hay un fin a la vista, Estados Unidos ha rechazado una cesación del fuego y cada bando está decidido a demostrar su dominio. Un avance por parte de uno u otro bando podría agitar radicalmente las cosas y provocar acciones más extremas como respuesta.
Al otro lado del mundo, se agudizan los enfrentamientos entre Estados Unidos y China
Al otro lado del mundo, Estados Unidos y China se han enzarzado en una serie de enfrentamientos navales y aéreos que, hasta el momento, se han detenido justo antes de disparar armas. Una reunión propuesta entre Lloyd Austin, secretario de Defensa de Estados Unidos, y el ministro de Defensa chino se vino abajo cuando Austin le echó la culpa a China de “comportamiento agresivo” por su respuesta a las últimas provocaciones estadounidenses. Austin dijo que le “inquietaba que en cierto momento se produjera un incidente que pudiera entrar en una espiral fuera de control muy, muy rápidamente...”.
Mientras tanto, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, inició por fin su visita a China, tras posponerla en febrero por el furor estadounidense ante un globo meteorológico chino que, según Estados Unidos, espiaba. (Cabe señalar que, al día de hoy, Estados Unidos sigue sin cumplir su promesa de revelar exactamente qué “equipo de espionaje” había en ese globo meteorológico, aparte de sus afirmaciones de tener esas supuestas pruebas). El titular del New York Times para este viaje de Blinken señalaba que “Sospecha y hostilidad aguardan” a Blinken.
Los imperialistas de la OTAN inician el “ejercicio” aéreo más grande de la historia
Justo en medio de la contraofensiva ucraniana, el 12 de junio, la OTAN —la alianza militar de potencias occidentales apadrinada por Estados Unidos— inició su ejercicio militar aéreo más grande desde que se formó en 1949. Desde seis bases repartidas por toda Alemania, cazas de combate, bombarderos, aviones de carga y más de 10.000 soldados de 25 países realizan ejercicios hasta el 23 de junio. El contingente estadounidense de más de 100 aeronaves es el más grande del ejercicio e incluye el avión de combate furtivo F-35, su caza de combate más moderno. Un piloto estadounidense le dijo a un periodista que “casi no tiene precedentes la cantidad de aeronaves y personas que hemos desplazado hasta aquí en tan poco tiempo”.
Las fuerzas aéreas están practicando complejas maniobras aéreas y misiones de entrenamiento bajo un mando unificado, sobre el Mar del Norte, el Mar Báltico y el sur de Alemania — todo ello a una corta distancia de Rusia. También están practicando maniobras de apoyo a las tropas terrestres, la realización de evacuaciones, la realización de reabastecimientos aéreos, simulacros de combates aéreos con cazas e interceptación de misiles de alcance medio. Todo esto tiene la intención de enviar lo que el New York Times llama una “demostración deliberada a Rusia”.
Los “ejercicios” de guerra de este tipo pueden convertirse rápidamente en algo real. La semana anterior al comienzo de “Air Defender”, los aviones de guerra de la OTAN se movilizaron en 15 ocasiones para interceptar cazas rusos que se acercaban a Lituania, Estonia y Letonia. Estos países son miembros de la OTAN que limitan con Rusia o su aliado Bielorrusia. El Ministerio de Defensa lituano dijo que los rusos probablemente estaban respondiendo a los ejercicios de la OTAN.
Aumentan los enfrentamientos y las amenazas en torno al polvorín que es el mar de la China Meridional
La isla de Taiwán y el mar de la China Meridional rebosan de inmensos arsenales de armamento avanzado aéreo, terrestre y naval1. Estados Unidos y China se han enfrentado en repetidas ocasiones en torno a la isla de Taiwán y en el mar de la China Meridional2. A fines de mayo, varios encuentros cercanos entre las fuerzas armadas estadounidenses y chinas en el mar de la China Meridional hicieron saltar las alarmas.
El 26 de mayo, un avión espía estadounidense y un caza de combate chino maniobraron peligrosamente cerca el uno del otro en el espacio aéreo sobre el mar de la China Meridional. Cada uno le echó la culpa al otro. Estados Unidos dijo que el piloto chino fue “innecesariamente agresivo”. China dijo que el avión espía estadounidense “se inmiscuyó” en territorio chino. Unos días antes, un destructor estadounidense y un buque de guerra de la Armada china estuvieron a punto de colisionar en el mar de la China Meridional. Este mes, guardacostas estadounidenses, japoneses y filipinos iniciaron maniobras navales masivas en el mar de la China Meridional. Japón es un importante aliado de Estados Unidos desde hace mucho tiempo; Filipinas se ha acercado recientemente a la órbita estadounidense. Más al norte, las fuerzas aéreas chinas y rusas realizaron un ejercicio conjunto. Corea del Sur, aliada de Estados Unidos, desplegó (scramble3) sus cazas de combate y los envió al aire después de afirmar que los aviones chinos y rusos entraron en su “zona de identificación de defensa aérea”.
Tras los últimos incidentes, altos funcionarios de la administración Biden intensificaron las amenazas y acusaciones contra China. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, prometió que Estados Unidos continuaría con sus intensos patrullajes militares en el mar de la China Meridional: “No nos disuadirá un comportamiento operativo peligroso en el mar o en el espacio aéreo internacional”. También prometió que Estados Unidos mantendría su intenso apoyo a Taiwán (véase “Taiwán: punto de inflamación de rivalidad, conflicto... y potencialmente guerra”). El asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, en un discurso ante el Club Nacional de Prensa, dijo que China ha estado socavando “los cimientos de la seguridad nuclear... y la estabilidad” del mundo, a la vez que se jactaba de los esfuerzos de la administración Biden para modernizar y desarrollar la “tríada nuclear de Estados Unidos: misiles balísticos intercontinentales con base en tierra, submarinos con misiles balísticos y bombarderos con capacidad nuclear”.
Que nadie subestime la gravedad de este asunto. La clase dominante estadounidense en su conjunto ha identificado la potencia capitalista-imperialista en ascenso de China como el principal desafío estratégico a su dominio, en la región Asia-Pacífico y a nivel mundial. Cualquier incidente como los anteriores —ya sea provocado deliberadamente, por accidente o por errores de comunicación— podría derivar en una espiral de escalamientos hacia una confrontación, incluso al extremo a una guerra nuclear.
Bielorrusia recibe misiles nucleares y se declara su disposición de utilizarlos
El 15 de junio, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, anunció que Bielorrusia había empezado a recibir un suministro de armas nucleares tácticas desde Rusia. Frente a un almacén militar, Lukashenko declaró en una entrevista a la televisión estatal rusa: “Tenemos misiles y bombas que hemos recibido de Rusia. Las bombas son tres veces más potentes que las bombas (lanzadas sobre) Hiroshima y Nagasaki” (por Estados Unidos en 1945). Es la primera vez que Rusia traslada armas nucleares desde la caída de la Unión Soviética en 1991.
Los medios de comunicación estadounidenses hicieron mucha bulla acerca de esto. Pero, ¿a ustedes les dijeron que Estados Unidos tiene más de 100 misiles nucleares emplazados en Alemania, Italia, Turquía, Bélgica y Holanda, y que otros dos miembros de la alianza militar liderada por Estados Unidos, la OTAN —Francia e Inglaterra— tienen sus propias fuerzas nucleares formidables?
Una verdad fundamental y urgente
Cada semana que pasa, el mensaje de Bob Avakian en su reciente entrevista resuena con más fuerza:
Ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas dominen al mundo y determinen el destino de la humanidad. Hay que derrocarlos cuanto antes.
Taiwán: punto de inflamación de rivalidad, conflicto... y potencialmente guerra
Cuando las fuerzas revolucionarias encabezadas por el Partido Comunista de China bajo la dirección de Mao Zedong llegaron al poder en China en 1949, las fuerzas contrarrevolucionarias pro estadounidenses huyeron a Taiwán, una isla situada a unos 160 kilómetros de la costa china, y se apoderaron de ella. Se autoproclamaron el “verdadero” gobierno chino.
Cuando China aún era un país socialista, mantenía que por ley Taiwán formaba parte de China, una postura reconocida por la mayoría de los países del mundo. Tras el derrocamiento del socialismo en China en 1976, sus nuevos gobernantes capitalistas siguieron reclamando a Taiwán. (Vea la entrevista de Revolución con Raymond Lotta, “No sabes lo que crees que ‘sabes’ sobre… La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro”, especialmente la Tercera parte, con su examen a fondo de la historia de la revolución china).
Desde 1979, Estados Unidos reconoce formalmente la soberanía de la República Popular China sobre toda China, incluido Taiwán, y no reconoce formalmente la soberanía de Taiwán ni de su gobierno. Esto se llama su política de “una sola China”. Pero los imperialistas estadounidenses nunca han dejado de mantener sus conexiones económicas, políticas y militares con Taiwán. Consideran que Taiwán es estratégicamente vital para sí mismos, debido a su ubicación en un gran eje manufacturero y en una de las rutas comerciales más transitadas del mundo.
En la actualidad, Taiwán está altamente militarizado con armas suministradas por Estados Unidos, y su estatus disputado es una peligrosa chispa potencial para una gran guerra. Taiwán y el estrecho que lo separa de China son dos de los principales y más peligrosos puntos de inflamación en la rivalidad cada vez más antagónica entre Estados Unidos y China. Los actuales gobernantes capitalista-imperialistas de China consideran a Taiwán como un activo estratégico fundamental para su cohesión interna, su defensa nacional y sus intereses y ambiciones en el Pacífico y en el mundo.
Ahora, Estados Unidos desprecia cada vez más el acuerdo de “una sola China” que ha suscrito con el gobierno chino. Ha intensificado las conversaciones con los gobernantes de Taiwán sobre el aumento de los envíos de armas, a medida que Taiwán avanza en el fortalecimiento de su ejército y se aleja económicamente de China. Y lo que es aún más inquietante, Biden se convirtió en el primer presidente estadounidense en prometer una intervención militar de Estados Unidos en caso de que China tomara el control directo de la provincia, una promesa que ningún presidente estadounidense había hecho antes. Y Biden lo ha hecho varias veces. Mientras tanto, Taiwán también está aumentando sus lazos militares y políticos con otros gobiernos pro estadounidenses de la región.