La guerra que se inició en febrero de 2022, cuando Rusia invadió injustamente a su país vecino, Ucrania, se convirtió rápidamente en una guerra entre potencias rivales con armas nucleares. No es una lucha entre “autocracia” y “democracia”. Estados Unidos lucha por mantener y expandir su dominio de Europa y, por extensión, del mundo; los rusos luchan por defender y expandir su “parte” de ese dominio.

De un lado de esta guerra está la alianza Estados Unidos-la OTAN; por el otro, Rusia. Estados Unidos y otras potencias occidentales suministraron cantidades masivas de armas y otras formas de apoyo militar a Ucrania. El pueblo ucraniano y el ejército ucraniano son carne de cañón en esta guerra — utilizados cruelmente para promover los intereses imperialistas de Estados Unidos¹. En esta guerra, decenas, quizás cientos de miles de personas han resultado muertos, cientos de miles más han perdido su hogar, resultado mutilados, lisiados y violados, en una guerra injusta y criminal de parte de ambos bandos. Están comenzando a desarrollarse crímenes aún mayores, ya que ha comenzado una gran ofensiva de las fuerzas respaldadas por Estados Unidos y la OTAN en el sur y el este de Ucrania.

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El jueves 8 de junio, el Washington Post anunció que: “Ha comenzado la contraofensiva, esperada por mucho tiempo, del ejército ucraniano contra las fuerzas rusas de ocupación…”. Este bien podría ser un momento crítico en esta guerra. A medida que se publica este artículo, se desconoce mucho sobre cómo ha ido la lucha hasta ahora y cómo se está desarrollando. Pero cualquiera que sea el resultado de cualquier campaña o batalla en particular, y cualquier desinformación y mentiras descaradas que ambos bandos difundan, los intereses de las masas del mundo entero siguen siendo lo que Bob Avakian expresó hace más de un año:

es vitalmente importante que las masas de personas, en Estados Unidos, y en otros países que se alinean con él, así como en Rusia —que las masas de personas en todas partes— se despierten ya por fin y completamente, que reconozcan la realidad y la profunda importancia de lo que está en juego, y que actúen de acuerdo con nuestros verdaderos intereses — los intereses de toda la humanidad: exigiendo que SE PONGA FIN a esta guerra en Ucrania, y a la injerencia (directa e indirecta) de los imperialistas de ambos lados en esta guerra, antes de que no sólo inflija aún más sufrimiento al pueblo de Ucrania sino que posiblemente se intensifique hasta un conflicto mucho más terrible que cause masiva destrucción y muerte, a un nivel mucho mayor, e incluso posiblemente represente una amenaza a la propia existencia de la misma humanidad.

La gira bélica de Antony Blinken

A finales de mayo y principios de junio, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, viajó a Suecia, Noruega y Finlandia, países del norte de Europa. Noruega y Finlandia son miembros de la OTAN, y Finlandia comparte una frontera de 830 millas (1335 kl.) con Rusia. Suecia ha solicitado su ingreso en la OTAN. Los tres son aliados cercanos de Estados Unidos en las regiones árticas estratégicamente importantes, un área del planeta cada vez más disputada por el imperialismo estadounidense, ruso y chino. 

El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que el viaje de Blinken estaba destinado a “profundizar la cooperación transatlántica sobre las principales prioridades de seguridad nacional y económicas”. Traducción: fortalecer la posición de Estados Unidos y sus aliados imperialistas en su contienda con otras potencias imperialistas. En este viaje, eso significó centrarse en Rusia y la guerra en Ucrania.

El principal discurso de Blinken se produjo en su última escala, en Helsinki, la capital de Finlandia. Se regodeó con las dificultades que Rusia ha tenido en esta guerra y afirmó falsamente que Rusia está en contra de cualquier acuerdo negociado. En palabras del New York Times, el discurso de Blinken (en una ciudad a unas 186 millas (300 kl.) por aire de San Petersburgo, la segunda ciudad más grande de Rusia) “constituyó una vuelta de la victoria que probablemente avergonzaría si no enfureciera al [presidente ruso Vladimir] Sr. Putin”. Blinken explicó los objetivos de guerra de Estados Unidos: “disminuir en gran medida el poder de Rusia, sus intereses y su influencia en los años venideros”.

Mucho es incierto acerca de cómo se desarrollará esta guerra. Lo que está claro es que si la ofensiva ucraniana se desarrolla con toda su fuerza, los ya agonizantes niveles de muerte, enfermedad, cuerpos humanos mutilados y devastación general casi con certeza aumentarán enormemente.

Si usted es uno de los que piensa que este sería un buen momento para la diplomacia y para tratar de encontrar una manera de evitar un derramamiento de sangre masivo, el mensaje de los imperialistas estadounidenses es claro: piénselo de nuevo.

Lejos de buscar el fin de esta matanza, Blinken rechazó enfática y beligerantemente de antemano a cualquiera que siquiera pensara en pedir un alto el fuego. Dijo que "en las próximas semanas y meses, algunos países pedirán un alto el fuego. Y en la superficie, eso suena sensato, incluso atractivo. Después de todo, ¿quién no quiere que las partes en conflicto depongan las armas? ¿Quién no quiere que cese la matanza?

“Pero un alto el fuego que simplemente congela las líneas actuales y permite a Putin consolidar el control sobre el territorio que tomó y luego descansar, rearmarse y volver a atacar, eso no es una paz justa y duradera”.

Entonces, la respuesta a la pregunta de Blinken: “¿quién no quiere que las partes en conflicto depongan las armas?”, es clara: el imperialismo estadounidense, ¿quién más? Y, en el momento justo, los lacayos ucranianos de Estados Unidos forzaron la cancelación de una internacional “Cumbre por la Paz en Ucrania” a realizarse en Viena, Austria. (Los organizadores de la cumbre lograron encontrar otro lugar).

Preparándose para una ofensiva y llevando la guerra a Rusia

Durante el invierno y la primavera, tanto las fuerzas ucranianas respaldadas por Estados Unidos y la OTAN como las de Rusia emprendieron intensos preparativos para campañas y batallas a gran escala. Ucrania recibió de Estados Unidos y la OTAN infusiones masivas de los equipos y municiones militares más modernos y mortíferos, equipo de comunicaciones y entrenamiento avanzado en coordinación entre diferentes armas y componentes de fuerzas armadas. Rusia lanzó ataques con drones y misiles contra ciudades ucranianas. Se atrincheró en una enorme región del sur de Ucrania y construyó una compleja red de fortificaciones y trincheras para impedir una ofensiva ucraniana. Después de meses de feroces combates cuerpo a cuerpo, combate cerrado también se apoderó de la ciudad ucraniana de Bajmut, con un saldo total de decenas de miles muertos.

Ucrania también lanzó una serie creciente de operaciones militares dentro de Rusia y sondeó las defensas de Rusia para obtener más información sobre la planificación y ejecución de maniobras a gran escala. Lanzó un ataque con drones contra la residencia de Vladimir Putin. Associated Press informó que “el bombardeo ucraniano y las incursiones transfronterizas devastaron varios pueblos y aldeas cerca de la frontera [de Rusia y Ucrania] y forzaron la evacuación de miles de residentes…”.

Estados Unidos y otros líderes de la OTAN están jugando al "policía bueno, y el policía malo" en torno a las incursiones ucranianas en Rusia. El secretario de prensa de la Casa Blanca dijo la semana pasada: "Hemos dicho esto antes, no apoyamos los ataques dentro de Rusia. Hemos sido muy claros al respecto". El mismo día, el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido [Inglaterra] dijo que Ucrania "tiene derecho a proyectar fuerza más allá de sus fronteras para socavar la capacidad de Rusia de proyectar fuerza en la propia Ucrania".

A medida que aumentan los ataques dentro de Rusia, la administración Biden se ha “menospreciado” los informes de ataques ucranianos dentro de Rusia, a pesar del riesgo que implica un conflicto directo entre Estados Unidos/OTAN y Rusia. Unos días después de que 10 aldeas rusas fueran atacadas por fuerzas ucranianas y respaldadas por Ucrania, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos dijo: “No es como si fuéramos a ir a investigar esto”.

Comienza la ofensiva

En un importante artículo, escrito poco después de que empezó la guerra, Bob Avakian dice que “La ‘neblina de la guerra’ se refiere al hecho de que, en una situación de guerra, se desdibujan muchas cosas. En palabras sencillas, a menudo es difícil determinar exactamente lo que está pasando”. Una combinación compleja de comunicaciones falsas, engaños conscientes, afirmaciones y reconvenciones, mentiras descaradas y puntos de vista contradictorios dentro de la dirigencia de ambos lados de esta guerra hacen que sea difícil determinar con precisión lo que está ocurriendo en un momento dado.

Los informes en los medios de comunicación occidentales indican que unidades de ataque ucranianas especializadas, con armas y entrenamiento proporcionados por la OTAN, atacaron esta semana a las fuerzas rusas en el sureste de Ucrania, "iniciando un avance significativo” en el territorio ocupado por Rusia”. El ministro de defensa ruso, Sergei Shoigu, lo negó y dijo que las fuerzas rusas habían repelido cuatro ataques ucranianos a gran escala y que las fuerzas ucranianas tuvieron que retirarse “con grandes pérdidas”

Cada lado ha culpado al otro por la destrucción de una represa que ha causado inundaciones masivas en el sur de Ucrania. Se cree que quienquiera que haya causado la explosión que rompió la presa, una certeza es que la pérdida de la presa ha magnificado el ya intenso sufrimiento de la gente en el sur de Ucrania. También ha “aumentado drásticamente las preocupaciones de seguridad” en una central nuclear en la región.

Un umbral cruzado, un desafío que debe ser enfrentado

Se ha cruzado un umbral en esta guerra. Después de un invierno de sondeos, bombardeos a larga distancia y sabotaje, dos enormes ejércitos se movilizan para enfrentarse a lo largo de un frente de 600 millas (965 km.). Están armados con armamento ultramoderno capaz de sembrar una muerte y una destrucción terribles. Tanto Rusia como Estados Unidos y la OTAN, que apoyan a Ucrania, tienen armas nucleares. Muchísimo está en juego para ambos lados. El imperialismo está poniendo la vida de la gente en Ucrania, Rusia y, de hecho, en todo el mundo en un gran y creciente peligro.

El futuro no tiene que ser así. Un mundo mucho mejor, sin explotación ni opresión, y sin guerras entre potencias imperialistas con armas nucleares. Llegar allí requiere una revolución: derrocar el sistema capitalista-imperialista y crear una sociedad basada en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte de la autoría del líder revolucionario Bob Avakian. Hay una tremenda necesidad, y una tremenda base, para luchar por ese objetivo, ahora.

En una entrevista en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!, Bob Avakian expresó la siguiente verdad profunda:

Ya no podemos darnos el lujo de permitir que estos imperialistas dominen al mundo y determinen el destino de la humanidad. Hay que derrocarlos cuanto antes.