Última noticia: Al cierre de esta edición, se informa de que un alto funcionario de la República Islámica había declarado que iban a abolir su “policía de la moralidad”. Revcom.us necesita conocer más sobre esta situación y lo que significa. Los lectores deben seguir acudiendo a Revcom para obtener más noticias y análisis¹.

“Muerte al dictador... No a la República Islámica”

El levantamiento actual en Irán, que entra ahora en su 12ª semana, fue desencadenada a mediados de septiembre tras el asesinato de Mahsa Amini por parte de la República Islámica, una mujer kurdo-iraní de 22 años, por llevar un “hiyab inapropiado”, es decir, por llevar un mechón de pelo al aire. La muerte de Mahsa desató un grito de batalla a favor de “Mujer. Vida. Libertad” que resonó en todo Irán, con mujeres y hombres. 

Miles y miles de mujeres siguen quitándose el hiyab en público, agitándolo o arrojándolo a la hoguera ante multitudes que las vitorean. A medida que se ha desarrollado el levantamiento, ha crecido el sentimiento de las masas y se han hecho mucho más comunes en todo Irán los coros de que todo el régimen debe largarse — “muerte al dictador” (es decir, al ayatolá Jameneí, el Líder Supremo) y “no a la República Islámica”.

Durante los 80 días que ha durado este feroz levantamiento, se han sumado a él sectores muy diversos de la población, entre ellos nacionalidades oprimidas como los kurdos y los beluchis, y sobre todo estudiantes de secundaria y universitarios. Al 3 de diciembre, se habían producido unas 1.129 protestas en 150 ciudades y en 143 campus universitarios, incluidos campus de élite como la Universidad Sharif en Teherán².

Esto incluye protestas de médicos que fueron algunos de los primeros en cuestionar lo que le pasó a Mahsa Amini, algo que las autoridades intentaban encubrir. La brutal respuesta del régimen ha abarcado golpear, gasear y matar a balazos a los manifestantes, llevar a cabo detenciones en masa, torturar a los presos y amenazar a familias enteras. A la fecha, unos 470 manifestantes han sido asesinados y 18.210 detenidos. Los jóvenes, estudiantes y los docentes no se han librado —64 niños han sido asesinados y 584 estudiantes han sido detenidos—, lo que ha conmocionado a la sociedad iraní y al mundo entero.

Ataques crueles contra médicos y otras personas

El régimen también ha apuntado su letal aparato represivo estatal contra los médicos. A finales de octubre y principios de noviembre, salieron informes de la creciente participación de profesionales de la medicina en el levantamiento, y de los crecientes ataques contra ellos. La policía y las milicias vestidas de civil del régimen islámico a menudo utilizan ambulancias para disimular sus despliegues, así como para retener a los detenidos. Recorren y ocupan hospitales en busca de manifestantes y presionan al personal médico para que los delate y los entregue. Los manifestantes heridos han evitado los hospitales y han recurrido al autocuidado en casa o hasta han acudido a veterinarios para recibir tratamiento. 

Policías vestidos de civil han vigilado farmacias en busca de cualquier persona que comprara gasas estériles, abordándolas o siguiéndolas para encontrar, brutalizar y/o detener a la persona herida. Al utilizar un sistema de códigos, los manifestantes han creado redes virtuales —una especie de ferrocarril subterráneo virtual— para dar consejos, medicamentos necesarios o hasta instrucciones de cómo tratar las heridas causadas por gases lacrimógenos o perdigones. Se creó una cuenta de Twitter llamada “Socorristas de la Revolución”³.

A principios de diciembre, en un intento de frustrar estos esfuerzos y reprimir el levantamiento en general, el procurador general de Irán, Mohammad Jafar Montazeri, solicitó el cierre total del Internet. Esto incluiría el bloqueo de datos en móviles y de usuarios individuales, así como de aplicaciones populares entre los iraníes como Instagram y WhatsApp, Facebook, YouTube y Twitter, que ya se han prohibido⁴.

El 26 de octubre, cientos de médicos se manifestaron frente al Consejo Médico de Teherán contra cualquier presencia policial en el interior de los hospitales y en contra de las detenciones y amenazas a sus colegas médicos. Les recibieron golpeadores de la policía islámica que abrieron fuego con escopetas (de perdigones) y arrastraron a los médicos al suelo, golpeándolos y deteniéndolos. 

Según el Centro por los Derechos Humanos en Irán (CHRI), se sabe que hay al menos cinco médicos de Teherán y Mashhad encarcelados. Además, la Dra. Parisa Bahmani, cirujana general, murió por disparos de la policía islámica en la manifestación del 26 de octubre. La noche anterior, el cirujano general Dr. Hashem Moazenzadeh fue detenido por el Cuerpo de los “Guardianes de la Revolución” Islámica (IRGC) y desapareció⁵.

Amnistía Internacional informa de que 28 personas ahora corren el riesgo de ser ejecutadas en relación con las protestas, que han durado meses, entre ellas tres menores. Entre ellos se encuentra el Dr. Hamid Hassanlou, radiólogo, y su esposa Farzaneh, que fueron detenidos en su domicilio el 4 de noviembre por participar en las protestas. Amnistía Internacional informa de que el 30 de noviembre formaron parte de un juicio colectivo contra 15 personas acusadas de “guerra contra Dios” (moharebeh). A los 15 los consideraron colectivamente responsables de la muerte de un Basich (policía paramilitar vestido de civil) sin especificar la presunta implicación individual de ninguno de los acusados. Farzaneh también fue torturada para arrancarle “confesiones” forzadas que se difundieron dos días después de su detención. El 1º de diciembre, trasladaron a su esposo Hamid del hospital, fuertemente sedado, donde había sido operado de hemorragia interna por fractura de costillas y perforación pulmonar, al tribunal, y luego fue devuelto al hospital. Sus primeros dos abogados defensores abandonaron el caso tras ser amenazados por las autoridades⁶.

Un levantamiento intrépido que se niega a rendirse 

El levantamiento en Irán lleva más de 80 días seguidos y contando, y a pesar de la aterradora racha de represión de parte de los teócratas fascistas de la República Islámica, continúa con ferocidad. Por ejemplo, en noviembre han aumentado las oleadas de huelgas en importantes industrias, lo que ha afectado a la economía de Irán. Los huelguistas han planteado reivindicaciones políticas, como la liberación de los organizadores y dirigentes sindicales encarcelados, y el apoyo a las minorías oprimidas, como los kurdos y los beluchis, que han estado bajo una embestida especialmente mortífera. Entre los sectores en huelga figuran los trabajadores del petróleo y el gas, el transporte por carretera, el transporte público y la industria siderúrgica, automovilística, de electrodomésticos, alimentaria y de aperitivos. Según los informes, hay previstas más huelgas en todo el país del 5 al 7 de diciembre.

Como señaló Hadi Ghaemi, director del CHRI: “Estos trabajadores son la columna vertebral de la economía iraní. El hecho de que tantos trabajadores estén en huelga aunque los líderes sindicales se encuentran entre los miles que han sido detenidos desde septiembre revela el nivel de descontento contra el gobierno”.

Este “nivel de descontento” también es muy visible en los diversos sectores de la población de Irán que ya llevan casi tres meses protestando.

Crece el apoyo internacional — se necesita más

El levantamiento en Irán también está ganando más apoyo de pueblo a pueblo a escala internacional — aunque se necesita mucho más. 

Durante meses, esta solidaridad y apoyo de base se ha limitado principalmente a la diáspora iraní, pero esto está empezando a cambiar ahora, con algunos artistas y académicos que han pasado a la acción. Cabe destacar que el 30 de noviembre se llevaron a cabo acciones de solidaridad que inició un grupo llamado “Académicos iraníes en pro de la libertad” en más de 100 campus universitarios de varios países, entre ellos 76 campus de Estados Unidos y 22 de Canadá. Cerca de 500 miembros del cuerpo docente de la Universidad de Yale firmaron una carta en la que se oponen a los ataques contra instituciones académicas y médicas en Irán y llaman a un fin de los asesinatos en masa, las torturas y el encarcelamiento de manifestantes. También se están extendiendo otras formas de solidaridad entre artistas y activistas, como lo que informa el posteo de la Campaña Internacional de Emergencia titulado La tortura de un bailarín baluchi por parte de Irán suscita recreaciones dramáticas por todo el mundo.

No obstante, demasiada gente todavía está recurriendo a soluciones entre los opresores de arriba existentes —llamando a la “comunidad internacional”— una palabra en clave para referirse a organismos reaccionarios dominados por los imperialistas como las Naciones Unidas o al propio Estados Unidos, para que actúen contra la República Islámica. Existe una larga historia y la realidad actual del enorme sufrimiento infligido al pueblo iraní y a la gente de todo el mundo por medio de golpes de estado, sanciones y amenazas y acciones militares de Estados Unidos. Ominosamente, tan sólo la semana pasada, se informó de que “Biden ha acordado la opción militar contra Irán si fracasa la diplomacia”, en referencia a las negociaciones sobre la industria nuclear de Irán entre Irán, Estados Unidos y otras potencias globales⁷.

En lugar de confiar en una u otra potencia u organismo imperialista para que el levantamiento avance y se extienda, lo que se necesita más que nunca es un creciente apoyo de base de pueblo a pueblo en todo el mundo. 

El camino liberador pero tortuoso que queda por recorrer

Lo que también se necesita es la dirección de fuerzas revolucionarias conscientes. En el Irán actual, esto significa la dirección del Partido Comunista de Irán (marxista leninista maoísta) a fin de derrocar a la odiada República Islámica mediante una verdadera revolución, arrancar de raíz todas las relaciones imperialistas y opresivas y construir un sistema económico, social y político totalmente diferente y liberador. Para avanzar por este camino, instamos a los lectores a estudiar y difundir el despacho del 7 de noviembre del PCI (mlm), ¡Para que se dé una revolución, se necesita crear una situación revolucionaria!