¿Sabía que de 1956 a 1971, el FBI llevó a cabo un programa cuyo propósito era fomentar conflictos al interior de los movimientos revolucionarios, así como de los movimientos más amplios para la reforma — conflictos que no sólo paralizaron estos movimientos, sino que sirvieron de tapadera para llevar a cabo inculpaciones falsas e incluso el asesinato directo de luchadores y activistas revolucionarios?
¿Sabía que metieron personas encubiertas en estos movimientos específicamente para crear o amplificar los conflictos? ¿Sabía que se basaban en chismes sin fundamento y a menudo en invenciones, así como en documentos falsificados, como parte de su arsenal?
Todo esto salió a la luz en 1971, cuando algunos individuos valientes y heroicos se apropiaron de los expedientes que revelaban este programa, en un operativo nocturno para entrar en una oficina del FBI y sacar a la luz estas actividades criminales de parte del gobierno. Como resultado, muchas personas de los movimientos de la época, e inclusive más allá en la sociedad en general, adoptaron diferentes normas para resolver los inevitables conflictos sobre política e ideología de una manera basada en principios, y para impedir que la policía, el FBI y otras agencias gubernamentales propagaran calumnias, fomentaran conflictos y pusieran en peligro la vida de las personas activas en la lucha por la justicia.
Ahora, décadas después, una nueva generación desconoce en una medida demasiado grande las actividades del FBI o los protocolos ampliamente adoptados. Podemos ver los resultados de esto en la actual campaña de calumnias viles y muy peligrosas que se ha lanzado en contra de Rise Up 4 Abortion Rights (De Pie Por el Derecho al Aborto), los Revcom, Bob Avakian y Sunsara Taylor.
Instamos a nuestro lectorado a leer y difundir el artículo que aparece a continuación, y a insistir en la discusión y el debate de principios en relación a los desacuerdos y a oponerse a la peligrosa campaña de mentiras, desinformación y tergiversaciones que ha estallado ahora.
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El FBI lanzó COINTELPRO en secreto en 1956 en el contexto del creciente movimiento por los derechos civiles, y posteriormente la administración Kennedy “se suscribió” a COINTELPRO. Su alcance fue amplio y despiadado. El FBI, en trabajo sincronizado con los “Escuadrones Rojos” de la policía local (policía política), redactó volantes para fomentar los conflictos entre los diferentes grupos. Enviaron cartas anónimas para advertir a los padres de familia y a los administradores de las escuelas de lo que supuestamente hacían sus hijos y alumnos. Llevaron a cabo vigilancia y represión policial en contra de los cafés antiguerra que se abrían cerca de las bases militares. Y aquellos que el FBI identificaba como líderes, en particular, los singularizaban para “neutralizarlos”, un eufemismo para presentarles graves cargos criminales falsos o matarlos.
Uno de los operativos primeros, más feos y más graves del FBI puso en la mira a Malcolm X. Hace poco cubrimos esta persecución, y lo incluimos aquí como complemento de este artículo.
La persecución a Martin Luther King mediante calumnias y acoso personal
Uno de los elementos de los ataques de COINTELPRO contra el movimiento de los derechos civiles fue la difusión por parte del FBI de acusaciones sobre la vida sexual de Martin Luther King que no tenían nada que ver con la lucha por los derechos civiles, ni con los debates al interior de ese movimiento o en la sociedad en general. El FBI puso micrófonos en la habitación de King (¡!) y luego, directamente o haciéndose pasar por “individuos preocupados”, les envió supuesta “evidencia” grabada a los medios de comunicación y a otros, incluidos a las universidades a las que King había sido invitado a hablar, exigiendo que se le desinvitara. Hasta enviaron dicha grabación a su esposa, Coretta Scott King, con la esperanza de causar angustia y hacer desintegrar el matrimonio.
El FBI también hizo circular acusaciones de que el movimiento de King tenía conexiones organizativas y financieras con comunistas, haciéndose aprovechar los prejuicios anticomunistas, para presionar (y proporcionar un pretexto) a los liberales blancos y a lo que el FBI identificaba como “la comunidad negra responsable” para que se mantuvieran alejados del movimiento de los derechos civiles en un momento en que la policía y el Ku Klux Klan atacaba brutalmente y mataban a activistas de los derechos civiles, y como tapadera para la vigilancia masiva contra el movimiento de los derechos civiles. Independientemente de que las autoridades estuvieran directamente inmiscuidas, o no, en el asesinato de King en Memphis en 1968, como han insistido su familia y sus allegados, el operativo COINTELPRO creó las condiciones que facilitaron su asesinato y se prolongó durante un año después de su muerte.
La persecución al Partido Pantera Negra: Fomentar conflictos a fin de asesinar a su liderazgo
Uno de los principales objetivos y ejes de COINTELPRO era aislar y poner trampas para poder atacar a las fuerzas más revolucionarias de la época, especialmente al Partido Pantera Negra (BPP). El director del FBI, J. Edgar Hoover, en un memorando secreto, escribió un directriz que pidió que las oficinas regionales tomaran “medidas de contrainteligencia imaginativas y contundentes a fin de paralizar al BPP”. (Énfasis añadido.)
Al igual que le hicieron a Malcolm X (véase el artículo acompañante), el FBI a menudo se centró en conseguir con falsos pretextos que otros individuos hicieran su trabajo sucio. Por poner un ejemplo infame, el FBI falsificó una carta, supuestamente de alguien en la comunidad, dirigida a Jeff Fort, el líder de los Blackstone Rangers, una pandilla de Chicago de la época, en la que se afirmaba que el Partido Pantera Negra estaba preparando un atentado en su contra. En este caso, en el ambiente de la época en el que existía una amplia cultura de alerta ante las maniobras de las autoridades para falsificar acusaciones con el fin de tender trampas a la gente, y en el que existía un amplio respeto por el BPP y la revolución, Fort decidió que la carta amenazadora no era creíble. Esta carta formaba parte de un operativo más amplio de COINTELPRO que puso en marcha los acontecimientos que condujeron al asesinato del líder del BPP, Fred Hampton, por parte de la policía de Chicago y el FBI en 1969.
En otro operativo COINTELPRO, la oficina del FBI en Los Ángeles fraguó un plan para falsificar una carta en la que se afirmaba que la US Organization (Organización de Esclavos Unidos), que había estado atacando al BPP, creía que el BPP tenía un contrato para matar a su líder. La oficina del FBI en Los Ángeles escribió que el objetivo era que “esta medida de contrainteligencia [resultara] en una venganza entre Esclavos Unidos y el BPP”. El operativo fue parte de lo que llevó al terrible asesinato de los líderes de los Panteras Negras, John Huggins y Alprentice “Bunchy” Carter, a manos de miembros de Esclavos Unidos en Los Ángeles.
Una vez más, sí que había verdaderas cuestiones que resolver, cuestiones que investigar y debates que resolver mediante lucha entre aquellos que luchaban por un mundo diferente y mejor de diferentes maneras, procedentes de diferentes puntos de vista en aquel momento, al igual que ahora. El patrón y la práctica de COINTELPRO era: sacar provecho de estas contradicciones a fin de convertirlas en ataques personales viles y destructivos, con el objetivo de hacer desintegrar los movimientos para el cambio social, y en un eje de aislar y poner trampas a las fuerzas y los líderes más radicales y revolucionarios para lo que los documentos de COINTELPRO eufemísticamente llamaron “neutralización”.
Conclusión: no se deje llevar —y no tolere— el tipo de comportamiento que emula lo que el FBI ha utilizado para destruir los movimientos sociales. Denúncielo.
Identificar y perseguir a Bob Avakian desde temprano
En su autobiografía, From Ike to Mao and Beyond, Bob Avakian (BA), que emergió como revolucionario en la década de 1960 y hoy lidera al movimiento para la revolución, habla de la manera en que fue un objeto de vigilancia. En una manifestación, se le acercó el jefe del “escuadrón rojo” de la policía de Berkeley y le dijo a BA que éste y la Unión Revolucionaria (la UR, en cuya formación BA desempeñó un papel fundamental) estaban bajo vigilancia.
BA ha escrito de haber estado en Chicago para la Convención de Nueva Política y de volver a su coche y encontrar a un tipo que era “obviamente del escuadrón rojo de Chicago o del FBI” en un coche detrás de su coche “anotando cosas”. Una solicitud para la divulgación de información de espionaje en su contra bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA) reveló que la Cámara de Representantes había elaborado “todo un informe y una investigación sobre la UR”. Otra solicitud bajo la FOIA también mostró que BA estaba bajo vigilancia en Maywood, un suburbio de Chicago, y que el FBI había hecho un croquis del interior de su casa, “que indicaba a través de cuáles ventanas se podían ver las diferentes cosas que ocurrían dentro de la casa”. Se trataba de un tipo de croquis similar al que utilizaron el FBI y los policías de Chicago que les permitió asesinar a Fred Hampton, líder del Partido Pantera Negra de Chicago.
Recursos:
El libro The COINTELPRO Papers, de Ward Churchill y Jim Vander Wall, contiene una inmensa colección de memorandos e informes originales del FBI que incluyen documentación sobre los incidentes descritos en este artículo. Está disponible en forma de pdf en línea.
Este artículo se basa en las entregas de la serie Crimen Yanqui en revcom.us: Crimen Yanqui Caso #41: COINTELPRO — El FBI pone en la mira a la Nueva Izquierda, 1964-1971 y Crimen Yanqui: Caso #42: COINTELPRO — el FBI pone en la mira a la lucha por la libertad negra, 1956-1971.
Una importante carta que extrae lecciones, para hoy, del operativo COINTELPRO contra Malcolm X: Una reflexión sobre las cochinadas — antes y ahora.