
La cárcel Rikers Island es un infierno tan espeluznante que los guardias brutalizan a los presos con impunidad. Tan sólo en el último año, aquí y en otras cárceles de Nueva York murieron 16 presos. Foto: AP
En diciembre de 2021, un miembro del consejo de redacción del New York Times, considerada como una joven voz negra “progresista”, escribió una columna de opinión sobre el nuevo alcalde electo Eric Adams —un ex puerco policía negro— en la que dice: “la clase obrera negra de Nueva York… por fin tendrá su momento”. (“The Rise of Eric Adams and Black New York”, Mara Gay, 22 de diciembre de 2021)
¿Se refería a los jóvenes de las crueles calles de la Ciudad de Nueva York —en su mayoría negros y latinos— que se encuentran encerrados en Rikers Island, en su mayoría por el simple “delito” de no poder pagar la fianza?1. ¿O a los jóvenes como Kalief Browder, quien se suicidó por las presiones debido al trauma que padeció durante tres años de detención a la espera de un juicio por un hurto del cual se negó a declararse culpable? ¿O será a los sin techo y los desamparados que también terminan en Rikers? ¿Serán éstos los miembros de la clase obrera negra a los que Mara Gay se refería — aquellos que no cuentan con nada salvo su habilidad de vender su trabajo, que a menudo se alternan entre trabajos de mierda y chanchullos mezquinos, que son canalizados hacia escuelas tipo callejones sin salida? Porque si a ellos se refería, su “momento” hoy mismo es un horror tan atroz que la situación ha obligado a 200 presos a recurrir a una huelga de hambre.
Rikers es una mazmorra tan horrorosa, cabe decir, que el alcalde anterior prometió, pero no cumplió, su clausura. Es tristemente célebre por la forma en que el sindicato de guardias de prisiones maneja el espectáculo en beneficio propio, brutalizando a los prisioneros y haciéndolo con total impunidad. En el último año, 16 presos murieron ahí y en otras cárceles de la ciudad de Nueva York.
Eric Adams, en unas pocas semanas, ha hecho que una situación totalmente infrahumana sea aún más desesperada y horrenda. El propio periódico de Mara Gay, el New York Times, escribió el 14 de enero sobre cómo Adams ha restablecido el confinamiento solitario (ampliamente condenado por la mayoría de los países como un castigo demasiado cruel) en las cárceles del municipio de Nueva York, nombró a un nuevo administrador que inmediatamente despidió al alto investigador interno “cuyas investigaciones agresivas sobre el uso de la fuerza por parte de los agentes… provocaron la ira del sindicato”, e hizo un gran espectáculo de qué tan cerca estaba a estos golpeadores uniformados de azul en conferencias de prensa y otros actos oficiales. (“Jail Unions Gain a Powerful Supporter: The New Mayor”, Jan Ransom, 15 de enero de 2021.)

Eric Adams ha reinstituido en las cárceles de Nueva York el confinamiento solitario, ampliamente condenado por la mayoría de los países como un castigo demasiado cruel. En la imagen: una celda de confinamiento solitario en la cárcel de Rikers Island. Foto: AP
Si Mara Gay quisiera decir con su columna que Adams representaría a los guardias de prisión negros y a los puercos policías negros (los guardias en Rikers son en su mayoría negros), pues tiene un malentendido básico: ser un ejecutor brutal para los capitalistas no es un oficio de la “clase obrera”, tal como ser un capataz o un “negrero” (un capataz reclutado de entre los esclavos) no lo convirtió en otra cosa salvo un títere brutal del dueño de esclavos.
El hecho de que Adams lo haya hecho no debería sorprender a nadie. Hizo campaña por ser “duro con el crimen”, una frase clave racista cuyo significado no varía sin importar quién lo diga; se opuso a deshacerse de la práctica del parar y registrar tipo apartheid; y en todo caso, responde, y debe responder, a las exigencias del sistema.
La pregunta planteada por Bob Avakian en: “ALGO TERRIBLE, O ALGO VERDADERAMENTE EMANCIPADOR: Crisis profunda, divisiones crecientes, la inminente posibilidad de una guerra civil — y la revolución que se necesita con urgencia Una base necesaria, una hoja de ruta básica para esta revolución”, debería plantearse a Mara Gay y a cualquier otra persona que se traga la mierda de que tener a un hombre negro de Brooklyn como alcalde tendría un pequeño efecto positivo:
¿Realmente piensan que tener más “inclusión” de los oprimidos en las instituciones dominantes y en las estructuras de poder de este sistema del capitalismo-imperialismo cambiará en efecto la naturaleza fundamental y horriblemente opresiva de este sistema? (El Primer Presidente Negro... Primera Vicepresidenta... Primer Asiático… Primer Latinx… Primer Gay… Primer Trans… Primer… ¡PERO EL MISMO SISTEMA!)
Bueno pues… ¿ASÍ lo piensas?