Alrededor de 200 presos en la prisión de Rikers Island en la ciudad de Nueva York han estado en huelga de hambre desde el sábado 8 de enero. Frente a la represión constante, la amenaza de represalias y la satanización, estos valientes presos están tomando una posición heroica. El sistema contra el que se están poniendo de pie no les ofrece más que más terror y castigo, pero se mantienen firmes para que el mundo sepa que se niegan a aceptar condiciones que les niegan derechos humanos básicos. Todos aquellos que se oponen a la injusticia tienen que tomar posición y apoyar a estos presos y difundir su mensaje de desafío.

Los presos han logrado expresar sus demandas por medio de abogados, mensajes de voz y otras formas, contándole al mundo las maneras en que están sometidos a condiciones infrahumanas y se les niega derechos básicos: incluida la falta de atención médica, la falta de acceso a los servicios de la biblioteca judicial, artículos limitados en el almacén carcelario, el correo se pierde o se retrasa severamente, constantemente aplazan las citas ante el tribunal. Todo esto se suma al severo peligro de la Covid-19. Menos de la mitad de los que están en Rikers han sido vacunados por completo, y más de 370 han dado positivo recientemente por el virus. La falta de calefacción también se ha convertido en un problema cada vez más urgente dado que la ciudad de Nueva York ha estado experimentando temperaturas de un solo dígito en los últimos días.

El 85% de los 5.400 presos en Rikers no han sido declarados culpables de nada: están encerrados en Rikers simplemente porque no pueden pagar la fianza.

El sábado 15 de enero, un grupo de unos 12 revolucionarios, incluidos miembros del Club Revolución, se reunieron fuera de la cárcel de Rikers Island para expresar su solidaridad con los presos en huelga de hambre. La gente marchó justo a la entrada coreando: “¿Cuál es el problema? ¡Todo el maldito sistema! ¿Cuál es la solución? ¡La revolución!” Carl Dix, revolucionario de larga trayectoria, seguidor de Bob Avakian y co-iniciador, con Cornel West, de la Campaña Alto al “Parar y Registrar”, habló sobre la necesidad de tomar posición con los huelguistas de hambre en Rikers, cómo están respondiendo a horrorosos abusos y que tienen razón en hacer su huelga. Dijo que los horrores en Rikers no tienen nada de nuevo y concentran y son típicos de la forma en que las personas son maltratadas en las cárceles en todo Estados Unidos — que esto es parte de un genocidio lento contra los negros y latinos, algo que no es posible eliminar con reformas, pero únicamente es posible deshacerse de este sistema por medio de una revolución real. (Vea la declaración de Carl Dix del 14 de enero sobre los huelguistas de hambre de Rikers aquí.)

A lo largo de los años ha habido mucho clamor y protesta contra las condiciones en Rikers — de parte de los presos adentro, los ex encarcelados, los seres queridos de los encarcelados en Rikers y otros. Pero a pesar de la continua indignación, y los informes mediáticos sobre las condiciones dentro de Rikers, incluida la manera en que las condiciones han resultado en casos de violencia entre los presos, el Departamento Correccional ha desestimado las preocupaciones y demandas de los presos. Y las promesas y palabras melifluas de los funcionarios municipales sobre “clausurar Rikers” equivalen a palabras vacías acerca una posibilidad futura lejana sin ninguna acción real.

Después de que algunos funcionarios electos visitaran Rikers, un miembro del Concejo Municipal, Shekar Krishnan, dijo: “Rikers Island es la crisis humanitaria y de derechos civiles más urgente de nuestra ciudad... Debemos poner fin a la práctica del confinamiento solitario. Es tortura. Ha devastado a tantos, especialmente a nuestras comunidades LGBT+ y trans en particular. Debemos clausurar Rikers Island ahora. Ciérrenla”.

Mientras tanto, los funcionarios del Departamento Correccional hasta niegan que los prisioneros estén en huelga de hambre. Eric Adams, ex capitán/puerco de la policía de Nueva York y ahora alcalde, reconoció la existencia de la huelga de hambre en una conferencia de prensa no relacionada, pero luego señaló que está “extremadamente orgulloso” del comisionado del Departamento Correccional que supervisa a Rikers.

Si bien las condiciones en Rikers siempre han sido horribles, hay evidencia de que las condiciones se han deteriorado aún más. Además de las muertes en Rikers, los incidentes de autolesiones casi se han duplicado durante el último año, la violencia ha aumentado y ha habido informes de que el área de admisión donde los presos son procesados por primera vez está infestada de alimañas y escasean camas y baños que funcionan.

El alcalde Adams dijo que Rikers era un “centro correccional fallido”, donde muchas de las crisis podrían reducirse a “comunicaciones fallidas”. Esta es una declaración criminal y escandalosa. Rikers, al igual que otras cárceles y prisiones en todo Estados Unidos, no tiene que ver con la rehabilitación, sino con castigos y confinamiento de sectores enteros de oprimidos para los que este sistema no les ofrece ningún futuro. Y Rikers se apoya en condiciones infrahumanas y brutalidad para mantener a los prisioneros bajo control.

Los prisioneros en Rikers en huelga de hambre están haciendo frente a todo esto, atreviéndose audazmente a arriesgar quizás incluso la vida, para llamar al mundo a que los apoye, y para denunciar y llamar a poner fin a la forma bárbara en que son tratados.