El viernes 11 de abril, una juez en materia migratoria en Luisiana dictaminó que el régimen de Trump puede deportar a Mahmoud Khalil — no por algún delito, sino por lo que él ha dicho.
Mahmoud es un residente permanente legal en Estados Unidos y portador de tarjeta verde. Es un palestino que creció en Siria antes de emigrar a Estados Unidos. Pero no lo han singularizado por alguna violación migratoria.

Mahmoud Khalil se pronuncia en la Universidad de Columbia, abril de 2024.
El ICE raptó ilegalmente a Mahmoud el 8 de marzo, lo tienen detenido en Luisiana durante 40 días, y sigue contando, y lo ha perseguido por ejercer su derecho a la libertad de expresión bajo la Primera Enmienda — específicamente, por expresarse en defensa del pueblo palestino y en oposición al genocidio israelí apoyado por Estados Unidos en Gaza1.
El arresto de Mahmoud por el régimen de Trump y el caso del régimen en su contra representan un salto hacia un sistema “legal” radicalmente diferente, al cual el régimen fascista de Trump y MAGA viene consolidando a martillazos, un sistema que “despoja abierta y agresivamente los derechos básicos y declara flagrantemente que no existe ningún estado de derecho ni debido proceso legal más allá de lo que él mismo dicta”, como ha declarado el líder revolucionario Bob Avakian.
El régimen de Trump trama un caso abiertamente fascista lleno de mentiras contra Mahmoud
La jueza Comans había exigido que el gobierno proveyera evidencia que justificara su detención de Mahmoud Khalil y su amenaza de deportarlo.
El escrito muy escueto que le entregó el secretario de Estado Marco Rubio contenía menos de dos cuartillas de afirmaciones sin evidencia ninguna para comprobarlas. En vez de un escrito jurídico, más bien constituía un decreto fascista de parte del régimen de Trump.

Protesta en apoyo a Mahmoud Khalil en frente de la corte federal en la Plaza Foley, Manhattan, el 12 de marzo de 2025. Foto: AP
La imputación se basa en la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1952 (también llamada en ocasiones la Ley McCarran-Walter). Esto faculta al secretario de Estado para poder deportar a un individuo no ciudadano si su presencia “tendrían consecuencias adversas potencialmente serias para la política exterior” de Estados Unidos, o “perjudicaría un interés apremiante de política exterior de Estados Unidos”. ¿Sobre cuál base determinaría semejante consecuencia? Sus “creencias pasadas, actuales o esperadas, sus declaraciones o asociaciones que de otra manera son lícitas”. En otras palabras, su discurso y acciones políticas lícitos.
Acusan a Mahmoud de “protestas antisemitas y actividades disruptivas que fomentan un ambiente hostil para estudiantes judíos en Estados Unidos”. La continuación de su presencia en Estados Unidos supuestamente socava la “política estadounidense para combatir el antisemitismo” y para “proteger a los estudiantes judíos contra el hostigamiento y la violencia”. Eso y las “protestas disruptivas” perjudican “intereses estadounidenses centrales” y los objetivos de su política exterior.
Invocar la Ley McCarran-Walter de 1952 para deportar a un oponente político rompe con la práctica jurídica existente y probablemente es inconstitucional. Por una cosa, hasta ahora solamente se ha invocado en tiempos de guerra. Por otra, desde 1952 se ha modificado, entre otras cosas para proteger “creencias, declaraciones o asociaciones” que son “lícitas al interior de Estados Unidos” — una modificación que el régimen de Trump claramente ha pasado por alto.
De mayor importancia, este uso de la Ley de 1952 pisotea la Primera Enmienda y el derecho fundamental a la libertad de expresión. Y, al presentar sus argumentos en este caso sobre esa base, el régimen de Trump trata de sentar el precedente de que puede poner en la mira, detener y deportar a residentes legales no ciudadanos —y pronto a otros individuos— simplemente debido a que se oponen a las acciones de Estados Unidos alrededor del mundo.
La acusación de antisemitismo de parte del régimen de Trump es una mentira flagrante: oponerse al genocidio, o a Israel, o al sionismo, no constituye el antisemitismo (o sea, el odio o el prejuicio contra los judíos como un pueblo). Y Mahmoud ha expresado constantemente su oposición al antisemitismo y otras formas de intolerancia2.
No obstante, Rubio sí dice la verdad sobre una cosa: las “protestas disruptivas” han socavado un “importante objetivo de la política exterior” estadounidense: apoyar a Israel y su genocidio en Gaza.
Aquellos que han contribuido a esto con valor, como Mahmoud, ¡merecen la aclamación — y no la encarcelación!
El visto bueno automático de la corte de la jueza Comans
La jueza Comans no exploró si el régimen de Trump tuviera o no la autoridad constitucional de deportar a individuos no ciudadanos por su expresión legal. La aceptó sin cuestionarla, diciendo que eso no le correspondía a su mandato y que no tiene ninguna autoridad para cuestionar al secretario de Estado3.
Ella no exigió evidencia para comprobar la declaración del gobierno de que Khalil había propagado el antisemitismo. Y negó las peticiones de los abogados de Mahmoud de hacer repreguntas o deponer al secretario Rubio u otros oficiales de la administración de Trump sobre lo que alega su escrito. “Esta corte no tiene ni la inclinación ni la autorización” para hacerlo, dijo.
Simplemente le dio su visto bueno al memorando de Rubio. No se había presentado ninguna evidencia concreta, no obstante la jueza Comans dictaminó: “El departamento ha cumplido con el deber de establecer la removibilidad con evidencia clara y convincente”. Calificó de “facialmente razonable” la acusación de que Mahmoud implique “consecuencias adversas para la política exterior”.
Mahmoud Khalil condena la violación del proceso debido y justicia por parte de la corte
Después de que la juez leyera su dictamen, Mahmoud Khalil solicitó y recibió una oportunidad de dirigirse a la corte:
“Quisiera citar lo que usted dijo la vez anterior [de que hubo una audiencia] de que no hay nada que le es más importante a esta corte que los derechos al proceso debido y la justicia fundamental. Claramente en lo que presenciamos hoy, ninguno de estos principios estaba presente hoy ni en este proceso en su conjunto. Por este motivo exactamente la administración de Trump me ha mandado a esta corte, a mil 600 km de distancia de mi familia. Nada más espero que la urgencia que usted estimó apropiada para mí también se les brinde a los cientos de otras individuos que han estado aquí durante meses sin ninguna audiencia”.
Marc van der Hout, uno de los abogados de Mahmoud, resumió:
“Hoy, vimos que nuestros peores temores se hicieron realidad: Mahmoud fue sometido a una farsa del proceso debido, una violación flagrante de su derecho a una audiencia justa, y un uso de la ley migratoria como arma para suprimir el disentimiento. Esto no ha terminado, y nuestra lucha sigue. Si se permite poner en la mira a Mahmoud de esta manera, simplemente por alzar la voz por los palestinos y ejercer su derecho protegido por la Constitución a la libertad de expresión, es posible que esto ocurra a cualquier persona respecto a cualquier tema que está del desagrado de la administración de Trump. Continuaremos trabajando incansablemente hasta que Mahmoud consiga su libertad y regrese debidamente a casa con su familia y su comunidad”4.
Una decisión de mal agüero en contra de la cual urge una oposición masiva e inmediata
Mahmoud no será deportado de inmediato. La jueza Comans exigió que su equipo legal solicitara un amparo contra la orden de deportación (lo que posibilitaría la estancia de Mahmoud en Estados Unidos) antes del 23 de abril. En el caso de que denieguen el amparo, sus abogados pueden apelarlo, primero ante una junta de inmigración y luego ante una corte federal. Si fracasaran estas y otras acciones jurídicas, la jueza Comans dijo que deportaría a Mahmoud a Siria, donde nació, o a Argelia, donde tiene ciudadanía.
Mahmoud también ha presentado una demanda que impugna la legalidad de su arresto ante una corte federal en Nueva Jersey. El juez en ese caso ha ordenado que no deporten a Mahmoud mientras se considere su caso en Nueva Jersey, que examinará la constitucionalidad de su detención y podría resultar en su libertad5.
Vídeo en inglés: Por qué trasladan a Mahmoud y a otros estudiantes a una cárcel migratoria en Luisiana, vídeo de Al Jazira.
Por lo tanto, es posible que los procedimientos legales de Mahmoud continúen durante semanas, hasta meses, adicionales.
También es muy posible que el régimen fascista de Trump haga caso omiso a las cortes y actúe de manera unilateral para deportar a Mahmoud en cualquier momento. El régimen ya ha manifestado que le importan poco los jueces o las cortes y que reconoce que hay mucho en juego en lo político en este caso. Con más razón, es necesario que se movilice una oposición que se vincule con la demanda tan importante de ¡Que SE VAYA el Régimen Fascista de Trump!
¡Que ni sigan en pie el arresto y la detención de Mahmoud Khalil ni la amenaza de deportarlo!
El dictamen de la jueza Comans podría tener implicaciones torales no sólo para los cientos de otros individuos no ciudadanos actualmente en la mira del régimen de Trump, sino para millones de otras personas, tanto ciudadanos como no ciudadanos.
La decisión de esta jueza ya ha dado “una victoria temprana al gobierno en sus esfuerzos por suprimir a las manifestaciones pro Palestina en los campus universitarios en Estados Unidos”, evaluó el New York Times. Y afirmó —por ahora— “el poder extraordinario que el secretario de Estado Marco Rubio ha reclamado para poner en la mira para la deportación a cualquier individuo no ciudadano”.
Desde el arresto de Mahmoud, les han revocado la visa a más de 800 otros estudiantes no ciudadanos, egresados recientes, y afiliados universitarios, o les han cambiado su estatus migratorio, según Inside Higher Education. Si el régimen fascista de Trump y MAGA se salga con la suya deportándolo, eso abriría las compuertas a aún más detenciones y deportaciones, que posiblemente incluirán a ciudadanos estadounidenses.
Como declaró RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo) tras la decisión de la jueza Coman:
El arresto de Khalil, y ahora la amenaza de deportarlo, es un punto de viraje. Es un salto hacia la consolidación de un diferente tipo de país — un Estados Unidos fascista. Todos en todas partes deben llenar las calles por la libertad de Mahmoud Khalil.
A toda persona que dé importancia a la justicia, la humanidad y el futuro:
Como muchos y como uno solo, exigimos: ¡LIBERTAD YA para Mahmoud Khalil!
En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar un Estados Unidos fascista.
¡Que se vaya el régimen fascista de Trump!

Importantes mensajes de Bob Avakian: El fascismo de Trump y MAGA: A qué nos enfrentamos en realidad, por qué, y qué hay que hacer para derrotarlo antes de que sea muy tarde.Una serie de mensajes de las redes sociales. Y su mensaje de Año Nuevo: 2025: Un año nuevo — retos nuevos profundos — y un camino profundamente positivo hacia adelante frente a un horror muy real.