Estaba entre los miles de personas que asistieron a la protesta en Washington, D.C. el 24 de julio, y al lado de los revcom, respondía al llamado a trazar una “línea roja” contra el genocidio en Gaza y denunciar al Congreso estadounidense (republicanos y demócratas) por acoger al primer ministro israelí Netanyahu, o sea Netan-nazi. La marcha desafiante por la capital fue una declaración importante y hay mucho de la cual avanzar en la inspiradora diversidad y determinación de los manifestantes.
Tuve la oportunidad de escuchar todos los discursos en el mitin. Representaban una amplia gama de perspectivas. Pero tengo que responder a un tema central del discurso de Nihad Awad del Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas (CAIR, por las siglas en inglés). Nihad Awad y CAIR han adoptado posiciones importantes contra los ataques racistas a las personas árabes y musulmanes en Estados Unidos, y contra el apoyo de Estados Unidos a los crímenes de Israel contra los palestinos. Pero el mensaje central de Nihad Awad en su discurso conduce a un callejón sin salida de arenas movedizas, y a cosas peores. Él dijo:
Protestar así nos ha traído nuestra magnificencia. Estamos expresando nuestra opinión y estamos demostrando que el público estadounidense nunca más volverá a dejarse engañar por Netanyahu y su gobierno extremista. No obstante, no obstante, hoy tengo que retarlos. ¿Están dispuestos a que los reten? Además de esta demostración, una demostración poderosa... Los reto a no darse por vencidos en torno a las elecciones de noviembre.
Si bien Nihad Awad no nombró a Kamala Harris, dio el mensaje claro de que las protestas son importantes, pero para que ustedes realmente tengan efectividad, tienen que canalizar “su voz, su apoyo, su defensa de la justicia” hacia votar por Kamala Harris. El argumento de Nihad Awad es similar al de Lily Greenberg Call, quien fue la primera designada política judía en renunciar públicamente a la administración Biden en protesta por el apoyo de Estados Unidos a la guerra de Israel. Greenberg Call dijo: “He trabajado por Kamala, y sé que ella hará lo correcto”.
Pero aquí va la verdad:
Kamala Harris es, será y solamente puede ser una gestora del genocidio de Israel contra el pueblo palestino (y de los crímenes que este imperio lleva a cabo contra la gente en Estados Unidos y en todo el mundo). Y cualquiera que sea la intención, canalizar la indignación contra los crímenes de Israel hacia apoyar a Harris sólo puede facilitarlos.
Las propias palabras de ella lo demuestran.
Nueva actora, el mismo guion GENOCIDA
Es verdad que Harris no asistió al discurso de Netan-nazi ante el Congreso. ¿Y qué? Se reunió con él después del discurso. Y aquí va el mensaje inicial, esencial, de su declaración después de reunirse con Netan-nazi (inédito, pero añadí las negritas para resaltar los puntos esenciales):
... acabo de tener conversaciones francas y constructivas con el primer ministro Netanyahu. Le dije que siempre garantizará que Israel pueda defenderse, incluso de Irán y de las milicias respaldadas por Irán, como Hamas y Hezbolá.
Desde niña en la colecta de fondos para plantar árboles para Israel hasta mi mandato en el Senado de los Estados Unidos y ahora en la Casa Blanca, he tenido un compromiso inquebrantable para con la existencia del Estado de Israel, con su seguridad y con el pueblo de Israel.
Lo he dicho muchas veces, pero merece la pena repetirlo: Israel tiene derecho a defenderse, y cómo lo haga importa.
Hamás es una brutal organización terrorista. El 7 de octubre, Hamas desencadenó esta guerra cuando masacró a 1.200 inocentes, entre ellos 44 estadounidenses. Hamas ha cometido horrorosos actos de violencia sexual y ha de rehén a 250 personas.
Y luego, después de todo eso, Harris dijo “a todos aquellos que han estado pidiendo un cese el fuego, y a todos aquellos que anhelan la paz, los veo y los escucho”. Estoy seguro de que es un verdadero consuelo para las familias de los más de cientos de palestinos en Gaza asesinados tan sólo esta semana que Kamala Harris los “vea y escuche” mientras sufren interminables muertes.
Kamala Harris repite las mentiras de Biden y defiende y vitorea el genocidio israelí en Gaza
La declaración de Kamala Harris después de reunirse con Netan-nazi podría haber sido, palabra por palabra, una declaración del Genocida Joe Biden, excepto que proviene de una “voz fresca” y de una “mujer de color” en contraposición a la expuesta y odiada Biden. “Para comerte mejor”, como le dijo el lobo a Caperucita Roja.
La realidad:
Lo que está sucediendo en Gaza no comenzó el 7 de octubre de 2023, sino con la limpieza étnica violenta y terrorista de Palestina en la Nakba (catástrofe en árabe) en 1948, que expulsó a 750.000 palestinos de sus hogares y ha continuado, y ahora se ha intensificado.
La llamada “defensa propia” de Israel ES IGUAL al genocidio contra el pueblo palestino. Lo que está sucediendo no es una “guerra” sino una masacre genocida unilateral contra palestinos indefensos. Israel ha matado al menos a 40.000 personas; además, entre 10.000 y 20.000 cadáveres están enterrados entre los escombros sin contabilizarse. La utilización como arma por parte de Israel de la inanición, las enfermedades y las repetidas marchas de la muerte de una “zona segura” a otra (sólo para bombardear a los refugiados desesperados que se refugian ahí) es parte de la proyección de que si hubiera un cese el fuego hoy, el saldo final de muertos en Gaza sería de 186.000 personas, casi la mitad de ellos niños.
Israel es un estado colonial de colonos y está construido sobre las tierras, la sangre y los huesos del pueblo palestino. Como tal, es ILEGÍTIMO.
Estos tres puntos cuentan con repetidas fundamentaciones desde diferentes ángulos en posteos en las redes sociales [en los mensajes comenzando con el número 4 y otros] del líder revolucionario y autor del nuevo comunismo Bob Avakian, aquí en revcom.us y en El Show RNL — ¡Revolución, y Nada Menos!
Como revcom.us ha identificado aguda y acertadamente:
Israel se aprovechó del ataque del 7 de octubre para intentar [imponer] una “solución final” (un término Hitler utilizó para referirse a la eliminación [física] del pueblo judío en Europa); es decir, hacer que sea imposible para el pueblo palestino sobrevivir como un pueblo en la patria histórica de Palestina, ya sea [por medio] del asesinato en masa, el exilio, el encarcelamiento, una opresión aún más brutal, o todo lo anterior.
Arremetiéndose contra los manifestantes antigenocidio
En una de sus primeras medidas en que se define al “anunciarse” como “abanderada” (literal y figurativamente) de un sistema de opresión violenta en todo el mundo, Kamala Harris atacó a las protestas contra Netan-nazi en Washington, D.C. con calumnias y amenazas. Emitió un comunicado que decía:
Ayer, en Union Station en Washington, D.C. vimos actos despreciables por parte de manifestantes antipatrióticos y una peligrosa retórica alimentada por el odio.
Condeno a cualquier individuo que se asocie con la brutal organización terrorista Hamas, que ha prometido aniquilar al estado de Israel y matar a judíos. Los grafitis y la retórica a favor de Hamas son aborrecibles y no debemos tolerarlos en nuestra nación.
Condeno la quema de la bandera estadounidense. Esa bandera es un símbolo de nuestros ideales más elevados como nación y representa la promesa de Estados Unidos. Nunca debería ser profanada de esa manera.
Apoyo el derecho a protestar pacíficamente, pero seamos claros: el antisemitismo, el odio y la violencia de cualquier tipo no tienen lugar en nuestra nación.
¿¡Alguien piensa seriamente que una persona que se arremete con ese tipo de vitriolo rabioso contra una protesta diversa y no violenta de miles de personas contra el genocidio puede ser una fuerza para el bien!?
La violencia en la protesta del 24 de julio provino de la policía, que repetidamente y al azar roció gas pimienta a los manifestantes sin provocación. Las acusaciones de antisemitismo (de estar contra el pueblo judío) y equipararlo con cualquier crítica a los crímenes israelíes contra la humanidad, es una mentira calumniosa y vil para justificar el genocidio actual contra el pueblo palestino que está en marcha en este momento. Y este ataque es un arma propagandística clave detrás de censurar, prohibir y brutalizar a cualquiera que critique a Israel.
Al atacar a las protestas del 24 de julio, Kamala Harris sí tiene razón en una cosa: la bandera estadounidense es de hecho un símbolo de los “ideales más elevados” de Estados Unidos y lo que llama su “promesa”. Pero los verdaderos ideales y promesas que simboliza la bandera estadounidense son la explotación, la opresión y la muerte. Se concentran en la matanza en masa de niños en Gaza. Y dondequiera que ondee esa bandera, se imponen esos ‘ideales’: en las bombas nucleares que incineraron a 150.000 personas en Hiroshima y Nagasaki, Japón; en los uniformes de los soldados que a órdenes de “matar todo lo que se mueva” llevaron a cabo la masacre genocida de millones de personas durante la guerra de Vietnam; y en los uniformes de los policías asesinos en las comunidades de oprimidos en todo Estados Unidos.
Fundamentalmente, Israel es una herramienta del imperialismo estadounidense — no al revés
En su discurso, Nihad Awad dijo que Netanyahu “es un peligro para nuestros intereses nacionales estadounidenses”. Afirmó que Netanyahu “tiene una larga historia de manipular a nuestro gobierno y aprovechar la generosidad de Estados Unidos”. Todo esto está mal y, de hecho, conducirá a reforzar el sistema que causa estos horrores.
Como ha dicho Bob Avakian:
¿Por qué Biden, y básicamente el gobierno entero y la clase dominante entera de Estados Unidos, apoyan a Israel en su genocidio contra el pueblo palestino, a los ojos del mundo entero? La respuesta a esta pregunta crucial es lo siguiente:
No se debe al “poder del cabildo judío” — ni a que, según alguna noción ignorante, ridícula e indignante, “los judíos lo controlan todo”. Se debe al “papel especial” de Israel como un bastión fuertemente armado de apoyo para el imperialismo estadounidense en una región estratégicamente importante del mundo (el “Medio Oriente”). Además, Israel ha constituido una fuerza clave en la comisión de atrocidades que han contribuido al mantenimiento de la dominación opresiva del imperialismo estadounidense en muchas otras partes del mundo…
¡Es el sistema! El sistema del capitalismo imperialismo al cual Biden sirve. El sistema al cual él tiene que servir — el sistema al cual toda persona y cualquier persona tiene que servir si quiere ocupar un cargo, y especialmente un “cargo alto”, como la presidencia, dentro de este sistema. Por eso Biden hace lo que hace —lo que hacen todos estos políticos— por encima y más allá de sus intereses personales más estrechos.
¡Es el sistema! Este sistema del capitalismo imperialismo que encarna e impone la supremacía blanca, la supremacía masculina patriarcal y otras opresiones brutales — este sistema que se basa en la explotación despiadada roba-vidas de las masas de personas en Estados Unidos y de literalmente miles de millones de personas por todo el mundo, incluidos más de 150 millones de niños — todo eso que se impone con una masiva violencia y destrucción, de personas y del medio ambiente, lo que representa una amenaza muy real al futuro y a la existencia de la humanidad.
Este sistema al cual hay que derrocar a la mayor brevedad posible, por medio de una revolución real.
Hagan frente a la realidad, y que se organice para esta revolución
No se trata de decir “todo está bien”, protestar y votar por Kamala. Canalizar este movimiento detrás de Kamala Harris no solo no hará NADA para detener el genocidio israelí-estadounidense del pueblo palestino, sino que hará DAÑO. Desviará y silenciará la protesta en el momento mismo en que hay que acelerarla y hacerla aún más fuerte. ¡Y encadenará a la gente a respaldar objetivamente los mismos crímenes a los que ha salido para oponérsele!
Esto nunca es bueno, pero está especialmente mal ahora —en un momento en que la revolución de la que habla Bob Avakian, la revolución que se necesita para derrocar este sistema, es más posible— sí, incluso en este poderoso país. En una serie de mensajes en las redes sociales, Revolución #8-11 y #63-66, BA habla sobre por qué este es un momento poco común en el que esta revolución podría tener una verdadera oportunidad de triunfar, y cómo ponernos a trabajar por eso ahora.
Por ESTO necesitan trabajar ahora todos aquellos que quieren ver un fin a la matanza genocida de palestinos y un fin a los horrores como este en todo el mundo — en lugar de trabajar para reforzar este sistema en tiempos de gran vulnerabilidad para este sistema.