En contraste con el saqueo desenfrenado y abierto del medio ambiente por parte de Trump, los demócratas, bajo el mandato de Obama y Biden-Harris, adoptaron algunas medidas que, según afirmaban, abordaban el cambio climático. Estas medidas incluían regulaciones de la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) basadas en la constatación del peligro1 para establecer límites a las emisiones de gases de efecto invernadero, los que ahora Trump está revocando. Pero incluso estas medidas distan mucho de lo necesario para siquiera empezar a abordar de verdad la crisis del calentamiento global: sobre todo, reducciones rápidas y masivas en la extracción y quema de petróleo y otros combustibles fósiles. De hecho, Biden y Harris se jactaron durante su mandato de que Estados Unidos se había convertido en el principal productor mundial de petróleo y gas2.
Raymond Lotta explica cómo la crisis del cambio climático tiene sus raíces en la naturaleza y el funcionamiento del sistema capitalista-imperialista:
¿Qué tiene este sistema capitalista-imperialista que lo pone en guerra con el medio ambiente? Bueno, es un sistema que tiene una naturaleza y una lógica internas. Está impulsado por la búsqueda de ganancias y más ganancias por parte de bloques de capital de propiedad privada. Compiten y deben competir entre sí por una mayor participación del mercado basada en la explotación más eficiente del trabajo humano en todo el mundo. Y si no se expanden e invierten para vencer a sus rivales, corren el riesgo de perder y hundirse. Es un sistema que trata a la naturaleza como un insumo “sin costo” que se vierte en la producción para obtener ganancias... un sistema que también convierte a la naturaleza en un vertedero de las consecuencias de la producción temeraria para obtener ganancias, desde los derrames de petróleo a la contaminación atmosférica, pasando por la degradación del suelo.
Y la geopolítica competitiva está integrada en este sistema. La producción y quema de combustibles fósiles ha sido y sigue siendo fundamental para el funcionamiento rentable del sistema imperialista mundial. El control de los mercados del petróleo y de los combustibles fósiles, las finanzas y el transporte es un medio por el que las grandes potencias dominan las economías y la economía mundial. Pensemos en esto: la maquinaria militar de muerte y destrucción de Estados Unidos que impone el imperio global estadounidense es el mayor consumidor institucional de petróleo y el mayor emisor institucional de carbono del mundo.
La destrucción del planeta por el capitalismo-imperialismo (video en inglés, pasaje del discurso Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, texto en español aquí).
Ahora, el régimen de Trump tiene un “programa maniático de tres frentes para llevar esto en el sentido opuesto” de lo que se necesita con urgencia, como señaló el Grupo de Trabajo de Revcom en Temas Ambientales con motivo del Día de la Tierra de este año:
El fascismo de Trump y MAGA se propone derribar a fregadazos todas las barreras —todas las restricciones y limitaciones— a la extracción de combustibles fósiles y al saqueo del medio ambiente. Están emperrados en eliminar cualquier obstáculo que se interponga en el camino para fortalecer aún más el dominio energético y general de Estados Unidos a nivel mundial. Para que esto suceda, están trabajando horas extra para atacar y paralizar la ciencia del clima y desacreditar a los científicos del clima (los climatólogos)… y para implementar una represión draconiana (cruel) contra todos los que se oponen a esta embestida al clima.
Un eslabón de una cadena desastrosa
La revocación de la determinación del peligro se suma a otras medidas del régimen de Trump para desmantelar la EPA y eliminar las normas relacionadas con el cambio climático y la contaminación ambiental. Por nombrar solo algunas:
- Eliminar la Oficina de Investigación y Desarrollo. Según el New York Times, esta agencia científica proporcionaba “la investigación independiente que sustenta casi todas las políticas y regulaciones de la agencia”.
- Desmantelar la Oficina de Justicia Ambiental, que se ocupó de cómo las comunidades de personas negras y otras personas oprimidas, las comunidades rurales pobres y otras se ven perjudicadas por la contaminación ambiental de manera desproporcionada.
- Derogar o debilitar las regulaciones sobre las centrales eléctricas que limitan sus emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes tóxicos como el mercurio.
Todo esto señala la necesidad, en palabras del mensaje de Bob Avakian en las redes sociales REVOLUCIÓN #125, de gestar “un levantamiento popular masivo, decidido a derrotar concretamente a este régimen fascista, unido en torno a la demanda urgente: ¡Que se largue el régimen fascista de Trump — YA!”. Una parte crucial de ello debe ser conectarse con los científicos y con el movimiento para defender el medio ambiente, uniéndose en la lucha mientras se señala la fuente más grande de esto.
Al mismo tiempo, SÍ existe una salida a la catástrofe en desarrollo mediante el tipo de revolución prevista en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, escrita por Bob Avakian. Dicha Constitución explica que una verdadera revolución en Estados Unidos representaría
un paso verdaderamente gigantesco hacia la emancipación de la humanidad y en lo que concierne a la capacidad de confrontar y lidiar de manera más directa y completa con la emergencia ambiental crítica que amenaza a la humanidad y a otras especies y ecosistemas (las complejas redes de formas de vida que se interactúan y se interrelacionan entre sí) sobre esta Tierra. En pleno reconocimiento de ello, en el desarrollo de la economía socialista, en todas las esferas del gobierno y actividad social y en las relaciones internacionales la Nueva República Socialista en América del Norte se dedicará —y destinará la iniciativa, los conocimientos, la energía y la creatividad de las masas populares que conforman y son la columna vertebral de esta República— a lidiar con esta emergencia ambiental en sus diversas dimensiones y buscará las formas de hacerlo por medio de la creciente cooperación y actividades en común con los científicos y con personas de todas las profesiones y sectores sociales por todo el planeta, en lucha y en unión con otros en la lucha para superar las barreras las cuales la operación del sistema capitalista imperialista y el funcionamiento de los estados imperialistas y otros estados reaccionarios levantan contra dichos esfuerzos.
Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto)
Escrita por Bob Avakian y adoptada por el Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos
Lea o descargue el pdf
Vea también: