
Trumpistas armados para intimidar el conteo de votos, Maricopa, Arizona, 6 de noviembre de 2020. Foto: AP
En “Algo terrible, o algo verdaderamente emancipador”, Bob Avakian señala:
La realidad ahora es que el sector fascista de la clase dominante, representado y concentrado en el Partido Republicano, está activa y agresivamente metida en maniobras “de dos puntas” para plasmar y consolidar un gobierno fascista. Estas “dos puntas” son: corromper y controlar el proceso electoral y las instituciones gubernamentales centrales; y la amenaza y el uso de la violencia, incluso mediante la movilización de turbas violentas. Estos fascistas se apoyan, por ahora, principalmente en la primera punta, pero con la segunda (la violencia) como “acompañamiento” a ésta — lo que podría convertirse en su principal medio, de resultarles necesario. [énfasis agregado]
¡Eso no es una exageración! Utilizando la afirmación totalmente fabricada de que las elecciones de 2020 fueron “robadas” a Trump, los republi-fascistas han hecho todo a su alcance para poner el pulgar en la balanza de las futuras elecciones, y al mismo tiempo, para desacreditar las elecciones, con el fin de justificar la violencia (como el 6 de enero) en caso de que de todos modos pierdan.
En 2021, 19 estados aprobaron 34 leyes que restringen el acceso al voto, y otras 152 leyes están “en ciernes” para votarse en las legislaturas estatales en 2022. Muchas de estas leyes dificultan más que los votantes emitan votos por correo postal que cuenten, o dificultan más el voto en persona reduciendo los horarios y los lugares de votación. Estas leyes afectarán de manera desproporcionada a los habitantes de las grandes ciudades, donde los vídeos de las noticias del día de las elecciones muestran habitualmente a personas negras y latinas, así como a otros habitantes de las ciudades —personas que a menudo tienen trabajos o condiciones de vida que hacen que llegar a las urnas sea extremadamente difícil en primer lugar— esperando en colas durante horas. Algunas leyes aumentan las purgas de los padrones de votantes o aumentan los riesgos de purgas de padrones chuecos1. Otras leyes facultan a los “observadores electorales” racistas para que sigan de cerca a la gente mientras vota y prohíben que los trabajadores electorales interfieran en este tipo de intimidación. Y así sucesivamente. Esto forma parte de una larga tradición en Estados Unidos de utilizar tanto las leyes como la violencia para impedir que los negros, así como otras “minorías”, voten, como parte de negarles todo derecho civil.
Otras 23 leyes en catorce estados “facultan a los funcionarios estatales para que tomen el control de las juntas electorales de los condados, despojen a los secretarios de estado de su autoridad ejecutiva o hagan responsables penal o económicamente a los funcionarios electorales locales incluso por errores técnicos....”. En pocas palabras, estas leyes, de diversas maneras, funcionan para permitir que los funcionarios estatales o las legislaturas de los estados controlados por los republicanos anulen los resultados de las elecciones en condados individuales o incluso en el estado en su conjunto si creen que los resultados son “erróneos”.
Además, se está haciendo que sean expulsados de sus cargos los funcionarios o trabajadores electorales que no están de acuerdo con esto. Los que son elegidos se enfrentan a contendientes en las elecciones preliminares respaldados por el propio Trump. Los trabajadores electorales regulares y los voluntarios se enfrentan a amenazas de muerte y otras formas de hostigamiento. A nivel nacional, uno de cada tres funcionarios electorales declaró sentirse inseguro en su trabajo, y uno de cada seis dijo que planeaba retirarse antes de las elecciones de 20242.
Y este afán de “corromper y controlar” y/o de “anular” violentamente las elecciones no es un fin en sí, ni es un intento de los políticos corruptos de aferrarse a sus cargos, o de aprobar recortes fiscales para los ricos. Es una parte vital de la consolidación de un gobierno fascista total. Como dice BA en “Algo terrible, o algo verdaderamente emancipador”:
si lo logran, todo el poder del gobierno —incluido el poder ejecutivo de la presidencia, los tribunales y el aparato jurídico, las cárceles, así como la policía y las fuerzas armadas— se ejercerá para aplastar a cualquier oposición efectiva al gobierno fascista e imponer a la fuerza su programa de “restaurar” la "grandeza” mitológica de Estados Unidos sobre la base de la supremacía blanca agresiva, la supremacía masculina cruda y brutal y la supresión de las personas LGBT, la xenofobia (el odio y persecución a los extranjeros e inmigrantes, particularmente aquellos que provienen de lo que Trump describió infamemente como “los países pozos de mierda”), la afirmación forzosa y ostentación chovinista del dominio estadounidense y “la superioridad de la civilización occidental”, junto con el rechazo deliberado a la ciencia y el método científico, especialmente en los casos en que interferiría con el saqueo irrestricto del medio ambiente, así como de la gente.
Bob Avakian sobre la línea directa de la Confederación esclavista a los fascistas de hoy (un corto en inglés)
Se han paralizado casi por completo los esfuerzos indecisos por oponerse a esto de parte de aquellos que el sistema designa como los “salvadores” de los oprimidos — es decir, el Partido Demócrata. Después del muy publicitado discurso de Joe Biden a principios de la semana con promesas de acción, el proyecto de ley que estaba impulsando se vino abajo por la oposición dentro de su propio partido, y su única respuesta ahora es “trabajar más duro” ... en un juego cada vez más amañado.
“Algo terrible, o algo verdaderamente emancipador”, en una sección crítica sobre “apoyar, y defender, a las personas que constantemente están sometidas a ataques injustos contra sus derechos y su propio ser” y que llama a defender este derecho, dice lo siguiente:
Se dan acciones continuas, inclusive la amenaza o el uso de la violencia, para una vez más impedir que los negros y otros oprimidos siquiera ejerzan lo que se supone que son derechos básicos, como el voto. (Con un método y enfoque científico, es posible, así como importante, oponerse activamente a los intentos de negar a las personas el derecho al voto y, al mismo tiempo, convencer a las personas de que tengan que canalizar sus esfuerzos, no a votar por representantes de este sistema que las está oprimiendo, pero más bien hacia trabajar para acumular las bases para derrocar todo este sistema.)